Pasó un día más y finalmente pude ir a ver a Yoon Gi. Mamá me acompañó hasta su nuevo cuarto. Era todo de color claro, aburrido, no tenía sus peluches, nada. Ni mis dibujos...

Me acerqué lentamente hasta la camilla donde él estaba acostado, con sus ojos entre abiertos, mirándome con una pequeña sonrisita. Su mirada se veía adormecida. Tenía en su brazo una aguja... Me dio un pequeño escalofrío al verlo así.

—Hola...—me dijo con una voz muy débil, pero sin dejar de sonreírme.

Me quedé de pie mirándolo, tensé mis labios e hice un puchero, conteniendo mis ganas de llorar. Hasta que no pude aguantarme más y corrí a abrazarlo, teniendo cuidado por aquella cosa clavada en su brazo.

—Yoon Gi, me preocupé mucho por tí—lloré sobre su hombro—Ayer fui a tu cuarto y no estabas... y... y mamá me dijo que te habían llevado a otro cuarto p-porque...

—No llores.

Me abrazó con su brazo libre y acarició mi pelo, como si fuera mamá. Yo despegué mi rostro de su hombro, después de haberle llenado su blusa de lágrimas. Ambos nos miramos. Él sacó mis lágrimas con sus dedos y siguió sonriéndome, como si todo estuviese perfectamente.

—Estoy bien, no te preocupes.

—¿D-de verdad?

No estaba seguro de si lo que me decía era cierto. No parecía que nada estuviera bien... Quería preguntarle qué le había pasado, pero a lo mejor no quería contármelo. No sabía cuál era su enfermedad, por qué le pasaba todo eso. Era muy molesto.

Yo era un niño curioso y constantemente le preguntaba a mamá qué era lo que Yoon Gi tenía, pero ella me decía que no lo iba a entender, que era delicado.

—Sí, ven, siéntate a mi lado—dio unas palmaditas sobres la cama.

Me senté con cuidado y me recosté a su lado, agarrando su mano. La apreté levemente y cerré mis ojos.

—¿Qué te pasó...?—le pregunté en voz baja.

—Yo... tuve un paro—dijo mirándome seriamente.

—¿Un paro? —abrí mis ojos y lo miré—¿Qué es eso?

—Bueno, no quiero que te asustes. Eso significa que mi corazón se detuvo por un momento.

—¿Tu corazón...?

Eso fue lo más horrible que nunca había escuchado en mi vida. Lo miré más preocupado aún y mis lágrimas volvieron a salir. ¿Cómo era posible que su corazón hubiera dejado de latir? Tenía miedo. No sabía nada acerca de enfermedades, acerca de lo que hablaban los médicos, pero tenía una extraña sensación.

Volví a abrazar a Yoon Gi y éste me devolvió el gesto.

—¿Te vas a curar? Por favor, dime que te curarás...

—Yo... no lo sé—su tono de voz fue muy serio, me apartó de él y me miró a los ojos—No quiero mentirte, Jungkook. No lo sé.

La habitación estaba en silencio, la puerta cerrada... Sólo se oía mi llanto el cual se intensificaba cada vez más. No quería que Yoon Gi volviera a pasar por algo así, debía ser doloroso.

Estuve un buen rato llorando hasta que no pude más. Sequé mis lágrimas con mi manga y miré a Yoon Gi. Él me tomó de la mano para que lo ayudara a sentarse. 

—Jungkook, te prometo que siempre seremos amigos y que nunca dejaré de estar a tu lado, nunca.

—Y-yo también, Yoon Gi.

Él tomó mi rostro con ambas manos y me miró fijamente.

—Cierra tus ojos—me dijo.

Yo le hice caso. Los cerré con fuerza y sentí como mi corazón empezó a latir con rapidez, sentí calor en mis mejillas. Los labios finos se Yoon Gi habían tocado los míos... Me había besado. Fue muy cortito, apenas duró dos segundos. Para cuando abrí mis ojos, totalmente sorprendido, Yoon Gi me sonreía.

—Te quiero, Kook.

Cuando escuché eso salir de su boca, mi rostro se sonrojó por completo, no pude mirarlo a la cara, estaba demasiado avergonzado. Yoon Gi me había dado mi primer beso... Y eso fue lo más bonito que pude experimentar.

Devolví mi vista, rápidamente hacia él y apreté sus manos entre las mías. Yoon Gi se había convertido en una persona muy especial para mí. Fue mi primer amigo. Yo nunca supe lo que significó tener uno. En la escuela no podía hablar con los demás niños, ellos me ignoraban. Pero Yoon Gi había sido un niño diferente, a pesar de que era más grande que yo. Estaba muy feliz, no quería dejar de estar a su lado, nunca.

—Yo también, Yoon Gi—le dije sin soltar sus manos.