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09 VIRGINIDAD

Siento su respiración detrás de mi cuello, me volteo ligeramente y ahí está el. Esa mirada fría que toda mujer teme hacia él, su mirada va hacia el cuarto, estoy asustada, nerviosa, no pensé que este momento llegaría a mi vida, mi pecho sube y baja con constancia. Acato con la cabeza y entro, Alex entra tan tranquilo y su sonrisa perversa no deja de verse en su rostro, cerrando la puerta con seguro, observo como quedo atrapada en la boca del lobo.

- Cuéntame ¿por qué te noto tan nerviosa sumisa? - Alex.

- ¿Nerviosa?, claro que no. - Natalia.

- Dime ¿por qué me llamaste? - Natalia.

- ¿Realmente esa es tu pregunta?, sí que eres ingenua, no te llame para cualquier cosa Natalia, yo no estoy para juegos hoy o ¿sí? - Alex.

(Mierda este tipo no me dejara ir tan fácil, tengo que calmar mis nervios.)

- Pues deberías decirme no "amo", tu sumisa no entiende, explícale como "un buen maestro" que eres. - Natalia.

- Ahora no soy tu maestro tonta, soy tu dominante, pero si quieres que te explique ven acércate, perra.- Alex.

(¿Me estás retando?, ¿Crees que te tengo miedo?, ¿qué pasará si me acerco?, ¿ocurrirá algo malo?)

En esta habitación los dos nos estamos comiendo con la mirada, la lujuria de ambos se está desatando. ¿Sera malo si los dos nos acostamos?, una simple sumisa con un gran dominante ¿que podría pasar?, pues a mí nadie me reta y menos este estúpido egocéntrico.

Arqueo mi ceja y soltando una pequeña sonrisa de burla me arrodillo, pongo mis manos sobre el suelo y con mi cabeza en alto camino como un animal hacia él.

La sorpresa al rostro de Alex es visible, llegando a él me arrodillo y con mis dos manos las junto como si fuera una "perra entrenada."

- Si mi amo, explícame. - Natalia.

- Ven aquí, pequeña sumisa. - Alex.

Acariciando mis labios con su dedo pulgar su mirada no se despega de la mía, toma mi mentón y me levanta muy despacio, sus ojos me recorren de arriba a abajo, sus manos frías me agarran de la cintura y me inclina hacia él, los ojos de Alex nunca los había visto tan fijamente, un color café oscuro, como la noche con un buen café después de mirar la luna, sus manos empiezan a bajar por mi espalda hasta que recuerdo que necesito irme.

Nuestros rostros están cerca que puedo ver como sus ojos contemplan mis labios, sin pensarlo volteo mi mentón y me suelto de el para dirigirme a la puerta.

- Como que no te gusta que te reten. - Alex.

- Y menos idiotas como tú. - Natalia.

Hablo mientras tomo la perilla de la puerta.

- No hay salida, tonta. - Alex.

- Eso es lo que tú crees. - Natalia.

Volteo la perilla, pero no hay remedio, tiene seguro.

- Quítalo ahora. - Natalia.

- ¿A que juegas Natalia? - Alex.

Alex viene hacia mi mientras yo me volteo para enfrentarlo.

- A querer irme, quita el seguro. - Natalia.

(No voy a caer en su juego, pero sabes que quieres Natalia, ¡Cállate cabeza!)

Se detiene de caminar para quedar en frente mío.

- No creo que quieras eso. - Alex.

Alex se acerca cada vez más hacia mí, retrocedo.

- No te me acerques, quédate donde estas. - Natalia.

- ¿Por qué?, ¿tienes miedo a lo que yo te puedo causar? - Alex.

( ¿¡Y quien putas te crees!? para que yo me sienta intimidada por ti imbécil.)

- ¿Miedo?, disculpa. - Natalia.

- Estas huyendo de mí, "testaruda." - Alex.

- A mí no me llames testaruda. - Natalia.

Caminando me dirijo hacia donde está el mientras mi cabeza quiere asesinarlo por cómo me llamo.

En frente de Alex muestra una sonrisa de victoria.

- Si vez como eres de fácil de engañar. - Alex.

Mis ojos se abren como platos y en seguida pienso retroceder hasta que el me agarra de un brazo y me arrincona en una esquina de la habitación, no pienso bajar mi mirada, no voy a darle la satisfacción que el desea, no cuando me deje engañar.

- "Idiota arrogante." - Natalia.

Mi rostro lo enfrenta directamente.

- Otro alago para mí. - Alex.

Su rostro se acerca al mío mientras mi mirada no deja de verlo.

- No te sientas importante para mí. - Natalia.

Retrocedo mi cara hacia la pared porque nuestros labios estaban demasiado cerca.

- ¿Por qué retrocedes?, sumisa. - Alex.

Atrapada por el puedo ver como sus labios se acercan a los míos y nuestros ojos no dejan de mirarse, sus labios rozan por mis mejillas para llegar a mi oído creando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

- ~Ambos sabemos que queremos esto Natalia~, así tú lo niegues o ¿crees que no te hago mojar? - Alex.

Abro mis ojos como platos mientras algo en mi se enciende.

- ¿Como puedes estar tan seguro de eso? - Natalia.

Las manos de Alex agarran mis muñecas y las sube mientras el termina de susurrarme al oído mirándome fijamente, mi respiración se está agitando y esto no es bueno.

- Solo lo se sumisa. - Alex.

Termina de hablar mientras sus labios van a mi cuello, besos húmedos recorren alrededor de mí y sin poder evitarlo mi piel se pone de gallina, esa sonrisa retorcida que tanto lo caracteriza se hace visible al ver que está cometiendo lo que quiere, mi zona intimida se moja de inmediato ante su ataque de besos en mi cuello, lame con precaución hasta el lóbulo de mi oído y muerdo mis labios para no ser escuchada.

Puedo sentir como el deseo se está apoderando de mí, ¿cómo puede ser posible que el idiota arrogante que me trajo aquí lo estoy deseando?, quiero controlar lo que siento, pero el placer y el deseo se está apoderando de cada parte de mi cuerpo y aguantarlo será imposible ahora.

Su recorriendo de besos de arriba a abajo hace que los pequeños gemidos sean escuchados por él y pasen a ser chupetones sutiles, mis manos se cierran a la excitación que estoy sintiendo, la guardia que tenia se está desvaneciendo con cada chupetón, sus manos sueltan mis muñecas para bajar por mi cuerpo llegando a mis nalgas, pega un apretón suave y sigue bajando.

Sus manos llegan a mi parte intima, observo su rostro de deseo y al parecer allá abajo esta más que húmedo, sus dedos recorren toda mi área mojada moviendo en círculos mi intimida, se siente tan placentero sentir sus manos dentro de mi zona húmeda, en este momento me siento tan sensual hacia él, con mis manos libres recorro su abdomen llegando a su mentón, las yemas de mis dedos acarician sus dulces labios.

Quiero tomarlos solo para mí, quiero ser suya, me abalanzo para besarlo, pero Alex me detiene en seco con su mano.

- ¿Qué haces?, recuerda yo no beso a mis ~sumisas.~ - Alex.

(Que vergüenza Natalia, ¡tonta!)

- Así claro, se me olvidaba. - Natalia.

Quita su mano de mi cara y el sigue con sus movimientos circulares en mi sexo, bajo con mis manos por su pelvis tocando su miembro al parecer nuestro "amiguito" está despertando, el detiene sus movimientos dentro de mí. Nos miramos fijamente, me siento diferente, siento a Alex diferente, hay algo que se está encendiendo en los dos, tenemos una conexión inmediata.

Él me toma del rostro empujándome suavemente hacia la pared nos miramos fijamente, veo un brillo en esos ojos que he estado mirando esta noche, sin pensarlo él se abalanza hacia mí, siento como todo dentro de mi explota, deseo, lujuria, placer, excitación, es todo lo que estoy sintiendo al besarnos, tan suave y dulce el contactó de sus labios con los míos.

Nos empezamos a besar apasionadamente esa llama se enciende en los dos, el comienza a desapuntar mi blusa quitándomela, sigo besándolo como si no hubiera un mañana, comienzo a quitarle su camisa en este largo beso de pasión y calentura, siento un pequeño escalofrío en mi pecho, apartándolo veo que quedo en sostén.

(¡Que ágil!)

Alex me lleva a la cama quedando acostada mientras seguíamos con nuestros besos, para de besarme y pasa a mi cuello, quitando su camisa mis manos recorren por todo su cuerpo, el baja hasta tropezar con mi cadena de mi cuello.

- Linda cadena sumisa. - Alex.

Alex empieza a juguetear con la cadena en sus labios mientras mi brasier ya está por el suelo.

(¿¡Como logra quitarme la ropa con tanta rapidez!?)

- Es un relicario y no es para meterse eso a la boca. - Natalia.

Su sonrisa retorcida aparece.

- ¿Entonces que puedo jugar con mi boca? - Alex.

Volteo mis ojos mientras una sonrisa pervertida aparece en mi rostro y nos seguimos besando apasionadamente.

Mis pechos al aire libre, Alex los observa y me dedica una sonrisa amable, él se acerca a mis senos lame un poco mi pezón derecho, el placer que siento es inigualable, lleva todo mi cuerpo en un camino de besos marcados desde mis pechos hasta mi pelvis desabrocho mi pantalón con sus manos. Lo baja con los dientes hasta las rodillas, del resto me encargo yo, besa delicadamente mi parte abdominal, sus dedos están en mi ropa interior haciendo movimientos sutiles en el panty, me dedica una mirada, como sus labios quita mi ropa interior con pasión.

Ve mi zona depilada mordió sus labios, comienza a besar mi intimidad es inexplicable de describir como mueve su boca en mi sexo, lame toda mi zona húmeda, me mira y sigue sus lamidas aumentándolas, mi rostro es de placer absoluto, me retuerzo entre las sábanas por lo que estoy sintiendo, gimo por cada lamida, me comienzo a mojar aún más, rozando sus labios se acerca a mi intimida y me lo succiona, gimo como loca, jamás había conocido esta parte de mi ser, con mis manos agarro las sábanas fuerte.

No puedo ocultar el placer que siento, el me mira y sigue comiéndose mi sexo, estoy muy agitada, para sus lamidas mientras yo recupero el aire que Alex me ha quitado, él se levanta desabrochando su pantalón, noto sus calzoncillos un bulto muy "pronunciado", baja su bóxer y rebota su miembro. Me quedo asombrada, pero recuerdo que yo soy virgen, cierro mis piernas de inmediato y me sonrojo, parezco un tomate.

Tengo miedo de que me duela y que tal vez no sea una gran experiencia, el sonríe con picardía y se sube a la cama encima de mí, los nervios empiezan a aparecer, mi respiración es agitada y me estoy poniendo ansiosa.

(Tengo miedo, ¿pero quieres?, claro que quiero, pero ya que es el momento me estoy asustando y eso es lo que no quería, ¡carajo!)

Tratando de calmar mi mente y yo misma sin previo aviso siento las manos de Alex en mi cara.

- Natalia tranquila, no haremos nada si tu no quieres, es tu primera vez, te entiendo cómo te sientes, pero no haré nada si tu no lo deseas, no te haría daño. - Alex.

Las palabras de Alex me dejan boquiabierta.

(¿¡Este es el Alex que conozco!?, y el típico arrogante, engreído, egocéntrico e idiota que conozco ¿¡donde carajos esta!?)

Ahora si no sé qué pensar, tengo que relajarme, es mi decisión ¿no? no me está obligando porque esto me gusta y por qué también quiero, respiro hondo y me dejo llevar por él, con su mano empieza a tocarse, me excita que se está tocando por mí, saca un condón de una gaveta y se lo coloca, muerdo mi labio inferior y el me empieza a besarme, con sus manos toca mis senos, besos húmedos, lamidas y chupones pasan por la espalda de Alex.

Él se aparta de mi para mirarme, su mirada es dulce, como si en ella me está pidiendo permiso de mi cuerpo.

Abro mis piernas y le sonrío, me agarra de la cintura e introduce su miembro, duele un poco al entrar, pero el me entendió. Nuestros ojos no dejan de mirarse mientras el me penetra con suavidad comienzo a gemir, sentir su miembro dentro de mí es delicioso, ¡Alex se mueve de maravilla!, mi amo tiene experiencia, cada movimiento me hace gemir aumentando poco a poco la velocidad, me está volviendo una completa loca de placer.

Empiezo a gemir más rápido y agitada, los gemidos de él son exquisitos cada movimiento más rápido y a la vez lento es una montaña rusa.

Duramos horas haciéndolo hasta la madrugada, Alex es tan jodidamente increíble en la cama, cada beso, caricia, lamida, palabra, me enciende, un par de condones se acabaron en horas, ropa en el suelo, condones usados en la papelera y unos en el piso. Los dos sudorosos y excitados, pero con deseo en él y en mí, sabe muy bien como calentarme.

No puedo creer que perdí mi virginidad con mi amo o bueno mi secuestrador.

Después de varios minutos los dos estamos sudando empapados de excitación, cada vez gimo con más rapidez y fuerte hasta que nos venimos, siento esa sensación, ¡es increíble!, arqueo un poco mi espalda y caigo a la cama, estoy agotada, mi cabello es un desastre. Alex se levanta y tira el condón, en la almohada rendida el está a mi lado, estoy cansada, recuperando mi respiración poco a poco voy quedándome dormida.

Mis ojos se fruncen al sentir luz en ellos, adormecida me despierto por una puesta de sol, ¿sol?, ¿amaneció?, ¿ventana?, de inmediato me levanto de la cama asustada y mi mirada va a una ventana, salgo de unas grandes sabanas y camino hacia ella, estoy en una habitación que nunca he visto.

Perdí mi virginidad con Alex.

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