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05

Ya había pasado un día desde su encuentro con el chico de traje turquesa, y su mente seguía divagando, no lograba enfocarse en sus tareas, ni en sus clases, lo cual preocupaba a sus amigas, necesitaba hablar con Fu lo antes posible o no estaría tranquila.

—Hey, chica, ¿Estás bien?— le hablaba la morena a la de piel lechosa, sacándola de sus pensamientos, trayendo a la chica a la realidad.

—Estoy bien, Alya, no te preocupes— respondió con una sonrisa lo más sincera que pudo darle, odiaba guardarle secretos a su mejor amiga, pero, todo lo relacionado a su segunda identidad no podía ser revelado a nadie.

—Está bien, Marinette, ¿qué te parece si hacemos el proyecto grupal que dejó la señorita Bustier?— sugirió la castaña buscando entablar una conversación con su amiga.

—Claro, ¿nos reuniremos con el resto de las chicas en algún lugar?— preguntó dudosa, esperando una respuesta para así poder informar a sus padres de su ausencia en casa.

—Podemos reunirnos en la tarde en el parque, y ahí podremos decidir en casa de quién iremos— sugirió la castaña, ganando un asentimiento de parte de la azabache, quien, se despidió de ella para emprender cada una camino a su hogar.

Mientras tanto, el afamado modelo se encontraba conversando con su mejor amigo, ambos habían quedado que para hacer su proyecto podrían pedirle ayuda a las chicas, aunque, acá entre nos, era sólo una excusa de la pareja de morenos para que el rubio pasara más tiempo con la futura diseñadora.

La conversación de ambos chicos no duró más, dado que la secretaria de Gabriel y su chofer, finalmente habían llegado para recoger al rubio, quien debía cumplir con su itinerario, antes del encuentro con sus amigos.

Habían pasado ya dos horas desde la salida del colegio, todos alistaban sus cosas para su encuentro en el parque, donde se decidiría a qué casa ir para hacer sus proyectos. Todos se encontraban ya reunidos, bueno, casi todos, pues aún faltaban un rubio y una azabache.

—Corre, Marinette, ya es tarde y tus amigas seguramente te esperando— decía la pequeña criatura rojiza, atrayendo la atención de su portadora.

—Sí, sí, ya voy Tikki, sólo necesito mi cuaderno de Historia, y podremos irnos— decía mientras buscaba con desesperación aquel cuaderno, revolviendo todo dentro de su habitación.

Por otro lado, el joven Agreste, terminaba su clase de Mandarín, guardando sus cosas, para inmediatamente dirigirse a su habitación y buscar lo que necesitaría para la elaboración de su proyecto. Obtener el permiso de su padre y el de Nathaly no fue tarea fácil, pues, tuvo que prometer hacer dos sesiones más de fotos, además de las programadas para ese mes.

—¡Rayos! Ya es tarde, la clase de Mandarín tomó más tiempo del planeado— renegaba el rubio, mientras buscaba su mochila y metía sus libros y cuadernos.

—Y más esa plática y ese acuerdo que hiciste con tu padre para poder ir con tus amigos— añadió el pequeño gato negro, mientras devoraba su tan amado queso.

—Era eso o quedarme otro día en casa sin ver a mis amigos— dijo con voz firme, pero, suave —Bien, Plagg, hora de irnos— llamó a su kwami con una sonrisa, mientras este se ocultaba dentro de su camisa, saliendo de la habitación al coche que le llevaría al lugar acordado con sus amigos.

Finalmente habían llegado todos a su lugar acordado, llegando la azabache al último.

—Ya llegué chicas— decía entre jadeos, mientras intentaba recuperar el aire que perdió en pequeño maratón.

—Hola, Marinette— escuchó que le llamaban, reconociendo al instante aquella voz, girando rápidamente su vista a él.

—A-Adrien... que bueno te ves, ¡No! Quiero decir, que te ves bien, ¡No! Bueno no es que no te veas bien, tú siempre te ves bien, es que yo...— decía totalmente nerviosa, mientras su rostro se tenía de rojo.

El rubio sólo dejo escapar una leve risa causada por la ternura que le producía ver a su amiga actuar tan nerviosa, aunque en el fondo le preocupaba, porque solamente actuaba así con él, y no sabía el porqué.

Mientras tanto la mejor amiga de la azabache no pudo evitar darse un sonoro face palm, por la torpeza de su amiga frente al chico que le gusta, no la podía culpar, la chica estaba totalmente embelesada con él.

Todos los chicos discutían sobre dónde ir y hacer su proyecto, hasta que a la castaña se le prendió el foco y una pequeña sonrisa maliciosa apareció en sus labios.

—¿Y si vamos a casa de Juleka?— propuso viendo los rostros confundidos dw sus amigos, sobretodo el de Marinette y Juleka —¿Hay algún problema si vamos Juleka?— preguntó ahora, directamente a la de mechas purpuras, la cual negó con la cabeza, estando algo confundida todavía.

Todos asistieron aceptando ir al bote de los Couffaine, iniciando así su camino, y poniendo en marcha el plan de la futura periodista. Fue cuestión de minutos hasta que llegaron, siendo recibidos por Anarka quien no dudo en darles una sonrisa y dejarlos trabajar, yendo a preparar unos cuantos aperitivos para los chicos.

Pero, ustedes se preguntaran, ¿Y el mayor de los hermanos Couffaine? Fácil, estaba en su camarote, afinando su guitarra acústica, y practicando un poco mientras su nuevo compañero le hacía de su público. La pequeña serpiente estaba sorprendida de la habilidad del muchacho con la guitarra, no le extrañaba que el Maestro Fu lo escogiera.

—Luka— escuchó que su madre le llamaba, por lo que dejó su guitarra y fue donde su madre.

—¿Qué sucede, Mamá?— preguntó entrando a lo que viene siendo la cocina del barco, viendo a su madre cortar unos sandwiches para los invitados de su hermana.

—Me hacen falta algunas cosas, ¿podrías ir a comprarlas?— pidió con una leve sonrisa, entregándole una lista a su hijo.

—Claro, iré en la bicicleta— dijo mientras guardaba la lista y se dirigía a la salida, hasta que escuchó otra voz que le llamaba.

—¡Oh, Luka! No sabíamos que estabas aquí— dijo con inocencia fingida la castaña.

—Aquí vivo, Alya— pensó con gracia el de mechas turquesas al notar la falsa inocencia con la que pronunció aquellas palabras, no la conocía mucho, pero, por Marinette sabía que su amiga era muy astuta y algo testaruda cuando se le mete una idea en la cabeza.

—¿A dónde vas?— preguntó, lo que confundió a sus amigos.

—Iré a traer un encargo de Mamá— respondió con una sonrisa.

—Oh, ¿crees que podamos hablar cuando regreses?— preguntó nuevamente, causando mayor confusión en todos, incluído al mayor del grupo.

—¿Eh?, Claro, no hay problema— respondió con una sonrisa, saliendo del recinto.

Una vez se fue, todos se quedaron viendo a la castaña, sobretodo su pareja que la miraba algo celoso por aquello.

—¿Qué?— cuestionó con cara de no entender porqué la miraban así.

—¿Qué necesitas hablar con Luka, Alya?— preguntó Marinette, lo cual causó una sonrisa en la castaña.

—No es nada importante chica, sólo necesito que me dé un consejo con algo— respondió con simpleza, dando a entender que no diría nada mas.

Los minutos pasaban, el chico se había tomado su tiempo, y aún así no regresaba, la castaña miraba a su mejor amiga, la cual no dejaba de ver la entrada, esperando a que llegara el guitarrista, y viendo a veces “disimuladamente” al modelo. Lo cual le causó gracia a Alya, su plan iba bien hasta ese momento.

Pasaron 10 minutos más, y finalmente se veía llegar al muchacho, el cual venía bastante alegre, parece que algo había pasado en el camino.

—Vaya, Luka, te tomaste tiempo— escuchó decir a su mamá.

—Lo siento, me encontré con una vieja amiga y se me pasó el tiempo— explicó con una sonrisa, mientras le entregaba a su mamá las compras y así dirigirse a su camarote.

