𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 37
NARRADOR OMNISCIENTE
Cada persona tiene derecho a enamorarse, como ya saben Sam encontró a su persona. Aquel chico a quien ella llama pequeño moco de vez en cuando, ahora están felices, cumplirán un año de novios, claro como toda relación tiene problemas, a causa de los celos de ambos, y otros factores que pueden existir, pero es cosa que se puede solucionar.
Ellos dos lo han sabido solucionar muy bien.
La vida de muchas personas ha cambiado en el transcurso del tiempo, y sobre todo la de ella. Después de haber tenido una relación, poco sana con una persona que no la quería, y a pesar de ello aguantaba de todo, solo para que él siga junto a ella, sin embargo, la relación de todas maneras se acabó.
— ¿Estás listo? — pregunta la joven, después de haber esperado a su novio.
— Si estoy listo, Elisa vamos.
La vida de Elisa cambió por completo, desde que se alejó de Wisconsin, empezó una nueva vida en otra ciudad, junto con sus padres y su pequeña hermana.
Tenía que seguir estudiando y se matriculó en una nueva escuela, conoció nuevas amigas y sobre todo conoció a un joven, que ahora es muy especial para ella y desde ese día, Elisa es feliz y no se siente nada parecido a como se sentía cuando estaba en la secundaria.
— ¿Dónde iremos? — interroga al chico, cuando le toma de la mano.
— Iremos en la playa, te tengo una sorpresa.
Elisa es muy feliz desde que lo conoció, él es atento, detallista y muy respetuoso.
— Adoro las sorpresas.
— Lo sé, así que no perdamos el tiempo.
— Vamos, entonces amor.
Los jóvenes fueron a la playa, él le tenía una sorpresa en una casa de playa que había alquilado, él es independiente, estudia, trabaja y sobre todo apoya mucho a Elisa.
A los ojos de ella es el chico perfecto.
— Llegamos, ahora quiero que te vendes los ojos con esto. — dice este. Elisa se cubrió los ojos y él la llevó hasta el interior de la casa.
— ¿Ya amor?
— Aún no Elisa. Tenemos que subir las escaleras.
Subieron las escaleras, con mucho cuidado, vayan a caerse alguno de los dos.
— Ahora sí, puedes quitarte la venda.
Elisa hizo lo que le pidió, para después observar que toda la habitación estaba decorada muy bonito, llena de globos en todos lados, luces rojas, copas y champán.
— ¿Te gusta?
— Es precioso. Gracias mi amor.
— Y tu tan hermosa, que mereces esto y mucho más.
Ya ustedes se deben imaginar que es lo que está a punto de pasar. No quiero dar detalles porque sé que son de una mente muy abierta y entenderán todo. (Risas).
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— Estuviste maravillosa. — dice en un suspiro acomodándose en la cama, cubriéndose.
— Tú también estuviste muy bien, sabes que me encanta hacer el amor contigo.
— Quién diría que el destino nos juntara y ahora estamos cumpliendo un año de novios.
— ¿Aún recuerdas el día que nos conocimos?
— Claro que sí Elisa.
¿Recuerdan la vez que Elisa vio a Dylan a sus amigos conversar sobre la apuesta de Sam, grabó un video y después se lo mostró a Sam?
Bien, ella habló con sus padres, habló de la relación que llevaba con Dylan. Claro, evitando la parte en la que ella aceptó tener una relación abierta y él podría estar con otras.
Esa historia sería muy mal vista para ellos y que decírselos seria, tener un problema.
Sus padres son de clase muy alta, al igual que la familia Donnet. Y estar en un escándalo como este no era muy conveniente, ya que la que quedaría mal, sería ella.
Y aunque sus padres le hayan pedido estar con él, ella dijo que ya no sentía que la relación iría muy lejos y que por esa razón terminaron mucho antes, pero como vio a Dylan en una relación no soportaba verlo con otra mujer, porque aún lo quería, así que le pidió irse de la ciudad.
Elisa y su familia se mudaron, ella dejó la escuela y terminó la secundaria en otra.
El día que ella conoció a su actual pareja, fue en un concierto que había asistido junto a sus amigas, Elisa sin querer derramó la bebida que tenía en las manos, en la camisa que tenía puesta y desde allí decidieron conocerse y frecuentar más.
— Después de todo, esa bebida no era de mis favoritas.
Ambos rieron y la noche era muy larga para ellos.
— Nunca me contaste la razón por la cual te cambiaste de escuela a mediados de año. Faltaba poco para terminar la secundaria y graduarte con tus compañeros.
