Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

 El tiempo sin él me parecía eterno; es como si se convirtiera en una necesidad que mi corazón me pedía a gritos, así que como si fuese una maldita adicción en cuanto el sol se ocultaba iba en su búsqueda.

—Juliette —Grita Abrecht detrás de mí, giro a su encuentro y descubro que viene acompañado... el joven de los ojos turquesas.
—Te presento a Am. —Toma mi mano besándome el dorso como todo un caballero, típico de los creados hace siglos, esto no es algo habitual en la gente hoy en día
—Mucho gusto Juliette —sonríe mostrándome su maravillosa dentadura y sus afilados colmillos, es apuesto, incluso su presencia es demasiado imponente.
—Am estará apoyándonos por aquí por órdenes de Nahima, le estoy mostrando la ciudad.
—¿Eres nuevo por aquí? —pregunto fingiendo no recordarlo.
—Se podría decir, viajo constantemente a medida que se puede, pero llevo poco tiempo de regreso en la ciudad, tú lo sabes, debemos pasar desapercibidos —guiña el ojo
—Me pareció haberte visto anteriormente —le recuerdo
—Así es, disculpa si no pude quitarte la mirada de encima, pero eres muy hermosa. —Abrecht carraspea y Am solo ríe de manera masculina; no sé que responder, solo lo observo como si fuese mi cuadro favorito.
—Es momento de irnos Am — interrumpe Abrecht, el hombre que me acaban de presentar toma nuevamente mi mano mientras se acerca a mi rostro, sus labios se acercan a mi oreja, y me siento como una presa fácil, es apuesto, y lo que acababa de decir resuena en mi mente
—Fue un placer bella Juliette —Mi piel se eriza al escuchar su voz tan cerca de mí, él parece notar que me pone nerviosa y siento incluso que lo hace a propósito, él parece que sabe el efecto que causa en mi

Alguien me toma por sorpresa rodeando mi cintura y me gira hacía él. ¡Esos hermosos ojos cafés, ese cabello rizado que parecía cobrar vida por sí mismo de lo rebelde que era!

—¡El tiempo me parece que pasa tan lento cuando no estoy junto a ti! — Dice Alexander hundiéndome en su pecho.

Junto a él odiaba ser quien era, ¿Qué no daría por ser diferente y poder ser parte de su vida? Amaba pasar el tiempo con él, me hacía olvidarme de todo, pero al final de la noche, odiaba mi ser, mi vida, y era un vaivén de sentimientos que no me hacía nada bien. Toma mi mano y comienza a caminar, adoraba que tomara de mi mano, me hacía sentir segura, como si nadie pudiera tocarme o hacerme daño, Llegamos hasta su automóvil e invita a subirme.

—¿Tienes tiempo? — pregunta —demasiado diría yo respondo mentalmente
—¿por?
—Quiero salir de la ciudad esta noche, se me ha ocurrido algo, y pensando en que tus papás están de viaje... ¿quieres ir conmigo?
— Si — respondo rápidamente sin saber qué es lo que planea

Maneja por carretera un par de horas y me gusta esta sensación de estar con él, reímos y hablamos en el camino; llegamos a un pueblo con calles empedradas y casas bastante pintorescas, las luces tenues del lugar lo hacían verse mágico y parecía ser parte de un sueño,

—¿Te gusta el lugar?

—Claro es muy bello — respondo

Bajamos a caminar por la plaza principal, hacía ligeramente un poco de frío pero él a mi lado y abrazándome lo dejaba pasar por alto, su risa, su mano cálida, su sola presencia traía a mi vida calma.

—Quería venir contigo, tú y este lugar son mágicos, y estoy buscando inspiración.
—¿Qué es lo que ves en mi Alexander? —pregunto con temor, porque no entiendo porque quiere estar conmigo.

Me observa detenidamente, hace un mechón de mi cabello largo negro detrás de mi oreja y después de un largo suspiro respondió.

