𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 51
POV SAM
— ¿Cómo estás, bonita? — Dylan recién llega de la universidad. Ya estoy casi en el último mes y he pedido permiso para estar en casa. Así no estar tan ajetreada con lo de la universidad y mi embarazo.
— Estoy bien, Dy. No te preocupes tanto por mí.
— No quiero que te pase nada, Sammie. Ni a ti ni a nuestra pequeña.
Pongo ambas manos encima de las suyas para tranquilizarlo. — Créeme que también estoy nerviosa y el miedo es el que se apodera de mí en la mayor parte del tiempo, pero estoy segura de que todo estará bien.
Dylan toma mis manos y deposita un beso en ellas, después se dirige a mi vientre. — Son las mujeres de mi vida, las amo.
— Y nosotras a ti, mi amor.
— ¡Sam! — Luke baja del segundo piso. — ¿Aún no llega Amy y mi hija?
Niego al verlo.
— Amy, me ha estado llamando, pero no he logrado coger la llamada. Ahora la estoy llamando, sin embargo, es ella quien ya no contesta.
Amy y Nathy han salido desde ya hace unas tres horas y hasta el momento no regresan.
— Seguro se le ha acabado la batería, por eso no contesta.
— Si, Luke. Tranquilízate hermano. — Dylan me apoya.
— Amy es muy precavida al menos me hubiera dejado un mensaje si el celular se le va a apagar. Pero, hoy no lo ha hecho.
— Se han de estar divirtiendo las dos y tú estás todo angustiado.
— Vamos, que prepararé un poco de café. — Dylan se levanta y se lo lleva a la cocina.
— Si, no vuelve pronto las iré a buscar, Dylan.
— Si, no te preocupes yo te acompañaré.
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— Definitivamente, las iré a buscar. — aparece Luke en la sala.
— Dije que te acompañaría Luke, a mí también ya me parece extraño que no hayan vuelto. Ya ha pasado una hora y aún no llegan. — Dylan viene detrás de él, con su saco puesto al igual que Luke.
— Bien vayamos en mi auto.
— Bonita, te quedas aquí. ¿Sí?
— No iré a ningún lado amor. — Me da un beso en los labios.
— Está bien amor, mi madre vendrá dentro de poco. Ya la llamé.
— No te preocupes, estaré aquí esperando a las chicas y a ustedes.
— ¿Nos vamos, Dylan? — Luke está en la puerta.
— Si, ya salgo.
— Vayan con cuidado.
— Lo haremos amor. — Dylan me besa por última vez y se despide de la bebé.
POV DYLAN
Es muy extraño que Amy, aún no haya vuelto a casa. Luke ha estado preocupado, porque mi hermana no hace cosas como esas, siempre que sale y sabe que va a demorar o si se le está terminando la batería ella manda un mensaje y como Luke dijo hoy por alguna razón que ninguno sabe no lo ha hecho.
— ¿Crees que le haya pasado algo?
Luke está muy preocupado. Y como no hacerlo si no sabe nada de su familia.
— No les ha pasado nada Luke, seguro que se les ha pasado la hora estando juntas y se han olvidado que tienen que regresar a casa.
— Ojalá sea así Dylan. No me imagino una vida sin ellas.
— Mira, que lleguemos nos dividimos y las buscamos de esta manera las encontramos más rápido.
— Está bien, Dylan.
Llegamos al centro de diversiones, hay una gran multitud. Solo espero que no se nos haga difícil encontrarla.
— Tú vas por la derecha y yo por la izquierda. — asiento a lo que dice Luke. — Nos encontramos en este mismo punto. Y si alguno la encuentra lo llama al otro.
— Está bien, nos vemos dentro de un rato.
Observo como Luke se aleja, yo me dispongo a buscar a mi hermana y sobrina por el lugar que me toco buscar.
Ya ha pasado media hora de estar buscando y hasta el momento no hay rastro de ellas, también estuve preguntando a las personas si las han visto en algún momento, pero nadie me ha dado una respuesta afirmativa.
He llamado a la casa, para ver si talvez ellas ya estén allá. Y nadie me contesta.
— Mamá. ¿Por qué no me han contestado?
Por fin alguien me contesta.
— Cariño, recién he llegado. ¿Qué sucede?
— Estamos en el centro, mamá. Buscando a Amy. ¿Sammie no te lo contó?
— Dylan, Sam no está en casa. Y como no la encontré, pensé que estaba contigo.
— Mamá, ¿Cómo que no está en casa? Le dije que no se moviera que ya llegarías tú.
— Pero, no está cariño. Y tú auto tampoco.
