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04 MI NUEVA VIDA

(¿Que? ¿porque hay tantas chicas con estos trajes ridículos?)

Los tipos me indicaron que entrara y que esperara las instrucciones dejándome en esa gran puerta, entro un poco confundida, el sonido de la puerta parece película de terror al cerrarla con fuerza, varias chicas se me quedan viendo, de hecho, no muy bien, levantado el ceño y solo siguen charlando, supongo que, de mí, solo me mire, pues tengo la bata, gracias a Alfredo, camino lento con curiosidad del lugar, caminando todo el mundo me ve, hasta siento vergüenza de mí misma.

(¡Ahh! solo camina y encuentra un lugar solo, ¡hay Natalia!, no te desesperes.)

Camino, al parecer veo una esquina donde podría estar sola, me siento y solo boto un pequeño suspiro, a un lado de mi derecha hay una ventana, pero esta con rejas, se puede ver el cielo, es lo único que se ve, pero ¿si pudiera salir por esta ventana y salir de aquí?, miro a mis lados, nadie pasa por este pasillo, comencé a jalar las rejas de metal con fuerza, pero hace más ruido de lo que menos espere, empujo, corrí hacia ella, golpee las rejas y nada las abre, sigo intentando hasta que escucho una voz femenina.

- Creo que así nunca podrás abrirla. - Chica desconocida.

Volteo para mirarla, chica media alta, su cabello es de color negro, ojos color café claros, cejas perfiladas, viste en un traje de escuela, pero creo que la falda es un poco alta, su cabello es ondulado, tiene un buen cuerpo, labios gruesos, y una perfecta sonrisa, ella se queda parada a unos centímetros de mi con los brazos cruzados.

- No hablo con extraños. - Natalia.

- ¿Así que yo soy una extraña para ti? - Chica desconocida.

- Si. - Natalia.

- Tu debes ser nueva ¿verdad? - Chica desconocida.

Solo asiento con la cabeza.

- Mucho gusto, mi nombre es Lorena y ¿tú eres? - Lorena.

- Mi nombre es Natalia, un gusto. - Natalia.

Mantengo la distancia más posible entre las dos.

- Hey deja la timidez, ven conmigo. - Lorena.

Extendiendo su mano, solo la miro y vuelvo a mirar la ventana.

(¿¡cómo voy a confiar en alguien que apenas conozco!?)

- No confió en extraños. - Natalia.

- Pero si ya sabes mi nombre, además no soy del equipo de allá, soy una de aquí. - Lorena.

- ¿Y a dónde vamos? - Natalia.

- Ya te mostrare, sígueme. - Lorena.

Dejo a un lado las rejas de la ventana y la sigo, manteniendo una distancia prudente, abre una puerta y caminamos por un largo pasillo hasta encontrar otra puerta, en las perillas están marcadas con una flor roja, Lorena toma la perilla y entramos, es un jardín muy grande, quedo asombrada de ver tanta belleza en él.

- ¡Ohh valla!, sí que es hermoso. - Natalia.

- Si nosotras lo tenemos bien cuidado, ven sígueme. - Lorena.

Caminando al lado de ella, hay unas bancas blancas con rosa pastel, nos sentamos en ella.

- Dime ¿cómo te parece el lugar? - Lorena.

- Pues la verdad al principio da un poco de miedo, pero esto es hermoso. - Natalia.

- Si desde siempre cuidamos el jardín, ¿cómo llegaste aquí?, amiga. - Lorena.

(¿Amiga?, ¿tan pronto y ya me llama amiga?)

- Amiga ohh. Bueno solo caminaba en mi ciudad, estaba solo el lugar, un carro negro, unos tipos en capucha y extrañamente un señor con el que me estrelle en el metro, es mi secuestrador y pues llegue aquí y ¿tu? - Natalia.

- Claro que eres mi amiga ya te conocí, además me caes muy bien, bueno pues mi madre murió  y mi papa nunca lo conocí, así que de pequeña quedé con mi padrastro, el me vendió y después conocí al tipo del principio, Fabio, es el que maneja esto, entonces desde eso vivo aquí. - Lorena.

- Valla que asco tu padrastro, lamento lo de tus padres, mi familia murió, así que quede sola desde mis trece años.- Natalia.

