NARRADOR OMNISCIENTE

Han pasado dos meses desde que Dylan y Sam celebraron su tercer aniversario. Su relación va muchísimo mejor y esto pone muy feliz a ambos.

— Sammie, ya vámonos amor.

— Ya termino Dylan. — dice Sam terminando de colocarse un pendiente y arreglándose el cabello.

— Estás muy hermosa. — añade Dylan poniéndose detrás de Sam, agarrándola de la cintura y besando parte de su cuello.

— ¿De verdad amor?

— Si, ¿Sabes en qué más te ves hermosa?

— Dy, no comiences con tus comentarios perversos y calenturientos, por favor. — Sam dice divertida, logrando que Dylan ría.

— Solo estaba preguntando. — dice socarrón.

— ¡Ahora, sí! ¡Ya estoy lista!

— Bien, ahora vayamos a casa de mis padres.

Hoy para todos es una fecha importante, Amy se comprometerá con Luke el día de hoy, y ambas familias decidieron realizar una pequeña reunión en casa de los Donnet.

— ¡Llegamos!

Ambos bajan del auto y se disponen a ir a la entrada, pero sin necesidad de tocar el timbre, la señora Donnet se aparece abriendo la puerta.

— ¡Chicos! ¡Por fin llegan! Creí que ya no vendrían.

— Ya sabe cómo es su hijo señora Donnet.

— ¿Mi hijo o tú? — pregunta curiosa —. Pero mírate Sam, ¡Estás espectacular!

— ¿Verdad que sí? Ella es la mujer más hermosa que existe en mi vida. Claro, después tú, luego Amy y Nathy. — dice dándole un beso a su madre.

— Ni porque negarlo. Sam estás preciosa.

— Muchas gracias, pero usted no se queda atrás, está radiante.

— Muchas gracias linda. Pero pasen los chicos los estaban esperando. — La señora Donnet se refería a los futuros novios Amy y Luke, ya que ambos son mejores amigos de Sam.

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— ¡Buenas noches, chicos!

— ¡Buenas noches, señora Anderson!

— Llámame Nadia, siempre te lo he dicho linda, eres la mejor amiga de mi hijo, así que hay confianza.

— Está bien Nadia, dígame ha visto a Luke.

— Está arriba terminando de vestir a Nathy.

— Oh, muchas gracias. Iré a verlo.

Sam iba a avisarle a Dylan que estaría arriba, pero se le desapareció. La casa es grande y buscarlo sería una pérdida de tiempo.

Ya en la habitación de la pequeña Nathy, estaba Luke. Sam entró sigilosamente sin que se diera cuenta, ya que la escena era irresistible.

— ¿Quién es la nena de papá? — Le pregunta a la pequeña haciéndole cosquillas.

Nathy solo sonreía a lo que su padre le decía.

— ¿Quién es la más hermosa?

— ¿Quién no va a tener novio nunca?

— ¿Quién se quedará con papá toda la vida?

— ¿Qué? ¿Ahora serás el papá controlador? — pregunta Sam dando a conocer que.

— Son solamente unas pequeñas preguntitas. — dice abrazando a Sam—. Además, hay que irle enseñando a que no tenga ningún amiguito y que el único que tendrá seré yo. Por cierto, estás preciosa.

— Gracias tú también lo estás, aunque mi novio está mucho mejor.

— En serio me ofendes ¿Qué clase de mejor amiga eres?

Sam ríe, acercándose a saludar a Nathy con un beso en la mejilla.

— De las mejores Luke, de la mejores.

— ¡Sam viniste! — dice Amy saliendo del baño.

— ¿Acaso dudabas de eso? Son mis mejores amigos y no me perdería esto por nada del mundo. — dice Sam abrazando a Amy —. Aunque en verdad ya se estaban tardando.

— Queríamos esperar a que nuestra pequeña esté un poco más grandecita, Sam, no nos juzgues.

— Oh no, no lo hago. Solo estaba bromeando. — Sam ríe—. Estoy muy orgullosa de ustedes dos. — dice fingiéndose limpiar una lágrima.

— Sin lágrimas fingidas en este lugar por favor, ahora bajemos que nos esperan.

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Todos estaban muy contentos, la cena iba de maravilla y la decoración de la mesa ni hablar, ambas familias se lucieron.

Luke se levanta, ya era hora que él de sus palabras para que el padre de Amy le pueda brindar su mano.

— Señor Donnet, en primer lugar, quiero agradecerle a usted y a su familia por recibirnos en su hogar en una fecha tan especial para mí.

Como usted bien sabe, su hija y yo llevamos un largo tiempo compartiendo una hermosa etapa, que entre ella está nuestra pequeña Nathy.

Hemos aprendido a conocernos, hemos superado dificultades y nuestro amor se ha ido haciendo cada vez más intenso hasta que nos ha llevado a tomar la decisión de formar nuestra propia familia.

Su hija Amy ha despertado en mí, las ganas de mejorar como hombre, como persona y sobre todo como padre, ellas son el complemento perfecto para todo lo que soy y sé que juntos podremos ser mucho más fuertes y salir adelante en esta vida. Es por eso que, señor, le pido la autorización y su permiso para pedir la mano de su hija que pueda ser mi compañera en esta vida.

Después de hablar Luke, dirigió su vista a Amy y ella estaba muy emocionada por las palabras de Luke.

Amy sería la siguiente.

— Buenas noches, quiero agradecerles a todos por su presencia y su apoyo constante a nosotros. Gracias por ser testigos de nuestro amor. Por acompañarnos en cada paso que dimos y por estar presentes hoy en una importante decisión para nosotros.

Este compromiso también es con ustedes, pues prometemos ser mejores día a día y ser responsables en las decisiones que tomemos al formar nuestra familia y criar a nuestra pequeña.

Luego de este compromiso, nos casaremos en aproximadamente seis meses más, si todo va estupendamente bien, como lo hemos planeado.

Todos se ponen de pie y aplauden con mucha emoción, para después brindar por la felicidad de Amy y Luke, los ya comprometidos consolidan su amor con un beso.

La fiesta de compromiso no terminaría aquí, estaba programada una fiesta después de la pedida de mano.

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En el departamento de Sam y Dylan, ambos ya recostados en la cama.

— Se veían tan felices los chicos, ¿No?

— Sí, había visto muy feliz a Amy, pero nunca como hoy.

— Sin pensar que fui yo quien ayudó a que esta parejita se una.

— Es que eres la mejor. — Dylan le da un beso, Sam no duda en aceptarlo.

Dylan pone de espaldas a Sam. — ¿Quieres que terminemos está noche mucho mejor? — pregunta Dylan, bajándole el cierre.

Ella se voltea inmediatamente. — No tiene por qué preguntar. Ambos se dan un beso apasionado.