POV AMY

El día más esperado para mí y Luke ha llegado, he despertado muy temprano, para ir y ver cómo van los preparativos y todo está quedando hermoso.

— Amy, es tiempo de ir al salón de belleza, pedí citas para ti y las chicas a las diez. — dice mi madre, tocando la puerta con pequeños golpes.

Las chicas se quedarán conmigo todo el día y juntas iremos a arreglarnos, incluida mi madre y mi pequeña.

— Si mamá, termino de alistar a Nathy y bajamos.

Termino de vestir a mi hija y nos dirigimos hasta el auto de mi madre. Sandra vino en el suyo, así que ella y Carolina irán juntas.

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Llegamos al salón de belleza, un grupo de chicas nos recibieron amablemente.

— Buenos días, señora Donnet. — dice una mujer de unos treinta años y muy sexy a la vez.

— Amelia, buenos días. Te he dicho que no me llames señora, eso me hace sentir vieja. — Mi madre tiene cuarenta y cuatro años y a su edad, su cuerpo es espectacular, es muy hermosa.

— Está bien Lucy ¿En qué puedo ayudarlas? — dice dirigiéndonos a nosotras.

— Bueno querida, hoy es la boda de mi hija. — Mi madre me señala. — Y quiero que la pongas hermosa, junto a sus amigas.

— Han llegado al lugar indicado, hermosas. Nuestras estilistas se encargarán de ponerlas bellas.

— Muchas gracias. — dicen mis amigas a unísono.

— No agradezcan. — dice la mujer con una sonrisa.

NARRADOR OMNISCIENTE

El lugar estaba hecho patas arriba, basura y botellas tiradas por todos lados.

Dylan es el primero en despertar y lo único que hace es quejarse por la resaca que lleva encima.

— ¡Mierda! ¿Qué hora es? — Este busca su celular dentro de su pantalón. Diez y media se muestra en su pantalla. — ¡Luke! ¡Luke! — trata de despertarlo, que dentro de hora y media se convertirá en el esposo de su hermana.

— Otro ratito más mamá.

— ¿Qué otro ratito oye?

Luke aún estaba algo adormilado, que casi no le ponía atención a Dylan.

— Pedazo de tonto, hoy te casas con mi hermana.

Como si fuera arte de magia Luke se levanta y se le va todo el sueño que tenía hace unos momentos.

— ¡Mierda! ¡Es verdad! ¿¡Qué hora es!? ¿¡Porque no me levantaste temprano!?

— Porque recién me levanto.

O'Connell y Antonio tenían la misma cara al despertarse.

— Iremos a una sauna. — dice Dylan. — Eso nos quitará la resaca.

— ¿Crees que nos alcance el tiempo?

— Verás que sí, las chicas se estarán arreglando, conociéndolas demoran.

— ¡Es verdad! Por cierto, qué le pasó al amigo que trajiste. No lo veo por ningún lado.

— Me dijo que Elisa, estaba a punto de dar a luz y se fue de volada.

— ¿Elisa? — pregunta O'Connell. — ¿Elisa Vega?

— Esa misma. — responde Dylan.

— Escuché una vez a Sam, hablar de una Elisa, que no se hacía respetar por ti. — dice Luke. — Y que le terminaste por salir con Sam ¿Es esa Elisa?

— Si, bueno. Vámonos.

Dylan salió del local, mientras que O'Connell y Luke murmuraban.

POV AMY

— Estás hermosa. — dice mi madre fingiendo derramar una lágrima, para luego abrazarme.

— Muchas gracias mamá. — digo aceptando su cálido abrazo.

— Mi amor, hoy es tu gran día y espero lo pases inolvidable.

— Sé que así será. — digo mirando a mi madre y luego poso mi mirada a mis amigas. — Si ustedes están conmigo lo será. — Mis tres amigas me abrazan y trato no llorar para no dañar el maquillaje.

— Sin llorar, por favor. — expreso moviendo las manos alrededor de mi rostro. Mis amigas se echan a reír.