- Al igual no le importaba a ese hijo de puta, valla desde muy pequeña sola, ¿cuándo años tienes? - Lorena.

- Yo tengo 22 años y ¿tu? - Natalia.

- Tengo 23 años, vivo desde hace 4 años aquí. - Lorena.

Conversamos un poco más, cuando me acorde de las palabras de Alfredo de este lugar, debo aclarar mis dudas.

(Debo decirle ¿qué es este lugar? o ¿por qué sumisas y dominantes?)

- Lorena tú sabes ¿por qué dicen sumisas y dominantes?. - Natalia.

- Eso también te iba a decir, sumisas somos nosotras, las chicas y dominantes son los maestros o los que mandan el lugar. - Lorena.

- Quieres decir ¿que esto es como conejos y lobos?, el conejo corre mientras el lobo la intenta cazar. - Natalia.

- Parte teórica sí, hay solo tres, aunque hay dos importantes, Ángel y Alex. - Lorena.

- ¿Quiénes son? - Natalia.

- Ángel, profesor de filosofía, artes y español, Alex profesor de matemáticas, y educación física, el más importante de hecho. - Lorena.

- ¿Por qué? - Natalia.

- Él es el subjefe, la mano derecha de Fabio, si Fabio no esta o sucede algo está a cargo el, es alto, usualmente usa traje negro y es muy dominante, dicen que trata a las sumisas como su juguete sexual y que las destroza. - Lorena.

- ¡ES ESE MALDITO! - Natalia.

- Oye cálmate, enserio no sabes a quien le estás diciendo eso. - Lorena.

- ¿¡Por qué no!? ¡ese tipo me secuestró horas antes en el metro, me ayudo y después me secuestra!, así que "don alto", es Alex. - Natalia.

- Nunca había escuchado a alguien decirle eso, pero espera, necesito que entiendas que debes tener cuidado con lo que dices, ellos parecen ser buenos, pero créeme que no lo son. - Lorena.

- Entiendo, pero ¿te ha tocado con él? - Natalia.

- No, pero su primera sumisa fue Emily, ¿quieres que la traiga? para que entiendas como es el. - Lorena.

(Quiero saber información de ese bastardo, así que sí.)

- Si quiero saber quién es ese tonto. - Natalia.

Lorena se levanta y va por la chica, pienso que este lugar es un infierno, ¿en qué me metió ese idiota?, la chica no esta tan lejos, se acercó a mí y me saludo, es pequeña de estatura, tiene unos ojos verdes y un cabello color miel, su rostro es perfilado, es muy tierna la verdad, la conocí un poco y me di cuenta de que, de las tres la mayor es Lorena, se llama Emily, tiene 21 años. Le hablo de ese idiota que me trajo aquí.

- El, bueno yo fui su primera sumisa, recuerdo que se ponía muy agresivo en el sexo, hace unas cosas muy horribles, además es muy sádico, fui de las primeras sumisas de él, ahora soy la sumisa de Alfredo, el medico.- Emily.

Quedo sorprendida al escuchar que el medico es un dominante, pero me importa más la información del "tal Alex".

- Por lo que me dicen es muy dominante, como una bestia ¿le tienen miedo?, entiendo. - Natalia.

- Natalia, ¿quién te trajo aquí? - Emily.

- Ese tipo alto, Alex, ese idiota ¿por qué? - Natalia.

Lorena y Emily se miran preocupadas, Lorena se inclina hacia mí.

- ¿Eres virgen?, dime que no, dime que no, dime que no. - Lorena.

- ¡Ahh! Sí, sí soy virgen. - Natalia.

Dirigiendo mi mirada a otro lado.

- No puede ser Natalia, estas en un mismísimo infierno. - Lorena.

- Trata de ser obediente con él, no sabes cómo es Alex. - Emily.

Solo las mire y les iba a preguntar de este lugar cuando.

- "Señorita Natalia, por favor dirigirse a la habitación roja." -

Lorena y Emily se quedan pálidas al escuchar eso.

- ¿Qué es eso? - Natalia.

- Tienes que seguir el camino derecho, tomar esa puerta roja y. - Emily.

Sin previo aviso Lorena me agarra de los hombros sacudiéndome.

