CAPITULO 12. Feliz cumpleaños
—El amor que todo lo
cura es locura
Por fin había comenzado en segundo año de preparatoria, las calificaciones finales del año pasado habían resultado buenas para todos. Daniel, Natt, Alex y por supuesto Leonardo, éramos ese grupito de 5, aunque Leo no era de nuestro grupo, perecía serlo, siempre estaba en nuestro salón además de que nos encubría a Alex y a mí, aún no quería contarles a mis amigos que estábamos saliendo, de hecho, se nos había olvidado, es que todo fluía tan bien entre nosotros que sentíamos que contarles los volvería locos
Quería contárselo a Natt, quería hacerlo porque además de ser mi mejor amiga, necesitaba quien me ayudara a escoger el regalo perfecto para Alex, su cumpleaños estaba cerca y quería darle algo muy especial, así que me arme de mucho valor para poder contarle y que no se enojara conmigo por contarle hasta ahora
—Natt, tengo algo que decirte—actúe nerviosa
—Dime—estábamos en la cafetería y sin pensarlo comenzó a contárselo
—¿Qué dirías si yo saliera con Alex?
Leonardo, que nos acompaña en el almuerzo, me mira y me hace señas de que no le diga, pero no hago caso
—Qué tonterías dices, estaría feliz, pero eso es imposible—rio mientras me veía a Leo y a mi
Mientras seguía riendo pregunto—¿Es broma, ¿no? Al vernos serios, de pronto sus ojos se abrieron mucho y su boca también, mientras cubría su boca, me señalo asombrada y grito...
—¡ESTÁN SALIENDO!
Natt, quien siempre ha sido de buenos modales, cero imprudentes, nada molesta y todo lo contrario a Daniel, me sorprende como la desconozco por completo en un instante.
En menos de un segundo Leonardo se levantó de golpe de su silla y volvió a tapar la boca de Natt, mientras me ve, hago una seña para sacarla de la cafetería, volteando a todos lados para ver si alguien escucho algo. Cuando Leo soltó por fin a Natt ella preguntó eufórica
—¿Esto es en serio? ¿Desde cuándo salen? ¿Por qué no me contaron? ¿Tú sabías?—estaba vuelta loca
—Leonardo, no digas nada, yo le contaré todo
Al contarle todo a Natt, me miraba ilusionada y ponía atención, creía que me cuestionaría
—Por Dios, y entonces cuando regreso de su viaje, ¿comenzaron a salir?
—Si
—Dios, Dios, qué emoción, y ¿Cómo es? ¿Es lindo? ¿Es romántico?
—Sí, es muy lindo—murmure entre risas
Natt y yo seguimos hablando de eso, pero recordé que tenía que comprarle un regalo de cumpleaños a Alex
—Qué piensas regalarle?
—No tengo ni idea, pensaba en un collar
—¿Un collar?
—Él me regalo uno hace tiempo, así que pienso hacer lo mismo, pero quiero grabarle nuestras iniciales
—se del lugar perfecto donde puedes mandarlo hacer y no es tan costoso
Al irnos Natt y yo a escondidas de nuestros amigos, para que no sospecharan de lo que haríamos, cuando tuve el collar en mis manos solo pensaba en si le gustaría o no. Al día siguiente, al primero que vi por la mañana, era Leo
—Vecina, ¿qué le vas a regalar a Alex?
—No diré ni una sola palabra, si lo hago se lo contarás
—Claro que no, dime— Insistió
—Un collar— Respondí en voz baja
—Vaya, yo solo le daré un balón
—¿Un balón?
—Sí, es lo que ha querido desde que somos niños, todo el tiempo lo quiso y creo que es momento de entregárselo
A mediodía, no podía ya con la emoción de la sorpresa que tenía para él, sentía que en cualquier momento se lo contaría, así que deje una nota en su mesa. Lo esperaría en la parte de atrás de la escuela.
Salí corriendo al terminar las clases y corrí a esperarlo, pero, no llego, lo esperé por una hora y al final me fui. Al caminar hacia la parada del autobús, Leo salió en su motocicleta, se quitó su casco y me vio con la cabeza apuntando al suelo
—No llego ¿cierto?—inflo sus mejillas y soltó un suspiro
No podía responderle, sentía un nudo en la garganta, y sentía que si hablaba, podría estallar a llorar
—Sube, te llevaré a su casa—me ofreció su casco
Subí a su motocicleta y limpié mis lágrimas, él me vio por el espejo y pude ver su cara, no sabía si sentía lástima por mí o estaba enojado con Alex por no llegar. Cuando llegamos, baje y le pregunte —¿Cómo supiste?
—Natt me lo contó todo, tú deberías hacer lo mismo, también soy tu amigo—parecía algo molesto—entremos por atrás
Yo ya conocía el camino, pero esta vez, las sirvientas no estaban, así que corrimos con mucho silencio hasta su habitación, al acercarnos a la puerta, escuchamos lo que su padre le decía a Alex
—Solo has lo que te digo, ya tienes 17 y pronto serás mayor de edad, ¿acaso quieres que los negocios de tu madre y míos, terminen en manos de esos inversionistas?
—No padre...
