Era un día normal, salí de casa y unos chicos me molestaron pero yo no les di importancia. Mis padres, viendo esto lo malentendieron y trataron de tomar medidas sobre el asunto. Una semana después me dieron una noticia que me dejó boquiabierto
Mamá: Hijo, nos vamos al campo. Compramos una casa allí, esperamos que te guste porque lo hicimos con mucho sacrificio.
Papá: Ahora podrás estar tranquilo sin que nadie te moleste, la casa está en un pueblo muy chico y la gente es muy amable
La verdad era que mis padres eran muy ricos pero sencillos al mismo tiempo, no eran codiciosos ni arrogantes, yo era tranquilo y no era de esos chicos que exigían todo lo que veía, me gustaba tener lo justo y necesario y muy de vez en cuando me gustaba darme un lujo, mi único defecto es que casi no podía sentir o expresar emociones, eran muy contadas las veces que mi cara cambiaba su aspecto y por eso me molestaban.
Yo: Por que tan de repente?
Mamá: Vimos como te molestaban esos chicos y no queríamos que siguieran haciendo lo que quieran con vos.
Yo: A mí no me molesta, ni le doy importancia.
Papá: Pero nosotros si.
Ya no sé si fue por lástima o por egoísmo pero la mudanza ya estaba decidida. No me importaba si me miraban o no, solo no quería llamar la atención, pero al fin y al cabo era desicion de mis padres.
Luego de dos semanas la mudanza ya estaba hecha, terminé adaptándome a la nueva casa luego de un día. Todo fue fácil gracias a los empleados de mis padres.

Ahora que me doy cuenta, no les dije mucho sobre mí. Bueno, ni siquiera me parece importante pero lo voy a hacer igual. Mi mamá se llama Marta y ella es una empresaria muy importante que ayuda demasiado a la bolsa de nuestro país, y mi papá trabaja de abogado y por supuesto gana bien, su nombre es Juan y mi nombre es Luis Grand, tengo 10 años y está es mi historia.

El lugar era agradable y curiosamente el bosque que estaba en nuestro patio era tan grande que te podías perder con facilidad, en lo que duró la mudanza yo entre y salí de ese bosque como 20 veces. Si era realmente sincero, podría decir que ese lugar era realmente el lugar al cual pertenecía. Creí que jamás encontraría un lugar que me sacara una sonrisa pero finalmente lo encontré. Mis padres viendo mi sonrisa, reían y lloraban de alegría ya que no había nada que pudiera hacer que mi cara cambiara ese gesto tan serio que siempre tenía, o eso creíamos todos.
Las mañanas transcurrían normalmente, mi mamá trabajaba con la computadora viendo cosas acerca de la bolsa mientras que mi papá estaba con el teléfono hablando acerca de un caso con un amigo suyo, por lo que escuche el caso de trataba de un asesino en serie y no sé qué y me terminé olvidando su nombre, mi padre era tanto abogado como fiscal, defendía a algunos criminales mientras que a otros los mandaba a prisión (se podía decir que era ambas caras de la misma moneda) pero aún así era mi mamá quién traía más ganancias a la casa, ella trabajaba con estadísticas y análisis y siempre ganaba, creo. Mientras que ellos trabajaban yo estaba afuera con una paz que se sentía desde lo más profundo del patio lleno de árboles, cerré los ojos y paseé al ritmo de esa relajante melodía.