— Ya vamos para allá, mamá. Llama a papá.
— Si, cariñ...
Corto la llamada y llamo a Luke. Él, dentro de unos minutos ya estaba aquí.
A donde has ido Sammie, sabías que no debías salir.
— Dylan ve tú, yo aún no me puedo ir sin haberlas encontrado.
— ¿Estás seguro?
— Si, no te preocupes. Llévate el auto. — Me entrega las llaves.
— Si sabes algo no dudes en llamar. Estaré pendiente al celular.
— Está bien.
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Espero que Amy esté bien y más la pequeña Nathy. Luke ha estado muy preocupado.
Los chicos se han ido lo más pronto en busca de ellas y al irse me he quedado sola.
Anahí vendrá pronto o eso dijo Dylan. A él no le gusta que esté sola en estos últimos meses y menos cuando estoy a pocos días de que nazca mi bebé, todos me han cuidado bastante por lo del embarazo y a veces me parece excesivo, pero me gusta.
Mi teléfono suena, está en la mesa del comedor. Me levanto del sofá como puedo y llego a él.
Veo la pantalla del celular y es Amy.
— Amy, que bueno que eres tú. Nos has tenido preocupados a todos. Los chicos han ido a buscarte.
No obtengo respuesta.
— ¿Amy? ¿Estás ahí?
— Claro que lo está, cariño.
Esa voz.
— ¿Amy?
— Si sabes que no soy Amy, ¿Verdad, muñequita?
¿¡Muñequita!?
Es la voz de Carlos. ¡Carlos, tiene a Amy!
— ¡Carlos, déjalas en paz!
— ¿Dejarlas? Pero si me estoy divirtiendo.
— Ellas no tienen nada que ver. Suéltalas.
— Creo que no será posible. ¿Qué es lo que yo ganaría a cambio?
— ¿Quieres dinero? Bueno yo no tengo, sin embargo, puedo conseguirlo, dime cuanto quieres, te entregaré todo lo que pidas.
— ¿En serio, me entregarás todo lo que te pida?
— Sí, pero déjalas ir.
— Te quiero a ti, mi Sam, ¿Cómo es que te llama tu estúpido novio?
— Oh ya recuerdo, Sammie. Te quiero a ti.
Su voz retumba por mi cabeza. Tengo mucho miedo y ni siquiera quiero tenerle cerca.
Pero tiene a mi mejor amiga y a Nathy, ellas no tienen por qué pagar por mi culpa.
— Quiero saber que ellas estén bien.
— Que poca confianza me tienes muñequita.
— ¡Sam! ¡No le hagas caso a este maldito loco! ¡Llama a la policía! — grita Amy, detrás de la línea.
— ¡Cállate estúpida! — escucho un golpe.
— ¡No la lastimes por favor! — digo en un sollozo. — Haré lo que tú me pidas.
— Que no se te ocurra llamar a la policía. — dice con una voz aterradora.
Las palabras ya ni me querían salir de la boca. — No... no lo haré. No llamaré a nadie.
— Así me gusta, muñequita.
— ¿Qué es lo que quieres que haga? — debo ser fuerte, no debo permitir que les haga daño.
— Me encanta que tomes la iniciativa. Bueno, te mandaré una ubicación, quiero que estés lo antes posible ahí.
— Sí, lo que digas.
— Si haces algo estúpido, créeme que no dudaré en cortarle un dedo a tu mejor amiga.
— No les hagas daño, no haré nada.
— Muy bien. Yo te llamaré cuando sepa que estás en el lugar que te indiqué. — hace una pausa. — Nos vemos pronto, muñequita.
Me colgó.
Al instante me llegó un mensaje de otro número. Era la ubicación de la que me habló.
Busqué las llaves del auto de Dylan rápidamente, no me fue difícil encontrar.
Me dirijo a la cochera y me subo en el auto.
No sé qué estoy haciendo, tengo ya casi nueve meses, me dijeron que repose lo más posible, pero no puedo dejar sola en esto a Amy.
Tengo que salir antes de que Anahí regrese.
Emprendo camino hacia donde me dieron la dirección. En todo el trayecto no he dejado de pensar que pasará si Dylan no me encuentra en casa. Se preocupará.
Y lo peor es que no sé qué es lo que pasará cuando tenga a Carlos frente a mí, después de aquella noche nunca lo he vuelto a ver y tengo miedo de lo que pueda suceder.
He llegado al lugar donde me dijo Carlos, estaba muy retirada de la ciudad. Tengo mucho miedo y el corazón no deja de saltarme.
— Vaya, vaya. Después de todo si viniste. — Carlos aparece al lado del auto, dándome un gran susto, empieza a caminar y se coloca enfrente del auto.