—Intento describirte en cada uno de mis libros, pero aún no encuentro las palabras exactas para hacerlo, Eres muy bella —dice acariciándome el rostro—– Me encanta verme reflejado en tus grandes ojos verdes, tu cabello largo y negro te hace ver muy femenina, tu piel morena ¡Me fascina! Pero independientemente de que físicamente eres bellísima, tienes un toque de magia que no puedo con él, eres misteriosa, trato de descifrar quien eres y aunque siento que te conozco perfectamente, de pronto me topo con pared y siento que no conozco absolutamente nada de ti, ese misticismo, me hace sentir como un niño pequeño a lado de ti si supieras todo lo que has despertado en mí, tendrías miedo incluso de mis pensamientos.

Paseamos por el lugar, por varias horas, tontéabamos como novios mientras caminábamos por esas calles, sabía que no tardaba en amanecer y eso me preocupaba, la noche se había pasado volando entre platicas, recuerdos, sueños por lograr de su parte, me encantaba escucharlo tan jovial, tan lleno de vida, de ilusiones, quería ser parte de su vida, pero sabía que eso no podía ser, sin embargo, trataba de disfrutar todos esos segundos que pasaba con él.

—¿Regresamos a casa? —pregunta pero sé que amanecerá dentro de poco
—No creo que sea lo correcto, no has descansado nada, ¿Sera que haya un hotel por aquí donde podamos quedarnos?
—Conozco unas cabañas saliendo del pueblo, ¿Quieres quedarte ahí?
—Si, está bien.

Alexander reserva una de las cabañas, el lugar es muy bello, con terrenos desiguales, llenos de árboles y altos pinos, cada cabaña lejos de la otra, demasiado romántico, mi corazón latía nervioso, entramos a la nuestra, era pequeña, una enorme cama nos daba la bienvenida llena de rosas, y un jacuzzi del lado izquierdo en la misma habitación, miraba a Alexander curiosa, él se sonrojaba, podía escuchar su corazón latir nervioso.

—Era lo único que había, no quiero que creas que... es con alevosía y ventaja, si quieres... puedo dormir en el auto
—No, está bien... es solo... ¿es lindo no?
—Si. – sonríe

Camino hacia el par de ventanas que hay y comienzo a recorrerlas para que no entre la luz del sol, ahora solo tengo que encontrar una manera para que no descubra el por qué no puedo salir de día y la razón por la que no cómo ni bebo algo.

Me recuesto en la cama y siento su brazo rodear mi cintura, su respiración en mi oído me pone nerviosa, lucho contra mí misma, sabía que no iba a poder responder si hacía otro movimiento.

—Juliette quiero que seas parte de mi vida
—Yo también quiero que seas parte de la mía, es solo que...

Pone su dedo índice sobre mis labios pidiéndome que no hable más, me giró hacía él, sus ojos cafés a la luz cálida y tenue del lugar me hacían derretirme por dentro. Sus labios estaban tan cerca de mí. Quería besarlo en ese momento, quería fundirme en sus besos y sus abrazos, quería experimentar tantas cosas con él, y ya estaba tan cerca de mí...

—Es hora de dormir Alexander, buenas noches —beso su mejilla y giro del lado contrario, sé que si me besa... no me podré resistir...

Tardó en conciliar el sueño... yo todavía un poco más, pero en sus brazos, tan lejos del mundo exterior, sabía que él simplemente era... ese dulce ser que ha traído color a mi vida tan oscura.

Había pedido servicio para la habitación, él dormía plácidamente, lo contemplaba encantada, suena su celular y despierta apresurado contestando, noto que es su mamá, está al teléfono cerca de cinco minutos. Me mira tiernamente mientras sigue recostado.

—Así quiero despertar todos los días, ven acá conmigo. —Me tiende la mano, para acercarme a él, mientras me pongo a un lado suyo

—Ya comí, tenía demasiada hambre, perdón por no esperarte, pero hay comida para ti.
¡Gracias! - Besa mi mejilla tiernamente.
—¿Quieres que salgamos a pasear? —Ese momento había llegado... ¿Cómo le digo que no puedo salir a la luz del día?
—¿O prefieres que nos quedemos aquí?
—Aquí podemos quedarnos — respondo aliviada. ¿No te importa?
—Mientras esté a tu lado, cualquier lugar es el correcto.

Seguimos platicando, probó bocado y yo lo miraba anonadada, no entendía como él... un ser tan fugaz... me hacía sentir tanto placer visual.

—Juliette, no quiero que creas que todo lo tengo planeado, que venía con un fin aquí, nunca te faltaría al respeto.
—¿Por qué lo dices?
—Es que... quiero meterme al jacuzzi – dice sonrojándose como niño chiquito, mientras lo señala con la mirada
—¿y? — digo riéndome.

—No quiero que se vaya a malinterpretar.
—Tranquilo no pasa nada. Adelante.
—¿Segura?
—Si, está bien.

Alexander comienza a desprenderse de sus prendas mientras el jacuzzi se llena, se queda únicamente en ropa interior, su cuerpo es delgado, pero bastante bien formado, no sé si se ejercita, pero... si pareciera que cuida mucho su aspecto físico, es joven, también supongo que eso ayuda, su espalda parece tan suave y siento que podría hacer dibujos conectando sus pecas. Se mete al agua calientita el vapor se ve salir del jacuzzi yo únicamente lo observo

—¿No quieres acompañarme? — Pregunta con ojos suplicantes.

Mi cabeza dice ¡No lo hagas! Mi cuerpo dice ¡Hazlo!, sé perfectamente que una cosa lleva a otra... y no quiero que suceda algo más... no me voy a poder detener... se levanta del jacuzzi su cabello ya luce húmedo, el agua recorre su rostro, sus labios, su pecho... me estoy derritiendo por dentro y no se lo quiero demostrar. Se acerca a mí, en ese momento él sabe que me pone nerviosa y de hecho lo está disfrutando. Me da su mano suavemente.

—Ven —quiero salir corriendo de ahí, ¡pero no puedo! —Está bien...

Comienzo a desabrochar mi vestido, quedándome en ropa interior, muero de nervios por dentro, mientras él vuelve a meterse al jacuzzi, fingiendo que no observa, tapa sus ojos para que yo pueda entrar junto con él.

Quedamos frente a frente, él parece disfrutarlo como niño chiquito, sabe el efecto que está causando en mí, se acerca lentamente, yo solo aprieto mis labios tratando de sacar todo mi estrés mueve mi cabello hacía al frente de los hombros, y comienza a masajearme la espalda.

—¡Estás muy tensa Juliette! — dice tranquilamente...

¿Cómo no voy a estar tensa? Te tengo frente a mí, el hombre que más me encanta en el mundo, casi desnudo, estamos solos... ¡y qué no quisiera hacerte! respondía en mi mente.

—¿puedo? — se acomoda detrás de mí. Yo puse mi espalda en su pecho, recargaba mi cara entre su hombro y su barbilla.

Me quedo ahí por varios minutos solo dejando la vida pasar, me gustaba su olor, y el latido de su corazón me calmaba, odiaba esos momentos con él, porque me volvían loca en diversas formas, quería decir y hacer tantas cosas con él, pero caía en mi cruel realidad, y eso me dolía todavía más...

Su mano comenzaba a acariciarme desde la cintura hasta mi cadera, su mirada estaba perdida, ojalá pudiera leer sus pensamientos...

—Me gustas Juliette — dice de manera serena aún con su mirada perdida.
—Tú también me gustas Alexander, mucho más de lo que pudieras creer.
—Me gusta tu compañía, sabes que has encontrado a la persona correcta, cuando solo quieres estar ahí con ella, cuando es ella tu lugar predilecto en el mundo, cuando no necesitas nada más, cuando esa persona, es tu paz.

Lo miré sorprendida, me gusta lo que dice de mí. Me mira, sonríe de una manera muy cálida, besa mi frente, y comienza a acariciar mi cabello.

—Eres mi persona favorita. — respondí

Si había algo parecido alcielo... eso era estar junto a él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro