POV SAM

- ¡Sam! ¡Ya levántate, tienes que ir a la escuela! - Mi madre está tocando la puerta.

Oh mierda. La cabeza me explota a más no poder. ¿Cuánto es que bebí?

- ¡Sam, llegarás tarde!

Ir a una fiesta un jueves por la noche, cuando al día siguiente tienes escuela, no es recomendable. En lo absoluto.

- ¡Ya estoy despierta! ¡Deja de tocar así!

Escucho como se aleja.

¡Espera! ¿Cómo llegué a casa?

- No recuerdo nada. - Me destapo y aún sigo con la ropa de ayer.

¿Qué pasó ayer? Ay mierda, me duele la cabeza de pensar.

Miro la mesita de noche y un cuarto para las siete.

- ¡Llegaré tarde si no me apresuro!

Me levanto y tiendo mi cama rápidamente. Después de eso me doy una ducha rápida.

- Buenos días, Verónica.

- Buenos días, cariño. - Me pone el vaso de jugo, unos huevos revueltos y tostadas.

Se ve muy rico, así que empiezo a desayunar.

- ¿Qué tal la fiesta de anoche?

- ¿La - fiesta? - digo mientras masticaba.

- Sam, no hables con la boca llena.

Paso lo que tenía en la boca. - ¡Así la fiesta! Eh, estuvo muy bien. Muy divertida.

Solo si recordara algo.

- Si lo noté, seguro estuviste muy cansada, que ni el pijama te pusiste y te acostaste a dormir directamente.

- Sammie, ¿Cuál es tu habitación?

- La de flores.

- Cálmate, cariño. - ¿Qué mierda fue eso? - Toma el jugo, así se te pasará. - Me estaba ahogando.

- ¿Dylan?

- Sí, Sammie.

- ¿Te quedarías aquí conmigo?

¡Maldita sea no!

- Mamá, me tengo que ir. - Agarro mis cosas rápidamente y salgo de la casa.

Dylan tiene que explicarme lo que pasó.

¿Él no pudo aprovecharse de mí? ¿O sí?

No, él no. Además, desperté con la ropa puesta. No pudo haber pasado algo.

Enciendo la moto y me dirijo a la escuela lo más rápido que puedo.

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- ¡Dylan! - Gracias a la virgen, él aún estaba en el campo. - ¡Ven aquí!

- Sammie, hola buenos días. - Se aleja de sus amigos y viene hacia mí. - Sí, yo estoy muy bien. Gracias por preguntar.

- Déjate de tonterías, ¿Quieres?

- No entiendo.

- ¿Ayer tú me llevaste a casa? - dije en un susurro. No quería que alguien pudiese escuchar.

- Sí, si lo hice. - Él también susurra. - Pero ¿Por qué estamos susurrando?

Me quedo en silencio. - Oh, ya me lo imagino.

Le miro incrédula.

- ¿Te preguntas si pasó algo entre nosotros? Pues no. No pasó nada.

Suelto un suspiro de alivio. - Estabas muy borracha, Sammie. A poco me creías capaz de...

- No. - Lo interrumpo. - Es que no recuerdo mucho sobre lo de anoche.

- ¿Solo eso recuerdas?

- Sí. ¿Tendría que recordar más? - La mirada Dylan cambia en un momento por mi respuesta.

- No. Bueno tienes que ir a tu salón. La campana sonará pronto.

Se aleja de mí y se va junto a sus amigos.

- ¡Sam! - volteo a ver quién me llamó. Es Amy que se acerca a mí.

- ¡Hola!

- Creí que no vendrías, después de lo de anoche.

- ¿Anoche? ¿Pasó algo más anoche?

- Disculpa por no haber cuidado de ti, se lo prometí a tu madre y no lo hice.

- No te preocupes, estoy bien. Verónica no se enterará.

- ¿Segura? No quiero que me odie.

- Descuida. Pero, ahora dime, hice algo malo ayer.

- Bueno, está más que obvio que te emborrachaste.

- Eso sí. No sé por qué lo hice. No debí hacerle caso a Elisa.

- ¿Elisa? ¿Ella te dio de tomar?

Asentí.

- Pero no me obligó a nada.

- Ay Sam. Elisa te odia, toda la escuela sabe que Dylan le terminó por estar detrás de ti.

¿En serio? ¿Toda la escuela?

Y como no saberlo, si Dylan no es para nada disimulado.

- No podría decirte exactamente que hacías, porque estaba con Luke bailando toda la noche.

- Era cierto lo que se dice, que el amor hace perder la noción del tiempo.

Amy se echa a reír. - Que graciosa.

La campana se da a conocer.

- Vayamos al salón. Termino de contarte estando allá.

- Sí, te habías quedado dormida en el hombro de Dylan y luego decías que aún la fiesta no terminaba, pero al final Dylan te llevó a casa y volvió muy rápido.

- Sammie, vamos. Déjame, que te llevo a tu casa.

- ¡Suéltame! Eres un maldito. Sí, vas a estar de esa manera, besándote con medio mundo que se cruce en tu camino. Te pido que no me trates como lo haces, porque no soy tu juguete, ni lo seré.