De repente suena el celular de Sam y contesta de inmediato, alejándose un poco de nosotras.

— Chicas. — dice Sam volviendo. — Dice Dylan que ya están en la iglesia.

Mi padre entra a la habitación. — ¿Estás lista mi pequeña?

Asiento mostrándole una sonrisa.

— Eres la novia más hermosa que mis ojos han podido ver.

— Gracias papi. — Él se acerca a mí y me da un beso en la frente.

Salimos de la casa, afuera nos esperaba un auto Rolls Royce Phantom (1925). Se veía muy bien. Y algunos compañeros de la universidad de Luke y míos, esperaban cada uno en una moto Triumph Bonneville.

Mi padre y yo subimos al auto junto con mi pequeña hija y el hijo de Verónica. Las chicas iban en el auto de mi madre.

Cuando el auto empezó a avanzar

— ¿Estás nerviosa? — pregunta el hombre que ha cuidado de mí durante veintiún años.

— Sí, papi.

— Estoy tan feliz que hayas podido encontrar al amor de tu vida. Y fruto de ese amor me has dado a la nieta más linda del universo.

— Papi recuerda que Dylan te dará a tu segunda nieta.

— Es verdad. Gracias a ti y Luke me han dado a una nieta preciosa. Y ahora la encantadora Sam y Dylan me dará a otra preciosidad. No puedo pedir más.

Todo el rato camino a la iglesia, estuvimos hablando de muchos momentos vividos que hemos pasado estos últimos años y también de los que perdimos, pero ninguno de ellos nos ha traído tristeza.

— Señor Donnet, hemos llegado a la iglesia. — Nos dice el chófer.

— ¿Estás lista mi amor?

— Si papá, lo estoy.

— Muy bien, bajemos que Luke te espera.

Papá bajó del auto primero para poder ayudarme después a bajar.

Mis amigas me estaban esperando afuera de la iglesia. Sandra y Carolina junto a dos primas de Luke que a propósito me llevo muy bien con ellas serán mis damas de honor. Y Sam mi mejor amiga junto a mi hermano serán mis testigos religiosos.

Mi pequeña Nathy sería quien llevará los anillos, está con un hermoso vestido blanco de encajes, esta divina. Y la acompañará el pequeño Max, hijo de Verónica.

Las chicas llevan puesto un vestido color champán, con hermosos buques cada una.

Nathy junto Max entran y la marcha nupcial se empieza a escuchar dentro de la iglesia resonando hasta a las afueras de la misma. Seguido de mi hija siguen las chicas y detrás de ellas voy yo.

— Es hora pequeña. — dice mi padre.

— Gracias por estar conmigo. — Le doy un abrazo y él lo devuelve de la misma forma.

— Siempre estaré ahí.

Mi padre me ofrece su brazo y lo tomo sonriente.

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El sacerdote invita a los novios a expresar su consentimiento. — Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.

— Luke Andersson, ¿Quieres recibir a Amy Donnet, como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

— Sí, quiero.

— Amy Donnet, ¿Quieres recibir a Luke Andersson, como esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

— Sí, quiero.

— El Señor confirme con su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la Iglesia y os otorgue su copiosa bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

POV AMY

Es el momento más feliz de mi vida, tengo al amor de mi vida enfrente de mí entregándonos nuestro amor para toda la vida.

— El Señor bendiga estos anillos que vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad. — dice el padre, bendiciendo los anillos de matrimonio.

— Amén. — decimos a unísono.

Luke toma el anillo y me lo pone. — Amy, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Continuando yo, tomo el anillo y se lo pongo. — Luke, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

— Ahora, yo les declaro marido y mujer. — ambos nos miramos. — Puede besar a la novia.

Esperando esas palabras Luke besa mis labios. Demostrando que nuestro amor será eterno.

— Damas y caballeros, es mi gran gozo presentarles al Sr. y la Sra. Andersson.

Todos los invitados aplaudían. Lo más importante es que lo tenga a él.

— ¡Mami! — corrección a él y a mi pequeña, ellos lo son todo.

— ¡Felicidades, amiga! — viene Sam a mi encuentro. — Estoy tan feliz por ustedes. — Me brinda un fuerte abrazo.

— ¡Mi hermana favorita!

— Soy tu única hermana. — volteo los ojos.

— Por eso eres la favorita. — dice abrazándome. — ¡Felicidades, Amy! Espero que esta nueva etapa sea muy provechosa para ti.

— Muchas gracias hermano.

Los demás invitados se acercaban a felicitarnos y nos tomamos las fotos respectivas para el recuerdo.

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— Se ve tan feliz Amy.

— Sí. Había visto feliz a mi hermana, pero no como hoy.

— Luke es el complemento de Amy.

— Y tú eres el mío. — Dylan me besa. — ¿Salimos a bailar mi amor?

Acepto sonriente a su petición. — Claro que si mi amor.

Bailamos varias piezas. — ¿Estás cansada amor? Si quieres nos sentamos por el bebé.

— Estoy bien amor, no te preocupes.

— ¿De verdad amor? No hay problema si nos sentamos,

— No amor, no pasa nada.

— ¡Chicos es tiempo del lanzamiento del bouquet de la novia! — dice el animador de la fiesta. — ¡Todas las señoritas solteras adelante! ¡Por favor! ¡Señoritas un paso adelante!

— ¿Quieres sentarte amor?

— Si amor, sentémonos.

— Ha pedido de la novia, su mejor amiga Sam Robinson. Que pase adelante para participar en el lanzamiento del bouquet.

— Está embarazada. — dice Dylan tratando de evitar que salga. — La pueden golpear.

— Dylan, nadie golpeará a tu Sammie.

— ¿Amor quieres ir? Solo si tú quieres ve.

— Sam, acompáñame en este momento, mejor amiga. ¿Sí? — Amy pone su carita, que es imposible decir que no, después de mucho tiempo, eso a ella aún le funciona.

— Está bien. — Dylan me ayuda a levantar.

— Pero qué caballero es el hermano de la novia. — dice el animador y Dylan se sonroja un poco.

— Volveré pronto. — Le susurro.

Él me da una sonrisa de aceptación. Yo solo camino para estar junto a las demás niñas.

Pienso que este es una pérdida de tiempo, no lo digo por la boda, sino por estar parada aquí sabiendo que no ganaré. Nunca gané en el colegio, una canasta por el día de la madre o algún otro sorteo. Menos ganaré hoy.

— ¡¿Lista, chicas?! — pregunta el animador.

— ¡Si! — gritan todas.

— Entonces la novia, lanzará el bouquet ahora mismo. — Las chicas se movían mientras buscaban la posición adecuada.

— A la una... A las dos... — El suspenso aumenta —. Y a las tres.

Amy lanza el bouquet y este cae justamente en mis manos.

— ¡Mierda! — digo en voz baja.

— ¡Amor! ¡Lo hiciste! — Dylan se acerca a mí y me abraza.

— Felicidades a la señorita Sam, que será la pronta futura novia de la familia. — Todos aplaudían. Y yo hasta ahora no creía haber ganado.

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La fiesta continuó de la mejor manera, todos la pasamos maravilloso. Amy y Luke eran los más felices de la boda y como no si ellos eran los recién casados.

— Las amo mis amores. — Dylan me da un beso en la frente, luego uno en mi vientre, seguido de subirse a la cama.

— Nosotras a ti mi amor. — Le doy un beso en los labios.

— La fiesta estuvo increíble.

— Si, todos nos divertimos.

— Y lo mejor es que tú serás la siguiente novia.

— Te juro que pensé que no ganaría y mira el premio cayó directamente a mis manos.

— El destino lo quiere así. — dice Dylan en un tono burlón.

— ¿Te estás burlando?

— No, claro que no. — dice nuevamente de la misma forma.

— Si lo haces, conozco tu manera de hablar, Dylan. — empiezo a hacerle cosquillas. Dylan ríe porque conozco su punto débil.

— ¡Para Sammie! — levanta la voz levemente. — ¡Ahora me toca a mí!