POV SAM

El día esperado por todos ha llegado, hoy es la graduación, y mis amigas han venido a casa súper emocionadas, sin mencionar que andan de aquí por allá dándose vueltas como locas.

— ¿A qué hora vendrá la maquilladora que contrató tu madre?

— En un rato, Carolina.

— Quedan cinco horas para que sea la ceremonia.

— Queda mucho tiempo, tranquila. La maquilladora es amiga de mi madre, y dice que es muy buena en estas cosas y que las cinco horas, que tenemos es mucho para ella.

Estas niñas sí que estaban nerviosas, en lo particular para mí es una fiesta de graduación nada más, pero si están las personas que quiero se vuelve todo, me emociona también esta situación y se me hace divertido como actúan las chicas.

— ¡Chicas, Roxana ya llegó! — Nos dice mi madre entrando a la habitación.

— ¡Por fin! — dice Carolina.

Mi madre entra con una mujer alta y esbelta que a cualquier hombre dejaría a la vista de su imaginación.

— Hola chicas. ¿Qué tal? Soy Roxana y seré quien las ponga bellas para esta noche tan especial.

— Creíamos que ya no vendría.

— Soy amiga de Verónica, y le prometí que no le fallaría en poner bella a su hija y a sus hermosas amigas.

— Entonces estamos a tu disposición Roxana.

— Bueno, chicas yo las dejo solas. — Mi madre sale de la habitación.

— Señora Verónica felicidades por su embarazo. — Le dice Amy a mi madre.

— Gracias linda. Ya sabes ahora a cuidarse mucho más

— Muy bien señoritas. — dice Roxana poniendo en mi cama todo su material de maquillaje.

Roxana nos arregla las uñas una por una, y cada quien eligió su color favorito. Yo no quise ningún color en específico, pero sí que le hiciera un diseño muy bonito.

Nos hizo poner una mascarilla facial a todas.

Un mensaje llega a mi buzón.

▬Idiota▬

Idiota: Esta será nuestra una y mil noches más juntos. Te quiero bonita ❤

No pude evitar sonreír.

— Bien chicas, el tiempo ha pasado, pueden ir al baño y lavarse con abundante agua y luego secan su rostro con una toalla facial que yo les entregaré.

Ella nos entrega una toalla a las cuatro, seguidamente fuimos a realizar lo que nos ordenó.

Continuó con las cejas, después con la aplicación de corrector y el delineado de ojos. Seguido nos aplica base, polvo compacto y rubor según nuestro tipo de rostro. O eso creo, es lo que dice Roxana.

La verdad es la primera vez que llevo tanto maquillaje en el rostro.

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— Ya estamos por acabar chicas.

— Nos estamos poniendo hermosas. Ósea ya lo éramos, pero ahora lo estaremos mucho más. — dice Sandra.

— ¿Quieren que les coloque pestañas postizas?

Obvio no.

Escuché muchas veces que ponerse eso, te dejaba sin pestañas. Yo apenas tengo, así que aún quiero mantener mis pestañas.

— Yo no. — dije segura.

— Yo si quiero. — dice Carolina.

— Y yo.

— Yo también. — continuaron Sandra y Amy.

Al terminar con las pestañas de las chicas continuó conmigo delineando mis labios junto con un pintalabios color marsala, que me pareció muy bonito y sé que combina con el vestido celeste pastel que llevaré, mi madre me eligió unos hermosos zapatos color nude. Ella dijo que combinan perfecto. Las chicas también eligieron el color de labial que les gustaría llevar.

Por fin terminó y la verdad no me puedo quejar, nos ha dejado muy bonitas.

Mi madre entra sin previo aviso.

— Pero que hermosas están, chicas.

— Muchas gracias, mamá.

Ella solo me sonríe.

— Fue un gusto trabajar para estas hermosas jovencitas, me divertí mucho a pesar de estar con ellas por tres horas.

Es increíble término dos horas antes de todo, teníamos tiempo de sobra.

— ¿Quieren que les realice algún peinado?

— ¿También haces peinados?

— Claro que si linda.

