Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Han pasado algunas semanas desde entonces, Alexander se ha recuperado y aunque confieso que todas las noches vuelvo a estar en la misma encrucijada se no volver a estar junto a él, somos como imanes y termino a lado de él. ¿Cómo no correr a él? Si es un caballero, una excelente persona y sobre todo me daba esa dosis de adrenalina que cualquiera necesita... ¡Amor! Amar a alguien prohibido me hace sentir viva, como si fuera una persona normal, a veces incluso olvidaba todo lo que conllevaba mi vida sin él.

En otras ocasiones era inevitable no recordar quien era, sobre todo aquellas donde tenía que reunirme con la gente de mi especie, Nahima; podría decirse es como nuestra reina, es quien controla a los vampiros en nuestra ciudad, algo como una especie de gobernante, por ejemplo cada que un vampiro llega a nuestra ciudad tenía que presentarse ante ella, para poder "cazar" o conseguir comida, era muy joven cuando fue creada, sabes que es diferente en cuanto la ves, ojos grises, cabello negro y piel extremadamente blanca, aunque... seguro es alguien que roba miradas sin necesidad de enfocarse en lo físico y es que... su forma de vestir es muy extravagante, lo malo de las almas viejas es que no se acostumbran a veces a las novedades del mundo, y ese era su caso, por ejemplo en el aspecto de la moda parecía haberse quedado en el siglo XVI ¿Quién no voltearía a verla? Solo causaba risas a su alrededor cuando caminaba en algún lugar lleno de gente, pero eso no la inmutaba ni un poco.

Así que cada mes teníamos una reunión con la gente que conforma esta sociedad, cenas llenas de mortales, sangre, espectáculos artísticos y depravación total en cualquier lugar. Recordándome quien soy... un ser condenado que toma sangre para sobrevivir

—Sé lo que has estado haciendo— me dice Nahima mientras se acerca
—¿Yo? – finjo inocencia, de hecho creo que se había tardado en hablar conmigo.
—No me puedes ocultar nada, ¿Lo sabes no?
—Es solo... me siento bien con él.
—Pero es un mortal, ¿Cuánto tiempo crees que puedas ocultar tu verdadero ser?
—No lo sé — un par de años quizá, un poco más, pero será obvio cuando él llegue a cierta edad y yo siga pareciendo una joven.
—No te puedo prohibir que lo veas tajantemente, las cosas prohibidas por alguna razón provocan tentación, pero.... Si te pido que no te ilusiones tanto, que no te enamores, diviértete con él, pero no olvides quien eres realmente y conserva nuestro secreto y se muy cuidadosa, sabes que muchos otros vampiros son muy celosos con lo que somos.

Sabía perfectamente lo que me decía, entendía lo que era, debo recordar que no soy normal, y que él me puede encantar, pero somos tan diferentes, y muchas cosas nos separan en realidad. Nahima se aleja de mí me encuentro sentada entre una multitud de seres inmortales y me hace sentirme tan vacía, pareciera que todo se mueve rápidamente mientras yo estoy en cámara lenta, en esos momentos los vampiros estaban en un festín, decenas de mortales comenzaron a llegar como cena, y yo solo observo aterrada la situación, es como si de pronto abriera los ojos y me diera cuenta que no quiero ser algo tan ruín y cruel, pero esto es mi verdadero yo, un alma condenada a vagar en la oscuridad, a comer cenizas y a beber sangre para sobrevivir, me levanto furiosa por mi verdadera esencia, mientras todos se dejaban ir con el éxtasis de los latidos y la sangre de aquellos mortales, en el fondo estaba asqueada de todo eso, pero necesitaba sangre para sobrevivir, ¡No quiero ser esto! ¡Esta no soy yo! Me decía una y otra vez mientras tenía entre mis brazos a ese pobre mortal tratando de entender lo que estaba sucediendo, lloraba mientras mi cuerpo exigía cada vez más y más sangre, Abrecht llegó rápidamente y me lo quitó de las manos... mis labios estaban llenos de sangre, caí arrodillada al suelo, mientras me esforzaba por minimizar todos mis sentidos.

