CAPITULO 9. Primer beso
—Un beso se regala
desde el Alma
Al llegar a la escuela, estaba emocionada por contarle a Natt lo que había pasado, quería que todos lo supieran, que había tenido una cita con Alex, pero al llegar al salón, él no estaba, su lugar estaba vacío y pensé que llegaría tarde.
Pasado medio día no dije ni una sola palabra, solamente pensaba en porque no había venido a clases, nunca había faltado y era el primero en llegar a la escuela, quería ir a su casa, pensaba que estaba enfermo o que algo más había pasado
El problema era que no sabía dónde vivía, en todo este tiempo jamás supe donde era su casa. No sabía qué hacer, así que busque a Leonardo para preguntarle si sabía dónde vivía
—Leo, de casualidad, ¿sabes dónde está la casa de Alex?
—Claro, ¿quieres que te lleve?
—Por favor, necesito saber si está bien
—¿Por qué te preocupa? El día que venga nos explicara por qué falto—me miro, pero mi cara de suplica lo hizo hacer un mohín
No quería explicarle el por qué me preocupaba de más, así que solo me quede callada
—Bueno, tendrás tus razones, vamos, te llevo—se resigno
Saliendo de la escuela Leo me llevo en su motocicleta hasta la casa de Alex. Era un fraccionamiento enorme, lleno de casas enormes de gente rica. En la entrada leo solo dio su nombre y nos dejaron entrar a si sin más
—Aquí está su casa, dame un segundo—camino hasta la entrada mientras yo veía las enormes casas
Cuando por fin salió , me miró fijamente—Ann, no podremos entrar, pero se una manera de hacerlo sin que se den cuenta
Volvimos a subirnos a la motocicleta y nos dirigimos a la parte de atrás de la casa—Entraremos por ahí— señalando la entrada de las señoras de limpieza
—¿Por ahí?
—Si, más te vale seguirme en silencio, o estaremos en problemas
Caminamos hasta esa puerta con mucho sigilo y en menos de un minuto ya estábamos dentro, Leo perecía conocer a esas mujeres porque en silencio nos ayudaron a subir hasta la habitación de Alex
Su casa era impresionantemente grande que subir las escaleras me parecía eterno, tenía miedo de que nos descubrieran, al llegar, las mujeres se fueron y nos Dijeron que solo teníamos 10 minutos, sentí que eran suficientes para preguntarle como estaba. Cuando por fin logramos entrar a su habitación, Alex estaba recostado en su cama de espalda a nosotros
—¿Por qué no fuiste a clases holgazán?—pregunto jocoso
Alex no dijo ni una sola palabra, así que hable muy bajo...
—¿Estás Bien?
De pronto se levantó de su cama, sobresaltado, pregunto viéndome con ojos muy abiertos —¿Qué haces aquí?
—Venimos a verte, y saber por qué no fuiste a clases hoy, ¿Estás enfermo?—insistía Leo
Antes de que pudiera responder, se escuchó que alguien entraba y Leo me tomo del brazo para escondernos en un closet
—Quiero que hagas tus maletas ahora mismo, en una hora nos iremos a Nueva York
—Pero padre.... ¿Y la escuela?
—Despreocúpate, hable con tus maestros y están de acuerdo, solo nos iremos dos semanas, al volver te pondrás al corriente
Cuando el padre de Alex se fue, Salimos del closet y me sentía triste por lo que había escuchado, pero no pregunte
—Cuando regreses te pasaré mis apuntes—le sonreí
—Tenemos que irnos, si no, tu padre nos matara—leonardo y yo salimos de la habitación—No te preocupes por él, siempre hace lo mismo su padre, pero estará bien—trato de tranquilizarme
Esa idea no se me salía de la cabeza y quería pensar que no era nada malo y que estaría bien
—Vecina, tengo que irme, pero hare que un chofer te lleve a casa, ¿está bien?
—¿Chofer?
—Sí, sígueme
Al seguirlo creía que talvez habría otra salida, pero no, un chofer se acercó a él—Señor, su madre lo está esperando
—¿Señor?
—Ah sí, perdón, yo vivo aquí
Mis ojos no podían creer lo que estaba viendo, su casa era muy bonita y enorme—Tu casa es muy linda Leo
—Gracias, vecina, tengo que ir a un lugar con mi madre, así que por favor acepta que te lleve un chofer a casa
Cuando el chofer me dejo en mi casa, pensaba en muchas cosas, en sí Alex etaria bien, si su padre lo había regañado de nuevo y en Leo también, no dijo a donde iría y lo note preocupado. Ese día solo quería relajarme y no seguir pensando en nada más
//
Dos semanas después, Alex por fin había regresado, cuando lo vi entrar, como siempre, iluminaba todo el lugar, sonreía y saludaba a todos, se me hizo imposible acercarme a él pues todos querían saber a dónde había ido, que había hecho y los lugares que visito, él solo respondía y reía
—Ann, ¿no le preguntarás por qué se fue?– Pregunto Daniel
—Déjala en paz, estas dos semanas estuvo más ansiosa que de costumbre al no saber nada de él—Natt tenía razón, estaba inquieta porque no sabía nada de él, no tenía manera de comunicarme con Alex, lo único que supe fue cuando Leonardo me mostró una noticia en el periódico
"Las empresas PALACIOS se posicionan en Corea"
Cuando lo leí, supe que tan solo eran 15 horas de distancia y que quizás no tenía tiempo de pensar en mí...
Al terminar las clases Alex dejo una nota en mi mesa y se fue
"Te espero en el lugar de nuestra primera cita a las 7"
De nuevo sentía que mi corazón latía tanta fuerza, así que corrí a casa emocionada y durante todo el camino solo pensaba lo que me diría y como sería nuestro encuentro después de no vernos por dos semanas. Al llegar la hora, solo me despedí de mamá, mintiendo que iría a casa de Natt. El lugar era igual de bello, las luces y la hermosa vista. Alex estaba ahí de pie, esperándome a que llegara hasta él y cuando por fin estábamos cerca, saco de su bolsillo una cajita muy pequeña y la abrió—Te extrañé tanto que todo el tiempo pensaba en ti, así que un día pase por una joyería, y al ver este collar solo pensé en lo hermoso que luciría en ti
—Alex, es precioso—Era una flor de loto
Hizo una seña para que diera la vuelta y poderme poner el collar, cuando lo hizo, de pronto sentí sus brazos rodeándome por completo
—¿Me extrañaste, Ann?— soltó un suspiro
—Claro que si
—Perdón por tardar tanto, ya quería verte—me abrazo con fuerza
—Ya estás aquí, eso es lo que importa—estire mis manos para tomar las suyas y apretujarlas
De pronto me dio la vuelta y volvió a abrazarme, pero esta vez incluso podía oír su corazón
—Alex, estás bien?—su semblante era distinto
—¿Sabes cuantas noches pensé en este momento?—acurruco su cabeza contra la mía. Podía sentir que estaba triste sin que él lo dijera, aunque tratara de fingir esa sonrisa, yo lo sabía...
—¿Está todo bien?—Volví a preguntar
—No—arrugo la nariz—Pero por el momento no quiero agobiarte con eso
—¿Estás seguro?—lo abrase con fuerza presionando mi cabeza contra su pecho
—Si—soltó una risa suave
Seguíamos abrazados y de pronto, respiro fuertemente
—Quieres... ¿Ser... mi novia?
Me sorprendí tanto que lo solté —¿qué dijiste?
—Lo que oíste—volvió a apretujarme en su pecho
—¡Dios! No lo esperaba.
—Eso es un sí o un no—bromeo
Lo miré a los ojos y perecía estar más tranquilo que yo, su sonrisa de nuevo iluminaba su rostro—Si Alex—
—¿Sí?... Ann, esto es en serio, quiero que lo respondas con seguridad—farfullo
—¿Un sí no es suficiente?—me reí
—Por supuesto que si— respondió más tranquilo y volvió a abrazarme por la cintura
En ese abrazo hubo un silencio, pero era uno de esos tranquilos, de los que no dan miedo, de pronto mi cabeza se levantó para mirarlo y él hizo lo mismo, al vernos a los ojos sonreímos. poco a poco nos fuimos acercando más y más, y en un segundo estábamos tan cerca, sentía algo en estómago, pero no era algo malo, era un sentimiento muy lindo
Cuando de pronto, su nariz se frotó lentamente, con mucha suavidad, de un lado hacia el otro, hasta que su boca busco la mía y me dio un beso. Sus manos subieron de mi cintura hasta mi cara moviendo mi cabello, fue algo increíble que hasta mi estómago perecía revolotearse, sentí que estaba en las nubes, todos mis sentidos estaban alborotados, mis manos temblaban, no oía nada, ni, aunque quisiera podría abrir los ojos.
Después nos separamos lentamente y solo sonreímos
—Ann, me gustas mucho—tenia las palmas de sus manos en mi cara, parecían cubrirla por completo
—Tú también me gustas mucho Alex
—Mentirosa—se reía me llenaba de besos mi cara
Volvimos a vernos a los ojos y nos besamos de nuevo. Cuando de pronto comenzó a llover, las gotas rodaban por mi cara, pero no me importaba, solo disfrutaba del momento y sentía que por primera vez estaba enamorada, pero comenzó a llover un poco más y corrimos a cubrirnos del agua, corrimos bajo el agua y me sentía como en una de esas películas, pero era real. Encontramos una pequeña terraza donde escondernos y esperamos a que dejara de llover, solo nos veíamos y nos reinamos
—Creo que ya termino de llover—asomo su cabeza para asegurarse de ello
—Sí, deberíamos irnos
Mientras caminábamos, el ambiente se sentía silencioso y tranquilo, el ruido de las gotas de agua cayendo era lo único que se lograba escuchar, estábamos caminando lentamente y nuestras manos parecían rozarse la una con la otra, y los nudillos de nuestras manos cada vez estaban más cerca, algo dentro de mí quería tomar su mano
—¿Tienes frío?
—Estoy bien
Y de nuevo el silencio, creía pensar que no había nada de qué hablar, solo caminábamos, pero él se acercó a mí y dejo caer su saco sobre mi
—Te enfermarás si no te cubres bien, te llevaré a casa, ¿está bien?
—Está bien—tomo mi mano y me llevo hasta el auto
Tomo mi mano
Al dejarme en casa, me despedí de él, no podía creer que realmente éramos novios, quería contarle todo a Natt, pero no esperaba lo que pasaría al día siguiente
Éramos novios
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