Ahora recuerdo todo lo que le dije.

- No sé qué es lo que pasa contigo. ¿Qué mierda te pasa en la cabeza? ¡Me besas delante de mis amigas! ¡Me dices en cada momento del día que te gusto!

- Sabes, estuve pensando mucho en que, si iba a aceptar mis sentimientos, tendría la posibilidad de que me llevaran a algo bueno. Me siento una estúpida al pensar eso.

¡¿Qué rayos me pasó?!

- Sammie, tú me gustas, no hay nadie más. Y esa es la única verdad.

- Tú, también me gustas Dylan.

No, no. ¿Qué fue lo que dije?

Se ha jodido todo.

- Te quiero y tengo miedo que te quiera más de lo debido.

- Sam, ¿Estás bien?

- ¿Crees que tu hermano ya está en clase?

- ¿Dylan?

- Es el único hermano que tienes Amy.

Ella ríe. - Es verdad. Bueno ahorita le toca clase de química. Tiene que estar en el laboratorio.

Me pongo de pie y pido permiso para ir al baño.

Sí. Nuevamente buscando a Dylan. No debía, ni tenía que saber aquello que le dije.

Soy una tonta. En mi vida vuelvo a tomar. ¡En mi vida!

Llegué al laboratorio.

- Profesora Viviana. Buenos días. Disculpe. ¿Dylan se encuentra en el salón?

- Buen día, señorita. No el joven no se sentía bien y le permití quedarse en el salón.

- Muchas gracias.

Me dirijo al salón de Dylan. Al estar cerca me detengo.

Solo le diré que lo de ayer fue una bobada, que estaba borracha y no sabía lo que decía.

Me repetía una y otra vez.

Sí, eso le diré.

No sabía lo que decía.

Me asomo al salón, pero no está.

- Dime, ¿Ya recordaste?

¡Santo Dios! ¡Qué susto! Dylan, apareció por detrás de mí.

- Discúlpame, no quería asustarte.

- Dylan, lo que dije ayer...

- Sí, si lo sé. - hace una pausa entrando al salón yo lo sigo - Me dirás que nada de lo que me dijiste era verdad. Que estabas borracha y no sabías lo que decías.

Que fácil fue.

- Que bueno que lo entiend...

- Pero sé que no es verdad. Sé que te gusto, tanto como tú me gustas a mí y tienes tantas ganas de besarme como las que yo tengo de besarte a ti.

No es así.

- Te equivocas, Dylan.

- ¡No mientas más! - Su voz suena en todo el salón. - ¿Por qué no dices lo que sientes? ¡¿Qué es lo que te impide a decirlo?!

- ¿¡Crees que es fácil decirlo!?

Siento el nudo en mi garganta.

- Seguro que lo fue, el día de ayer. ¡Estaba borracha! ¡Maldita sea! ¡Borracha! ¿¡Que mierda quieres que te diga!?

Me acerco a él y lo señalo con mi dedo índice.

- Tú no sabes lo cuán difícil, me ha sido poder aceptar esta mierda a la que se le llama sentimientos. - Él me mira serio escuchando todo lo que le digo. - Yo me procuré, no enamorarme de absolutamente nadie, me vestí de pantalones y poleras anchas para evitar las miradas de los hombres. Pero nada de esa mierda ha funcionado.

- No sabes por lo que he vivido, así que no puedes venir a preguntarme ¿Qué es lo que me impide decirlo? Porque son muchas cosas.

POV DYLAN

Has sufrido demasiado en el pasado. Perdón por ser yo quién te haga sufrir de nuevo. Pero tengo que cumplir con la apuesta, no voy quedar mal así que haré lo posible para cumplirla.

Se que me arrepentiré.

- Sammie. Discúlpame. - Ella me mira desconcertada, seguro no lo esperaba. - No debí preguntar, sé que has de haber pasado algo muy malo para no creer en nadie.

- Tú no sabes nada. - dice seria.

- Bueno, quizás tengas razón, no sé absolutamente nada. Pero lo que sí sé, es que me gustas demasiado. - Le digo mirándola a los ojos fijamente.

Ella esquiva la mirada hacia algún punto del salón, pero le tomo el rostro muy despacio. - Tú me gustas demasiado. - repito nuevamente. Y me encantaría darnos la oportunidad.

- Dylan, nosotros no...

- Sammie. - La interrumpo. - Permitámonos querernos, como nos queremos.

Ella suelta un suspiro, quizás ya cansada de esta situación o talvez de que me dará la oportunidad.

- Dylan, tú también me gustas mucho.

¡Bingo!

Ella se da la vuelta dándome la espalda. - Pero no quiero salir lastimada.

- Sammie, jamás. Escúchame bien. Eso jamás sucederá.

Su rostro es triste y siento mucho saber que aquello pasará cuando se entere.

Tarde o temprano ella lo sabrá y me odiará a más no poder.

Ella ha sido la única que no se ha rendido a mí desde el primer día. Y al escuchar la apuesta de mis amigos no dudé en lo absoluto.

