- Ahhh~.. uh, ahh~.. Sho.. to, ohhh~.- El heterocromatico no había soportado tanto tiempo lejos de su chica y hoy era momento de demostrarlo. Pasaba su lengua por la mojada vulva de su ahora novia. Chupaba con cuidado, y besaba sus "labios". Ochaco se sentía en el cielo, y no quería bajar de ahí. Sentía como la caliente lengua de su amado entraba en su cavidad para luego succionar. Estaba en un estado de éxtasis, hasta llegar a su límite, corriendose así, en la cara de su novio.

Shoto sonrió con sus ojos inyectados en deseo. Era su turno.

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Izuku no conseguía dormir. Un vacío se sintió en su pecho, y dolía. Recordaba por una vez más el amor incondicional que le entregó al rubio durante años, y que a él simplemente no le importó. Recordaba como se sintió miserable por tantos años, prohibiendo a si mismo tantas cosas. Como se alejó de tanta gente, y desprecio tantas oportunidades. Hasta que había conocido a Ochaco. Aquella chica que estaba igual o peor de rota. Lloraba casi todos los días, arrepintiendose de sus actos diariamente. Como congeniaron y su relación amistosa fue cediendo hasta terminar siendo su compañera de camino. Su novia. Ella nunca le juzgó por su pasado, incluso le entendía. Amaba a Ochaco, y viviría eternamente agradecido con su persona. Ella se merecía lo mejor del mundo, y el pecoso se lo daría.

- Como quisiera volver a aquellos tiempos donde mi vida estaba más resuelta.- Izuku hablaba en voz baja, para sí mismo.

- Uh, pues entonces muere y así renaces en otra vida desde cero.- Katsuki también estaba despierto.

- Ahhhh!.- Izuku saltó del susto y emitió un grito que fue más como un chillido.- Joder, ¿es que no duermes?

- No es de tu jodida incumbencia, nerd.

- Me has asustado!. Tienes que dormir.

- A mí nadie me manda, renacuajo.

- Igual tendrás que hacerlo, ¿o tu orgullo de diamante no te lo permite?

- ¿Hah?.- la cara terrorífica de Bakugo hizo a Izuku emitir otro chillido de miedo.- mejor ven y duermeme entonces, pequeña mierda.

- Como quieras, tonto. - se levantó de su cama, agarró su almohada y edredón para abrigarse dispuesto a ir a la cama de al lado.- Permiso.

- Entra.- una minúscula sonrisa se hizo presente en los labios del mayor.- Cuidado y me orinas la cama.

- No soy un bebé.- hizo un puchero y su entrecejo frunció.

- En este momentos actuas como uno.

- ¿Ehhhh?, pero-

- Joder, ya cállate, quiero dormir.

Izuku quedó perplejo. Katsuki le había abrazado por la espalda y aprisionado entre sus brazos. Por un momento pensó seriamente en que la tierra se lo comiera y lo escupiera en Martes. Pero estar en los brazos del chico que tanto amó, era cálido y reconfortante. No estaba arrepentido, en lo absoluto.

Chale, ya comenten que siento que no les gusta xd