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CAPITULO 16. California


   El último año de prepa había pasado tan rápido que de pronto ya nos estábamos graduando, recuerdo que todos estábamos nerviosos porque no sabíamos si nos aceptarían en la universidad

—¡Oigan! Si los resultados dicen que no, me matan ustedes, prefiero que sean ustedes a que sean mis padres—suspiro Daniel

—Pasarás—contesto tranquilamente Alex

—Claro, tú lo dices tan tranquilo, es obvio que ustedes dos entraran, son tan inteligentes— Nos señaló a mí y a Alex

Alex era el único que había aplicado para una universidad en Estados Unidos, mi padre insistió que fuera a la Universidad de San Francisco en California, pero pensaba que teníamos que mudarnos y la carrera sería muy costosa, esa idea no me agradaba del todo, además mis amigos habían aplicado para una universidad de arquitectura y estaríamos cerca

Nos reunimos en casa de Natt para ver los resultados de las admisiones, después de unos minutos de nervios intensos abrimos los sobres y todos habíamos sido aceptados, gritamos de emoción, estábamos tan contentos de convertirnos en universitarios y en ese momento de alegría y euforia salió furioso el padre de Natt a callarnos

Natt siempre aparentaba estar feliz, pero un día nos confesó que sus padres discutían todo el tiempo, quería salirse de su casa, pero no tenía idea de cómo, sus padres aún pagaban sus estudios y temía que se divorciaran. Daniel era quien más estaba con ella, siempre demostraba lo buen amigo que podría llegar a ser

El día que le di la noticia a mis padres estaban muy contentos, seguían diciendo que la propuesta de California estaría en pie, pero no quería pensar en eso, solo quería pensar en la graduación y en el baile

Unas semanas antes de la ceremonia de graduación, Alex volvió a salir en una revista con Aida, ya no me molestaba tanto, pero presentía que el padre de Alex en cualquier momento se llegaría a enterar, aunque Alex sostenía la versión de siempre, salía con Aida y yo solo era su amiga.

Ya no íbamos a la escuela, solo esperábamos la fecha de la ceremonia de graduación y por eso casi no veía a Alex. Leonardo y Daniel la mayoría del tiempo estaban en mi casa y en algunas ocasiones Natt, un día mientras veíamos una película, quisimos salir a divertirnos, teníamos 18 años y solo queríamos tener una última salida antes de ser universitarios

—Creo que hay una feria aquí cerca, podemos ir—a Daniel siempre se le ocurrían ideas muy divertidas

—Yo no poder ir, tengo que ir con mi madre—soltó un suspiro Leo mientras se levantaba del sillón

Leonardo, casi siempre cancelaba a último momento, hasta cierto punto pensaba que tenía novia o algo así

—Está bien, mañana te espero para jugar videojuegos

Solo sonrió y se fue, pensaba en que no conocía a mis amigos del todo y me sentía algo culpable por eso

Cuando solo faltaban dos semanas para la graduación, mi padre llego de California, casi siempre lo llamaban para que fuera a algunas Cirugías que eran complicadas, al escucharlo hablar sentía un montón de mariposas en el estómago, quería ser como él

—Te lo digo en serio Marina, fue una cirugía de unas 12 horas, fue maravilloso ver como el paciente se recuperó después de una cirugía tan larga

—Dios mío Pablo, que gran noticia

Sabía que estudiar en California sería mucho mejor que en México, pero aquí tenía todo, a mis amigos y a mi novio, nada me haría cambiar de opinión

El día de la graduación llegó y todo mundo ya estaba listo para el baile, Natt y Daniel fueron juntos, yo solo esperaba a Alex, pero no veía a Leonardo por ningún lado

—Oye Dani ¿Viste a Leonardo y a Alex?

—No los vi llegar, seguramente llegaran juntos

Leonardo llegó algo tarde esa noche, pero sin Alex, me seguía preguntando en donde estaba, me quede en la puerta para esperarlo, pero nunca llego, sentía como mi corazón se hacía pequeñito, era un día especial para los dos, pero él nunca llegó

Dos semanas después del baile de graduación, no tuve contacto con Alex, había ido a su casa con Daniel, pero no había nadie, estaba desesperada, porque casi siempre trataba de avisarme que se iba, pero esta vez no sabía nada de él. Los días pasaban y solo trataba de concentrarme en la Universidad.

—Anni, tu padre tiene un regalo para ti

—¿Qué es?— pregunté emocionada

—¡Ta—da! Era un teléfono celular, el primero que había tenido en mis manos

—Muchas gracias papá

—Es lo menos que te meres Anni, y la próxima semana estarán listos los papeles para que podamos viajar juntos a California la próxima semana

Mi papá nos había tramitado visa a mi madre y a mí, para que así pudiéramos visitarlo en caso de que él se quedara más tiempo en California. Estaba emocionada ya que también visitaríamos el hospital donde trabajaba, su universidad y a sus colegas. Estaba tan contenta que en pocos días ya tenía mis maletas listas, solo faltaba contarles a mis amigos y pensaba en Alex, no sabía nada de él

Unos días después me reuní con mis amigos, estaba tan contenta por decirles a donde iría, los espere en el parque cerca de mi casa y el primero en llegar fue Leonardo.

—Vecina ¿Por qué tanto misterio?

—Espera a que lleguen los demás y les contaré—estaba emocionada

—Vaya, sí que eres muy rara—bromeo

—Mejor tú habla ¿A caso ya tienes novia?—Pregunte

—Pero ¿qué?, oye, sí que tienes mucha imaginación

—¿Entonces, porque siempre cancelas nuestras salidas?

Hubo un silencio después de mi pregunta, se puso serio y por primera vez, no estaba sonriendo a pesar de ser un chico estúpidamente feliz

—Mi mamá... tiene cáncer...

Mi sangre se enfrió y sentía un nudo en la garganta, me arrepentí de haber preguntado, apenas pude voltear a verlo cuando él ya tenía de nuevo una sonrisa en la cara

—Despreocúpate vecina, todo está bien, no me tengas lástima, mi mamá está mejorando—sonreía, como siempre verlo sonreír, me hacia feliz y me tranquilizaba

—Leo, sabes que estoy para ti cuando lo necesites

—Lo se Ann—acaricio mi cabeza mientras sonreía

Después de unos segundos, mis amigos llegaron y comencé a darles la noticia

—Entonces solo iras de visita y ¿Volverás?— Daniel estaba algo melancólico

—¿Cuánto tiempo de iras? ¿Nos llamarás? ¿Va a elegir una carrera allá?—Natalia estaba más desesperada que yo

—Ya chicos, déjenla tranquila no la agobien más y mejor démosle ánimos—Leo siempre siendo el mediador de todos. Pensaba que en ese momento el único que entendía era Leo, unas horas después, estábamos recostados en el pasto, viendo al cielo, estábamos algo melancólicos, ellos me conocían muy bien y sé que sabrían que en cuanto yo llegara a California no volvería, mi sueño siempre fue ser médica más que otra cosa, sabían más que nadie como me emocionaba por los casos que mi padre me contaba.

En privado, Natt me dijo unas palabras que siempre lleve en el corazón

—Decidas lo que decidas, yo estaré aquí esperándote

—No digas eso, voy a volver

—Ann, tus ojos nunca mienten, sé que en cuanto veas esa escuela, ese hospital tú—Comenzó a llorar—vete, y por favor no te detengas, cumple tu sueño ¿Sí?, serás maravillosa en lo que hagas

Al verla llorar de esa manera, algo dentro de mí sabía que ella tenía razón—Pues más te vale, que regreses— Daniel soltó en un llanto ridículo, pero con algo de ternura

Mis padres pasaron por mí en el auto y me despedí de un fuerte abrazo de todos—Ya tienes nuestros números, más te vale llamarnos—Daniel a pesar de ser algo tonto y molesto, es una gran persona y siempre apoya a quien lo necesita

Al ir en el auto hacia el aeropuerto, pensaba en Alex, sabía que lo entendería, pensaba en que tendríamos una relación a larga distancia de cualquier forma, pero no saber nada de él me agobiaba. Le dejé mi número a Leonardo, para que se lo diera a Alex en caso de que volviera, y con suerte me llamaría

//

—Anni, primero iremos a comer algo y después iremos al hospital ¿De acuerdo?

