𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 15
POV SAM
— ¡Chicos! Antes de que se vayan. Pido un momento para comunicarles algo muy importante. — El profesor Rogger, se pone serio. Algo inusual en él.
— Claro profesor. — dice una compañera.
— Bueno. Como muchos saben, se acerca el aniversario de nuestra preparatoria y habrá muchas actividades escolares, para celebrarlo. Junto a la directora y colegas. Brindaremos una lista de las actividades que realizaremos de aquí en adelante.
El maestro nos entrega a cada uno, un folleto. Y sí, estaban todas las actividades en que día sería realizada y a qué hora.
— ¡Haremos un paseo! — dicen varias compañeras emocionadas y los chicos celebran a su manera.
— Definitivamente asistiremos. ¿Verdad? — Me susurra Amy. El profesor seguía hablando.
— No lo sé, Amy.
— Dylan, seguro que irá.
¿Dylan? ¿El que no me ha hablado durante días? Si no es de ser específica, desde mi cumpleaños. ¿Ese mismo Dylan?
— No me digas. — digo sin gracia.
— Pero ¿Qué pasa?
— Bien chicos, espero que cada uno de ustedes participen. No quiero haraganes.
Todos ríen.
— No pasa nada. — Le respondí a Amy.
— Ahora sí, pueden irse.
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— Verónica, ya estamos en casa. — El día de hoy Amy se quedará conmigo por lo del trabajo en pareja que han dejado el día de ayer. Aunque le rogamos a la profesora que sea grupo de cuatro, para estar con Sandra y Carolina, pero se empeñó a que sea en pareja.
— Que bueno, niñas. — dice desde la cocina. — Las estábamos esperando.
¿Estábamos? Estábamos suena a mucha gente.
Apresuro mi paso, para ver con quién está mi madre.
La persona que estaba sentada en la mesa al lado de mi madre, era la menos esperada que no esperaba ver el día de hoy. No lo había visto en una semana, ni siquiera pasó a mi casa como lo hacía antes, en la escuela no había ni rastro de él. Y ahora está aquí, en mi casa. ¿Qué es lo que le pasa?
— ¿Qué haces aquí?
— ¡Sam! ¿Qué modales son esos? — Mi madre me reprende.
— No se preocupe señora, Verónica. Entiendo a Sammie.
— De todas maneras, Dylan. Esa no es la manera.
— Me iré a duchar. — digo ignorando su conversación.
POV AMY
— ¿Mi hermano y tú están peleados? — pregunto mientras que Sam busca la ropa que se va a poner.
— Estuvo desaparecido desde mi cumpleaños y que ahora se aparezca de la nada en mi casa. Me parece... — Se queda en silencio como buscando la palabra indicada para decir. — No sé lo que parece, pero me molesta.
— ¿Estuvo desaparecido? ¿En serio? Yo si lo vi está semana. — Ella voltea a mirarme.
— Vive contigo, Amy. — dice obvia.
— Así es cierto.
— Saldré pronto. — Sam se adentra a su baño.
¿En serio Dylan ha estado evitando a Sam?
Pero ¿Por qué razón?
No encuentro ninguna razón en mi pequeña cabeza, para poder entender lo que está pasando. Antes era Sam quien evitaba a Dylan, pero que Dylan lo haga, eso no es mucho de él.
Mi celular empieza a vibrar. Es un mensaje.
▬Aborto de moco▬
Aborto de moco: ¿Está bien, Sammie?
Yo: Odiándote más de lo normal. ¿Qué haces aquí?
Aborto de moco: Solo vine a darle una visita a Verónica.
Yo: ¿Has estado evitando a Sam?
Aborto de moco: Tenía que pensar al respecto.
¿Pensar? ¿Pensar qué?
He visto a Dylan muy diferente esta semana, lo noté. Pero no he querido hablar de eso con él, sé que evadirá el tema y no me hará caso.
Pero ¿Qué pasa con Sam? Está molesta con Dylan, solo porque no se ha dejado ver en toda la semana.
Como dije, lo normal es que Sam ignore a Dylan y que Dylan esté en su posición, preguntándose por qué lo ignora o porque le dejó de hablar.
Ahorita estamos en la misma posición, pero ya saben, en lugares diferentes.
— ¿Será que ambos estén enamorados?
— ¿Enamorados quiénes? — Sam salió del baño. Me asustó por un momento. Es obvio que lo están, pero ninguno da su brazo a torcer.
— Ehh, nada. Estaba pensando en unos famosos que vi hoy en la mañana.