Pero ahora. Ahora ya no sé qué es lo que puede pasar.

Sammie es una linda niña y sé que no merece que juegue con ella. Pero lo que sí está en juego es mi reputación y es quien debe seguir intacta.

Sammie me abraza de repente. Me tomó por sorpresa, ya que estaba hundido en mis pensamientos.

- Juro que traté de evitarte todo este tiempo, te ignoraba, te dejaba de hablar justamente para que me dejes de gustar, de la manera en la que me gustas, pero me es imposible. - hace una pausa. - Tú me haces sentir de una manera especial.

La envuelvo con mis brazos. - Tú también me haces sentir especial. Y quiero que eso duré por mucho tiempo.

POV SAM

Este sentimiento se siente tan bonito y a la vez con mucho temor.

Aceptar mis sentimientos a él, me ha sido muy difícil. Pero me encanta estar a su lado, siento muy sinceras sus palabras.

Quizás me esté equivocando, sin embargo, no puedo seguir guardando el cariño que le tengo y las ganas de besarle.

No me quedo con las ganas, lo tomo del cuello y uno mis labios a los suyos.

Anonadado él toma mis muslos dándole intensidad al beso. Felizmente traigo puesto pantalón.

Él presiona mis labios contra los suyos con gusto.

Comenzamos a morder nuestros labios lentamente, pero a medida que él aprieta mi trasero, yo tiraba de su cabello, la intensidad aumentaba cada vez más.

Él muerde mi labio tirando un poco.

Nos separamos solo para mirarnos a los ojos, nuestras respiraciones se combinan.

Mirándonos a los ojos fijamente, me da un corto beso para luego bajarme de sus brazos.

- Quiero estar así durante mucho tiempo. Más soy consciente que tienes clases y que no debes perderlas.

¡Mierda! Ya llegué tarde.

Me despido de él con un beso en la mejilla y salgo directamente a mi salón.

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Había aceptado mis sentimientos hacia Dylan. Y eso me llena de miedo, porque le estoy dando la posibilidad de que pueda lastimarme. Y yo no sé si podría resistir un daño más.

Pero lo que siento por Dylan es una cosa diferente. Él es diferente, me lo ha demostrado.

- Sam ¿Entonces, ya son novios? - Me pregunta Sandra.

No lo había pensado, por fin acepté que me gusta Dylan, pero en ningún momento él me dijo ¿Sammie quieres ser mi novia? Y en ningún momento yo acepté.

- Pues no, él no me ha pedido para ser su novia. Fue una aceptación de sentimientos muy rápida. - digo levantando los hombros.

- Dylan es muy imbécil, para decirte en ese mismo momento. Tiene que pensar que dirá. - Me dice Amy -. Pero, sí te lo pedirá.

- Pero no espero que lo haga. - respondo sincera. Aunque sí me gustaría.

- Profesora Lee ¿Puedo ingresar? - Alguien con una voz muy conocida para mí, le habló a la profesora. Nos acabamos de ver hace una hora o más.

- Señor Donnet, usted no es de este salón.

- Lo sé profesora, pero necesito hacer una cosa, antes de regresar a clases.

- Que sea rápido, por favor. - respondió la profesora.

Dylan entra al salón.

- Hola, chicos. - dice Dylan mirando a todos en mi salón. - Hola, Sammie. - habla nuevamente, pero mirándome a mí.

Le sonrío.

- Sammie, necesito decirte algo muy importante. - Me levanto de mi asiento y me acerco a él.

Escucharlo me ponía nerviosa. Todos mis compañeros de salón están en silencio. Miré a Elisa y tenía una mirada de odio hacia mí.

Ahora que lo pienso, que esté Dylan aquí no es la mejor idea.

- Sammie, no tengo la menor duda de lo que te diré y aunque me aterra imaginar que me rechaces he decidido confesarte la verdad. - dice agarrándome de las manos. - Desde hace algún tiempo me he sentido diferente a tu lado y es que ya no puedo verte como a la chica renegona que siempre está a la defensiva, que por alguna razón me rompió la nariz el primer día de clases. - Todos reían ante su último comentario y de la misma manera rio también. - Eres todo lo que le pedí a la vida y cada día me demuestras que eres mi chica ideal, eres la primera chica que me roba el sueño y me hace suspirar. Creo que ha llegado el momento de decirte que estoy enamorado de ti y estoy segura de que lo sabes. - Mi corazón latía rápidamente, no podría explicarlo. - Me encantaría que fueses mi novia.

¿Dijo novia?

- ¡Sam! - habló Amy, estaba sin habla.

- Sammie. - dijo Dylan acercándose a mí. - ¿Quieres ser mi novia?

- Yo... Dylan no sé qué decir. - respondí, estaba muy emocionada. No sé si en realidad debería sentirme así, pero me gusta lo que siento.

- Solo di que sí Sammie. - dice él en una sonrisa.

🍒

¡Y se dio! ¡Sam, acepto sus sentimientos a Dylan!

Y Dylan, no deja de ser un idiota.

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