—¿Estás bien? — pregunta Abrecht

—Juliette se encuentra bien— dice Nahima mientras me ayuda a recobrar mis fuerzas. —esta eres tú querida Juliette un monstruo— murmura en mi oído —no lo elegiste pero por ahora no tienes otra opción

Habían pasado varias noches desde entonces cuando acompañé a Alexander a una feria universitaria, le tocó exponer acerca de algunos cuentos que él había escrito, observarlo como parte de la audiencia, y admirarle me gustaba mucho. Cuando baja del escenario varias de sus compañeras se acercan a él mientras él se abre paso para ir junto a mí

—¿Cómo estuve? — pregunta ignorando al sequito que está detrás de él de mujeres con ojos de enamoradas

—Excelente, eres muy bueno con lo que haces.

—Nada de eso, solo... tengo una buena musa. — guiña el ojo

En el fondo siento un poco de celos de ver como lo miran todas las chicas, es un chico muy guapo, y se ve que también muy popular, todo mundo le habla, lo saluda, los profesores se acercan para felicitarlo y para decirme que era una chica muy afortunada, y seguro era la envidia de muchas chicas.

Seguimos caminando entre toda la multitud un par de amigos suyos nos invitan a una fiesta que iban a tener en la casa de uno de ellos.

Mientras se ponen de acuerdo con la dirección siento que alguien me observa, busco de donde proviene, unos ojos turquesa están clavados sobre mí desde el otro lado del lugar, de hecho mientras Alexander daba su conferencia ya había notado su presencia y su mirada fija en mí, es como si supiera quien soy realmente, trato de ignorar lo que siento pero cada vez es más penetrante, me presta demasiada atención y eso me pone muy nerviosa. Alexander nota mi inseguridad en ese momento.

—¿Te sientes bien?

—Sí, estoy bien... vamos...

Mientras nos retiramos un hombro choca contra el mío, ¡Lo sabía! Él era de la misma clase de persona que soy, nos miramos el uno al otro, estoy impactada, tiene un fuerte efecto en mí, no puedo reaccionar, Alexander lo nota.

—¿Estás bien? – Me pregunta Alexander y asiento— Ten más cuidado al caminar amigo.

—Disculpa Juliette — dice el hombre mientras se escabulle entre toda la gente.

—¿Lo conoces? —pregunta Alexander confundido, él sabe quien soy, incluso sabe mi nombre.

—Alguien sin importancia – respondo mientras me pregunto a mí misma, ¿cómo sabe quién soy yo?

Mientras se escabulle entre la gente observo hacia donde se dirige, voltea nuevamente hacía mí y me sonríe, pude notar sus colmillos, no queda duda, el hombre de los ojos turquesas era como yo.

Llegamos al lugar donde varios amigos de Alexander se encontraban reunidos, en ese momento se acercó con nosotros su amigo Cristobal con un par de vasos llenos de cerveza,

—¡Qué bueno que hayan venido! —dice mientras nos entregaba los vasos

—Solo venimos un rato – contesta Alexander mientras quita el vaso de mis manos y los pone a un lado. Mientras yo respiro aliviada.

—Se me olvida que no tomas. – dice con voz burlona Cristóbal, hacia Alexander

—Ni ella. – Su amigo voltea a verme con cara de intriga preguntando si es cierto lo que él dice

—De hecho, no tomo—levanto los hombros y le sonrío —pero gracias.

Seguimos caminando alrededor del lugar, un chico se pone frente a mí, lo puedo reconocer, es el chico que quitaron entre mis brazos antes de que terminara asesinándolo.

—Tu cara se me hace conocida

—Juliette no va a los lugares de mala muerte a los que vas Andrés – dice Alexander con voz de fastidio, incluso quitándolo de frente de nosotros

—Podría ser, pero... de verdad que... su cara se me hace muy familiar.

