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31 LOCURA

Mi rostro de sorpresa se expresa fácilmente. Natalia está detrás de los tanques, donde valla Fabio y la encuentre la matara o algo peor. Tengo que actuar con la cabeza fría y pensar rápido las cosas, no quiero que le suceda nada a ella. Yo la traje aquí sana y salva y la regresare abajo igual. Necesito que no vea Fabio la mesa decorada donde estábamos sentados hace unos minutos.

(¡Mierda Alex reacciona! Alguna mierda invéntate.)

- ¿¡Que putas!? ¿¡Como que no está Natalia en ninguna parte!? - Alex.

Desvió mi mirada a los tanques, ella solo observa y se esconde. Carajo tengo que hacer algo para que Fabio se valla ahora.

- Ya la estamos buscando. Creí que estaba contigo pero no. En las cámara tampoco te veía, así que decidí mandar hombres a buscarla. - Fabio.

- No creo que haya podido escaparse. - Alex.

- Tampoco lo podría lograr. La institución esta monitoreada todo el tiempo. - Fabio.

- ¿¡Entonces donde carajos esta!? - Alex.

- No lo sé. Solo vine a decirte y que ayudes a encontrarla. Ninguna sumisas o mujer puede salir de aquí. - Fabio.

- Vamos Alex. - Fabio.

(¡Mierda! No me puedo ir, no puedo dejar aquí sola a Natalia.)

- En un minuto te alcanzo. - Alex.

- ¿Ya no es importante para ti ella? - Fabio.

(No sabes cuánto es importante para mí ella. Idiota.)

- Si. Pero es más importante la llamada de mi madre. - Alex.

- Esta bien en quince minutos te espero abajo. No tardes. - Fabio.

(Si lo logre. Bien.)

Disimulo hablar con mi madre y el sale por la puerta de la terraza, me acerco un poco y ya se ha ido. Mierda tengo que sacar a Natalia de aquí, si los guardias la están buscando. ¿Como la llevo abajo? No me perdonare si le sucede algo a ella por mi culpa.

(La funda de la mesa podría ayudar. ¿¡Estas pensando en lanzarla!? No tengo una mejor idea pero necesito la ayuda de ella.)

- Natalia ven. - Alex.

- ¿Lo lograste? - Natalia.

- Supongamos que sí. Pero no podemos regresar por donde veníamos. - Alex.

- Mierda me están buscando. ~Eh buscando a tu sumisa.~ - Natalia.

Su sonrisa pervertida viene a mí. Cuanto me gusta que ella me provoque.

- Si fuera el caso te dejaría sin caminar por una semana. - Alex.

- ¡Ohh! No me lo esperas de Alex el pervertido jajaja. - Natalia.

- Ven. No podemos perder tiempo. - Alex.

Tomo la mano de ella. Su mano es calidad y suave, sus lindos ojos con su sonrisa combinan a la perfección con el caer de la tarde. Estoy rendido a sus pies. Llegando a la mesa, Natalia me ayuda quitando los platos y las velas, con la tela de esta la corto a lo largo haciendo una tira larga, esto es una locura lo que voy a hacer. Pero no dejare que le hagan daño a Natalia. No lo permitiré.

- ¿Alex que estás pensando? - Natalia.

- Se que es una locura pero no hay otra opción. - Alex.

- ¿Qué quieres decir? - Natalia.

- Con esta tela te sujetaras y abriremos la ventana de la oficina. - Alex.

- ¿Y si ahí sumisas ahí? - Natalia.

- Ellas ya terminaron. Yo tengo las llaves de la puerta. - Alex.

- ¿Me estás diciendo que tengo que saltar a la nada sujetada por una tela? ¿Además abrir la ventana para escaparme y no tenemos tiempo? - Natalia.

- Bueno es una locura pero lo podremos lograr. - Alex.

- Estas loco Alex. Muy loco. - Natalia.

- No quiero que te suceda nada malo. - Alex.

Mis ojos destellan en su mirada. Ella se acerca despacio, toma mis mejillas con sus manos suaves dándome un beso suave y tierno. Natalia siempre me cautiva, esa es la diferencia. Quiero más de ella. Natalia es la luz de mi infierno.

- Estaré bien, lo prometo. Ayúdame con esto. ¡No me quiero caer en medio de la nada! - Natalia.