—Y por favor, deja de ver a esa muchachita insignificante—hablaba con burla—diviértete todo lo que quieras con ella, en Nueva York me encargaré de conseguirte una novia de tu nivel, está claro que heredaste todo de mí, la cara, el porte y espero que otras cosas también, a las mujeres hay que consentirlas—exclamo jocoso
Yo apenas y podía reaccionar, no podía creer lo que le había dicho su padre a Alex, estaba atónita, sorprendida y casi sentía que el estómago se me revolvía, Leo me mira y hace señas para que salgamos de ahí, detrás de nosotros se escucha que cierran la puerta, al bajar por las escaleras, corremos lo más pronto posible a la cocina para salir por la puerta trasera, al salir, Leo me mira y dice con delicadeza
—Que eso no te afecte, eso lo piensa el padre de Alex, no él— lo miro y solo asiento con la cabeza —Vamos te llevo a casa
Esta vez el chofer de Leo nos lleva, y al dejarme en mi casa vuelve a repetir
—No te preocupes, piensa en lo que te dije
En la puerta de mi casa, me di cuenta de que el collar no estaba, busque por todas partes y no lo encontré, me desespere y quería regresar a la casa de Alex pensando que talvez ahí lo encontraría, pero sabía que eso sería imposible, cuando entre, me dirigí al refrigerador y mamá había dejado una nota explicando que salió con papá y llegarían al día siguiente, estaba triste y frustrada por todo.
Por la noche mientras estudiaba, vi por la ventana que el carro de Alex se había detenido frente a mi casa, me levante lentamente y baje las escaleras, realmente me sentía incómoda por verlo, no sabía cómo reaccionar, o que decir, pero pensé que él no sabría que fui a su casa, por eso salí como si nada, abrí la puerta lentamente, pero de pronto Alex, me abrazo tan fuerte que apenas y puedo responderle el abrazo
—Lamento que hayas escuchado todo eso—Su abrazo era aún más fuerte
—Alex ¿Qué pasa?
—Sé que estuviste ahí—me soltó para enseñarme el collar
—¿Dónde estaba?
—En las escaleras, lo encontré cuando bajé a la cocina, no sabía de quién era, hasta que vi nuestras iniciales y vine corriendo lo más pronto posible, vine pensando en todo el camino que el ruido que se escuchó afuera de mi habitación habías sido tú—soltó una pequeña risa
—No era mi intención escuchar
—Lo siento mucho, debió ser incómodo para ti
—Feliz cumpleaños—lo apretuje fuertemente—entra—lo solté para dirigirme a la cocina
Tenía un pequeño pastel en el refrigerador que había traído papá a casa y entre las cosas de la cocina encontré una vela, apague las luces, encendí la vela y le cante las mañanitas, él sonreía y solo me miraba
—Pide un deseo antes de apagar la vela
—Mi deseo ya se cumplió—soplo con delicadeza
—¿Ah sí?—encendí las luces y se le había iluminado cara, no pensé que un pastelito, pequeño, le hiciera brillar los ojos
—Mi deseo era pasar mi cumpleaños contigo, leí la nota, pero cuando estaba por ir, mi padre llego y me pido que subiera al auto con él, en serio lo siento—yo solo sonreí y respondí —No te preocupes, estás aquí y eso me hace feliz
—Lo usaré siempre—se puso el collar que le regalé—me luce bien ¿No?—perfecto—sonreí y aplaudí por que le había gustado
—No se que hice en otra vida para que tu fueras mi regalo
Camine hasta él y lo abarse, nadie me había echo sentir algo parecido como eso
—Alex, es algo tarde, creo que tienes que irte
—Quisiera no hacerlo, puedes prometerme que cuando seamos adultos ¿Viviremos juntos?
—Por supuesto que si— Respondí sonriendo
Camine del brazo de Alex hacia la puerta, nos despedimos y me quede unos pasos atrás de él, solo para verlo, pero de golpe se dio la media vuelta, me tomo de mi cara con sus dos manos y me beso y después salió corriendo
Yo en serio disfrutaba de cada momento con Alex, lo quería mucho, amaba cada detalle de él, su forma de ser y lo cariñoso que podía llegar a ser, no quería que ese sueño terminara, quería vivir otros cumpleaños juntos y vivir juntos cuando seamos adultos, como él dijo. Por la noche escribí otra carta para Alex, esta vez éramos pareja, estaba segura de que se la daría frente a frente y esta vez sí sabría quién se la entrego
Antes de que Alex volviera irse a uno de sus tantos viajes, en su sudadera, mientras estaba algo distraído, deje mi carta, lo pensé toda la noche y aún me daba vergüenza entregarle una carta viéndolo a la cara, así que mejor decidí hacerlo de otra manera, de todas formas, sabría que era yo
Para mi novio Alex
"Te amo, y sé que es algo pronto o quizás no, pero siento que si no te lo digo el corazón va a explotarme, siempre que estoy contigo, todo me parece mágico, es increíble como en todo este tiempo hemos pasado por mucho, quiero que sepas que siempre contaras conmigo, seré tu apoyo en todo momento, en cada día de tu vida, siempre que tengas un pésimo día piensa en mí, bueno en los buenos también, pero más en los malos y más si no estoy ahí contigo, sabes que estaré ahí sin importar lo que pase"
De tu Novia Ann
Te amo hoy y Siempre
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