— ¿Dónde está Amy y mi sobrina? — digo desde el auto.
— No mi reina, así no serán las cosas. Primero tienes que bajarte. — hace un movimiento rápido y de la parte de atrás de su cuerpo saca un arma.
¿En qué lío me he metido?
Carlos se acerca nuevamente a la puerta del auto forcejeando, tratando de abrir la puerta. Pero está con seguro.
— Muñequita, ¿Me puedes abrir la puerta? — forcejea de nuevo, apuntándome con el arma. — O la primera persona con la que voy a estrenar esta hermosa arma, será tu pequeña sobrina.
No lo pienso y quito el seguro, Nathy no tiene la culpa de nada.
Carlos abre la puerta, para luego tomarme del brazo obligándome a salir del auto. Trato de salir lo más rápido y sobre todo con mucho cuidado por mi embarazo.
— Camina. — Me ordena poniendo el arma a la altura de mi nuca.
Tiemblo por lo que pueda pasar. Empiezo a caminar, siento como mi pequeña se mueve dentro de mí, sé que ella sabe que nada de lo que pasa está bien.
Acaricio mi vientre mientras camino por donde me dirige.
Paramos al frente de una casa amarilla, la luz de la noche es lo suficientemente clara, para poder observar bien.
— Avanza, muñequita.
Carlos abrió la puerta y me ordenó una vez más a que entre en esta casa.
Solo espero que Amy y Nathy se encuentren aquí.
POV DYLAN
— ¿Cómo que no está señora, Verónica?
— No, acá en la casa no está tampoco. Solamente ha salido de casa junto a mi auto y peor que no me coge el celular.
— Si, señora que la he llamado, infinidad de veces. Amy tampoco está, ha desaparecido desde muy temprano. Y ahora que Sammie también lo haga, no es nada normal.
— Está bien Verónica, los esperamos acá. —Cuelgo la llamada. Verónica está en camino.
— ¿Todo está bien, Dylan?
— ¡No mamá, nada está bien! ¡Mi novia junto a mi hija, que dentro de poco nacerá han salido de casa y no han dado aviso! ¡Ni siquiera han ido a casa de Verónica! ¡Y peor aún mi hermana no da rastros de vida de ella y mi sobrina!
— Debes tener calma. — Mi padre habla. — Todos debemos estar calmados. Las chicas no pueden haber desaparecido, no tienen ninguna razón.
Solo esperemos a que lleguen a casa, seguro ya están por venir. O eso quiero creer yo.
Mi padre está tan tranquilo, pero que Sammie salga sin avisar no es normal en ella, ella no es así. Ha tenido que pasar algo para que salga de casa. Además, me dijo que se quedaría aquí, que no saldría.
¿Por qué me mentiría?
Intento llamarla nuevamente, pero ninguna me contesta.
Sammie, ¿Dónde estás, mi amor?
POV SAM
El interior de la casa es muy oscuro y apenas la luz de la noche entra por las ventanas.
El ambiente del lugar era muy frío y se nota que aquí no ha vivido nadie en años.
— ¿Dónde están ellas?
— La persona que hará las preguntas aquí, seré yo mi reina. Pero por amabilidad te responderé. Ellas están bien, así que no te preocupes por ellas. Aquí la cuestión somos nosotros dos.
Se acerca a mí, rodeándome.
— Tu cabello, huele igual de rico como aquella noche. Dime ¿Aún la recuerdas?
No digo nada.
— No has cambiado nada, muñequita. Estás igual de hermosa. Aun estando embarazada, te ves preciosa.
Siento su respiración cerca de mí. No quiero que me toque, pero no me puedo arriesgar a que pueda hacerme daño, él es quien está armado.
— Tu sobrina y la bella Amy, están bien. Amy está desmayada, quiso escapar y tuve que retenerla. Ya sabes.
— ¿Qué le has hecho?
— No te preocupes, te dije que está bien.
— ¿Qué es lo que buscas? ¡Maldita sea!
— Cálmate. No te debes exaltar. Ya sabes tu bebé, siente lo que tú sientes. Así que tranquila.
Se acerca a mí.
— No me toques. — Me alejo de él.
— No te haré daño. Bueno no hasta ahora. Solo te voy a amarrar. Siéntate en el sofá.
Busco con la vista el sofá.
— Avanza. — muestra su arma y obedezco.
Tomo asiento y en amarra mis manos y pies con una soga.
— Pronto tendrás noticias de la pequeña Nathy y de Amy. Así que siéntete cómoda, porque estaremos juntos por un buen tiempo.
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