— Bueno, en mi último año de secundaria mantuve una relación con un chico, mis padres siempre me decían que él sería un buen esposo para mí y que sería bueno que seamos novios. La cuestión es que él, no le gustaba nadie, siempre se mantuvo soltero y ser el popular de la escuela hacía que todas las niñas se mueran de amor por él.
— ¿Y cómo es que pudiste estar con él?
— Le propuse ser pareja, pero él no aceptó. Quizás fue mi error pensar que su rechazo sería una decepción para mis padres, así que le dije que seríamos una pareja abierta, él estaría conmigo y que también podría estar con otras. Pero que sería el mejor novio delante de mis padres. Sin razón alguna me enamoré de él y respeté la relación, yo también podía estar con otros, pero solo quería estar con él.
— Y a pesar de lo que le aguantaba, tuvo que llegar una tipita, toda ella tímida sin haber roto un plato, que logró llamar la atención de Dylan.
— ¿Así? Pues quizás tú y ese tal Dylan no estaban destinados.
— La verdad yo también pienso lo mismo. Sin embargo, ahora ellos forman una muy bonita pareja. La última vez le escribí un mensaje, deseándole lo mejor, que tuvieran una muy bonita graduación y que saludé a Dylan. Pero nunca dije quién era. Desde ese día ya no le escribí.
— ¿Y no piensas hablarles nuevamente? — pregunta muy interesado.
— Pues no estoy segura, antes de lo que hice ya habíamos terminado y le dije que me las iba a pagar, que me vengaría. Yo estaba destrozada ese día, sentía cólera, sabía cómo era él, pero nunca me importó, solo lo quería conmigo.
— Sabes si alguien me hiciera sentir así, como ese imbécil te hizo sentir, pues claro que cumpliría mi palabra y me vengaría de él.
— ¿Tú crees amor?
— Claro que si Elisa. Yo puedo ayudarte. Además, quisiera conocer a la persona que hizo sentir de lo peor a mi bebé. ¿Tienes fotos de él?
— No, pero puedo ver sus fotos en su perfil de Instagram.
— ¿Puedo ver?
— Claro déjame buscar. — Ella empieza a escribir en el navegador de la app el nombre de Dylan.
Su foto de perfil tenía de la mano a una chica, pero ella estaba de espaldas y únicamente se le veía parte del brazo de Dylan.
— Aquí están. — Él toma su celular y empieza a revisar.
— ¡¿Sam Robinson?! — dice sorprendido.
— Sí, es Sam. Es la novia de Dylan. Y por lo visto aún siguen juntos. ¿La conoces?
— Si, claro que la conozco. Estuve con ella cuando estaba en la secundaria, me enamoré perdidamente, pero ella nunca fue honesta con sus sentimientos.
— No tienes por qué recordar malos momentos amor.
— Tengo que contarte, tengo la necesidad de hacerlo Elisa.
— Está bien amor.
— Bueno ella, estuvo conmigo y con mi mejor amigo al mismo tiempo, pero ninguno de los dos sabíamos.
— Que mal amor.
— Pues si Eli, pero después que nos enteramos y la enfrentamos, salió diciendo que mi mejor amigo y yo habíamos abusado de ella.
— ¡Que descarada!
— Si, se hizo la víctima e incluso se cambió de escuela y de ciudad.
—No es posible que además de haber engañado a los dos, haya dicho que abusaron de ella.
— Nos engañó a todos y quizo dejarnos mal parados.
Saber que Elisa conocía a Sam, era la mejor oportunidad para Carlos. Un tiempo antes, pudo contactarse con ella, pero rapidamente perdio comunicacion nuevamente.
Esta información le caía como anillo al dedo. Y el no perdió el tiempo en cambiar las cosas como en realidad pasaron. Si Elisa, no se entera de nada, él estaba seguro que ella estaría a su lado en todo lo que tenía planeado. Pero sus intenciones no eran nada buenas, ni para Sam, ni para Elisa que aunque se haya enamorado de ella. La obsesion que tiene con Sam es mucho más fuerte y no lo ha mantenido tranquilo desde que abusó de ella.
— No puedo creer que sea la misma Sam.
— Lo es. Ella me hizo mucho daño, cuando ella se fue me tildaron de violador y también tuve que salirme de esa escuela junto con mi mejor amigo.
— Dylan y Sam, son tal para cual.
— Si, Elisa. Ambos hemos sufrido mucho.
— Siento que haya sido así tu vida Carlos.
— Pero, con mucha más razón, debemos volver, yo te acompañaré, me encantaría volver a verle la cara a esa zorra y golpear al imbécil de tu exnovio.
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