𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 12
POV SAM
Estoy demasiado nerviosa, esta es la segunda cita que tengo con un chico. Y la primera no es digna de recordar, en ninguno de los aspectos.
Dylan dijo que me veía muy bonita y bueno yo no pienso lo contrario, sé que me veo muy bien, mi madre se empeñó en que me vea genial, aunque le haya dicho que no era necesario.
Estamos en su auto y no sabía ni qué decir. El nerviosismo me ganaba por completo.
— ¿Adónde me llevas? — Fue lo único que se me ocurrió decir. Hasta creo que fue una pregunta con muchísima desconfianza. Y como no, estoy muy nerviosa.
— Es una sorpresa, Sammie. — responde él. — Tranquila, no será nada malo. Lo prometo. — dice con una sonrisa.
— Okay. — añado simplemente.
Todo el camino no hablamos, mis manos no dejaban de sudar y ni hablar de mi ritmo cardíaco.
¿Qué rayos me pasa?
— Sabes por un momento creí, que me dejarías plantado. — Dylan rompe el silencio incomodo que mi nerviosismo había causado.
— ¿Eh?
— Sí, pensé que te encontraría en pijama, con su cabello desordenado y con un pote de helado al costado, viendo sus caricaturas favoritas.
Solté una risita. — Estaba pensando en hacer eso, pero le comenté a mi madre que me habías invitado a salir. Y bueno, así como me ves hoy, es gracias a ella.
— Entonces, le tengo que agradecer a tu madre, porque estás preciosa.
Después de eso no dije nada más, digamos que cada vez me ponía más nerviosa.
Dylan continuó conduciendo por un buen rato, pero luego detuvo el auto de la nada, por un momento pensé lo peor.
— ¿Ya llegamos? — pregunto dudosa.
— Necesito que cierres los ojos, es una sorpresa lo que tengo para ti. — responde.
— ¿Es necesario, Dylan? — No estaba muy convencida.
— Sí, solamente será un par de minutos, por favor. — Él notó mi inseguridad. — Te lo prometo, solo será por un par de minutos.
— Está bien. — cerré los ojos y el auto empezó a avanzar nuevamente.
Después de unos minutos sin abrir mis ojos, el auto se detuvo por segunda vez.
— Ahora sí, ya llegamos. Ahora necesito que sigas manteniendo los ojos cerrados.
— Okay, Dylan.
Salió del auto para ayudarme a bajar.
— Con cuidado Sammie. Dame la mano. — Me ayuda a bajar. Su mano la sentía cálida y por más mínima que sea, me mostraba un poco de seguridad. Aun así, dudé de él.
Caminamos un buen trecho. Aun con los ojos cerrados pude escuchar el sonido de las olas estrellarse al pie de la orilla.
— Llegamos. — escucho decir a Dylan.
— ¿Ya puedo abrirlos?
— Ya puedes, bonita. — abrí los ojos y en verdad no tengo palabras para explicarles lo que veo en este instante.
Estábamos en la playa, había una alfombra con velas alrededor y almohadas a los lados. Con comida y bebidas. Es hermoso.
— ¿Qué es esto, Dylan? — Le pregunto algo conmocionada.
— Esto es para ti, ahora entiendes por qué quería que salieras conmigo. — dice agarrando mi mano.
— Dylan, yo...
No sabía qué decir. Las palabras no me salían de la boca.
— No te preocupes Sammie, quiero que te sientas cómoda, todo esto es para ti. Eres una chica muy hermosa y no lo digo solo por hoy, que te has vestido de esa manera. — pone su vista en mi atuendo —. Tú eres hermosa ante mis ojos, con el estilo de ropa que siempre usas.
— Gracias Dylan. — Noto como me sonrojo y bajo el rostro para que él no se dé cuenta.
— No sientas vergüenza. Todo que ves aquí, está hecho para ti y quiero que disfrutes de esta noche. — Él toma mi barbilla levantándola y me da un beso en la mejilla.
Esta vez no pude evitar ese beso.
Nos sentamos, todo esto es tan hermoso, que aún no me lo creo que Dylan Donnet haya hecho esto solo para mí.
— Te traje fresas, creí que te gustarían. — Me dice.
— ¡Bromeas! Es mi fruta favorita. — cojo una y le doy un mordisco, él sonríe al verme disfrutar. — Están deliciosas.
— Quiero saber más de ti Sammie. ¿Qué es lo que te gusta? ¿Cuáles son tus miedos, Sammie? ¿Tú defectos y virtudes? — Me pregunta muy interesado. — Quiero conocerte mucho más a fondo.
— Creo que ya sabes lo que me gusta. El helado de menta con chispas de chocolate. — respondo.
— En serio sigo pensando, cómo es que te cabe tanto helado. — Me interrumpe. — Pero, bueno. Sigue. — dice, echándose a la boca una fresa. Para luego dejarme continuar.