— A mí me gustaría llevar rulos, como siempre uso cabello liso, quiero que esta noche sea la excepción. — digo.

— Yo lo quiero alisado. — dice Sandra.

— A mí me gustaría un moño. — dice Amy.

— Yo también lo quiero alisado, como Sandra. — dice Carolina.

— Bien chicas iré a mi auto por las cosas que necesitaré.

Asentimos.

Prácticamente, las manos de Roxana eran muy buenas terminó en hora y media con nosotras cuatro.

Quedaban solamente treinta minutos para que sean las seis y era el tiempo que necesitábamos solo para vestirnos.

Cada una se pone su vestido y zapatos. Todas estábamos hermosas.

— ¿Cómo me veo? — Me pregunta mi mejor amiga.

— Estás preciosa.

— ¿Crees que se me nota el vientre?

— No, estás perfecta Amy.

La pancita de Amy ya está creciendo, ya tiene cinco meses y junto con Luke están emocionados de que el pequeño monstruito que lleva dentro será una niña, la noticia nos las dieron hace unas semanas. La familia Donnet y los Anderson están más que felices por el embarazo de mi mejor amiga.

Y Luke es el papá más cariñoso que puedan haber visto, engríe a Amy en todo. Son tan lindos.

— Amy te ves hermosa, al igual que nosotras, y la lindura que llevas dentro te hace ver más hermosa. — Le dice Sandra.

— Gracias chicas.

— Ahora esperemos a que sus chicos vengan por ustedes. — dice Sandra.

— ¿Por qué solo hablas de nosotras? — pregunta Carolina.

— ¿Amor ya estás lista?

— Oh ya veo.

Era Antonio, estaba muy elegante, a decir verdad, está muy guapo.

— Si amor, pero esperaremos a que los chicos vengan por ellas.

— Está bien amor, por cierto, estás hermosísima, al igual que ustedes chicas.

— Gracias. — respondemos al unísono.

Estaba en el balcón mirando el atardecer, y la verdad esto es uno de los mejores placeres de la vida, claro después del helado.

De pronto llegan cuatro limusinas y se estacionan al frente de la casa, y de tres bajan tres chicos muy apuestos vestidos elegantemente.

Luke, O'Connell y Dylan, bajan de estas tres.

— ¡Chicas ya vinieron por nosotras!

Las chicas se asoman al balcón y chillan de la emoción.

— Es increíble, bajemos a su encuentro.

Las chicas salen de la habitación, no obstante, yo me quedo observándolo al igual que él me mira a mí, hay tanta complicidad entre nosotros, seguido hace una reverencia, y yo también le sigo el juego, con una sonrisa.

Para después alejarme e ir a su encuentro, pero primero iré al baño.

POV DYLAN

Lo de la limusina fue una excelente idea. Queríamos que nuestras chicas sintieran que esta noche sería la más especial e importante de todas.

Ya estábamos en casa de Sammie.

Las chicas ya estaban abajo, pero ella aún no bajaba.

— Estás hermosa hermanita. — digo en forma de saludo para después abrazarla.

— Tú también lo estás, y aunque sigo sin creer que terminaste la preparatoria. Pensé que repetirías el curso.

— Ja ja ja. — Esa fue mi risa sarcástica. — Que te puedo decir, soy una cajita de sorpresas.

— Aunque nunca fue malo, sino un haragán. — dice mi mejor amigo.

— Bueno no lo negaré, Sammie me ayudó muchísimo.

Todos ríen al igual que yo.

— ¿De qué se ríen? — dice una voz, que para mí es bien conocida y es aquella que quiero escuchar cuando me levante en las mañanas y toda la vida.

— Del bien que me hiciste, al ingresar a mi vida, bonita.

Ella me sonríe tiernamente, bajando de las escaleras. Voy a su encuentro y la ayudo a bajar el resto de escalones que le quedan.

— Estás hermosa. — Le digo besando su mejilla.

— Gracias Dy, tú también estás guapo.

— Claro que sí, pero no más que tú.

