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𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 21


POV SAM

Mis párpados pesaban, esto causaba que no los pueda abrir del todo. Escuchaba la voz de mi madre y de otra persona que no lograba identificar.

Me sentía mareada y muy débil.

Logro abrir mis ojos, parpadeo repetidamente para acostumbrarme a la luz, al hacerlo me di cuenta de que estaba en una habitación blanca con unos cuadros simples que no me llaman para nada la atención, reviso porque estoy aquí y al ver mis manos, mis muñecas estaban vendadas.

¿Qué acabo de hacer?

— ¿Verónica? — pregunto desorientada.

Ella volteó a verme, ya que estaba de espaldas. A lo que se volteó observé sus ojeras y ojos hinchados de tanto llorar por mi causa. Y adivinen de quién era la otra melodiosa voz.

Nótese mi sarcasmo.

Era Dylan Donnet. ¿Enserio? ¿No podría ser peor?

— ¿Ni en los peores momentos dejarás de llamarme, Verónica? ¿Verdad? — dice en una sonrisa triste. — Pero estoy feliz de que estés bien pequeña. — deposita un beso en mi cien.

— Discúlpame, por preocuparte nuevamente. — digo débilmente.

— No mi niña, no hablemos de eso. Ahora lo importante es que te mejores. ¿Sí?

— ¿Cómo estás, bonita? Me alegra que todo haya salido bien.

— Verónica ¿Por qué este imbécil está aquí? — pregunté mirando a Dylan con odio.

— Dylan fue quien me ayudó a traerte al hospital, te habías encerrado y no contestabas. Luego me asusté mucho, estaba pidiendo ayuda cuando lo encuentro fuera de la casa, él fue quién nos trajo al hospital.

— ¿Y? ¿Ahora quiere que le agradezca? — pregunto.

— ¿Pasa algo? — pregunta con confusión. ¿Enserio piensa seguir fingiendo?

Miro a mi madre para que nos pueda dejar solos. Ella asiente entendiéndome. Mi madre sale de la habitación y el lugar quedó en completo silencio.

— ¿Por qué lo hiciste, Sammie?

— ¿Qué mierda haces aquí?

Preguntamos al mismo tiempo.

— ¿Pasa algo, Sammie?

— ¿Qué quieres, Dylan? ¿Vienes a burlarte de mí? Como lo has estado haciendo durante todo este maldito tiempo.

— ¿De qué hablas?

— No te hagas el desentendido, porque sabes perfectamente a lo que me refiero.

Él se nota confundido.

¡Rayos, sí que eres buen actor!

— Sé muy bien que soy una apuesta. ¡Una maldita apuesta! — ganas de llorar no me faltaban, pero me detuve, no le mostraré a este idiota que ha logrado dañarme.

POV DYLAN

¡Se enteró! ¡Maldita sea! ¡Se enteró de la apuesta! ¿Quién carajos le habrá contado?

Yo tenía la intención de contárselo después de que despertará, ahora me siento mal al pensar que he podido lastimarla con la estúpida apuesta.

No sé, pero todo de ella me encanta, su manera de ser, la forma en la que se molesta y cuando se ríe.

— ¿Qué pasa Dylan, ahora no sabes ni que decir? — pregunta seriamente, sacándome de mis pensamientos.

— Yo... Sa- mmie...

— Ni lo niegues Dylan. Dime te suena el nombre de ¿Elisa? Pues ella me lo dijo.

— Amor, sabes que está molesta y celosa de que haya terminado con ella por ti. — dije eso tratando de calmarla, pero es la excusa más estúpida.

— ¿Amor? No me llames así, tú y yo ya no somos nada. — hace una pausa —. Es verdad, jamás fuimos nada. Para ti solo fui una apuesta. ¿Cuánto te pagarían por acostarte conmigo? ¿100? ¿200 dólares? ¿Talvez algo más?

En verdad lo sabe todo. Me siento como la peor basura que existe.

— Yo... — No tenía idea de cómo explicarle.

— ¿Tan poco valía para ti, Dylan?

— Sammie... — Esto de pedir disculpa no se me da muy bien —. Si fuiste una apuesta. — Ella frunce el ceño —. Lo admito, pero luego me di cuenta. — hice una pausa.

Sammie soltó una carcajada que se escuchó por toda la habitación. — Ahora me dirás la típica escusa que te gusto, que te enamoraste de mí y que en un par de años nos casaremos y tendremos gemelos. No me jodas, Dylan. — reí ante su último comentario.

— Lo siento. — Su rostro se puso serio —. En verdad lo siento. Hasta hoy en la tarde eras una apuesta, pero juro que al verte de esa manera no me permite hacerte más daño.

