Capítulo 7 🦋: ¿Un buen comienzo?
Theo Miller.
Han transcurrido días de haber estado en el club y esa chica no se me sale de la cabeza. Algo que hizo que quedara impactado, es que tenía una que otra marca en la zona baja de su espalda y si mi memoria no me falla, habían más marcas. Sí, estuve con ella pero aquellos hematomas eran inevitables no verlos, tampoco quería entrometerme en su vida, porque de pronto no quería hablar sobre ello.
¿Tendrá alguien que la golpeé? Porque eran moretones y se veían algo recientes, aunque alejo esos pensamientos de mi cabeza, ya que mi mamá me regresa a la realidad, llamándome en repetidas ocasiones.
Quise venir a Londres para visitarlos, porque por mi trabajo no he tenido tiempo de hacerlo y luego mi mamá, es capaz de llegar a cualquiera de los países dónde tengo que estar, puedo decir que me quiere pero ese amor maternal lo demuestra a su manera, cada madre tiene una forma distinta de evidenciar aquel sentimiento.
—¿Hijo porque no estás comiendo? —me pregunta mamá, casi no tengo apetito.
Su nombre es Cristel Denson de Miller, lleva casada con papá desde antes que yo naciera. También tengo una hermana menor de dieciséis años, quién está a mi izquierda comiendo su almuerzo, pero la noto algo pensativa.
Mi hermana Briana Miller Denson si heredó los ojos de mi papá, son de color miel y cuando se observan en un día soleado el color es exquisito, su cabello es negro y sus mejillas son decoradas con unas pequeñas pecas. Antes la molestaba por eso, porque me gustaba hacerla enojar pero me parecen preciosas esas pecas.
—Theo ¿Cuándo me llevarás a conocer Nueva York?—me pregunta Briana.
—Cuando salgas de vacaciones —contesto.
Ella está por terminar la secundaria y una de las tantas cosas que me hizo prometerle si llegase a ser reconocido, es que cuando pudiera económicamente la llevaría a las ciudades o países dónde fuera a estar, pero no he podido hacerlo porque sus horarios escolares no encajan con mis vuelos.
—Una promesa, es una promesa ¿Cierto?
—Es una promesa —le aseguro y me levanto de la mesa, no quiero que después mi mamá comience con el interrogatorio.
Paso cerca de la piscina, ya que estamos en la mesa que hay en el patio trasero de la mansión Denson. Esta casa le fue heredada a mi mamá por parte de su padre. Ella fue una cantante de ópera muy importante en Europa y técnicamente a nivel internacional. Por su parte, papá es un artista en cuanto al arte, tiene unas obras muy buenas.
Me dirijo hacia mi habitación la cual es espaciosa. En una esquina tengo varios discos de vinilos, coleccionaba los de mis bandas favoritas, en las paredes hay uno que otro póster precisamente de mis bandas favoritas, está adaptada a mis gustos, Cristel casi no me deja colocar absolutamente nada de lo que tiene.
Cierro la puerta a mis espaldas y al ver el instrumento con el que toco con pasión me regresa el alma al cuerpo.
Me acerco y al piano de cola, después me siento en la silla que tengo al frente de él, paso mis dedos por las teclas del enorme instrumento de madera fina, hasta que me detengo, cierro los ojos y respiro profundo.
Recuerdo las melodías de Cornfield chase de Dorian Marko, me dejo llevar por la melodía de la canción y presiono cada una de las teclas. Sonrío para mí mismo porque no lo he olvidado como pensaba, es música para mis oídos al mismo tiempo me tranquiliza.
El ritmo musical suena tan relajante e indescriptible para mí, que aumento la velocidad de mis manos al llegar al coro. Necesitaba esto, necesitaba olvidarme del mundo así sea por unos minutos por medio de cada una de las melodías del piano.
Finalizo la melodía, mi sonrisa se acentúa y abro los ojos, pero salto al escuchar que alguien aplaude a mis espaldas.
—¡Bravo! —menciona con orgullo mi hermana, luego se sienta en la parte libre de la silla donde estoy, bajo el atril para cubrir el teclado.