Amarro la tela a la cintura de ella así como sus manos. Estoy un poco nervioso porque Natalia va a saltar en medio de la nada por alcanzar una ventana.

(Descuida Alex, Natalia va a estar bien, es una mujer fuerte y sabe buscar alguna solución si llega a pasar algo. Pero hoy no será el caso.)

- Listo. Preparada ~sumisa.~ - Alex.

- Idiota. Estoy lista. Vamos. - Natalia.

- Antes de que saltes. Quiero decirte algo. - Alex.

(~Estas siendo romántico con la testaruda.~ Cállate cabeza.)

Sus ojos y su sonrisa cálida están sobre mí. ¿Como puede ser tan jodidamente hermosa en una situación como esta? Ella toma mis manos con delicadez y su cabeza cae en mi pecho, siento su respiración un poco agitada. El olor de Natalia viene a mis fosas nasales. Huele tan bien que su olor me atrae calma en este momento de tensión.

- Dime Alex. - Natalia.

Tomo un gran suspiro antes de decir mis palabras hacia ella.

- Natalia. Quiero intentar esto contigo, si los dos podemos y lo logramos. Podemos salir juntos. Tú y yo. ¿Qué dices? No será fácil esto pero si lo intentamos podremos salir de este lugar. - Alex.

Mis palabras hacia ella salen con nervios, pero quiero intentarlo con ella. Natalia ha sido mi luz en esta mierda de oscuridad. Tengo miedo de lo que me responda. Su rostro es de sorpresa pero sus ojos vienen a mí y me miran fijamente, sus labios carnosos están completamente en mi mira. Ella toma mi rostro y lo junta con el suyo. Mi mano se entrelaza con la de ella.

- Yo también quiero salir de aquí contigo. Yo también deseo salir a tu lado de este infierno y vivir nuestras vidas. Sé que tienes miedo y yo también pero quiero intentarlo. Quiero que tu salgas de aquí a mi lado Alex. Es sincero lo que siento por ti Alex. Te amo y mucho. Te pido que por favor no me vallas a hacer daño. Te estoy dando mis sentimientos en tus manos. - Natalia.

Sus palabras llegan hacia mí. Esos ojos cafés que tanto amo se posan en mí mirada, sus pupilas dilatadas y como habla. Me toca el corazón y es hermoso ver a Natalia de esta forma, no solo la amo como mi sumisa. La amo como persona que es, cómo ser que me atrapa y enciende mi alma. Es hermoso este momento pero el tiempo no da espera. No quiero que Fabio la encuentre no sé qué pase ahora más adelante. Por ahora quiero que este abajo a salvo de este infierno.

Camino con Natalia de la mano, ella se sube a la punta de la terraza. Aunque en su rostro no demuestre sus nervios sé que lo está. Sujeto la mano de ella con fuerza, no la soltare hasta que Natalia me lo pida. La tela está sujeta a la mayoría de su cuerpo, su vestido por el viento se mueve un poco eh igual su cabello. La observo por unos segundos y ella sonríe.

- Estoy lista Alex. - Natalia.

- ¿Estas segura? - Alex.

- Siempre estoy segura. - Natalia.

- Escúchame, cuando saltes intenta agarrarte de la pared o de la misma ventana. Yo te sostendré desde aquí arriba y no te soltare hasta que tu estés dentro de la oficina. Si no alcanzas a sostenerte de algo, dime y te jalare hacia arriba. No podemos llamar la atención así que tenemos que ser precavidos. - Alex.

- Entiendo, vale. Cuenta hasta tres Alex y saltare. - Natalia.

(¡Mierda! No te pongas nervioso Alex. Tienes que estar concentrado. ¡Concéntrate idiota! Tu chica está en peligro.)

- Uno. - Alex.

Trago grueso saliva, mis manos apretadas sostienen la tela.

- Dos. - Alex.

- Y. ¡NATALIA! - Alex.

Sin darme cuenta. Ella salta sin pensarlo dos veces, mis manos sujetan con fuerza la cuerda he intento mirar donde esta ella por los aires. Mi corazón está por salirse de mi pecho. Salto sin esperar el tres ~siempre tan rebelde.~ Intento mirar donde esta Natalia pero tengo que sujetar la tela y eso me impide verla. ¿Dónde esta? Espero que ella me dé una señal o algo.

**************************

- ¡MIERDA! - Natalia.

¿¡Como carajos salte sin pensar!? Esto es una locura. ¡Una mierda de locura! Siento el viento en mi rostro y en mi vestido, un vacío en mi viene y eso me pone un poco nerviosa. Intento sujetarme de algo y lo consigo, siento como Alex está arriba sosteniéndome. Abro los ojos y por suerte agarre la ventana. Estoy justo donde debo entrar. Un vacío sacude mi estómago, miro hacia abajo. La gran caída que me espera si no entro rápido. Abro la ventana y entro.

Me asomo a la ventana y veo a Alex desde arriba todavía sujetando la tela. Jalo un poco la sabana y me mira, una sonrisa de alivio viene hacia él. Le devuelvo mi sonrisa, aun sigo sorprendida de lo que me dijo. Por ahora tengo que ir a mi cuarto, deben estar buscándome por todos lados. Alex lanza la tela hacia mí, la jalo despacio hasta que llega. Ahí un pequeño mensaje en ella.

-"Pronto nos veremos. Te amo." - Alex.

Una sonrisa tonta viene a mí y lo miro. Quisiera gritarle cuanto lo amo a él. Alex me guiña el ojo y desaparece de mi vista.

(¡Natalia vuelve a tierra! ¡Aterriza Natalia!)

Mierda, no recordaba que estoy huyendo de los guardias y de Fabio. Me quito la tela y la dejó caer hacia abajo, espero que eso no tome tanta importancia. Me acomodo el vestido y mi cabello, tomo la puerta despacio y la giro. Miro hacia los lados y no hay nadie. Una de las cámaras apunta hacia acá, pero se gira en el momento justo para salir corriendo. Mis piernas correr al ritmo de mi corazón. No puedo creer que estoy escapando de los guardias y de Fabio.

Bajo por las escaleras acelerada y veo uno de los guardias, rápidamente tomo otra ruta y sigo corriendo. Todo mundo debe estar hablando de mí. ¿Que pensara Lorena y Emily? Sigo sin parar de correr. ¿Dónde estará Alex? Ya solo me falta un pasillo por llegar. En una esquina esta otro guardia intento devolverme y está un guardia con Fabio. ¿¡Mierda que hago!?

(Esto hará un poco de ruido. Pero no importa.)

Salto una baranda y la escuchan. Corro hasta que me encuentro acorralada, dos guardias están al frente de mí. Intento devolverme y ya hay dos hacia los costados. Enfrente mío llegan Fabio y Alex. La mirada de Alex me insinúa que actúe normal. Uno de los guardias me agarra de mis brazos de una forma brusca. Forcejeo y intento soltarme.

- ¡SUÉLTAME IDIOTA! - Natalia.

- ¡Pero si es Natalia! La que habíamos creído muerta. - Fabio.

Solo levanto mi ceño y forcejeo con el guardia.

- Vamos. Llévenla a la oficina. - Fabio.

Alex me mira unos segundos y sigue a Fabio. Él no puede hacer nada por mí, pero tiene miedo en su rostro lo veo. El guardia me arrastra llevándome de los brazos. Grito, forcejeo e intento soltarme pero es imposible. Me hazla y me lleva en sus hombros, solo me quejo y lo golpeo. Subimos por las escaleras, aunque no puedo ver bien, escucho sonar una puerta y entramos. El guardia me baja y me suelta. Alex me observa y Fabio se sienta en su escritorio.

- Bueno. Señorita Natalia. ¿Dónde se encontraba? - Fabio.

(No voy a responder a sus mierdas de preguntas.)

- ¿Se te comió la lengua el gato Natalia? - Fabio.

Miro con el ceño levantado y volteo los ojos mirando a otra dirección. El sitio es grande, un estante de libros, una mesa que está en frente de mí, sillas, muebles y una ventana cerrada. Para ser una oficina, es grande. Alex toma una posición de arrogante intentando ocultar su miedo. Intento calmar mi cabeza y que este plan de Alex y yo saldrá a la perfección. Fabio sigue preguntándome, me hago la sorda. Los guardias están al lado mío. Siento como una mano va a mi mandíbula haciendo levantar mi rostro. Es el.

- Te estoy pregunta tonta. ¿¡DONDE MIERDAS ESTABAS!? - Fabio.