— ¿Por qué Dylan? — Me pregunta seria.

— Porque simplemente me enamoré de ti, Sammie.

Pasaron unos minutos, pero ella no decía nada.

Acabo de confesarle que estoy enamorado y ella no dice nada.

— Juro que si no hablas caeré en coma. — solté.

Nuevamente comenzó a reír tan fuerte que hasta podría decir que le salían lágrimas de sus ojos.

— ¡Mierda Dylan, sí que eres un buen actor! ¿¡Cómo es que no lo noté!?

¿¡Pero qué mierda!?

— Yo no estoy actuando, Sammie.

— ¿Crees que soy estúpida? — dice ella. — Quizás si lo fui, estuviste actuando todo este tiempo y no me di cuenta. Pero es poco creíble esa estupidez, que de la noche a la mañana pase de ser una apuesta a ser la chica de la que estás enamorado.

— Te equivocas, Sammie.

— No me llames así, soy Sam para ti.

— Sammie, estoy hablando en serio. — dije molesto.

— ¡Dylan! ¡Deja de mentir! ¡Ya! — Yo solo la miraba confundido. Le estoy diciendo la verdad. — ¡Para ti soy solo una apuesta! Siempre lo fui. — dice triste.

— ¡Lo eras! ¡Lo juro! Si, lo eras. Pero luego me di cuenta de que eres algo más que eso.

Su rostro no mostraba emoción alguna.

— ¡Eres un maldito imbécil! — ¿Habló solo para decirme que soy un imbécil?

Aunque sé que lo soy. Soy un completo imbécil.

Ya no soportaba más su indiferencia. Me acerco a ella y tomo su rostro con ambas manos. La miro a los ojos unos segundos y luego mi mirada fue hacia sus labios y junto mis labios con los suyos.

El beso era suave y tierno. Al menos intentaba llevarlo así, para que se sintiera cómoda. Pero luego ella se separó de golpe.

— ¡¿Qué mierda haces?! — pregunta molesta.

— Te besé. — respondí con total obviedad.

— ¡Deja de jugar conmigo de una maldita vez! — grita.

— ¿Sabes qué? — Ya estaba bastante molesto, muy molesto. — ¡No sé qué mierda me pasó por la cabeza al venir aquí y preocuparme por ti! ¡Eres solo una estúpida niña mimada que necesita cortarse las venas para llamar la atención de la gente a su alrededor! ¡No sé cómo pensé que me gustabas y que estaba enamorado de ti! — tomé aire.

— Eres ordinaria, patética, escandalosa, molesta, gruñona. — No me podía controlar, estaba muy molesto. — ¡Eres insoportable! Ahora entiendo por qué Lorena te dejó.

Al terminar de hablar me di cuenta de todo lo que había dicho. Gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas.

¿Qué hice?

La he lastimado mucho más de lo que había deseado.

Sammie bajó la cabeza y un sollozo se escapó de sus labios.

— Sammie yo...

— ¡Lárgate Dylan! — gritó con todas sus fuerzas.

Salí del hospital sintiéndome una completa mierda y dándome cuenta de que la critiqué de como era su manera de ser y eso es exactamente lo que me gustaba de ella.

Estaba molesto conmigo mismo por ser tan imbécil con ella.

¡¿Qué es lo que pasaba por mi cabeza para hablarle de esa manera?!

Soy un idiota.

POV SAM

¿Por qué hay personas que se empeñan en lastimarme?

Dylan lo logró, jamás debí bajar la guardia, todas las cosas que hacía por mí, era solo para ganar puntos en esa maldita apuesta. Me equivoqué una vez más.

Me siento la chica más estúpida que puede haber en este lugar, cambie mi forma de ser, mi manera de vestir por él, por ese imbécil, porque supuestamente me sentía segura a su lado.

Pero miren como resultó ser todo.

— ¡Lo odio! ¡Eres un maldito imbécil, Dylan Donnet! ¡Te odio!

De pronto entran cuatro cabezas a la habitación, eran Luke y las chicas.

Limpié mis lágrimas rápidamente. Todos me abrazaron muy fuerte y era lo que necesitaba en este momento. Los necesitaba a ellos.

— ¿Qué es lo pasó por tu pequeña cabeza para hacer eso, Sam? — Me pregunta Luke seriamente, golpeándome con su dedo en mi cabeza.

— Soy una apuesta, Luke.

Todos dejaron de abrazarme para mirarse entre ellos.

— ¿Acaso no lo sabías? — pregunté mirando a Amy.

— ¿De qué hablas, Sam? ¿Saber qué?

— Que el imbécil de tu hermano, apostó a que me acostara con él. — Me dolía que fuera así. En verdad pensé que todo lo que pasamos era sincero.