— Bien chicos quiero una foto de ustedes. — dice la señora Verónica, haciendo que todos nos juntemos para la foto

— Digan whisky.

— ¡WHISKY! — decimos todos, con una sonrisa.

— Se ven increíbles todos.

— Verónica, quiero que me tomes una foto con Dylan. — dice Sammie, tomándome de la mano hacia las escaleras.

— Claro cariño.

POV SAM

Estábamos en las escaleras, es aquí donde quiero la foto con Dylan.

Dylan me agarra de la cintura, esa acción hace que lo mire y sonría, él sonríe de la misma manera.

— Listo cariño.

— Pero si aún no estaba lista, mamá.

— Se veían tan lindos sonriendo mutuamente, que no desaproveché la ocasión. Si quieres mira la foto, está hermosa.

Me muestra su celular, y si ahí estamos nosotros sonriendo tan espontáneamente, que la foto era perfecta.

— Está muy bonita, luego me la pasa para enmarcarla, al igual que las demás. — Dylan me mira sonriente.

— Bien chicos, es hora de irnos. — avisa Jean Pool.

— Es cierto chicos. — dice mi madre. — Nosotros vamos en el auto.

Todos salimos y subimos a las limusinas.

En el camino, Dylan y yo hablamos un poco, y de cómo fue nuestra preparación para esta noche.

Llega una notificación a mi celular, y decido no prestarle atención. Pero este suena nuevamente.

Saco mi celular y es un mensaje de texto.

▬Eduardo▬

Eduardo: Te espero en la fiesta, mi pequeña.

Era mi padre. Le respondo rápidamente.

Yo: Pensé que te habías olvidado Eduardo. 😢

Eduardo: Nunca pequeña. Sé que esto es importante para ti, y no me perderé de nada, siempre estaré contigo mi niña. Te amo. ❤️🥰

Yo: También te amo, Eduardo. ❤️

Reviso el otro mensaje y es un número que no tengo agregado.

▬Número desconocido▬

Número desconocido: Que tengas una fiesta grandiosa. Deséale a Dylan lo mismo.

Yo: ¿Disculpa? ¿Quién eres?

No respondieron, me habían bloqueado.

No sé ni quien era y me pareció muy extraño.

— Bonita, llegamos. — escucho a Dylan decir. Bajamos y la decoración de la entrada era muy llamativa, se ve increíble.

Ahora mismo deseo que esta noche sea inolvidable.

En la entrada hay un hermoso fondo para tomarse fotos, donde cada alumno que entraba el camarógrafo tomaba la foto.

— ¿Me permiten?

— Claro. — decimos a unísono y posamos para la foto unas tres poses distintas.

Después de haber entrado nos juntamos con nuestro grupo de estudio y la alcaldesa nos entregó el birrete y la toga, nos ordenó que nos lo pusiéramos de inmediato.

La directora ya estaba en el escenario, frente a todos para dar su discurso de fin de año.

Todos los invitados y nosotros los graduados aplaudimos.

— Buenas noches a todos. Tengo el enorme gusto de estar aquí con todos ustedes celebrando la graduación de nuestros alumnos.

Hoy este acto marca el fin de unos de los caminos más importantes que hemos tenido la mayoría, y que ahora como graduados lo experimentarán.

Hoy llegó el momento de despedirse, de decir adiós a la preparatoria y a todas las travesuras y problemas escolares que algunos causaron aquí. Llega el momento de empezar una nueva etapa, mirar e ir hacia delante, pero eso sí, sin olvidar el pasado, del cual la preparatoria ya está en el y ahora, cuando les pregunten ¿De dónde vienes? O ¿En qué escuela estudiaste? Tú digas "THE SKINNERS SCHOOL" y que estás orgulloso u orgullosa de haber estudiado allí, porque yo estoy orgullosa de ustedes y que han llegado hasta aquí.

— La directora Méndez se nos puso sentimental. — Me dice Amy a mi costado.

— Amy, más respeto. — Le digo entre dientes.

— Solo bromeo.

Giro los ojos.

La directora se tomó muy en serio con el discurso, ya han pasado varios minutos y aún no termina.