—Theo ¿Por qué no te vuelves pianista?—indaga Briana.
— Y tú por qué en vez de estudiar medicina veterinaria ¿No te vuelves cantante?—le respondo con otra pregunta.
—Mejor dejemos el tema, pero eres extraordinario hermano.
—Gracias, pero será un secreto entre nosotros dos ¿De acuerdo?—le muestro el dedo meñique.
—Pero espero que la mujer que llegue a estar con mi hermano mayor también lo sepa ¿Es un acuerdo?—me contradice Bri.
—Trato hecho. — digo y cruzamos los dos dedos meñiques de ambos.
— Y ¿Cómo vas con los chicos?— cambio de tema, Briana rueda los ojos y se levanta rodea el piano para mirarme directamente.
—Son aburridos y por ahora no quiero estar en una relación.
Nos quedamos un buen tiempo mencionando cosas de ambos tenemos una muy buena comunicación, sin contar que los chicos con los que ha llegado a salir mi hermana los llama "esclavos" porque para ella no ha llegado el indicado, adicional me pregunta cómo son los países que he llegado a viajar, sus idiomas, costumbres, comida, cultura.
Ahora juntos estamos en la sala viendo una película de Disney. Es la bella y la bestia. Ella está sentada a mi lado izquierdo con una cesta llena de palomitas, que poco a poco voy sacando de la misma para mí.
Porque se que vamos a hacer maratón de películas de Disney, incluyendo las películas de Narnia, son mis favoritas y esa fue la condición, yo me aguantaba ver todas las películas de princesas, que sin importar el tiempo que pase siempre seguirán siendo sus favoritas.
Así como a mí me sucede lo mismo con Narnia.
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Colombia, San Andrés.
Hope.
Estar en San Andrés es maravilloso, todo es distinto a comparación con Nueva York, te sientes en otro mundo, aunque me ha costado un poquito dialogar con otras personas, ya que no tengo dominio del todo sobre el español.
Dejo que el agua del mar cubra mi cuerpo. Le dije a mi mejor amiga que quería salir un momento sola, para compartir tiempo conmigo misma, porque creo que lo necesito. El cabello se humedece y las pequeñas olas chocan contra mi cuerpo.
Giro un instante y sonrío para mí misma, esto es estupendo, me siento como si fuera yo misma. La Hope que ama el mar, la Hope que quiere comerse el mundo y conocerlo en su todo esplendor, la Hope que le encanta la escritura y tiene una imaginación infinita. No fue mala idea irme de la ciudad por unos días, porque no la estoy pasando del todo mal, muevo mis manos con delicadeza sobre el agua.
Esta tranquilidad hace tiempo no la sentía. Empiezo a nadar para salir porque ahora por la noche estaré en un SPA con Kiara. Adicional los padres de ella se están alojando en un hotel cerca al de nosotros.
Llego a la orilla, ahora camino dirección hasta la carpa que nos habían asignado y el sol está a todo su esplendor, traigo puesto un traje de baño de dos piezas de color azul.
En mi cuello cuelga un collar de pequeñas conchas para la ocasión, en el tobillo de mi pie izquierdo una pulsera que hace juego con los pendientes que traigo puestos.
El agua se resbala por mi piel y el cabello todavía lo tengo húmedo. La arena se me pega a los pies cada vez que camino, me acerco a la carpa asignada.
Uno de los meseros del lugar se acerca a dónde me encuentro.
—¿Señorita se le ofrece algo?—pregunta y lleva una bandeja con una variedad de cócteles de diferentes formas.
—Solo una soda.
Me la entrega y saco de mi bolso el móvil, trataré de tomar una foto aesthetic con la bebida en una copa, en dónde el fondo sea la playa. Miro desde varios ángulos. Publico la fotografía en mis historias de Instagram, no le coloco stickers o la ubicación, la dejo tal cual como la capté. Después de haberlo hecho dejo el móvil en una de las mesitas que tengo a los costados de la silla, tomo las gafas y las uso para cubrir mis ojos.