En cuanto llegó, decidió seguir practicando con su guitarra, entrando en aquel mundo de paz que la música le brindaba, poco duró esto, pues, escucho tocar la puerta.

—¿Se puede?—

—Adelante, Alya,— respondió amable, tocando unas cuantas notas en su guitarra —querías hablar conmigo ¿no es así?—

—Así es, es sobre Marinette—

Ambos jóvenes habían comenzado a hablar sobre la azabache, sin darse cuenta que un rubio espiaba por la puerta de aquella habitación, pero, ¿qué hacía ahí?. Bueno...

—Debo ir al baño— dijo el chico de ojos verdes, levantándose —Juleka, ¿hacia dónde está el baño?—

—Por ese pasillo a la izquierda, la puerta de en medio— respondió con su típico tono apagado.

—Gracias— agradeció, dirigiéndose a su próximo destino, hasta que escuchó algo que llamó su atención.

—Querías hablar conmigo ¿No es así?— escuchó decir al mayor de los Couffaine.

—Así es, es sobre Marinette— oyó decir a la morena.

Checando que nadie lo viera, se acercó lo más sigiloso a aquella puerta, para poner atención, no era la clase de persona que le gusta escuchar conversaciones ajenas, pero, escuchar el nombre de la aspirante a diseñadora, captó su atención.

—¿Qué sucede con Marinette?— preguntó el guitarrista.

—¿Estás interesado en ella, Luka?— cuestionó con firmeza y yendo directo al grano.

El joven sólo ladeó un poco la cabeza, y le dedicó una suave sonrisa a la morena, dando a entender que era verdad.

—Así que sí te gusta— afirmó la chica, mientras el rubio oía atentamente cada palabra —¿Y ella lo sabe?—

—Desde el día en que fui akumatizado, le dije lo que siento por ella— respondió mientras seguía rasgando las cuerdas de su guitarra, dejando boquiabiertos a la morena y al rubio que escuchaba desde la puerta.

—¿Y ella qué te dijo?—

—Nada— respondió con una sonrisa.

—¡¿Nada?! Pero, te le declaraste, y ella ¿No te dijo nada?— cuestionó anonadada por aquello.

—No fue necesario, yo sé lo que ella siente, y sé que ella no me corresponde— respondió con una sonrisa algo triste, dejando a un lado su guitarra —desde que fui con ella a la pista de hielo, supe quién es el chico que ella quiere, y ese es...—

—Adrien— completó la de lentes.

—Sí, así que ella no tenía porque decirme algo cuando le confesé mi sentir— escuchar aquella confesión dejó sin aliento al rubio, su amiga, aquella que siempre ha dicho que es una buena amiga, está enamorada de él, y él nunca lo notó.

Sin poder seguir escuchando, se alejó de ahí, adentrándose en el baño, dónde únicamente se recargó en la puerta, ahora no sabría cómo mirar a la chica de coletas.

Ahora, todo era diferente...

π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π~π

Holaaaaa ¿Qué tal? ¿Cómo andan? Yo, bien uwu

¿Qué tal su cuarentena? Sinceramente la mía, no tan bien, han pasado muchas cosas y puede que la situación empeore u.u

Pero, en fin, dejemos de lado las tristezas, y díganme qué tal el capítulo.

Siento que lo forcé un poco en este caso sobre lo de Alya, Luka y Adrien, pero, es necesario para el desarrollo de la historia y de nuestros protagonistas.

Pero, díganme, ¿A ustedes qué les pareció? ¿Les gustó? ¿No les gustó? ¿Pudo ser mejor? No lo sé, cualquier comentario que tengan, aunque de momento no los respondo, siempre leo cada uno de sus comentarios :3 💙

Por cierto, habrán notado que cambié la portada, díganme qué tal, ¿Está mejor esta nueva o prefieren la original? UwU

En fin, ya estoy trabajando en el siguiente capítulo, así que no desesperen, no tardaré mil años en actualizar de nuevo uwur

Bueno, sin más que decir.

Me despido...

Chao Chao~✨

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