Mi nombre es Roberto, soy un estudiante normal, igual que tú, no tengo muchos amigos y eso me hace sentir un poco solo, pero la verdad es que no me importa tanto, nunca me interesó ser popular o estar en una relación amorosa, se podría decir que desde pequeño he sido así. Pero si hay alguien que odio es al malnacido de Demián, el siempre se la pasa haciéndome bullying desde que entramos a la escuela, la verdad no estoy seguro del por qué, pero de lo que estoy seguro es de que lo aborrezco, solo quiero estar tranquilo sumergido en mi soledad sin tener que estar soportandolo a él y a sus amigos que también son bastante irritantes... Pero en fin, ya es octubre, se acerca Halloween y el director dijo que iban a hacer una fiesta ahí mismo en la escuela. Ahora voy camino a otro día de escuela con Demián y sus bromas.

Mamá de Roberto: suerte en la escuela hijo

Roberto: adiós, mamá

Entré a la escuela y ví que ciertas personas me estaban esperando

Demián: miren quien se apareció

Roberto: hola Demián...

Demián: es nada más y nada menos que "Boboberto"

Roberto: ahora qué quieres Demián? Mi dinero de mi almuerzo otra vez?

Demián: adivinaste

Demián estira la mano y yo le entrego el dinero

Roberto: ya me dejas pasar?

Demián: mmm antes déjame hacer algo

Demián me empujó y uno de sus amigos estaba en cuatro patas atrás de mi, lo que provocó que me cayera al suelo, Demián y su grupito se rieron y burlaron mientras yo solo los miraba con odio.

El resto del día fue básicamente lo mismo, Demián me hacía bromas y yo solo caía como mosca, la verdad nunca consideré defenderme, ya que siento que solo desataría algo peor, así que prefiero quedarme callado.

Cuando faltaban unos minutos para la salida, esto pasó

Demián: oye Boboberto

Roberto: ay qué pasó?

Demián: necesito que vayas a la habitación del conserje y me traigas el balón de fútbol que lo dejamos ahí

Roberto: es tu balón, ve tu

Demián: házlo o te golpeamos otra vez

Roberto: bueno bueno ya voy

Me fuí hasta la sala del conserje y entré, agarré el balón y cuando quise salir... La puerta estaba cerrada

Demián: Diviértete pasando la noche en la sala del conserje, idiota!

Solo escuché la risa de Demián alejarse mientras yo trataba de salir pero era inútil, me habían encerrado

Pasaron las horas y se estaba oscureciendo, toda la escuela estaba vacía y solo podía escuchar los ladridos de los perros y de vez en cuando carros que pasaban por ahí, sin embargo fue en ese momento que escuché unos ruidos bastante aterrador, eran como unos pasos, espera, ¿Pasos? Cuando se supone que a estas horas no hay nadie?

De repente la puerta se abrió por si sola y ví la silueta de una chica, estaba flotando, mirándome fijamente

Me asusté y me alejé lo más que pude, ella solo se acercaba, creí que me iba a atacar pero en su lugar, ella me habló

Fantasma: estabas encerrado?

Roberto: ehhhh si

Fantasma: bueno pues ahora ya no lo estás, como te llamas?

Roberto: Roberto...

Catí: yo me llamo Catí y si, soy un fantasma, raro no?

Roberto: no te lleves mi alma!

Catí: yo no soy ese tipo de fantasma, soy muy amigable

Yo solo miré a Catí sin saber que decir

Catí: de verdad, no te haré nada, solo estaba paseando por aqui como ya es habitual y noté tu presencia

Roberto: tu debes ser la misma que decían se aparecía en los baños

Catí: pues más o menos, ¿qué hacías aqui de todos modos? Quién te encerró?

Roberto: pues me encerró mi bully

En cuanto Catí escuchó la palabra "bully" su expresión cambió de una curiosa a una seria

Catí: bueno, eres libre, ya puedes irte

Roberto: pero como si no tengo la llave de la escuela para irme

Catí: pues así, mira

Me agarró del brazo y aparecimos frente a mi casa

Roberto: qué acaba de pasar?

Catí: esta es tu casa no?

Roberto: ehhh si pero...

Catí: entonces mi misión está completa, adiosito

Dijo antes de desaparecer

Caminé hasta mi casa y me encontré con mi mamá quien estaba muy preocupada por mi, nos abrazamos, cené algo, hice tarea y me fuí a dormir, sin embargo no podía dejar de pensar en la niña fantasma Catí y en como se había presentado ante mi