Mi cuerpo esta inmóvil, no puedo visualizar bien su rostro solo sé que su voz es ronca, el pasa jugando con su cuchillo por mi delgado cuello, mis manos están temblando al igual que mis piernas, estamos en el cuarto donde encontré a las sumisas desaparecidas. Por unos segundos el lugar queda en silencio.

- ¡Venga vamos, no seas tímida! Ya se, te llevare a un lugar donde estaremos más cómodos tu y yo. - Tipo desconocido.

(¿¡Que como que a un lugar!?, ¡solo quiero irme!, ¡no quiero que este maldito me haga algo!, las chicas deben estar preocupas por mí. ¡Vamos Natalia piensa algo!)

- Camina, ahora. - Tipo desconocido.

Forcejea con su brazo en mi cuello intento no moverme, pero el filo del cuchillo cada vez lo siento con más presión en mi garganta, me muevo al ritmo de él. Caminando por el pasillo encuentra una puerta y entramos, baja el filoso objeto y con su mano empieza a tocar mi pecho lentamente. No quiero que este tipo me toque, necesito salir de aquí.

(¡Piensa algo Natalia, por favor! este tipo te quiere abusar. ¡Haz algo!)

Muerdo su brazo con fuerza que está en mi cuello. De inmediato me suelta corro rápido hacia a la puerta, pero el me agarra del cabello y me tira al suelo.

- Pero si eres de esas zorras que no le gusta lo delicado, entonces seamos agresivos. - Tipo desconocido.

Me levanto rápido e intento buscar algo para defenderme, vi una barra de hierro y la agarro de inmediato, mis manos temblorosas alzan la barra hacia el tipo. Puedo visualizar su rostro, un tipo mediano, ojos negros y con dos perforaciones, una en su nariz y su ceja. Él se acerca a mí y con la barra intento alejarlo, pero la sostiene con fuerza.

(¡Mierda!)

Intento quitarle la barra, pero es imposible su fuerza es más grande que la mía sin previo aviso la barra pega en una parte de mi cabeza. Caigo contra la pared atontada, ¿dónde está el? Intento mirar, pero siento que todo me da vueltas, una mano llega a mi cuello haciéndome gritar de inmediato.

- ¡Suéltame!, ¡no me toques!, ¡maldito idiota! ¡Ayuda por favor! - Natalia.

- ¡Pero si eres una perra desagradecida! ¡quieras o no, te utilizare! ¡vamos no seas tan cobarde o al caso no te han cogido con una perra que eres! - Tipo alto.

Pone su otra mano en mi boca, intento hacer algo, pero el miedo me invade. ¿Qué debo hacer en esta situación? estoy atontada del golpe, pero aún tengo sentido, saca su cuchillo y lo pasa por mi rostro varias veces. Me quedo en silencio y con temor dentro de mí.

- Ultima vez. No quieres una linda cicatriz en tu rostro para que te quede una marca de mi jajaja. - Tipo alto.

Necesito hacer algo, ¿cómo?, él me tiene amenazada y en una habitación. Necesito buscar una salida, las chicas deben de pensar que ya voy de camino hacia ellas. Natalia, no quiero que este asqueroso tipo te toque y mucho menos que te valla a utiliza. Intenta buscar una salida.

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Esperando a Natalia, los dominantes terminan de hablar entre ellos al parecer Simón y Alfredo los noto preocupados, ¿qué pasa ahí?, ¿menos sumisas de las que pensaba Fabio?, o ¿porque están tan preocupados con los resultados?

- Lorena se me hace raro que no llegue Natalia. - Emily.

- Emily sabes que ella se demora. - Lorena.

- ¿Pero tanto?, ya van veinte minutos nadie en el mundo se demora todo ese tiempo. - Emily.

- ¿Habrá pasado algo con ella? - Lorena.

- Pues si yo estoy preocupada por ella Lorena. - Emily.

- Esperemos unos minutos más. - Lorena.

- Esta bien. Pero de verdad siento que algo no está bien. - Emily.

Los dominantes se acercaron a nosotras y dieron las cantidad de la sumisas, ciento veinte sumisas quedan, es decir que casi la mitad están en otras mafias, esto no puede ser posible. ¿Esto lo permitió Fabio?, Simón y Alfredo no están contentos. Alex solo dejo los papeles en una mesa, todas en el patio nos quedamos en silencio, ¿cómo podía pasar esto?, otro años eran más pocas cinco o máximo diez, pero ciento veinte chicas, imposible.