—Hope. —escucho la voz de Kiara a mis espaldas.
Se sienta en la silla que tengo a un costado de la mía, trae ropa de playa, un vestido corto floreado, su cabello negro está suelto y sus ojos cubiertos por unas gafas.
—Adivina quién más se nos unió a la diversión— lo dice un poquito aburrida y llega Daniel mi mejor amigo se sienta a mi lado.
Lo abrazo estoy emocionada por tener a mis dos mejores amigos conmigo, podrán ser mis mejores amigos pero ellos no saben lo que me hace Thomas, no es fácil mencionarlo y mucho menos para quienes te quieren o te ven como un ejemplo a seguir, menos mal para esta fecha los pocos moretones que tenía ya se han desvanecido.
—De acuerdo ya que llegué yo, recorreremos la isla. —comenta Daniel.
—Entonces Hope recoge tus cosas y saldremos, aprovechando que alquilé un auto. —agrega mi mejor amigo.
Recojo cada una de mis cosas al igual que el móvil, mientras lo tengo en mis manos vibra varias veces y son reacciones sobre la historia, no he actualizado ni he escrito desde el día que estuve en la cafetería, por un lado agradezco haber traído mi iPad, la saco del bolso mientras caminamos hacia el parqueadero de la playa.
Antes de tenerla en mis manos me coloco el vestido de baño corto y también las gafas, además las sandalias para no pisar el parqueadero descalza, ya que, debe estar caliente. Sigo a Daniel y a Kiara, mientras desbloqueo el aparato tecnológico que tengo en mis manos.
Pasamos por varias tiendas y al final llegamos al parqueadero.
Me detengo al ver a mi mejor amigo abrir la puerta del auto, esto no es un auto es una aeronave, es un Mazda de color rojizo y es hermoso, solo espero poder conducirlo. Kiara se sube a los asientos traseros, entonces eso me indica que debo estar en el asiento del copiloto.
Cierro la puerta y después busco mi perfil de Wattpad en el iPad, tengo varias notificaciones, pero prefiero revisarlas hoy por la noche y responder cada uno de los comentarios, porque me gusta interactuar con mis seguidores sin importar que sean muchos, ya que soy más o menos ¿Reconocida? Quiero seguir conservando esa parte de mí.
Entro a los borradores y comienzo a escribir las ideas que tengo respecto a que llegaría a suceder en mi libro. Luego escribo el capítulo como tal para actualizarlo. El auto se mueve y paro un momento al recordar que no me coloqué el cinturón de seguridad. Sonrío al ver una notificación de Instagram en el iPad porque cierto apellido me parece familiar.
Miller. Miller.
Ingreso a la notificación de mi cuenta y su perfil es verificado y ha reaccionado a mi historia, entonces contesto, stalkeo su perfil y ahora sé su nombre.
Theo Miller.
Aunque quién sabe si tiene conocimiento sobre mi nombre verdadero, porque aquí uso un seudónimo, lo empiezo a seguir en Instagram ya que él me siguió a mí primero.
Cuando entra una videollamada de Instagram y es precisamente de él, no sé si contestar porque Daniel está a mi lado: Sé que Kiara no me dirá nada, pero no sé cómo llegué a reaccionar mi mejor amigo, así que busco los audífonos en mi bolsa los conecto al iPad, después me los coloco y contesto.
—Hola, señorita Wright. —habla Theo con cierta picardía en su voz y me sonrojo por ello al recordar la noche en que estuvimos juntos.
—Hola, señor Miller. —le contesto y me vengo a dar cuenta que Theo en uno que otro momento se le escapa el acento londinense.
Sus ojos me escanean y su sonrisa aumenta al ver cómo estoy vestida.
—Por cierto estás hermosa y ¿Cuándo nos volveríamos a ver?—indaga sin rodeos.
—¿Cuando regrese?—le contesto con otra pregunta.
—Buena idea, señorita Wright. —contesta al escuchar mi respuesta.
Aquí mi día se acaba de colocar algo interesante.
Continuará...
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