— ¿Qué? ¡No puede ser!

— Lo es Amy, para Dylan solo fui una estúpida apuesta, y yo creí que en verdad le gustaba.

— Dylan, no es así.

— No lo defiendas, por favor.

— No lo estoy defendiendo, sino que digo que él no es así.

— ¡Pero lo que sí es, es un cobarde! ¡Un cobarde que tiene que recibir su merecido! — dice Luke molesto —. Perdón Amy, pero nadie hace llorar a mi mejor amiga, ella tiene quién la pueda defender y ese soy yo.

— Tienes razón amor, Sam tiene quien la defienda, a pesar de ser mi hermano merece una golpiza. — responde ella. — Pero no es la solución.

— No es necesario, Luke. — digo para que no haga ninguna tontería, no quiero que se meta en problemas.

— ¿Entonces por culpa de Dylan hiciste eso? Sabes que eres hermosa y si Dylan solo te ve como una apuesta y no ve todo lo maravillosa que puedes ser. Él es un imbécil.

— Un completo imbécil. — dicen Sandra y Carolina.

— No fue por eso, me duele mucho lo que Dylan hizo, pero no fue esa la razón. — dije bajando la cabeza.

— ¿Entonces? — preguntó mamá al entrar a la habitación, al parecer estuvo escuchando todo.

— Carlos, mamá. Carlos me llamó. — dije.

— ¿¡Qué!?

— ¿Quién es Carlos?

Preguntó mi madre y los chicos al mismo tiempo.

— Llamaré a tu padre. Se tuvo que ir, pero esa basura no seguirá atormentándote.

Sentía que debía contarles a mis amigos lo que me pasó, ellos ya forman parte de mi vida, son las mejores personas que he podido conocer, siempre han estado para mí y sé que no me abandonarían.

— Car - los. — tartamudeó —. Carlos es la persona que abusó de mí, el año pasado. — empecé a llorar desconsoladamente, debía desahogarme, he pasado por muchas cosas y no quería estar sola. — Tenía tanto miedo que lo único que pensé que podría librarme de eso, era hacer esto. — dije señalando mis muñecas.

Ninguno dijo algo al respecto solo me abrazaron. Me sentía protegida, gracias a ellos. Y no esperaba más de ellos. Son los mejores.

— Quiero que tengas presente lo que te diré, Sam. — dice Luke. — Siempre estaré para ti, Sam. ¿Entiendes? Incluso cuando te vuelva a atropellar. — Todos reían por el comentario de Luke. Haciendo que el ambiente deje de ser incómodo y deje de llorar —. Y si ese tal Carlos, que es mucho más cobarde que Dylan, no la contará si llego a conocerlo y que, si se te vuelve a acercar o a llamar yo mismo me encargaré de él, para que nunca más le haga daño a nadie y menos a ti.

— Gracias Luke. — respondí en medio de los abrazos.

— Todos estaremos para ti mi pequeña. — Me dice mi madre uniéndose al abrazo.

— Gracias Verónica.

— ¡Samantha! ¡Verónica no! Soy tu madre por favor.

Todos rieron.

— Lo sé, mamá. — dije dándole una sonrisa.

— Sam, promete que nunca más vas a atentar contra tu vida. — dice mi madre.

— Si Sam, tienes a muchas personas que te queremos a montones y no queremos que te vuelvas hacer daño. — dice Luke.

— Sea lo que sea, estaremos para ti amiga. — dice Amy.

— Siempre. — dicen las cuatro personas más importantes para mí.

— Lo prometo. — dije sincera.

— Y si tienes problemas puedes confiar en tu madre, sabes que ella estará para ti siempre. — esta vez es Amy la que habla.

— Claro que si Sam. — continúa mi madre. — Y tú lo sabes perfectamente.

— Lo sé mamá. Y perdón por el daño que pude causarles.

— Ya no te preocupes. Lo más importante es que estás bien y permanecerás con nosotros siempre.

— Así será.

🍒

¿Quién quiere golpear a Dylan en estos momento?

 A que yo si, se nota que Dylan es de las personas que dicen las cosas y luego que ven el daño que causan, recién piensan en lo que dijeron.

¿Ahora que creen que pasará? ¿Sam perdonará a Dylan? 

Recuerden que Sam ya les contó a sus amigos lo que le pasó. ¿Pero Dylan?

Cuéntenme que piensan y si igual que yo quieren golpear a Carlos a mas no poder.

Muy pronto sabremos de él. Y que es lo que tiene en mente. ¡ALERTA SPOILER! 🚨🚨

Sin más, me despido.

Besitos y no se olviden de votar y comentar si les gustó.

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