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26 CONFUSIÓN

Pesadillas. Todo temor que tememos de pequeños ¿no? Cuando era pequeña cada vez tenía más pesadillas y no eran de monstruos, sino de la muerte de mi familia, dure un tiempo con eso incluso no dormía bien después de despertar de esos sueños malos. No reconciliaba el sueño solo miraba el techo y me ponía a pensar, tal vez era los hechos, no lo sé, la verdad después de un tiempo se fue y era bueno pues estaba tranquila. ¿Por qué ahora vuelven después de tanto tiempo?

El fin de semana llego, es hermoso un domingo por la mañana en tu cama acostada y no hacer nada eso es lo mío, pero no pude dormir bien, las pesadillas me atormentan, aunque no debo prestarle tanta atención a eso. Solo que sigo con duda del comportamiento de Alex conmigo, es extraño que él no quiera hablar de su pasado e irse y no decirme nada. Me duele, ¿qué puedo esperar de Alex?, si es un dominante arrogante.

(No debería preocuparme, pero siento que algo no anda bien.)

**************************

- ¿¡Es enserio Alex!?, ¡eres un completo imbécil! - Raquel.

- Raquel yo. - Alex.

- ¿¡Tú que ah!? ¡Alex estoy desnuda en tu cama y ni siquiera me puedes tocar! - Raquel.

- Yo no quiero hacer. - Alex.

- Entonces si puedes con tu idiota sumisa y con tu novia no. - Raquel.

- Hey no la trates así, el hecho que no tenga las ganas de tocarte a ti. Eso no significa que tengas que meter a ella en esto. - Alex.

- Ahh obvio. El defendedor de la pobrecita de Natalia y lo peor tu. Un estúpido dominante vendido por el jefe. - Raquel.

- Sabes, yo nunca quise esta asquerosa vida y a ti. - Alex.

- No lo entiendes ¿no? Alex estas aquí porque es tu deber y obligación. - Raquel.

- No realmente no lo es, es porque me obligan a estar aquí. - Alex.

- ¿Y ni siquiera por mí? Tú tienes que amarme, es parte de que estés aquí y gracias a Fabio. - Raquel.

- ¿Tengo? Yo no tengo por qué amar alguien si no lo siento, ¡estoy jodidamente cansado de seguir las órdenes aquí! - Alex.

- ¡Es tu maldito deber! Claro lo dices porque eres diferente con Natalia ¿no? - Raquel.

- ¡Lo digo porque estoy hasta la puta madre de estar aquí como un imbécil callado y solo seguir a los demás! ¡Estoy cansado de estar contigo!, ¡Me tienes hasta la madre tu y tus estupideces! - Alex.

- ¿¡Mis estupideces!?, luchar y alejarla a ella. ¿¡Te parece tonto!? - Raquel.

- No lo tienes que hacer, tú y yo no somos nada. Además, Raquel ¿¡llevarla a otra mafia!?, ¿¡que idiotez estabas pensado!? ella es mi sumisa. ¿¡Te volviste loca o que!? - Alex.

- ¿¡Te interesa más ella que yo!?, yo solo quiero estar contigo y alejar a las perras de tu lado como. - Raquel.

La agarro de los hombros y la llevo contra la pared empujándola.

- ¡Ni se te ocurra hablar así de ella, no eres mi novia, ni mucho menos alguien que me mande a mí! Así que al menos haz caso en una cosa, no seas tonta Raquel lo de los dos, es complicidad de Fabio. - Alex.

- ¿¡Como vas a decirme eso!? ¡Soy tu novia ten el respeto de respetarme ante a ella!, Alex yo te amo, todo lo que hago es por los dos, por ti. Porque te amo tres años Alex, no puedes hacer esto. - Raquel.

- Raquel entiéndelo, yo no soy tu novio y tú no eres mi novia. Entiende, que yo no quiero a nadie en mi vida. Solo lo hace el por aparentar y por qué lo desean. Yo no te amo Raquel. - Alex.

- ¿Haces esto por ella verdad?, ella no tiene nada yo soy más que esa. ¡Tu debes amarme a mí!, le diré a Fabio. - Raquel.

- ¿Así? ¿y que le dirás? ¡que estoy putamente cansado de ese bastardo y de toda esta puta mierda! ¡Quisiera que todos se fueran al carajo y que se acabara con toda esta mierda de vida! - Alex.