— Las fresas, son mis favoritas. — Le señalo la que tengo en la mano. — Adoro el jugo de pera.
— ¡Es que lo sabía! — Me vuelve a interrumpir.
— ¿De qué hablas? — Le pregunto.
— De que te gusta el jugo de pera, también te preparé.
— ¿En serio?
En verdad me ha sorprendido mucho. Nunca imaginé que Dylan haya hecho todo esto por mí. O que tenga demasiado interés como para saber estás pequeñas cosas.
POV DYLAN
Viendo la expresión de Sammie, sé que le ha gustado todo esto.
Amy ha hecho un buen trabajo con la decoración, luego le agradeceré por esto.
Sé que todo esto es por la apuesta, pero sentí que esforzarme en algo como esto, es algo que ella merece.
No puedo evitar no mirar a Sammie. Justo ahora se está terminando la última fresa que le traje.
— Han estado deliciosas, muchas gracias.
— No agradezcas, todo esto era para ti.
Estuvimos conversando y comiendo lo que preparé, todo está delicioso.
Después de eso nos echamos a mirar las estrellas y justo hoy todas las estrellas se han puesto de acuerdo en aparecer todas juntas. El cielo estaba precioso.
Sammie se había puesto encima de mi brazo y tenerla así de cerca me hace sentir muy bien.
— Gracias, Dylan. — dice Sammie de repente.
La miro y ella hace lo mismo.
— ¿Gracias por qué?
— Por todo esto. Nadie ha hecho algo así por mí. — Me da un beso en la mejilla.
— Es lo que te mereces, eres la mejor chica que he conocido.
— Esta es mi primera cita. — dice ella. — Y ha sido la mejor.
— Es broma, ¿Verdad? — pregunté —. Eres muy bella, y pensé que había un montón de chicos detrás de ti.
— No es así, Dylan. — Lo dice muy triste. De repente se reincorpora y toma asiento.
— ¿Te pasó algo en Florida? — Me atreví a preguntar.
— Donde vivía antes, era muy tímida. No era así como soy ahora, que estoy siempre a la defensiva con cualquiera que se me acerqué. No tenía muchos amigos, la única amiga que tuve falleció y no estuve a su lado. — Ella posa su mirada al mar, con una mirada muy triste.
— Lo siento mucho Sammie. — Sé lo que se siente perder a alguien muy cercano. Yo he vivido exactamente la misma experiencia.
— Ella siempre me defendía en todo. Siempre me cuidaba. Era mi mejor amiga. Se llamaba Lorena y era muy linda. — Su voz empezó a entrecortarse y pude observar que estaba llorando.
— ¿Cómo murió? — pregunte preocupado y esperaba que mi pregunta no le molestase.
Soltó un suspiro. — Murió, mientras dormía. De un aneurisma cerebral. — dice con la voz quebrada. — Ninguno de su familia lo sabía. Solo hasta el día de su muerte. Y lo que más me duele es que no estuve para ella ese día.
La miro sin comprender.
— Ella me dijo que me quedará a dormir con ella la noche en la que pasó todo, se sentía muy mal, pero yo preferí irme a una fiesta en la playa, que después de todo fue la peor fiesta en mi vida. Su muerte fue por mi culpa.
— No fue tu culpa Sammie.
— Si lo fue, ese día ella me dijo que se sentía mal, me pidió de favor que me quedara con ella, pero la rechacé. Ni siquiera la llamé para preguntarle si ya se sentía bien. Fui una egoísta que solo pensé en mí, ese día.
POV SAM
Inicio del Flashback
— Sam, en verdad no puedes quedarte esta noche conmigo. — Mi mejor amiga insiste.
— Sabes que he quedado con Carlos. Él ha estado planeando esta salida desde semanas y lo sabes, Lorena.
— Bueno, lo intenté.
— ¿Sigues con el dolor de cabeza? — Le pregunto, desde la mañana me comentó, que le dio un fuerte dolor de cabeza. En ella esos dolores han sido muy seguidos últimamente.
— Si, los dolores han sido más fuerte que de costumbres, pero con las pastillas que he tomado, me han bajado un poco.
— Las pastillas te harán efecto muy pronto, mañana que te sientas mejor salimos a pasear.
— Está bien. — Me dice desganada.
— ¿Estarás bien?
Ella se arropa y se acomoda en su cama. — Si, disfruta de tu salida con Carlos. — dice sin mirarme.
— Vendré mañana lo prometo.
Salgo de su habitación y regreso a mi casa a arreglarme.
— Fue mi culpa por dejarla ahí con ese dolor de cabeza.