— Ahora es momento de anunciar a los graduados 2020. — concluye y por ende aplaudimos.

La directora iba anunciando a cada estudiante, le entrega su diploma y se toma la foto para el recuerdo.

— Bryan Aldair O'Connell Zaragoza. — mencionan y O'Connell se levanta hasta el escenario, todos aplaudían muy eufóricamente. Nunca le hemos llamado así por su nombre, ya que a él no le gustaba y prefería que lo llamasen por su primer apellido.

— Dylan Andrés Donnet Fernández. — Todos aplaudían muy contentos. Me siento muy orgullosa de él y de todo lo que ha logrado.

La directora continuaba llamando a nuestros compañeros.

— Amy Brigitte Donnet Fernández.

Llamaron a mis amigas.

— Sandra Marlén Velázquez Bravo.

— Ana Carolina Herrera Herrera.

Llamaban a mis compañeros de salón y a los de otros, pero aún no me llamaban a mí, seguido de que faltaban algunos más.

— Samantha Robinson Álvarez.

¡Por fin! Pero, ¿Tenía que decir mi nombre completo?

— ¡Felicidades, señorita Robinson!

— ¡Muchas gracias, directora Méndez!

— Has demostrado ser una de las mejores estudiantes, sigue de esta manera linda. Espero verte en algunos años.

— Muchas gracias.

Nos tomamos nuestra foto para el recuerdo.

Y continuaron llamando.

— ¡Felicidades, bonita!

— ¡Felicidades para ti también Dy!

Nos abrazamos y luego fuimos donde mis padres.

— ¡Muchas felicidades cariño! — dice mi madre abrazándome.

— Y para ti también. — tira de Dylan y lo une a nuestro abrazo.

— Muchas gracias Verónica.

— ¿Tú eres el hombre que me ha robado el cariño de mi pequeña? ¿Eres su novio? ¿Qué intenciones tienes con ella? ¿Ya se dieron su primer beso?

— ¡Eduardo! — decimos a la vez mi madre y yo.

— Deja de hacerle tantas preguntas Eduardo, asustarás al muchacho.

— Solo estoy jugando, no más le digo que cuide bien de ella. — Este le lanza una mirada de querer asesinarlo y Dylan tiene una cara de miedo que me causa mucha risa.

— Dylan ve a saludar a tus padres.

— Si, mejor. Fue un gusto conocerlo Señor Robinson.

— De igual manera joven. — Se dan un saludo de mano.

— Vas después con mis padres. — Me dice antes de irse y yo solo asiento.

— ¿Qué tal es el muchacho con mi Sam? — Le pregunta mi padre a Jean Pool. Lo bueno de mi padre es que se lleva muy bien con Jean Pool, mis padres terminaron su matrimonio de la mejor manera, el amor se acabó en ellos, fue algo drástico para mí, pero mi madre encontró a alguien y espero que mi papá también lo haga.

— Dylan es un gran chico, Eduardo. Lo he ido conociendo y es muy bueno con tu hija, la respeta y si llega a hacerle daño, prometo golpearlo.

— Que bueno que pueda contar contigo, por cierto, felicidades por el embarazo de Verónica.

— Muchas gracias Eduardo.

— Iré con los Donnet, Verónica.

— Vayamos todos. — dice y empieza a caminar.

— ¡Espera! ¿¡Que!?

— Vamos Sam, quiero conocer a mis futuros consuegros.

— ¿Tus futuros consuegros?

Mi madre ríe. — Solo vamos niña.

— Sam, cariño. Felicidades.

— Muchas gracias Anahí.

Después de todo presenté a mis padres a la familia Donnet, que en menos de cinco minutos todos congeniaron.

— Al parecer, nuestros padres se han llevado bien.

— Si, eso parece.

— Bien jóvenes e invitados, es hora de...

— ¡AVENTURA!

— ¡CELEBRAR!

Decimos los chicos y la directora a la vez.

Esto fue algo que robo las risas de nuestras familias.

La música empezó a sonar y retumbaba en nuestros oídos.