— Uhmm, aya. Me visto y bajamos a almorzar.
— Está bien.
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El ambiente estaba muy tenso, ninguno articulaba ninguna palabra. Y la señora Verónica lo notó, porque una o dos veces me lo preguntaba con la mirada, que es lo que pasaba.
Para ella tampoco es normal que se mantengan en silencio.
— Bien, es suficiente silencio por hoy. — rompe el hielo. — ¿Qué tal les fue el día de hoy? ¬¬¬— dice mirándome.
— El profesor Rogger, dijo que en los siguientes días realizarán actividades, por el aniversario de la preparatoria.
— Qué bueno. — dice Sam, sin quitar la mirada del plato.
— ¡Haremos una excursión! — dije animada.
— Me alegra, eso de las excursiones son lo máximo. Lo digo por experiencia. — dice la señora Verónica.
— Lastimosamente, no participaré.
— ¿Por qué? — preguntamos todos en la mesa, incluyendo Dylan.
— ¿Ahora si me hablas? — Sam está mirando a Dylan con cara de pocos amigos. — Esta semana ni siquiera me dirigías la palabra. — Se echa comida a la boca y deja de ver a Dylan.
— Es una actividad para pasarla genial con todos nuestros compañeros. Y lo de esta semana, he estado ocupado.
¿Ocupado?
Estuvo tragando y jugando en la PlayStation.
¡Maldito mentiroso!
— Pues me alegra. — dijo seria.
¿Qué está pasando? No entiendo nada.
— Bien, terminé. — Sam se levanta de la mesa. Observo su plato y solo había comido la mitad de lo servido. — Me voy a mi habitación. Cuando termines puedes subir, Amy.
Ella salió del comedor y subió las escaleras rápidamente, dejándonos a los tres solos.
— ¿Qué ha sido eso?
— Señora Verónica, yo... en serio lo siento. No quise poner a Sammie de ese humor.
— No, lo sientas Dylan. Sam suele ser así.
— Lo sé. — dice mi hermano. — Pero no quisiera incomodar más. Me iré a casa. — Él me mira. — Te quedarás aquí. ¿Verdad?
Asiento.
— Fue un gusto. — Se levanta de la mesa. — El almuerzo estuvo delicioso.
— Gracias y gracias por la visita.
POV SAM
Una semana.
Ha pasado una semana más en la que no me hablo con Dylan.
¿Razón?
Ni yo misma sé.
Él no me ha escrito y bueno yo tampoco. Tengo orgullo. Y este seguirá en pie, que ni piense que yo le hablaré.
He estado pensando en lo último que le dije la noche de mi cumpleaños y creo que por eso no me habla.
Talvez no le agradó la idea de ser amigos. Pero ¿Qué podía hacer? No quiero que al final la lastimada sea yo.
Siempre soy yo la que sufre y si estar alejada de él no permitirá que aquello suceda, que así sea.
Sí, sí. Sé que no me creen, pero trato que así sea.
Me es difícil, se lo dije a Dylan. Es tan difícil, que estoy tratando de negar lo que ya está hecho.
— ¡Señorita, Robinson!
— ¡No me grites! — miro en dirección a la persona que me habló.
Ay no. Es el profesor.
— ¿Quiere ser castigada, señorita?
— No, disculpe profesor por mi falta de respeto.
— ¿En qué andará pensando? — Me mira serio.
— En nadie, profesor.
— Nunca dije en quién.
Miro a Amy, ella me mira moviendo las cejas de arriba hacia abajo.
Y ahí es donde me doy cuenta.
— En nada, no pienso en nada. — corregí apenada.
— Bien, como les decía. — Me entrega un papel.
Era el permiso para la excursión de este fin de semana.
— Tienen que traer firmado ese permiso, porque si no, el día viernes no podrá subir al bus. Y se quedará en la escuela hasta la hora de salida.
¿La excursión?
No estoy segura de ir. Pero en lo que sí, es que él irá, estoy 100% segura.
Miro a Amy está muy emocionada, el permiso consta de llevar a algún familiar o amigo que quieras que te acompañe, solo si deseas que sea así.
Está confirmado que Amy invitará a Luke, está de más negarlo.
Ellos se han vuelto la pareja más estable que he podido conocer. Hasta ahorita no han tenido ninguna pelea, a menos que yo no me haya enterado.
De vuelta con el asunto del permiso.
Sé definitivamente que tendré el permiso asegurado por mi madre y que no me lo negará, pero sé que si le digo que me acompañe. No lo hará, tiene algunas presentaciones pendientes en su trabajo. Y no quiero que pierda oportunidades, como la que tuvo de cambiarse de lugar y quedarnos aquí a vivir. Esa fue la mejor decisión que tomamos. Digámoslo así, evitando la molestia que es Dylan.
■■Día de la excursión■■
— Te cuidas. ¿Sí? — Me da un abrazo y un beso de despedida.
— Regresaré el domingo, Verónica.
— Lo sé, pero quería dramatizar un poco.
Sonrío por lo que dijo.
— Todos los estudiantes que viajarán, suban a sus buses respectivos.
— Adiós. Tú también te cuidas. ¿Ok?
— Si, cariño.
Subo al bus y le entrego el permiso al profesor que está en la puerta.
Solo los estudiantes de último año, participaremos en la excursión. Los alumnos de los otros grados realizarán otras actividades, en las cuales no participaremos nosotros.
Son de cinco a seis salones de último año y cada salón tiene un autobús de viaje.
Agradezco eso, así él y yo no estaremos en el mismo vehículo.
Observo a todos los chicos del salón. Amy y Luke están sentados juntos. Casi al último.
Sandra y Carolina están un asiento adelante de ellos.
Cada compañero elige donde sentarse, cada quien con su grupito de amigos. Elisa y sus amigas están en la parte de adelante.
Observo como queda mirándome. Pero no le doy importancia, así que empiezo a caminar.
Me acerco a los chicos, había un asiento vacío a la altura de donde estaban sentadas las chicas.
Es perfecto.
Solo diré que el lugar a mi costado está ocupado, así nadie se sienta.
Me siento en el asiento al lado de la ventana. Saco mis audífonos y me pongo a escuchar mi playlist.
El viaje será largo, escuché que será entre cuatro a cinco horas de camino. Nuevamente tendré un gran dolor en el trasero.
DYLAN
— Todos los estudiantes que viajarán, suban a sus autobuses respectivos.
— Vamos hermano.
— Creo que iré en el otro autobús.
— Pero, hay espacio de sobra. Además, hay un autobús para cada salón.
Le doy una mirada.
— Ohhh, ya entiendo.
— Nos vemos luego.
Me acerco al autobús donde irá mi hermana y Sammie.
— ¿Su permiso?
Le entrego el pequeño papel. La profesora me queda viendo.
— Bien, puedes subir.
Sonrío. — Muchas gracias.
Observo a las personas, muchos ya están en sus asientos. Mi hermana está al fondo, junto a las chicas y a Sammie. Ella estaba sola, tenía puestos sus audífonos.
— ¿Qué haces aquí? — pregunta Elisa. Desde la última vez que la llamé, no hemos hablado para nada.
— Vengo a cuidar a mi hermana. — Ella voltea hacia atrás y luego me mira volteando los ojos.
— Lo que digas. — dice girando los ojos.
Me acerco a Sammie, al parecer no nota mi presencia. Así que aprovecho en sentarme a su lado.
Sigue sin notarme.
— ¿Qué escuchas? — Le quito un audífono. Ella se asusta.
— ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu autobús. Y este no lo es. — Me quita el audífono.
— Quise hacerte compañía, siento que hemos estado un poco alejados.
— ¿Enserio? No me digas.
— Todos tomen sus asientos que ya vamos a partir. — dice la profesora desde un megáfono.
— Lo sé. Me has extrañado.
— Te equivocas. No lo he hecho.
— Yo sé que sí. Pero si quieres negarlo. Está bien, no me molesta.
Sammie se puso los audífonos y dejo de mirarme para observar por la ventana.
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— ¡Dylan!
Me había quedado dormido, observo a Sammie y ella también está dormida, solo que en mi hombro.
— Ya llegamos. — dice Amy. — Despierta a Sam y bajen rápido.
— ¡Sammie! — Le llamo.
De sus labios solo sale un pequeño quejido.
— Hemos llegado, bonita.
Ella abre los ojos ligeramente. Estos se encuentran con los míos, estamos muy cerca diría yo.
— ¿Qué haces tan cerca de mí? — Se aleja rápidamente.
— Te recuerdo que has estado durmiendo en todo el viaje, en mi hombro. — Me sobo el hombro haciendo una mueca de dolor. — Y créeme, duele.
Ella solo se levanta y empieza a caminar, ignorando lo que le dije.
La sigo. — ¿No me pedirás disculpas?
— ¿Por qué lo haría? — dice volteando.
— Es de mala educación responder una pregunta con otra.
— Entonces, no. No me disculparé. — Sin más que decir se baja del autobús y va en busca de su maleta.