— Sammie no debes sentirte culpable. — Dylan me toma del rostro y limpia mis lágrimas —. Debes estar feliz, Lorena ahora debe de estar muy contenta por ti. Y claro que no fue tu culpa, sé muy bien que ella lo sabe, al igual que tú. Eres una excelente persona y sabe que no estás sola.
— Me tienes a mí, a Amy. A Sandra, a Carolina y al tonto de Luke. — trato de sonreír un poco.
— Efectivamente, Luke es un tonto. — digo en una sonrisa triste.
— Prométeme que siempre sonreirás de esa manera. — Dylan me mira fijamente, haciendo que lo mire también.
— Lo prometo. —
— Ya que hablamos de Luke, ¿Sabías que está saliendo con mi hermana?
Al escucharlo no pude evitar reír como loca.
— ¿Qué sí lo sabía? — continúo riéndome —. Yo los ayudé para que se junten.
— ¡¿Qué?! — pregunta con horror.
— No te molestes, ambos se gustan. — digo levantando los hombros.
— Nosotros nos gustamos y...
— No te hagas ilusiones pequeño moco. — Lo interrumpo.
— ¿Cómo que no me haga ilusiones? — Él se levanta y hace que me ponga de pie. En una acción rápida que él hizo, ya me tenía levantada en sus hombros.
— ¡Dylan bájame! — Le ordeno.
No me hace caso y va directo al mar. No es lo que estoy pensado. ¿O sí?
— ¡Dylan bájame de una maldita vez!
— No lo haré. — dice en un tono divertido.
Ya había avanzado lo suficiente al mar.
— ¡Dylan bájame ya! Si no lo haces, juro que te golpearé diez veces. — Y sin pensarlo, el muy idiota me baja.
— A sus órdenes. — Me suelta sin darme tiempo de reaccionar, haciendo que me mojara por completo.
— Pero ¿Qué hiciste imbécil? — Lo empujo.
— Tú me dijiste bájame y te bajé. — responde levantando los hombros.
— Eres un tonto.
Empezó a reírse y a salpicar agua.
Estuvimos un buen rato allí jugando en el mar.
Vi que se distrajo un poco, en eso aproveché en hacerle una broma por haberme dejado caer al frio mar.
Tomé una gran bocanada de aire y me sumergí al agua.
Al instante Dylan nota que no estoy. — ¡Sammie! ¡Sammie! ¡No me asustes! ¿Dónde estás? — Trataba de aguantar un poquito más. Me empezó a buscar, pero no daba conmigo.
— ¡Sammie! ¿¡Dónde te has metido!? ¡Responde!
Pude sentir la desesperación en su voz y a mí el aire ya me faltaba.
Dylan está a espaldas de mí y aprovecho en salir y abrazarlo por detrás. Se da cuenta rápidamente que soy yo. — ¡Sammie! ¡Qué susto me diste, por favor no me vuelvas a hacer esas cosas! ¡Me preocupaste mucho!
No dijo nada, tan solo me pongo de puntitas y le doy un corto beso en la mejilla.
— Gracias por preocuparte por mí y por haberme escuchado, no sabes cuánto lo necesitaba y gracias por la bonita noche que me has brindado.
Sé que también hablo con Ximena mi psicóloga sobre mí y Lorena, pero sentí en que podía confiar en él y contarle de mi mejor amiga.
Dylan quiso aprovechar el momento para besarme, pero no se lo permito.
— Ahora vámonos, pequeño moco. — comenzó a reírse.
— ¿En verdad seguirás llamándome así? — Me pregunta.
— A partir de ahora, será tu nuevo apodo. — rio —. Ahora vamos, no quiero pescar un resfriado. — Tomo su mano para salir del mar.
Arreglamos todo y lo pusimos en el auto.
El meterme al mar, no fue una de las mejores ideas de Dylan, estaba haciendo mucho frio. Tengo toda la ropa mojada y no me ayuda para nada.
— Póntela, se ve que tienes frío. — Dylan me ofrece su casaca y no dudo en aceptarla.
— Muchas gracias.
Nos subimos al auto y me llevó de regreso a casa.
POV DYLAN
Ya habíamos llegado a casa de Sammie.
— ¡Por fin! — dice Sammie —. Me gustó mucho esta noche. Gracias en verdad.
— Si me das la oportunidad, puede ser así siempre.
— No Dylan, yo no te estoy pidiendo eso.
Le tomo del rostro. — Sammie, me gustas y si es necesario haría que cada día para ti, sea perfecto.
— Eres un mujeriego Dylan, a ti te gustan todas. — dice desganada, abriendo la puerta del auto.