Veo a Alex y sus manos en forma de puño se intentan contener. Mi ira se está apoderando de mí, pero tengo que actuar con la cabeza fría. Doy una sonrisa y me burlo en la cara de Fabio.

- ¡Y a ti que mierda te importa, donde yo carajos este metida! - Natalia.

Su expresión levanta un poco su ceño. Quita su mano de mi rostro.

- ¡No sé cómo mierdas tienes a esta mocosa de sumisa! - Fabio.

- Yo sé cómo manejarla. - Alex.

- ¡Pues hazlo ahora! Necesito saber dónde estaba metida. - Fabio.

(¿Que mierda acabo de decir Fabio? ¡No,no,no. Alex vendrá a mí. ¡Carajo!)

Alex se dirije hacia mi lento. Intento esquivarlo pero me toma del cuello. Acorralándome en la pared.

- ~¿Qué haces? ~ - Natalia.

- ~¿Te acuerdas cuando me estabas provocando en la terraza? ~ - Alex.

(No puede ser. ¿¡Es enserio!? En esta situación me va a provocar. ¡Te va a dar una cucharada de tu propia medicina!)

- ~Alex no. No es el momento.~ - Natalia.

- ~¿Quién dijo que no? ¿Acaso ahora si me temes porque te puedo tomar mía aquí y arriba pensar que tenías el poder? ~ - Alex.

- ~Eres un pervertido lo sabes.~ - Natalia.

- ~Un pervertido que te encanta.~ - Alex.

El me susurra en el oído mientras su mano se desliza por mis piernas bajando a mi zona húmeda. Que valla, sí que estoy muy mojada. Esta situación me excita mucho.

- ~Pero valla. Mira como de mojada estas. Estas preparada para mí.~ - Alex.

- ~No lo hagas. Alex nos está mirando Fabio.~ - Natalia.

- ~El pensara que te estoy sacando información.~ - Alex.

(Como calcula las cosas mi amo.)

Su mano rosa mi zona íntima, gimo suave y despacio. No quiero que me escuchen, mucho menos que él está metiendo su mano en mi intimidad. Sus dedos rosan con ella haciéndome que me moje más. Mierda Alex sabe muy bien lo que me gusta, me estoy excitando. El sigue jugando con sus dedos hasta que se detiene.

(¡Maldita sea Alex me dejas con ganas!)

- Estaba en los sótanos. - Alex.

Carajo. Eso no me lo esperaba, sabe muy bien cómo actuar en esta situación.

- ¿Haciendo? - Fabio.

- Buscando vestidos como el que tiene puesto. - Alex.

(Valla que gran mentira amo. Si supieran que estamos a punto de coger en la terraza.)

- ¿Solo por esa mierda desapareció? Alex tu veras que haces con ella y tu mocosa ten cuidado la próxima. Donde tu querido amo no hubiera estado, las cosas hubieran sido muy distintas. Se pueden retirar ahora. - Fabio.

Se lo que significa lo que le dijo Fabio a Alex. "Tu veras que haces con ella." Su rostros de él lo dice. Una sonrisa perversa llega al rostro de ambos. Alex me toma de los hombro y me jala. Lambo mis labios y lo miro. Nuestras miradas lo dicen todo. Nos salimos con nuestra locura.

- Tranquilo Fabio. Yo la castigare. Camina. - Alex.

(¡Dios mío lo que me espera!)

Su sonrisa con la mía lo dice todo, nadie se dio cuenta de lo que paso y ahora Alex me llevara a su cuarto. ¿Qué piensa? Estoy excitada y no me ha tocado. ¿Qué me hará? Eso solo lo sabe su sonrisa perversa hacia mí, llevándome a su habitación. ¿Que me espera? No lo sé. Solo sé que lo estoy deseando con ansias.

**************************

- Diez. ¡Para Fabio! ¡PARA! - Raquel.

- Son veinte Raquel. ¿¡Quieres el puto favor!? ¿¡O no!? - Fabio.

- Lo sé. Solo déjame descansar, mi espalda esta adolorida. - Raquel.

- ¡No Raquel! Ahora voltéate y déjate azotar, si quieres tu mierda de favor. ¿Entendiste? - Fabio.

- Si. - Raquel.

- ¿¡Si que!? - Fabio.

Un latigazo va a mi espalda adolorida.

- ¡SI SEÑOR! - Raquel.

- Así me gusta. – Fabio.

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