Me alejé por mucho tiempo de ella, ahora siento que me detesta cada vez más, pero yo necesitaba pensar.
Mi cabeza tenía ideas locas.
No sé en qué momento se me ocurrió hablarle de la apuesta. Claro no fui obvio. Pero dentro de mí, quería saber qué es lo que ella pensaba.
He hecho varias apuestas como está, pero siento que es muy diferente a las demás. Ella es diferente.
Y eso hace que me confunda. El objetivo es que ella se enamore de mí. Más no yo de ella.
Y siendo realista no está funcionando.
Ahora tengo que continuar con ella, con la apuesta. Nadie se resiste a Dylan Donnet. Y Sammie, n o se me resistirá.
— Muchacho, baja.
— ¡Oh sí! Lo siento. — Me bajo. — Gracias por el viaje.
POV SAM
— Bien chicos. Antes de que se vayan a sus cabañas respectivas. Tengo que darles algunas indicaciones.
La directora se tomó el mayor tiempo en dar recomendaciones, entre ellas respetar el lugar, no ensuciarlo. No fomentar el desorden y que respetemos las actividades que haremos este fin de semana.
Las cabañas fueron asignadas, nos dijeron que habría entres seis a siete alumnos en cada una y claro estaba que seriamos separados por sexos.
Las chicas, mi hermana y Sammie estaban en otra cabaña. Y yo, estaba junto a tres compañeros del salón, Cristian también y por último Luke.
Antes no había notado el lugar, pero es un hermoso paisaje, el sonido del viento es digno de escuchar. Aquí se puede respirar aire fresco.
— Ahora sí, pueden ir a instalarse. Nos reuniremos aquí mismo, dentro de una hora. Para ir al comedor y poder almorzar. Y luego realizar la primera actividad de la tarde. — dice en una sonrisa.
POV DYLAN
— Te extrañaré, amor mío. — escucho.
Es Luke, no quería soltar a mi hermana.
— No me quiero separar de ti, mi amor. — dice mi hermana dramáticamente.
Volteo los ojos, tomando a Luke de los brazos. — Vamos sepárense.
Observo a Sammie, ella se acerca a ayudar con Amy.
— Vamos Amy, no dramatices tanto. Lo verás en una hora.
— Una hora es mucho tiempo. — chillan ambos.
— Como es posible que sean tan dramáticos. Vamos Luke. — jalo de Luke con fuerza y logro separarlo de mi hermana.
— Te extrañaré, cariño. Nunca me olvides. — grita al estar ya alejados.
— Jamás lo haré, amor mío.
Con estos no sé puede.
POV SAM
La primera actividad es una competencia de Bádminton.
Ni siquiera quería participar. Pero que me hayan puesto a competir contra el idiota de Dylan.
Oh si, esa idea me fascina.
Ya han jugado otros dos grupos. Y nosotros somos los siguientes. Sé las reglas al pie de la letra y que se juegan tres sets, pero por la cantidad de compañeros que quieren participar, solo será de uno.
— ¡Oh! Bonita. Te divertirás.
— No me llames así. — digo mirándolo seria.
— Tranquila, Sam. — Mi compañero de juego es mi mejor amigo. Y nuestros rivales, Dylan y Amy.
— No le digas a una persona que se tranquilice, cuando sabes que no lo hará. — dice Dylan y me guiña el ojo izquierdo.
Maldito pequeño moco.
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La competencia estaba a punto de terminar. El puntaje iba 20 - 19 a favor de Dylan. O ganaba él o yo lo empataba.
Nos pasábamos el volante. Ninguno quería perder y menos yo.
— ¡Luke! — dije en un grito agudo. Pero, reaccionamos demasiado tarde.
El volante ya se encontraba en el suelo.
— ¡Luke! ¿¡Donde tenías la cabeza!?
— ¡Hemos ganado! — celebra Dylan.
— Los Donnet, han ganado. — dice la directora.
— Lo siento, Sam. Juro que no la vi.
Ya no le digo más, sé que solo fue un juego. Y todo era para divertirnos.
— Buen juego. — Me acerco a Dylan y extiendo mi mano. Después de todo se perder.
Él la toma. — Buen juego.
Se aleja de mí y va al encuentro de mi mejor amigo. — ¿Qué te pasó al último, Luke?
— ¿Y tú? No sabía que jugabas tan bien Bádminton. — Me acerco a Amy.
Amy ríe. — Ni yo lo sabía. Pero nos divertimos mucho.
— Así es.
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