— Señorita, Sammie. Me permite concederme esta pieza de baile. — Me extiende su mano con una sonrisa.

— Gustosa joven, Dylan. — Le sonrió de igual manera.

Sin previo aviso la música cambia. Y empieza a sonar Tusa de Karol G y Nicki Minaj.

Todos los chicos incluyendo Dylan, empiezan a gritar como locos, hacen un grupito y se ponen a cantar.

— Así sea el hombre, más hombre, pecho peludo, no se resistirá a esta canción. — Las chicas ríen, por mi comentario.

POV DYLAN

La graduación cada vez se ponía mejor, toda la noche he estado bailando con Sammie, quisiera que siempre sea así, espero que también en la universidad podamos estar juntos, aún no hemos hablado que es lo que estudiaremos, pero sea cual sea la decisión estaré para Sammie.

— Dylan, ¿En qué piensas? — Me dice Sammie, sacándome de mis pensamientos.

— En nada Sammie, vayamos a bailar, disfrutemos de nuestra noche.

Continuamos bailando hasta que Sammie ya se sentía cansada y fuimos a sentarnos donde estaban nuestros padres.

Siento que hoy es la noche ideal para pedirle que sea mi novia, ha pasado mucho tiempo, y si después de lo que pasó la quería, ahora la quiero mucho más, y quiero que lo nuestro sea oficial desde hoy.

— Sammie, iré al baño en un momento vengo.

— Está bien Dylan, no demores ¿Sí? Solo descansé un poco y luego seguiremos bailando.

— No empieces sin mi bonita.

Ella niega, y me voy alejando de ella.

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Me encuentro en la azotea de la escuela y creo que sería el lugar más indicado, para que me entienda y escuche mejor.

Decido mandarle un WhatsApp.

▬Bonita▬

Yo: Sammie, ven a la azotea por favor.

Bonita: ¿A la azotea? ¿Qué haces arriba? Dijiste que estarías en el baño.

Yo: Ven bonita, tengo algo para ti.

Bonita: Está bien, ya voy.

POV SAM

No sé qué es lo que hace Dylan en la azotea, o que es lo que planea, no lo sé. Hace frío aquí arriba, espero que sea algo rápido.

Por fin llego y Dylan no estaba aquí arriba. — ¿Dylan? ¿Dónde estás? Si me estás jugando una broma, mejor no la hagas, o serás golpeado diez veces en la cara.

Empezó a reírse, saliendo de su escondite.

— ¿Siempre así de agresiva Sammie?

— Ya me conoces.

— Sí, te conozco.

— Ya ahora dime, ¿Qué hacemos aquí? Tengo frío.

— Bueno bonita, toda la noche lo he estado pensando y creo que hoy es el día.

— ¿El día? ¿El día de qué?

— Bueno bonita, sabes muy bien que tú has convertido los momentos juntos en espacios inolvidables que marcan la felicidad en mi vida y que cuando no estás, es como si la luz se apagará, te extraño a todo momento, te pienso y no dejo de soñar con el momento en que pueda verte sonreír junto a mí cada mañana y besar esos labios qué son poesía que deseo escuchar eternamente.

— Esta noche quiero pedirte que seas mi novia quiero abrir mi corazón y no tengo la menor duda de cada palabra que te estoy diciendo en estos momentos y me aterra pensar que me rechaces o que tu respuesta sea negativa por todas las estupideces que hecho. Aun así, que creí que esta noche sería la indicada.

No puedo evitar sonreír, es tan lindo.

— Estas palabras ya no son buscadas de Google, como lo hice en la primera vez, no soy muy bueno en estas cosas y estoy dando lo mejor de mí para que salga bien. Créeme.

— Como podrás darte cuenta me has tomado de sorpresa, pero debo decir que me gustó cada detalle que has preparado para mí.

— ¿Entonces? ¿Quieres ser mi novia?

Asiento emocionada. — Si quiero ser tu novia.

🍒

¡El amooorrr abundaaaa aquí!

Un corazoncito "❤" por Sam y Dylan.