- Solo dinos que vas a estar bien, que cuando salgas nos encontremos aquí ¿sí? - Lorena.

- Lo prometo, entrare allá y en cuanto pueda llegar aquí estaré, iré, no me pasara nada amigas. - Natalia.

Lorena y Emily solo se quedan viéndose entre ellas, salgo del jardín, esta solo el pasillo, comencé a caminar con nervios, mis manos sudan, cada vez me acerco más a esa puerta roja, mi mente esta con muchas dudas, siento que mi corazón va a salir volando, al tomar la perilla mi mano tiembla, en mi mente deseo que tenga seguro, la tomo y la giro un poco, no. No tiene seguro, tomo un poco de aire y entro.

No digo nada, miro la habitación es muy grande, tiene una cama gigante, luces led color rojo, su olor es esencia de vela roja, cajones con muchos aparatos que no conocía, grandes, pequeños, con formar raras, tiene un sótano, varios espejos y lo que veo del sótano es como una cruz, reviso los otros cajones y también más cosas raras, tomo una de esas y son unas esposas las olí, están limpian, las voy a abrir.

- Hey sumisa, no deberías husmear sin permiso de tu amo. - Alex.

Al escuchar esa voz se me eriza la piel, están temblando mis manos, mi respiración se agita, suelto las esposas cayendo al piso, voltee y veo a ese tipo alto, sentado y una silla en una forma rara también, me mira de arriba abajo con la bata, con su dedo en su boca lo quita, mira las esposas y me mira a mí, puedo visualizar su rostro, cara perfilada, ojos cafés oscuros como la noche, cabello crespo café claro, un poco desordenado su melena, cejas perfectas y una mirada intimidante.

- Recógelas sumisa, ahora. - Alex.

(¿¡Que!? ¿¡y este tipo que!? ¡no me va a mandar un tipo que tiene actitud de mierda!)

- ¿¡Ah, perdón!? - Natalia.

- Te estoy diciendo que las recojas, ¿no lo entiendes? - Alex.

Me estiro un poco y cruzo los brazos.

- Pues no, además yo no soy. - Natalia.

Sin dejarme terminar de hablar, con su mano derecha toma mi delgado cuello y lo aprieta, mi cuerpo queda paralizado, sus manos frías me hacen caer al piso con mis piernas un poco abiertas, donde están las esposas inclina mi cara hacia ellas, con su mano en mi cuello.

- Cuando yo te ordene algo lo haces. Ahora agárralo con la boca. - Alex.

Lo miro con cara de disgusto, miro las esposas, me siento tan humillada por dentro, tomo las esposas con mi boca mirándolo de reojo.

- Valla y ¿quién dijo que venias con bata? - Alex.

Quitándome la bata de un solo jalón, la tira al suelo quedando en ese asqueroso traje, se nota mi trasero, solo lo miro con rencor y me levanta del cuello.

- Me he dado cuenta de que me trataste muy grosero cuando llegaste, ¿esa es la forma de recibir a tu amo, sumisa? - Alex.

No respondo nada, levanto el ceño de forma desagradable.

- Ahora si estas callada, muy mal que me levantes el ceño. - Alex.

Agarra mi cuello con más fuerza quedando inmóvil.

- ¿¡Que te pasa!? - Natalia.

Sus manos empiezan a bajar por mi pecho, esto es extraño lo que siento, no es miedo, ni temor, es algo que enciende mi cuerpo, algo que desconozco, por la forma que él lo está haciendo, ¿acaso esto me está excitando?, nervios aumentan y mi piel se pone de gallina, un escalofrío extraño pero satisfactorio recorre mi cuerpo, mientras el estúpido que me secuestro extiende su mano por mi abdomen, un pequeño gemido sale de mi boca por como él está jugando con mi vientre.

(¿Desde cuando te gusta que un hombre te toque Natalia?, siempre has sido tú la que te excitas sin necesidad de uno, una vez uno de mis ex novios intento tocarme y me sentí incomoda, ¿¡ahora como puede ser que un extraño te está tocando!?, ¡deberías de tener miedo y gritar!, ¡debes de estar caliente eh excitada!)

El extiende sus dedos y recorre mi piel con suavidad hasta llegar a mi intimidad, no pensé que esto me fuera a excitar y menos de un desconocido, mi boca intenta aguantar los gemidos que el provoca con la mano, mis piernas se cruzan de inmediato por la excitación, es algo inconsciente que él hace, mi pecho sube y baja cada vez más rápido.

- ¿Qué pasa? ¿Eres nueva en esto?, valla. - Alex.

Empieza a jugar con sus dedos de forma circular en mi clítoris, de inmediato muerdo mi labio inferior e inclino mi cabeza hacia atrás, esto se siente tan bien, es algo nuevo, algo excitante, el sigue moviendo sus dedos y cada vez más rápido, comienzo a mojarme al sentir sus dedos en mi palpitar, ¿este tipo de placer que es?, de mi boca salen gemidos pequeños pero que a él lo provocan con fuerza, hace meses que no sentía así de mojada y caliente mi vagina, con sus dedos empieza más rápido.

Mi cabeza la apoyo en el hombro del él mientras muerdo con suavidad por el placer que está provocando en mi ser, gimo por el orgasmo que estoy a punto de alcanzar, pero.

- Esto es por no obedecer. - Alex.

Deteniendo su movimiento circular en seco, mi sexo pide que sus dedos se muevan, quiero más, necesito llegar, mi ser me lo pide a gritos, gimo con fuerza para que siguiera, saca su mano de mi zona intima, mirándome fijamente mientras lame sus dedos de mi líquido.

- Sabe bastante bien, ~virgen.~ - Alex.

Al escuchar eso mis gemidos se detienen y mi cabeza se inclina hacia él, mis ojos se abren como platos, el me suelta del cuello cayendo recostada a la pared de rodillas al suelo.

(¿¡Como sabe que soy virgen!?)

- ¿Sabes que es bdsm? - Alex.

- No. - Natalia.

- Te dejo unas lecturas ahí y libros para que sepas que es, debemos poner reglas sumisa, además de que esta es tu "nueva vida." - Alex.

- ¿¡Que!? - Natalia.

(¿¡Nueva vida!?, ¿de que habla este cínico?)

- ¿No te quedo claro Natalia? - Alex.

Me levanto de la pared decidida en irme. Me dirijo a la puerta.

- ¡Pues no idiota! - Natalia.

Intento abrir la puerta para irme corriendo, pero sigue con seguro.

(¡Mierda! ¡no!,¡no!, ¡no abre! ¡ÁBRETE POR FAVOR!)

- La idiota eres tú, yo tengo el poder de la habitación, no te ha quedado claro las cosas ¿verdad sumisa? - Alex.

Escucho como sus pasos vienen hacia mí, sin pensarlo me volteo quedando a centímetros de su rostro.

- ¿¡POR QUE ME SECUESTRASTE IMBÉCIL!? - Natalia.

Grito en su cara mientras mi pecho sube y baja con constancia.

- Y gritona, muy mal sumisa. - Alex.

Detrás de mí, mi mano intenta abrir la perilla mientras estoy al frente de él, sin previo aviso la mano de el detiene mi muñeca con la intención de abrir la puerta, toma mi rostro y lo aprieta con fuerza mientras mi ceño se levanta.

- ¿Segura que no ha quedado claro Natalia? - Alex.

Solo asiento con mi rostro apretado mientras mis músculos de mis mejillas están tensos.

- Eres de muy buena suerte, el día de hoy tengo una reunión, te salvaste tonta pero espera la próxima, recibirás tu castigo, puedes irte. - Alex.

Suelta mi cara mientras que su mano esta sobre mi muñeca, sin soltar la perilla, abre la puerta, con delicadez suelta mi mano, sin pensarlo dos veces me giro y salgo corriendo, sin mirar atrás escucho como se cierra la puerta, estoy pensativa, con dudas, muchas dudas en mi cabeza.

 ¿Por qué no respondió mi pregunta?, ¿¡cómo que castigo!?, ¿cómo sabe que soy virgen?, ¿porque me gusto que el me tocara?, ¿por qué sentí placer?, ¿porque me excite si a este tipo lo odio con todo mi ser?, con prisa me dirijo al jardín están esperándome Lorena y Emily.


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