—Disculpa, no te conozco – respondo intentando parecer honesta

— No le hagas caso Juliette —responde Alexander mientras toma mi mano y me saca del lugar

—Perdón por traerte aquí, mis amigos son un poco incómodos

—No te preocupes

—¿Podemos ir mejor a tu casa?

—Si, está bien. —respondo, prefiero salir de aquí lo antes posible

A pesar de que estoy con él, la noche me trata de alguna manera de recordar quién soy realmente, el chico de los ojos turquesa y Andrés por poco y me reconoce; estando con él, olvido quien soy, pero por alguna razón por lo menos esta noche, todo me hacía recordar que no debo estar aquí, no debo estar con él, es como si la vida misma me dijera... ¡no lo mereces! Tú eres un vampiro, eres inmortal... estás condenada... y él... él parece tan efímero, simplemente lo sabemos... las cosas buenas no duran para siempre, y eso sentía... lo veía, me veía reflejada en sus ojos cafés, el viento despeinaba sus rizos, me hacía sentir viva, pero a la vez... sabía que... nuestro amor era imposible...

Alexander maneja de la fiesta hasta mi casa, me encanta observarlo, parece llenar mi mundo, su belleza llena mi alma.

—¿Tus papás no se molestan si estoy aquí tan tarde? – interrumpe mis pensamientos.

—¿Mis papás? Ah... no... están de viaje... - respondo rápido mientras abro la puerta y entramos a la sala.

—¿Qué podemos hacer? —pregunta inocente y a mi se me ocurren un par de cosas, pero... no estamos ahí

—No lo sé

Se sienta en el sillón y me jala con su mano para que me quede junto a él, el lugar está oscuro y ligeramente entra la luz de la calle, todo está tan silencioso, y alcanzo a escuchar el latido de su corazón incluso me pide que me me acurruqué en su pecho abrazándome.

—Me gusta lo que me haces sentir. —dice

—¿Y qué te hago sentir?
—Traes paz a mi vida querida Juliette— mientras juega con mi cabello.

—Tú has traído más paz a la mía te lo aseguro.

Se recuesta en el sillón y me rodea con sus brazos, me siento tan protegida, tan llena de vida, este estoy segura que es mi lugar correcto, sus brazos, siento que aquí es donde debo de pasar toda mi vida, mi inmortalidad... Se queda dormido junto a mí, observo su hermosa piel, sus hermosos rizos negros, sus grandes pestañas, aún dormido, para mí parece perfecto. Me paso toda la noche contemplándolo, no puedo creer que él esté aquí conmigo, tan cerquita de mí, de vez en cuando él abría los ojos y me descubría observándolo, sonríe somnoliento y me acerca más a su pecho.

—Eres mi persona favorita Juliette — dice en su voz grave y baja

En mis sueños guajiros me hacía toda una vida con él, pero el amanecer me recordó, que no soy como él.

—Alexander despierta, ya amaneció.

—No me quiero ir, aquí estoy bien, a tu lado.

—Pero tienes que ir a trabajar. —Me observa con el rabillo de su ojo y asiente

—¿Te veo esta noche?
—Seguro.

Se incorpora, aún con su look somnoliento y despeinado me sigue pareciendo tan apuesto; Me da un tierno beso en mi frente y sale de la casa.

No podía olvidar la sensación de estar entre sus brazos, una sensación de nostalgia me invade, sé que me quiere, que siente lo mismo por mí que yo por él, quiero luchar contra mí misma, pero... al mirarme al espejo sé... que no soy como él, me llena de inseguridades, luchao contra mis demonios, él es tan bueno... y yo soy tan distinta... él se merece algo más.

—Esta eres tú – me digo frente al espejo

Sin embargo... llegaba lanoche y ahí estaba yo, deseando reencontrarme con él, con mi mortal favorito.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro