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Capítulo 3 🦋: ¿Adivina quién soy?

«Al día siguiente»

Hope Wright.

Golpeo el lapicero encima del libro que estoy leyendo, tengo dos horas para realizar un ensayo que trate sobre los primeros once capítulos de este libro. En el libro se está mencionando varios sucesos que han impactado durante la historia a nivel internacional, hago el mayor esfuerzo posible de concentrarme porque cuando estoy leyendo un libro literario, me lo devoró y aquí no está sucediendo absolutamente nada de eso.

Escucho a alguien acercarse por detrás y me cubre los ojos, cosa que me molesta y más cuando estoy leyendo.

—Adivina quién soy, Hope —susurra cerca de mi oído una voz que reconozco perfectamente, mi mejor amiga «Kiara».

—Qué graciosa eres, Kiara.

—¡Ay! eres una aguafiestas, Hope—me quita las manos de mis ojos.

—Sin importar que sea aguafiestas, me amas y no puedes sobrevivir sin mí, cariño—le guiño y hablo sarcásticamente.

Ella se sienta a mi lado, para luego acomodar su maletín encima de la mesa.

—Buen punto Hope, te traje algo.

Me entrega un capuchino exprés de Starbucks, lo sé porque con el olor es suficiente y es uno de mis favoritos. Paro de leer para prestarle atención a ella y poder mencionarle lo de mis libros, adicional que sepa que su mejor amiga es una importante escritora a nivel internacional.

—Gracias Kiara, me conoces muy bien.

—Claro llevamos más de ocho años de amistad, ¿esperas que no te conozca bien? —dos de esos años le he ocultado mis hobbies.

—Bueno, Kiara necesito hablar contigo...

—Habla o calla para siempre —su comentario hace que me ría a carcajadas, cosa que no puedo evitar y escucho a la bibliotecaria decir: silencio en la biblioteca.

Porque estamos en la biblioteca de la universidad, Kiara estudia en la misma universidad que yo, pero distinta carrera. Ella se está preparando para ser una increíble diseñadora gráfica y si que ha amado con todo su corazón lo que está estudiando.

—Soy una escritora reconocida...

Ella se atora con su bebida, y sí, a mí también me pasaría lo mismo.

—¡¿Qué eres una qué?!—grita sorprendida.

—Escritora. —susurro a lo bajito.

Con mi dedo índice hago un gesto para que hable más bajo.

—Reconocida. —agrega ella.

—Lo siento, por no haberlo mencionado antes, sé que eres mi mejor amiga pero...—digo y levanta la mano para que haga silencio.

—Calla Hope, si soy tu mejor amiga, pero eso no significa que por obligación me tengas que contar absolutamente todo, mi niña.

—Kiara...

—Hermosa es la verdad y de pronto tendrás tus razones, ahora me siento muy orgullosa de ti, te quiero un montón, Hope.

Sin pensarlo dos veces la abrazo, ella me devuelve el gesto con fuerza, esa es una de las razones por las cuales la quiero, porque nunca me juzga por mis acciones o decisiones, ella me comprende y se que si hubiese sido otra persona me hubiese reclamado el hecho de no comentar el tema.

Kiara es única, no he encontrado una amistad tan sincera como la de ella, a excepción de «Daniel Williams» mi mejor amigo el mocoso que le cogía las cosas y se las escondía para que después llorara como un bebé e iba a contarle a mi mamá.

Daniel vive al lado de mi casa, en cambio Kiara si está algo retirada de donde vivo.

Me separo de mi mejor amiga y quedamos frente a frente.

—Bueno Hope ¿Cuál es la razón por la que me quisiste decir de tu talento oculto?

—Porque pronto uno de mis libros saldrá en físico.

—¡¿En serio?!

—Si Kiara, mañana tengo que ir a la editorial, porque realizarán una reunión para hablar a fondo del tema.

—¿Puedo acompañarte? —me hace ojitos de gatito, ruedo los ojos porque eso es gracioso.

Iba a hablar hasta que comienza a vibrar mi celular, lo cojo y reviso quien es y «Llamada entente de Daniel» fui salvada por la campana, aunque no tan literal, porque de todas maneras iba a hablar ese tema con la chica que tengo a mi lado. Bueno Daniel, me leíste el pensamiento, quería llamarte en cuanto terminará. Deslizo la opción para contestar.

—Después que conseguiste novia, me abandonaste ¿cierto Daniel?

—En mis tiempos se saludaba, queridísima mejor amiga—habla con la voz un poquito ronca y fuerte de mi mejor amigo. Es mil veces mejor que la de mi hermano.

—Bien dicho en tus tiempos...

—¿Estás con la loca de Kiara?

—¡Ay! Ella no es loca, ten algo de respeto con ella —Kiara me comienza a mirar y me imagino que debe estar pensando que estamos hablando de ella.

—De acuerdo, como digas, dentro de unas horas quiero almorzar contigo si es que no se puede ¿no?

—No está mala la idea Daniel, pero llevamos a Kiara

—¡Hope,n-! —no dejo que termine de hablar y finalizo la llamada.

Mi mejor amiga empieza a escribir unas cosas en su cuaderno, mientras al mismo tiempo observa su móvil, así que yo continúo en mi lectura para terminar rápido, porque siento que no he avanzado nada y debo acostumbrarme a leer este tipo de textos académicos.

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Las últimas horas transcurren al terminar la lectura, mi papá en su momento me llamó para informarme cómo iban las cosas en la librería y van de maravilla, incluso uno de los escritores quiere hablar conmigo personalmente. Al parecer todos estos días han sido de sorpresas.

Ya envié el archivo donde está mi respuesta de lo que pidió el profesor. Empiezo a guardar cada una de mis cosas en mi mochila, mientras Kiara hace lo mismo porque ya le comenté que iremos a almorzar con Daniel, sin importar que él no haya estado de acuerdo me tocó rogarle varias veces a mi mejor amiga, no entenderé porque no se llevan bien.

La única manera que dijo que sí, fue diciéndole que mañana iría conmigo a la reunión de la editorial sus ojos instantáneamente se le iluminaron, el rostro de Kiara es demasiado expresivo y con cualquier gestó puedes darte cuenta de su estado de ánimo.

Analizo muy bien todo, debo saber acomodar mis horarios para tener tiempo para todo, porque si voy a decir que sí al libro no me imagino como estaré ocupada, ya que todo lo quiero hacer yo misma, no quiero que terceras personas se lleguen a involucrar en mis decisiones. En el momento en el que el libro llegué a estar en físico quiero que sea notable, como avance en cuanto a mi escritura, porque la he ido mejorando con el tiempo.

—Hola linduras—dice Daniel, mientras baja el vidrio de su auto. Sus ojos son de color miel, físicamente es perfecto, cabello negro, sonrisa única, porte elegante como un Williams, según lo que él me ha llegado a mencionar.

—Hola Daniel—saludo y mi mejor amiga ni siquiera se inmuta en saludar, solo se sube a los asientos traseros.

—¿A dónde quieren ir a almorzar?—inquiere mi mejor amigo, abro la puerta del asiento de copiloto y me acomodo en él, después la cierro y ubico mi maletín encima de mis piernas.

—McDonald 's .—es lo único que menciona Kiara, sin despegar la vista de su móvil.

Le doy un beso en la mejilla a Daniel, él hace lo mismo, rueda los ojos porque los actos como el que hicimos, para él son demasiado cursi. Se limita a ser una persona afectuosa, aunque se que en el fondo sigue ese niño que conocí que no paraba de ser el mismo, además le gustaba mencionar uno que otro cumplido hacia una persona.

—Bueno no hay problema, así que vamos a McDonald 's.

Me acerco a la radio y empiezo a jugar con los botones para colocar una canción, ya que el aire se siente algo incómodo. Nos los puedo obligar a que se quieran, pero que al menos dejen de juzgarse entre sí y se conozcan. Paro de mover los botones porque está sonando Stay de Alessia Clara y Zedd. Esa canción es hermosa, así que le subo el volumen al reproductor.

All you have to do is—comienzo a cantarla y muevo mis manos en mi regazo siguiendo el ritmo de la canción.

Stay—complementa Kaira.

A minute.

—Just take.

—Your time.

—The clock.

—Es ticking.

So stay. —se nos une Daniel y entre los tres la cantamos.

Me siento orgullosa de mí misma, por lo menos mi plan funcionó. Luego cantamos más canciones que al parecer a los tres nos gustan, porque quería que por lo menos durante unas horas que estaremos juntos los tres haya una muy buena relación, no ese aire de incomodidad que había hace unos cuantos minutos y seguimos de esa forma hasta llegar a McDonald 's.

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Italia, Milán.

Theo Miller.

Está apunto de anochecer en el maravilloso país de Italia, ahora que lo conocí estará en mi lista de países favoritos y que volveré a visitar, traeré a mi hermana menor, se que ella disfrutaría todo esto . Adicional debo mejorar un poquito el italiano, me defiendo y entiendo a las personas cuando me hablan, pero de vez en cuando pronuncio mal las palabras y eso no es algo bueno, porque puedes llegar a decir palabras que no son correctas.

Por otro lado, lo bueno es que me defiendo con el español, técnicamente hoy y ayer me tocó hablar con los dos idiomas, en realidad me gusta aprender idiomas y es porque me nace, no por alguna obligación soy muy pero muy bueno con el francés.

Camino hacia el balcón de mi cuarto, y contemplo la vista desde aquí, la cual es hermosa. Los atardeceres de Milán son los mejores que puedas llegar a ver. El cuarto está en el octavo piso, si algo alto, pero por una parte puedes apreciar toda la ciudad. Esta es la vida que escogí debo, estar viajando la mayor parte de la semana, con tan solo veintitrés años, aunque pertenezco a una de las familias más adineradas de Londres, sin embargo, casi no me veo que mis padres y mucho menos no me agrada la idea que las personas sepan de donde provengo.

Mi celular vibra, lo cojo y luego ingreso el pin para desbloquearlo. Veo una notificación de Wattpad donde dulce está informando que habrá una saga nueva y acompañará a las que tiene actualmente publicadas. Por mucho que no sea con el mismo género que ella normalmente escribe, busco en su perfil la historia y veo que subió solamente el prólogo de ese libro y efectivamente es de fantasía, de la trilogía que me había llamado la atención y que ya voy por la mitad del primer libro.

Antes no me gustaba leer pero esta chica hizo que comenzara a tenerle aprecio al mundo de la lectura y a los libros de ella. Aunque no la conozco personalmente y esto puede parecer un poquito tóxico—aunque en realidad no lo es— porque me convertí en uno de sus lectores, estaré pendiente de cada una de sus historias y puede que en algún momento llegue a encontrarla.

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Termine de leer la mitad del libro hace algunos minutos atrás, ahora me estoy cambiando de atuendo porque una conocida me invitó a cenar sabe que mañana partiré a mi ciudad natal, entonces me recomendó a aprovechar mis últimas horas de la capital mundial de la moda y el diseño, está mañana fue un completo éxito la pasarela en la que participé. En uno de los bolsillos de mis vaqueros guardó las llaves del auto que renté, aunque tenía una persona encargada de transportarme, no quiero llamar la atención. 

Al móvil me llegan varias notificaciones y son provenientes de Chiara. Es una modelo italiana muy hermosa, creo que esa palabra le queda corta a su belleza natural, la conozco hace unos tres años atrás, nos hemos topado en diferentes eventos y hoy no fue la excepción. Desciendo por el ascensor, juego con las llaves que guardé. El lobby es algo elegante con toque moderno, está lleno de huéspedes también personal de hotel, todo se encuentra intachable y lujoso, mi representante es quién me asignó aquel lugar para quedarme. 

No me siento incómodo, para nada. Salgo del hotel pasando por el lobby y le entregó las llaves del vehículo al valet parking, espero unos cuantos minutos está persona encargada llega en un Camaro de color azul, me gustan los autos modernos para utilizar de vez en cuando pero me considero un hombre que prefiere un buen clásico. Creo que ese gusto hacia los autos y motocicletas se debe a mi padre, pero diariamente conduzco las motos, en Nueva York tengo una y en mi casa igual. Rodeo el auto para subirme por el asiento de conductor, cierro la puerta a mis espaldas. 

Me ofrecí a recoger a Chiara pero la señorita negó rotundamente, no aceptó mi petición a menos, enciendo el vehículo y piso el acelerador para introduciéndome en esta ciudad, me acerco a la pantalla de la radio para encenderla The weekend llega a mis oídos, es uno de mis cantantes favoritos, su música es arte. En uno que otro momento tarareo las canciones que se reproducen del artista, me sumerjo en las calles italianas. Comienza a aparecer ante mí una zona donde hay varios restaurantes, conduzco con una sola mano y con la otra reviso el nombre del lugar donde estaré con ella.

Mermo la velocidad necesito hallar la dirección, estacionó el auto en un sitio donde pueda hacerlo, le digo a Chiara que por favor me comparta su ubicación en tiempo real, porque en algo si soy pésimo y es en ubicarme geográficamente, en una ciudad que no conozco. Ella lo hace me comparte su dirección y una sonrisa de victoria, se dibuja en mi rostro al encontrar el lugar, me quedo sorprendido por como es por fuera, no me imagino como será por dentro. 

Le entrego las llaves del Camaro al valet parking, después me dirijo hacia el recepcionista quién me detalla de abajo hacia arriba, en un gesto nada agradable.

—Tengo una reservación con la señorita...—me detengo al darme cuenta que estoy hablando en inglés, pero por sus gestos él me entiende. —Chiara Russo.

El nombre completo si lo menciono en italiano, el observa una lista que tiene vuelve a mirarme de la misma manera como lo estaba haciendo hace unos minutos.

Sono Teo Miller. —recuerdo lo que había llegado aprender, al hablarlo me brinda cierta inseguridad porque salio perfecto.

No quiero sentirme intimidado por ese hombre, porque ese es su objetivo y conmigo no funcionará.

Al tavolo cintura cinquanta accanto alla fontana. —me indica en su idioma natal.

Puedo concluir que si me entendió.

—Bienvenido señor Miller. —es lo último que dice, en un inglés perfecto dejando a un lado el italiano.

Dejo atrás lo que acaba de suceder, paso cerca de otras mesas donde hay personas cenando. El lugar está repleto hay muchísimas personas, menos mal mi amiga lo reservó con antelación no me imagino qué hubiese pasado, si no lo hubiera hecho. Mi sonrisa se amplia al ver a la chica rubia de ojos verdosos, alzar su mano para me acerque a dónde ella se encuentra, me dirijo hacia ella, al estar unos cuantos centímetros de distancia de Chiara se levanta de su asiento para darme un abrazo y un beso en la mejilla, le devuelvo el gesto.

—Bienvenido.... Vecchio amico. —murmura a mis espaldas.

«Vecchio amico: Viejo amigo»

Continuará...

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