CAPITULO 1. El principio y el Fin
2005
—Todos merecemos una segunda
oportunidad
Comenzó el primer año de preparatoria y me sentía con mucha energía, con algo de nervios por comenzar, pero estaba contenta
Mi madre se levantó muy temprano a preparar el desayuno, siempre trata de hacerlo para alcanzar a maquillarse y usar uno de sus tantos vestidos floreados que le llegan debajo de las rodillas.
—Te portas bien hija—siempre lo dice con voz dulce y con su linda sonrisa que suele adornar su linda cara—vámonos o llegaremos tarde—grito mi padre desde la puerta del auto, es un hombre que vive apresurado y siempre tiene la sensación de que todo mundo es lento excepto él
—Ya voy papá— grité con un pan en mi boca y tratando de acomodar mi cabello detrás de mi mochila, con mis torpes manos.
—Apresúrate Anni, tengo que llegar al aeropuerto—encendió el auto y puso la radio, es costumbre de él, escuchar las noticias mientras maneja, pero nunca deja que yo lo toque «Ni de broma me atrevería, quiere mucho su radio». Cuando íbamos en el coche sonó mi canción favorita "Have A Nice Day- Bon Jovi" La cante todo el camino, con mi poco conocimiento de inglés, pero aun así me gusta, al terminar de cantar la canción, llegamos a la escuela y los nervios de la mañana ya no estaban
Al llegar a la escuela me apresuré a llegar a mi salón, me emocionaba hacer amigos, salir a fiestas y divertirnos
De pronto un profesor entró, era alto y joven, comenzó a darnos una pequeña introducción de lo que veríamos en el semestre y a demás de pedirnos que comenzáramos a presentarnos
—Pónganse de pie y por favor preséntense, pueden decir sus virtudes o defectos, lo que gusten, para conocerlos mejor... Primero lo haré yo, Me llamo Hugo, tengo 35 años y doy clases aquí y en una universidad los fines de semana, seré su tutor todo este año, de acuerdo... continúe usted, el número 25
— Hola, yo me llamo Alejandro, pero me pueden decir Alex, me gusta jugar basquetbol y soy bueno en matemáticas, mi único defecto creo que es ser competitivo y guapo
Mientras todos ríen por su comentario, yo escucho su voz tan claramente que siento como se me pone la piel de gallina, de inmediato supe que era él, gire mi cabeza hacia atrás y al verlo, sé que mis ojos brillaron de solo ver su rostro, mi corazón se aceleró tanto que olvide que lo estaba mirando fijamente.
¡¡Es Alex!!, de quien he estado enamorada desde la secundaria y a quien le di una carta declarándole mi amor, ni siquiera estábamos en la misma clase, pero yo era quien lo veía en los pasillos de la secundaria, al entrar a sus clases, al llegar a la escuela, todo lo que hacía o lo que decía me parecía perfecto
Recuerdo como era en secundaria, lo conocí gracias a los concursos que organizaba la escuela, de matemáticas para ser precisa, y en el primer año yo gane el primer lugar, una de mis virtudes es que soy muy buena en ello. Alex camino enfrente de mí para recoger su premio, me miro molesto y refunfuño al ver "segundo lugar". Cuando bajó las escaleras, Salí tras él, caminaba molesto y se le notaba incluso de espaldas, paso su mano varias veces por su cabello castaño que parecía moverse a la más mínima brisa de aire, parecía tan suave
Cuando salimos a almorzar vi a Alex, esta vez le preste menos atención, me acababa de conocer y ya me había hecho caras por un simple premio. Lo vi apresurarse, y con su uniforme más ajustado que el de la mayoría, se había manchado de unas cuantas gotas de jugo, y con su pésimo carácter reclamaba a quien lo había salpicado. «Como puede alguien de esa edad actuar con tanta frialdad»
Tenía un grupito de amigos, quienes siempre parecían meterse en problemas, a diferencia de él, que a pesar de enojarse por todo, suele ser tranquilo y bueno en todo lo que hace
En su cumpleaños recibió tantos regalos que me preguntaba ¿Qué haría con tantos?. Ni siquiera así era amable, los recibía de una manera indiferente y fría "Le daba igual". Pero a mí me parecía de lo más perfecto ¿Por qué?, porque a él todo le quedaba perfecto, incluso su cara seria
La única vez que yo crucé una palabra con él fue de la manera más tonta, entre a la cafetería y había una gran fila, obstruía la entrada y para mi mala suerte yo quede justo en la entrada, Alex se me acercó y me miro fijamente, con aquellos ojos tan cristalinos como la mima miel «deja de mirarlo así»
—¿Te vas a mover?—su voz, por primera vez la había escuchado, era perfecta, tenía un tono grueso pero delicado a la vez
—Lo siento— traté de moverme, pero nadie más lo hacía—Ahg, solo muévete—con su mano larga y fuerte, de un movimiento rápido me hizo a un lado, haciendo que mis torpes pies se tropezaran y casi callera al pasto. Su brazo se alargó rápidamente sujetando mi cintura, mis ojos se serraron esperando el duro golpe del pavimento, me quede quieta y con los puños cerrados
—Abre los ojos—refunfuño
Los abrí lentamente y al ver la escena frente a mí y la mirada de todos, me moví tan rápido como pude que para mi desgracia y nada sorprendente para mi torpeza había golpeado su frente con mi cabeza. Vi sus ojos, tan cerca de mi, eran preciosos
—Ah!—me soltó y llevo ambas manos a su frente para quejarse
—Perdóname—Salí corriendo de ahí, avergonzada
Trate de evitarlo todo el día, todos me recordaban como la "rompe cabezas" por semejante golpe que le di a Alex. Todo parecía normal y a casi nada de terminar las clases —Oye!—me paralizo y sentí la sangre fría, gire en mi propio eje y cerré los ojos con fuerza, esperando que al abrirlo él no estuviese ahí
—Mira esto—alzo su suave cabellera y me mostró la venda que tenía en la frente—mordí mi labio para no soltar una risa—Tú eres la responsable de esto—señalo hacia su frente—Bueno, no es para tanto—volví a girar y estaba dispuesta a irme
—Detente ahí, si llego a desangrarme, juro que tú serás la responsable—apenas pude oír su grito y apresure mis torpes pasos para que no me siguiera con sus pernas largas
A pesar de todo, era imposible que no me gustara, a diferencia de otros chicos, él curiosamente me llamaba la atención a pesar de que fuera tan gruñón
Me decidí a darle una carta que había escrito en segundo año, cuando escuche a su padre gritarle de una manera horrible por no haber ganado nuevamente el premio del primer lugar. Así que en una hoja de libreta escribí lo que en ese momento pensaba...
"Hola, espero que lo que te haya dicho tu padre no te afecte, eres un chico maravilloso e inteligente. Nadie puede decirte lo contrario y si lo hace estará equivocado, porque nadie tiene el derecho de tomar decisiones por ti, así que solo ignora lo que tu padre te Dijo, por cierto, Me gustas"
Había decidido que a pesar de todo se la daría sin importar lo que sucediera, sabría sobre mis sentimientos y me sonrojaba de solo pensar en como la leería, y si algún día llegaría en un carruaje blanco y llevarme de la mano hasta un campo lindo, donde nos daríamos nuestro primer beso
«Era una niña, podría imaginar lo que quisiera»
Un día justo antes de salir de la escuela lo alcancé y logré meter mi carta en su mochila, casi me descubre al sentir un ligero empujón mientras metía mi carta en uno de sus bolsillos, logre ver cómo giro su cabeza para ver quien era y salí corriendo detrás de él para esconderme en la multitud.
En la salida mi papá ya me estaba esperando y en cuanto le di mi mochila me di cuenta de que mi pulsera no tenía el dije, que mi padre me había regalado en mi cumpleaños pasado, así que regrese a buscarlo, pero no lo encontré y salí triste por haberlo perdió, aunque papá dijo que no me preocupara.
Cuando llegue a mi casa revise mi mochila y recode que la carta que había escrito solo decía que era para él, pero había olvidado escribir mi nombre, fue el peor día de mi vida. Por primera vez había declarado mi amor por alguien y ni siquiera sabría de quién era la carta, peo asumí que por lo menos no sabría que era yo quien la había escrito, porque realmente me arrepentí de declararme en una carta...
—Muy bien, siguiente, a ver el número 15—... «Era mi turno»
—Yo me llamo Anna, me gusta bailar, las matemáticas, soy muy alegre y me gusta hacer amigos—dije nerviosa
Cuando me siento de nuevo en mi lugar siento una mirada fija... Alex me estaba mirando, apenas y alcance a quitar la mirada de lo nerviosa que estaba. Cuando por fin todos ya se presentan, Alex atrae la mirada de todas y como era de esperarse todas lo quieren conocer.
El profesor nos dijo que daremos un recorrido por el instituto para conocerlo, mientras lo hacemos pienso en Alex, de quien he estado enamorada por años y declare mi amor sin siquiera decirle que era yo, está ahora en mi clase.
Pensaba que al menos mis palabras de motivación le servirían y que ignoraría lo que escribí al final, de igual manera no me preocupo, pues Alex jamás se enterara de quien fue la carta que se le entregó en el último año de secundaria. Y mucho menos que fue la "rompecabezas"
Mientras estamos escuchando al profesor contarnos la historia del instituto, veo como Alex parece ya conocer a todo el salón, todos quieren ser sus amigos.
—Esta es la cafetería... Las canchas de fútbol y el auditorio, donde siempre se hacen las presentaciones de baile y música y, por su puesto en el aula de enfrente, tenemos la biblioteca, ahí pueden estudiar en sus horas libres
Me emocionaba tanto saber que la escuela tenía una biblioteca, así podía tomar prestados libros que me gustan, además de poder estudiar con absoluto silencio
—Y por último, chicos, aquí tenemos una lista para que cada fin de mes un salón le toque venir a limpiar la escuela
La escuela parece tan grande y espaciosa, de color blanco y un azul tan claro, no hay un lugar que tenga una sola mancha, parece impecable y sé que es porque los alumnos se turnan para dejarlo así de limpio.
Cuando comenzó la clase el profesor nos pide que estemos de pie y hagamos amigos para conocernos mejor, debemos decir la secundaria de donde venimos y que es lo que nos gusta, de pronto una chica se acerca a mí y estira su pequeño y delgado brazo
—Hola, me llamo Natalia, ¿y tú?—su sonrisa era bonita y sus rizos también lo eran
Natalia, es de esas personas que deslumbraban al llegar a un lugar, tuve tanta confianza con ella en el primer día, era una chica muy hermosa, de ojos color miel muy claros—¿Qué te gusta hacer? Su voz era suave y hablaba con tanta delicadeza
—Hola, soy Anna—Respondí
En menos de una hora logro conocerla muy bien, casualmente piensa mudarse cerca de donde yo vivo, pues sus padres vienen de Texas y han decidido quedarse aquí, pensamos en salir y en que yo le dé un recorrido por todo el lugar para que conozca mejor donde ahora vivirá. Tiene un hermano mayor quien parece ser muy cercano a ella a pesar de tener trabajo y una novia, siempre tiene algo que contarle y la apoya incondicionalmente, creo que nos volvimos muy amigas, tanto que quiero contarle todo.
Alex seguía rodeándose de amigos y alardeaba sobre lo guapo que era, y lo bueno que era para cualquier deporte, eso era cierto, en nuestra secundaria había una piscina en la que podían practicar natación, Alex, como siempre, ganaba todos los concursos
Recuerdo que también era un excelente jugador de baloncesto, cada torneo que organizaba la, secundaria, yo estaba ahí, presente, era su fan número uno, pensaba en que si no se convertía en presidente, quizás seria, jugador profesional, tenía fe de todas formas en él, sabía que seria alguien grande
Comienzo a hablar un poco más con Natalia, nos contamos algunas anécdotas que teníamos desde niñas, bromeábamos sobre quienes seriamos en algunos años, si nos operaríamos la nariz y si tendríamos unos cuerpos exuberantes, éramos solo chicas, podíamos imaginar lo que quisiéramos, incluso mi imaginación voló tan alto que me imaginaba llenado al altar y salir casada con Alex—Salgamos de aquí, vamos a caminar—dijo Natalia entusiasmada. Cuando salimos y dirigí la mirada con alguien... de pronto ya no estaba en la escuela, el recuerdo se borra de golpe y estoy de nuevo en el aeropuerto.
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