Eran las 6 a.m.

Demasiado temprano para cierto pecoso que durmió hasta las 4 a.m. por estar leyendo cómics de héroes.

Pero debía ir a la escuela. Y con toda la flojera y apatía del mundo, despertó.

Izuku era un chico de apenas 19 años. Estudiante. Felizmente en una relación. Inteligente. Guapo. Económicamente estable.

Tenía todo.

O al menos eso creían todos, incluso él mismo.

Fue directo a tomar una ducha fría, y cepillar sus dientes. Tomó su desayuno, (cortesía de su gentil madre) y luego de estar todo listo, se marchó a su universidad.

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Por otro lado estaba Ochaco. La actual novia de Izuku. Llevaban 3 meses de relación y cada día mejoraba en su aspecto.

La castaña es una chica dulce, amable, linda, espontánea. Al pecoso le encantaba estar con ella. Ambos eran el uno para el otro, y coincidían en muchas cosas.

Ochaco tenía 18 años, y eran aún dependiente de sus padres. No trabajaba pero era muy inteligente, gracias a ello obtuvo una beca y logró entrar a esa prestigiosa universidad. Universidad donde conoció a su adorado novio.

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- Buenos días, Izu!!!.- la pequeña castaña no ocultaba nunca su emoción al ver al chico de cabellos verdosos. Era todo lo contrario.

- Buenos días, Ochaco.- Izuku sonreía tal cual ángel caído del mismísimo cielo.

Se dieron un corto beso en los labios y prosiguieron andando directo a su sala de clases.

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Otra historia que se me ocurrió mientras pensaba en que tengo gripe y me duele la garganta.

Será sumamente corta, no me ODIEN.