- Bueno estos son los resultados sumisas sin más que decir. Ayuden a organizar los salones y el teatro después de eso pueden descansar. - Ángel.

- Lorena ya han pasado los minutos, ¿habrá pasado algo con Natalia? - Emily.

- Tienes razón, vamos, tenemos que buscar a nuestra amiga, pero antes de que ella saliera. ¿Quién entro? - Lorena.

- Pues Raquel, ella salió y entro después de eso salió Natalia. - Emily.

- Claro porque no lo pensamos, si Natalia no esta y Raquel salió antes que ella. Esto tiene que ver con ella. - Lorena.

- Espera Lorena, ¿a dónde vas? - Emily.

- A decirle a la estúpida esa, donde esta nuestra amiga. - Lorena.

Me diríji hacia Raquel ella esta con su grupo de amigas, Emily me sigue estoy muy enojada, esta tonta hace lo que sea por Alex, pero con Natalia no se va a meter, ya vera con quien se está metiendo. Puede esconder mentiras y manipular al mundo, pero a mí no me engaña, si Natalia no está aquí es por culpa de esta idiota. ¿Que hizo para que a Natalia se la llevaran?, la empuje.

- ¡Que te pasa tonta! ¿no me ves o qué? - Raquel.

- ¿¡A ti es que es lo que sucede!?, ¿qué hiciste con Natalia? - Lorena.

- ¿Yo?, nada y no me interesa saber de ella. Más bien a esa zorra debe estar revolcándose con otro, no es mi problema. - Raquel.

(Lorena respira, no vallas a explotar. Por favor.)

- ¿¡Y a mí me crees tonta!?, ¿qué hiciste con Natalia? Tus cuentos yo no me los creo. - Lorena.

- Ese es tu problema, no el mío. - Raquel.

Se da la vuelta y sigue hablando con su grupo.

- Lorena vámonos, ella no nos va a decir nada. – Emily.

Intentando contener mi paciencia boto mi último suspiro y con mi mano sin pensarlo la tomo del cabello y la jalo a donde esta Emily de un solo jalonazo.

- ¡RESPONDE MALDITA PERRA!, ¿¡Qué hiciste con nuestra amiga!? - Lorena.

Mi grito hace que todas las personas en el patio nos presten atención hasta los dominantes.

- ¡Si tanto te interesa se la llevaron a otra mafia jajaja! - Raquel.

- ¿¡Que!? - Lorena.

- Como escuchaste. Se la llevo otra mafia. - Raquel.

Mis ojos se ven el reflejo de como quiero matar aquí en vivo a Raquel, arrancarle ese cabello y dejarla calva, a ver si así aprende que con Natalia no se debe de meter, mis manos no pueden contener la ira que siento en estos momentos.

- Raquel te va a quedar pequeño donde a Natalia no la encontremos, pero primero empezare ¡dejándote sin cabello hija de puta! - Lorena.

- ¡AYUDA POR FAVOR!, ¡QUITENME A ESTA LOCA! - Raquel.

Los dominantes corren hacia nosotras y a mí me separan de Raquel.

- ¿¡Qué es lo que sucede!? - Alfredo, Ángel, Simón y Alex.

- Chicos. Raquel le dijo a otra mafia que se llevaran a Natalia. - Emily.

- No se la pueden llevar. Está en las reglas, las sumisas solo se las pueden llevar durante la fiesta, no antes o después. - Simón.

- ¿¡Como que a Natalia se la llevaran a otra mafia!? - Alex.

El rostro de Alex resalta entre todos, es evidente su cara muestra su enojo y angustia. Simón está preocupado y Ángel me aparto de Raquel.

- Vamos Lorena, tenemos que buscar a Natalia. - Emily.

Emily me agarra del brazo y salimos del patio.

- Tenemos que mirar donde podría estar, ¿a dónde se llevan a las sumisas secuestradas? - Lorena.

- Tienes razón, pero eso no lo sabemos. Natalia iba al baño tuve que ser por los pasillos. - Emily.

- ¡Lorena! - Alex.

- ¿Sí? - Lorena.

- Por aquí. - Alex.

¿Alex nos está ayudando? Emily y yo nos miramos. Alex esta enojada y a la vez angustiado, ¿acaso Alex se preocupa más de lo usual por Natalia?

- Las sumisas que son llevadas deben estar en los cuartos dos y cuatro. - Alex.

- Alex tienes que calmarte. - Lorena.

- ¿Paso algo con Raquel? - Emily.

- Me encargare de ella más tarde. - Alex.

Las palabras de Alex hacen abrir mis ojos en un instante, un tono de voz frio y como está. A Raquel no le va a ir muy bien con él, seguimos caminando hasta llegar a los cuartos. Esta Simón y Alfredo.

- ¿Encontraron algo? - Alex.

- No Alex. - Alfredo.

- Las sumisas ya fueron llevadas. - Simón.

- No puede ser posible Natalia salió hace treinta minutos. - Emily.

- Pero no hay más chicas Emily. El ultimo camión ya salió hace veinte minutos. - Alfredo.

- Natalia no se iría tan fácil, algo más pasa acá. - Lorena.

Todos estamos desesperados y angustiados. Alex y Simón revisan los papeleos de las sumisas llevadas y Alfredo habla con Emily, no me rendiré tan fácil, mi amiga debe estar por acá. Estoy más que segura que esa estúpida Raquel me las va a pagar.

- ¡AYUDA, POR FAVOR! - Natalia.

Un grito viene de un cuarto, es ella, es Natalia es la voz de ella. Salgo corriendo con Emily y ellos vienen detrás de nosotras, llegamos a la habitación. Hay un poco de sangre en la perilla, Alex empuja la puerta y la abre.

- ¡NATALIA! - Lorena.

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El tipo sostiene mis muñecas intento liberarme, pero no puedo, alcance a hacerle una herida en la cara, pero eso no le basta a este maldito. Con su legua pasa por mi mejilla, me siento sucia y asquerosa, baja su mano por mis senos bajando a mi abdomen. Intenta subir mi camisa, pero lo empujo con mi pierna, escucho personas hablando. ¿Serán mis amigas?, grito lo más fuerte que puedo y el me tapa la boca con su mano.

- ¡Ya me tienes hasta la madre, maldita perra! ¡Tú lo pediste! - Tipo desconocido.

Saca su cuchillo y lo apunta en mi rostro, intento moverme y zafarme del agarre de él. Escucho como abre la puerta de un solo golpe, son ellos. Lorena, Emily, Alfredo, Simón y Alex. ¿El que hace aquí?, ¿vino con ellos?, ¿se suponía que estaría en una reunión? Esas preguntas llegan a mi mente.

- ¡NATALIA! - Lorena.

Alex sin previo aviso se dirijo al tipo pegándole con su mano un puño, de inmediato me suelta.

- ¿¡QUE MIERDAS TE PASA POR LA CABEZA IMBECILl?, ¿¡no me conoce o qué!? ¿Se le olvida que yo baile con ella anoche? o ¿¡que soy el subjefe de este lugar hijo de puta!? - Alex.

- ¡Señor Alex!, pero si la rubia.- Tipo desconocido.

- ¡A mí no me importa quien le halla indicado a usted que a ella maldito le podía hacer lo que se le diera la gana y más bien lárguese! No quiero saber que donde ella tenga así un mínimo rasguño suyo. No le dejare ni su nombre. Fuera de aquí. ¡AHORA! - Alex.

Las palabras de Alex hacen que todos nos quedemos en silencio, el tipo asustado salió corriendo lo más rápido que pude ver. Mis amigas y los chicos me ayudaron a levantarme. Alfredo me revisa si tengo alguna herida y no, solo fue el golpe, pero nada de sangre, me pasaron una botella de agua y me calmo con todos ahí. Por suerte estoy a salvo gracias a mis amigas y a ellos. Quien tiene la culpa de esto es Raquel, nos sentamos en el pasillo mientras yo cuento lo que sucedió.

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- ¿Y ese modo Alex? - Lorena.

- ¿Cual? - Alex.

- El que estabas ahorita con lo de Natalia. - Lorena.

- Estaba normal y lo sigo estando. - Alex.

- No estabas normal. Estabas preocupado por ella. - Lorena.

- No. - Alex.

- ¿Seguro Alex? - Lorena.

- Si. - Alex.

- Pues tu a mí no me vienes a decir mentiras, te conozco. De verdad te vi preocupado por ella y enojado por lo de Raquel. - Lorena.

- Porque me preocupe por una sumisa no pasara nada, además no se la podían llevar es mi sumisa. - Alex.

- ¿O por que de verdad la estas empezando a querer? - Lorena.

- ¿Que mierdas hablas Lorena?, ella es una persona totalmente diferente a mí. - Alex.

- Entonces explícame ¿por qué la tratas diferente y te preocupas por ella como la vez del incendio y hoy? - Lorena.

- Porque me preocupe por ella. No le voy a agarrar un cariño especial Lorena. - Alex.

- Además ni siquiera es de mi tipo y tú lo sabes perfectamente, Lorena. - Alex.

- Aja. ¿Entonces por qué la invitaste al baile?, tu nunca invitabas a nadie y esta vez sí. - Lorena.

- ¿No te cansas de hacer tantas preguntas, niña? - Alex.

Solo rodeo mis ojos, observo por un momentos a ellas y los chicos.

- ¿Sabes? Fabio me tiene hasta la madre. - Alex.

- ¿Ahora que sucedió con él? - Lorena.

- Él fue el de la idea, cuenta a las sumisas como si fueran un objeto. - Alex.

- ¿Que te dijo? - Lorena.

- No le importo en absoluto las sumisas que se llevaron y la única mierda que sabe decir es "son simples mujeres." - Alex.

- Siempre ha sido un hijo de puta. - Lorena.

- Me molesto tanto eso que discutimos y la mierda que siempre saca es que "yo no olvido el pasado." - Alex.

- Alex. Él tuvo la culpa y lo sabes muy bien lo del. - Lorena.

- Lorena lo sé. Solo que él siempre lo niega y me hecha la culpa a mi salvando su asqueroso pellejo, diciendo que el me dio una maldita oportunidad para rehacer mi vida y alabar su asquerosa persona. - Alex.

Intento evitar el tema. Por que siempre llegamos al mismo punto con Alex.

- Nunca te vi tan molesto como hoy. - Lorena.

- Fabio tiene la culpa. - Alex.

- Lo sé. Pero Alex no deberías soltar tu. - Lorena.

- Lorena. Sabes perfectamente que no lo haré, ella siempre estará presente en mi vida y lo sabes. - Alex.

- Eso lo sé, pero tu forma a cambiado mucho desde que llego Natalia. - Lorena.

- ¿¡Que!?, ¿¡ella!?, jajaja. No me interesa ya te dije. - Alex.

- Eres más alegre cuando estas con ella Alex. - Lorena.

- ¿Qué cosas dices Lorena? Además, tú sabes que eso no pasara. - Alex.

- No puedes esperar toda la vida hasta morirte. - Lorena.

- Esta es mi vida y nada la cambiara. Ni una chica, Lorena. - Alex.

Tomo un suspiro y me lleno de paciencia antes de que quiera agarrar a Alex y pegarle un cabezazo contra la pared.

- Natalia hoy en la mañana encontró una fotografía mía. - Alex.

- ¿Como?, ¿cuál? - Lorena.

- La foto rasgada. - Alex.

- ¿La que tienes con? - Lorena.

- Si. - Alex.

- ¿Que te dijo? - Lorena.

- No solo la observaba, aunque cuando la vi lo único que quería es que no tuviera esa foto en sus manos. - Alex.

- Alex te dije que botaras eso, tienes que vivir tu vida. - Lorena.

- Lorena no. Esta es mi vida y aunque no sea la mejor me siento bien..supongo en un sentido. - Alex.

Vuelvo a tomar otro suspiro.

- ¿Y qué te dijo ella? - Lorena.

- Solo la miro, se la quite y pues piensa que es una foto mía de pequeño. Espero que no haya notado que esta rasgada. - Alex.

- ¡Ay, Alex! ¿¡Quien carajos te entiende!?, lo de la foto Natalia no quedara con las manos cruzadas y menos por una foto "que solo estabas pequeño." - Lorena.

- No diré nada sobre la foto al igual Natalia no se dará cuenta de la verdad sobre eso. - Alex.

- ¿Sobre qué verdad Alex? - Natalia.

Alex y yo volteamos a mirar. Natalia está al frente de los dos un poco con el ceño levantado y con los brazos cruzados, nos mira a ambos dudosa. Que le diremos a ella.