- ¡Estas loco Alex!, ¿qué mierdas dices? Sabes que, gracias a esto, estas aquí, lo sabes, cómo puedes ser tan traicionero con él. Si Fabio te dio todo y tú lo que haces es esto. Ven cálmate, yo sé cómo... - Raquel.

- ¡NO ME TOQUES!, Suéltame. Me largo. - Alex.

- ¿A dónde vas?, ¿me vas a dejar aquí? - Raquel.

- Eso no te importa. ¡Haz lo que se te de la puta gana Raquel!, ¡haz lo que quieras con tu vida! - Alex.

- ¡ALEX ESCÚCHAME! Donde cruces esa puer. - Raquel.

Cierro la puerta en la cara de Raquel, un silencio y mis pasos se escuchan en los pasillos, mi ira me toma por completo, estos días no son muy buenos para mí, después de la fiesta han pasado muchas cosas en mi cabeza. Me dirijo hacia la terraza, mis pies suben las escaleras y abro la puerta de un empujón, el viento rodea mi rostro, el cielo esta hermoso, una vista magnifica desde aquí puedo decir. Camino hacia el borde de la terraza.

Mis manos pasan por la capucha del buso y me la coloco, unos cuantos cabellos salen de la capucha, se siento en el borden de la terraza. Carros, motos y personas circulando en la ciudad, es hermoso el paisaje, pero no me siento bien. Mi mirada se levanta y miro al cielo, saco un cigarrillo de mi bolsillo y lo prendo con el encendedor, ya lo sé, a ella no le gustaba esto, pero lo necesito. Inhalo el humo por mi garganta y lentamente el vapor sale por mi nariz expandiéndose por la terraza.

Mis pulmones se llenan de ese cigarrillo y lo boto en mi boca, dejo el tabaco a un lado y solo miro el cielo pensando. ¿Cómo sucedió esto? Natalia, ella es diferente ¿o solo la veo así porque es mi sumisa?, ¿pero porque estoy actuando de esta manera hacia ella? ¿Porque mierdas lo hago cuando con las demás no?

~ - Te deseo Alex. - Natalia.~

~ - Y yo a ti Natalia. - Alex.~

Un recuerdo viene hacia mí, el rostro de ella invade mi mente, no debería pesar en esto, pero es algo que mi mente lo indica. Su cara en ese momento era de satisfacción, ¿porque yo respondí? ¿Porque me acerque a ella?

~ - ¿Que sucede?, ¿te deje pensado lo de la entrevista? - Alex.~

~ - ¡Claro que no! - Natalia.~

~ - En tus ojos lo veo Natalia. Quieres desatar esa curiosidad y yo te la puedo dar. - Alex.~

Otro pensamiento llega a mi ¿por qué?, ¿en qué pensé en ese momento?, ¿qué mierdas me está sucediendo a mí? Yo nunca había hecho esto, yo jamás había invitado a una sumisa al baile, como me dijo Lorena.

~ - Aja. ¿Entonces por qué la invitaste al baile?, tu nunca invitabas a nadie y esta vez sí. - Lorena.~

(¡Maldita cabeza, me va a matar de tanto pensar!)

Tomo el cigarrillo y sigo fumando, levanto mi cabeza hacia el cielo y expulso el aire.

~ - ¿Me concedes este baile? Sumisa. - Alex.~

Una pequeña sonrisa viene a mi rostro y solo suspiro. Termino de fumar el tabaco, levantándome del borde de la terraza.

- ¿Pero en que mierdas me estoy convirtiendo?, ¡no! Debo de dejar de pensar tanto. - Alex.

**************************

Y si así paso un fin de semana, siempre se me hacen cortos estuve en mi cuarto leyendo y terminando trabajos. Aún estoy confundida con lo de Alex, no se ha vuelto a comunicar conmigo, el fin de semana ni lo vi, sé que empezando semana me llamaría por la pantalla, pero me equivoque ni en la noche del domingo, ni esta tarde del lunes. ¿Habré dicho algo que no le gustara? Tal vez no debí mencionar su pasado.

- ¡Hey! señorita de las nubes baja de ahí. - Simón.

- Ahh perdón Simón, es que me concentre leyendo. - Natalia.

Y si esta tarde estoy en la biblioteca ayudando a Simón, aunque también estoy leyendo. Es un lugar tranquilo y silencioso.

- ¿O tal vez pensado algo? - Simón.

- No claro que no. ¿En qué pensaría yo? - Natalia.

- ¿En alguien? - Simón.

Mi primer pensamiento es Alex. Mi rostro se sonroja de inmediato, abro mis ojos como platos y sueltos unas risas nerviosas.

- Jajaja, claro que no. Simón. - Natalia.

- Y si advino en que estas pensado, ¿qué me das? - Simón.

Cierro el libro y acomodo mi brazo en él, mi mano sostiene mi rostro mirando a Simón.

- Mmmm si adivinas, te daré un abrazo. - Natalia.

- Algo más. Niña de ojos bonitos. - Simón.

- Un helado. - Natalia.

- Y si mejor. Puedo quedar viendo por un minuto esos ojos color café hermoso como en las mañanas. - Simón.

Mi rostro se sonroja de inmediato, no pensé que Simón diría esto, pero algo en mi dice que sí.

- Esta bien. - Natalia.

- Siii ahora vamos a ver si advino. - Simón.

- Adivina que estoy pensado. - Natalia.

(Galletas si, las galletas me encantan, pero no creo que Simón sea tan listo en saber. Siempre traigo unas cuando vengo a la biblioteca, no es tan observador, así que no podrá adivinar)

- Advino que estás pensando. En. ¡Galletas! - Simón.

Su mano se alza y me muestra unas galletas de fresa, mis favoritas ¿cómo lo supo? Si yo siempre cuando vengo le doy una galleta. Claro Simón, es "poco" observador.

- Jajaja, pero si eres bueno siendo observador. - Natalia.

- Y más a la niña de ojos cafés. - Simón.

Una sonrisa cálida viene a mi rostro. Ver a Simón siendo tierno conmigo se ve muy lindo, sus pecas resaltan un poco su enrojecimiento y su cabello de rizos despelucado, se ve tierno.

- Son tus favoritas por eso las traje aquí. Para ti. - Simón.

- Gracias Simón, me conoces muy bien. Pequitas. - Natalia.

- Es maravilloso una tarde contigo. - Simón.

- Bueno mi premio niña bonita. - Simón.

- Vale, vale, está bien. ¿Qué quieres que haga? - Natalia.

- Solo mírame. Quiero ver tus lindos ojos cafés. - Simón.

sonrió cálidamente, acomodo mi cabello suelto detrás de mi oreja, levanto mi rostro y lo veo, el brillo de sus ojos está en mí, puedo ver perfectamente sus pecas y sus ojos color verde esmeralda son lindos. Simón solo mira mis ojos, yo suelto unas leves risillas y dejo de mirarlo. Él sonríe y me guiña el ojo, solo me rio y agarro las galletas.

- El brillo de tus ojos es lindo Natalia. No dejes que nadie te lo quite, hermosa. - Simón.

- Son lindas tus palabras, no nunca lo haré. - Natalia.

- Tus ex novios debieron ser afortunados y dejaron perder una maravilla como tú. - Simón.

- Que dices Simón, todos solo buscaban sexo en mí. - Natalia.

- Que guaches los tipos así, eres linda pero no por eso significa solo estar por el físico. ¿Tuviste novio? - Simón.

- Si, tuve uno hace dos años. - Natalia.

- ¿Y cómo era? - Simón.

- Bueno al principio era lindo, solo que después de un tiempo me di cuenta de que solo quería mi virginidad ¿y tú? - Natalia.

- ¿Solo te utilizo? - Simón.

- Si, en conclusión. - Natalia.

- Yo tuve una chica, pero el único que realmente estaba enamorado era yo. - Simón.

- ¿Te ilusiono? - Natalia.

- Si. - simón.

Ver su cara de desinterés y tristeza por la chica es evidente, pero si es el un gran y apuesto chico ¿cómo podrían romperle el corazón?, termine de comerme las galletas y seguimos platicando. Organice libros de la A hasta la Z, un poco de informes y Simón también me ayudo, terminamos de ordenar.

- ¡Por fin terminamos! - Simón.

- ¡Si!, siempre es un proceso. - Natalia.

- Pero es increíble a tu lado. ¿qué harás? - Simón.

- Iré a comer ¿y tú? - Natalia.

- Termino unos apuntes de la biblioteca e iré al aula de español. - Simón.

- Valla que ocupado el señor pequitas jaja, bueno nos vemos Simón. Muero de hambre. - Natalia.

- Jajá risitas Natalia, dale nos vemos. Gracias bella. - Simón.

- No ay de que. Pequitas. - Natalia.

**************************

Bajando las escaleras cruzo por la biblioteca y suenan pequeñas risas, me devuelvo y entro un poco, el imbécil de Simón esta con una chica, espero que no sea Natalia, me adentro y poco más. Veo el rostro de ella riendo y sonriendo, mis manos toman forma de puño y salgo, espero afuera escondido. Escucho la conversación de ellos.

(¿Por qué le pregunta eso? Estúpido pecoso.)

Sale Natalia y se va por el pasillo, miro para ambos lados y entro, el está terminando de organizar. Me paro al frente y me ve.

- Pero si es el señor gruñón. - Simón.

- ¿Que mierdas le preguntas a Natalia? - Alex.

- Eso a ti no te interesa. - Simón.

- Claro que sí. - Alex.

- ¿Así?, ¿entonces porque la dejas con dudas? - Simón.

- Ese no es tu problema. - Alex.

- Jajaja ni siquiera tú sabes el por qué ¿verdad? - Simón.

- Y tu andar de metiche donde no te importa. - Alex.

- Al menos yo no la dejo pensando y dudando si hizo algo mal. - Simón.

- ¡Eres un hijo de puta madre! - Alex.

- ¡Mira idiota! ¡Donde tú le hagas daño a ella, las veras conmigo! - Simón.

- Ja, ¿y tú crees que a ella le importas tu? - Alex.

- Al menos se ríe a mi lado. - Simón.

- "Al menos." Ella me gime que quiere más. - Alex.

Las manos de Simón vienen hacia mi hasta que unas voces de chicas nos detienen. Simón baja sus manos. Saludamos y entran a la parte de lectura.

- Esto no queda así idiota. - Alex.

- ¡Eres una mierda Alex, y lo sabes! - Simón.

Lo empujo y salgo de la biblioteca, es un hijo de puta ya vera, intento calmarme, pero no puedo. Tengo tanta rabia que no puedo contenerla. Sigo caminando por los pasillos.

(¡Idiota pecoso ese! ¿Acaso yo estoy celoso? ¡olvídalo! Tengo que irme hoy como todos los lunes, no me perdonaría si no voy.)

**************************

Llegando al comedor tomo mi comida y me siento, las chicas no pueden, tienen pruebas de evaluaciones, me salve de eso gracias a que entregue todo el mismo día, como tranquilamente sola solo observo a los demás. Muchos grupos de sumisas por todo lado, sigo comiendo y veo el grupo de Raquel. ¿Raquel esta triste?, ¿por qué?, si siempre la veo toda radiante. Veo un poco de su maquillaje corrido.

Eso es raro, sigo comiendo. No puedo parar de pensar de la actitud de Alex ¿porque tiene que ser así?, ¿por qué?, ¿se molestaría por mi pregunta? Si solo quise saber, es muy tonto que piense eso, ¿y si lo hace?, ¡ahh mente deja de hacerme tanta preguntas! No las puede responder, no sé qué piensa él.

(Pero ese mismo día, él se abrió un poco del tema.)

~ - ¿No se te hizo difícil estar sola? - Alex.~

(Solo que su rostro cambio cuando le pregunté, pero cuando respondí él estaba atento. ¡Deja de pensar tanta Natalia!)

Saco mis pensamientos de mi cabeza y termino de comer, dejo el plato y me dirijo al patio. Tengo que ir mirar cómo van las rosas que plante el anterior mes con las chicas, caminando por los pasillos sigo pensando en él. ¿Por qué no puedo sacar ese pensamiento y ya? Alex es tan ardiente y sexual ¡basta! seguí caminando, llegando al jardín. Abro la puerta y me choco con él.

- ¡Ah! perdón Alex no te vi. - Natalia.

- Ah. Tranquila Natalia, yo tampoco te vi. - Alex.

Levanto mi mirada y la de Alex queda mirándome fijamente por unos segundos. Miro hacia otro lado, mi cara se sonroja.

- ¿Estas evitándome? - Natalia.

- Ahh no. - Alex.

- Porque te noto raro. - Natalia.

- Yo no estoy raro. - Alex.

(¡Por qué se pone de esta forma tan fría carajo!)

- ¿Alex todo está bien conmigo? - Natalia.

- Si todo está bien, solo que este fin de semana tuve muchas cosas. - Alex.

- Ah descuida no me tienes que dar explicaciones. - Natalia.

(¿¡Otra vez o es mi impresión!?, pero su forma cambio. ¿¡Que mierdas!?)

- Claro sumisa. - Alex.

- Idiota ¿y a donde llevas ese ramo de orquídeas? - Natalia.

Alex está actuando raro, ¿porque está nervioso y sorprendido? No sabe que responderme por las flores. Algo ocurre.

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