—Si papá

Cuando llegamos al hospital el edificio era enorme, en la parte de afuera el letrero decía" Saint Francis Memorial Hospital"

—Ahí trabajo hija y si tú quieres algún día también lo aras tú

Mis ojos jamás habían visto algo igual, era enorme y al entrar todos conocían a mi papá, nos recibieron muy bien y todos los enfermeros, enfermeras corrían de un lado para otro, sentía como si fueran en cámara lenta, contemplaba cada situación, desde las salas de emergencia hasta aplausos a los cirujanos por una operación exitosa

—Quisiera trabajar aquí

Mi padre evocó una sonrisa —Si eso quieres puedes ir a la universidad que yo asistí, me mostro un folleto que decía "University of California San Francisco Parnassus Campus"

Pasando unos días, mi padre se puso en contacto con algunos colegas de la facultad y me dijo que ya todo estaba listo para que pudiéramos ir a la universidad, para visitarla y si me gustaba, me quedaría

Al llegar a la universidad, fuimos recibidos por una de sus colegas, quien hablaba completamente en inglés, mi padre siempre la mencionaba, era una de las pocas mujeres en el hospital que era cirujana, daba clases en la Universidad y también era médica en el mismo hospital que mi padre. Tanto la Universidad como el hospital no estaba lejos del departamento

Al terminar el recorrido, mi padre me tomo de los hombros—Que dices Anni ¿Te gustaría estudiar aquí? O quieres regresar a México

—Lo que decidas estará bien Anni—Interrumpió mi madre

Estaba segura de que ahí pertenecía, mi corazón se sentía muy bien estado en esa universidad y quería de verdad quedarme

—Quiero quedarme

Estaba tan emocionada de que me quedaría en California, y en la universidad que yo quería que por unos instantes me había olvidado de Alex. Cuando mi papá dijo que regresaría a México por el resto de nuestras cosas, le pedí que me llevara para visitar a mis amigos y si Alex ya estaría de regreso

Al llegar a México tenía un sentimiento extraño, estaba muy contenta pero angustiada por como mis amigos reaccionarían a la noticia, y me volví a reunir con ellos en el parque mientras mi padre se arreglaba con los de la mudanza, pero antes de eso entre a mi habitación y tome el vestido que Alex me había regalado y las flores aunque ya marchitas eran hermosas, con mucho cuidado las metí a un frasco de plástico que había comprado de regreso a casa, encajaba perfecto para llevarlo todo el viaje y no se maltrataran

Cuando vi a mis amigos, ellos me esperaban con una sonrisa, Leonardo tenía unas flores preciosas

—¡Vaya! ¿y esto?

—Son para ti—Leo me entrego las flores tan bellas

—¿Es bonita tu escuela?—Pregunto Natt

—¿El hospital es enorme?—Pregunto enseguida Dani

Algo dentro de mí me decía que ellos sabían que me quedaría en California, y de cierta forma me asustaba, sentía que rompería en llanto si les decía lo que había decidido.

—Te ayudaremos a empacar tus cosas—Leonardo camino en dirección a mi casa. Daniel y Natt hicieron lo mismo, los vi de espaldas, reían y sus sonrisas me daban tranquilidad, era como ver una escena en cámara lenta

—¿No vienes?—Natt hizo una seña para que los siguiera

Llegamos a mi casa y mientras los chicos ayudaban a mi padre, Natt y yo empacábamos las cosas de mi habitación

—¿Ya supiste algo de Alex?—Pregunto repentinamente Natt

—No... Creo que después llamara

—Estoy segura de que lo hará, Leo le dará tu número

Mientras recordaba que no sabía nada de Alex desde el baile de fin de año, sentía un vacío en mi pecho, mis ojos casi se llenaban de lágrimas, lo extrañaba mucho y al ver por la ventana recordé el día que me regalo el vestido, recordaba cada vez que me dejaba en mi casa veía por la ventana y se despedía con una sonrisa

Por la noche salimos al patio y recordábamos nuestros años en preparatoria, y en cómo nos hicimos tan buenos amigos

—Crecimos mucho amigo—Daniel parecía orgulloso

—Lo hicimos—Añadió Leo

—Oigan ¿se imaginan como seremos de adultos?—dijo en un suspiro Daniel

—No lo puedo imaginar, en unos años esto solo será un recuerdo—Añadió Natt

Cuando estaba a punto de irme, comenzó a llover un poco, contemplaba la casa donde fue toda mi infancia, mi padre enseñándome andar en bicicleta, mi madre enseñándome a preparar galletas, recordar todo eso me puso nostálgica y una lágrima corrió por mi cara.

Miraba al suelo y sin darme cuenta estaba algo empapada, pero de pronto la lluvia se detuvo al mí alrededor, levanté la mirada y una sombrilla estaba justo arriba de mi cabeza, al dar la vuelta lo vi a la cara, su brazo me rodeo por completo y me acerco hacia él, era un abrazo cálido...

—Te extrañé—... Era Alex...

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