— Sammie, escúchame. — Le tomo la mano para que no se vaya. — Tú en verdad me gustas, sé que no me crees. Pero cuando estoy a tu lado me olvidó de todo. — En parte eso es verdad. — A tu lado no pienso en acostarme contigo, lo único que pienso es que tú la estés pasando bien. Tú me llamaste la atención desde el primer día en que llegaste, tú no fuiste detrás de mí a coquetearme, a insinuarse. Al contrario, fuiste y me rompiste la nariz. — Ella ríe ante mi comentario —. Y eso y muchas cosas más son las que me gusta de ti, te das a respetar y no te quedas callada ante algo que no te gusta.
— Dylan, no hagas las cosas más difíciles.
— ¿Difíciles por qué?
— Porque si, Dylan, porque sí. Eres no sé algo que no puedo explicar.
— Solo di que te gusto Sammie, solo dilo.
— No, no me gustas. — La tomo del mentón y acerco mi rostro al suyo.
— Mírame a los ojos y dime que no te gusto. — Me mira tal y como le digo, pero desvía su mirada y se suelta. — Si te gusto.
— No.
— Si no te gusto, entonces porque desvías la mirada, porque no me miras a los ojos y solo me dices: "No Dylan, no me gustas"
— Porque eres un idiota Dylan, y sí si me gustas y no sé cuál es la estúpida razón por la que esto esté pasando, eres un idiota y no puede gustarme un idiota, no me puedes gustar tú. — Sammie cubre su rostro con sus manos.
Me permito deshacer eso y la tomo de las manos.
— Tú también me gustas y yo sí sé cuál es la razón. — La miro a los hermosos ojos que posee y ella esta vez sí me mira de igual manera. Nuestras miradas se dirigen a nuestros labios y nuevamente a los ojos.
No pido permiso y me atrevo a besarla, esperando que ella lo reciba y continúe con esto.
Pero no fue así. Sammie se apartó de mí rápidamente.
— No puedo, Dylan.
— ¿Por qué no, Sammie?
— ¡Porque eres hombre! ¡Eres un maldito hombre, Dylan! ¡Y no puedo confiar en ti! ¡Me entiendes!
Ella sale rápidamente por la puerta. Yo bajo atrás de ella. No debo dejarla ir.
¿Tanto es que me odia? O, mejor dicho, tanto odio tiene a los hombres.
— ¡Sammie! ¡No te vayas!
— ¡Déjame en paz, Dylan! — Se quita la casaca que le di y me la lanza.
— Sammie.
— Cariño ¿Qué pasa? — La señora Verónica abre la puerta.
— Dylan, vete por favor. — dice antes de entrar a la casa.
— ¡Sammie!
— Dylan, ya escuchaste a mi hija.
— Señora Verónica, necesito hablar con ella.
— Déjamelo a mí. Ahora vete.
No entendí nada, pero no quise insistir más. No quiero que Sammie me odie más.
— Está bien. Que tenga buenas noches.
— Buenas noches.
POV SAM
Observo como Dylan se dirige a su auto, no sin antes subir su mirada hacia mi ventana, pero logro esconderme.
Se sube a su auto y se va.
Logro soltar un gran suspiro. Agradezco que mi madre no haya dejado entrar a Dylan en la casa. Y que lo mejor para mí sería que él se vaya.
— ¿Cariño? — Mi madre toca la puerta.
Me dirijo a la puerta y le abro.
— ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué llegaste así? De esa manera.
— No lo sé Verónica. Dylan, me confunde demasiado.
— Dylan te gusta. ¿Verdad?
Busco ropa seca para cambiarme, recordando lo que pasó está noche. — Creo que sí mamá.
— Si te gusta. ¿Entonces porque lo trataste así?
— Me besó, mamá.
— Entiendo cariño.
— Ahora pienso que no debí salir con él. Acepté para que no confunda las cosas y la que ha salido confundida he sido yo.
— No debes arrepentirte de nada hija. Sé muy bien porque dices esas cosas.
— Si mamá, tengo miedo a que suceda de nuevo.
— Todas las personas no son iguales y en el tiempo que llevo conociendo a Dylan, sé que no sería capaz de hacerte daño en ninguno de los sentidos.
— Nadie sabe eso.
— Y tú menos cariño. Si es que Dylan te gusta, al menos dale la oportunidad de que te demuestre que no es igual a él.
— No lo sé, Verónica. Tengo miedo. — Me tiro en mi cama exhausta.
— Ven acá cariño. — Ella se sienta y da palmadas en sus faldas. Poso mi cabeza sobre ella. — Sé que tienes miedo. Pero ya todo depende de ti, mi amor. Siempre te apoyaré en lo que decidas.
— Gracias mamá. Te quiero mucho.
— Y yo a ti, mi pequeña. — Mi madre besa mi frente, haciéndome sentir mejor.
Necesito alejarme de Dylan, él no se puede acercarse más a mí.
©MI AMOR MAS BONITO®
.█║▌│█│║▌║││█║▌║▌║
POR ✩⊱Docebesitos
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro