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Llegar a Italia fue tan duro, había estado tan bien en Corea que volver a mi realidad fue un golpe duro directamente en mis órganos.

Ver a mi niña palida y llorar desconsolada pidiendo que no me fuera nunca más fue la parte mas complicada.

Pero llegar a casa sabiendo que ahí me esperaba el mayor de mis males fue lo que realmente esperaba.

Deje a mi niña en su habitación acompañada de su abuela, una vez mi niña se ha dormido yo respiro, mi madre asiente, es todo lo que necesito. Me voy a mi habitación y ahí está.

Fumando un cigarrillo en la cama, ha cortado su cabello a sus hombros, sus ojos son la peor mierda que he visto y aunque tiene una belleza innegable, para mí victoria es el ser mas horrible que existe.

Empiezo a quitarme la camisa, ella apaga su cigarro y sonríe.

— Me encanta cuando vamos a negociar, ¡Dios mírate! extraño ese cuerpo tuyo tan... Divino.

Sonrió quitando mis zapatos y calcetines, dejo mi Jean y le hago señas con mi mano para que se acerque, ella gatea por la cama, su pijama transparente delata su desnudez bajo de ella, tiene un pequeño parche en su frente producto del golpe que mi madre le ha propinado para que liberará a Anna.

Me acerco a ella una vez está de rodillas frente a mi, tomó su cara entre mis manos, ella cierra sus ojos y yo atacó su cuello a besos que la hacen flaquear. Cuando su cuerpo se vuelve facil de manejar la acuesto en la cama y ella gime cuando mi mano recorre sus pechos estrujandolos. Gime y aprieta las piernas arqueando la espalda cuando bajo la tela y los dejo al aire libre.

Jamas sentí tanto asco al tocarla. Con una mano los acaricio y con la otra subo lentamente hasta la almohada.

— ¡Ay dios, lamelos, chupamelos por favor!

Dejo de besar su cuello y sonrio, ella abre sus ojos, me mira y yo tomo la almohada.

Cuando ella cree que obtendrá lo que quiera llevo la almohada a su cara, apoyo y la presiono contra su cara.

Ella se desespera, lucha por quitarme de encima y yo solo pienso en dejarla tan inerte que no tenga que verla jamás en mi vida. Pero eso sería una sentencia de muerte para mí madre, mi niña y para mí.

Y cuando siento que se vuelve débil quitó la almohada, ella tose desesperada e intenta huir, Pero no lo permito, la tomo del cabello arrastrándola por el suelo directamente al baño, la bañera está llena como siempre y yo la empujó con fuerza contra ella.

Está impactada, asustada y yo estoy lleno de guria por toda la mierda que me ha hecho.

Sumergo su cabeza unas tres veces en la bañera y cuando he terminado se torturar a mi dulce esposa ella llora en el suelo tosiendo todo el agua que ha tragado.

Me miro en el espejo, no soy esa mierda ¡Jamás tocaría a una mujer en mi vida! Nunca le haría daño a nadie.

Pero intentar matar a tu propia hija no tiene perdón de Dios.

Así que lo que hay en ese espejo no me define, le he dado una lección.

— ¡Vas a morir hijo de puta! Cuando mi tío se entere tu estarás muerto.

Y aún le quedan fuerzas para amenazar.

Sonrió y me acerco haciendo que ella retroceda.

— ¿Quién dijo que tú saldrás de aquí?

Me mira, abre sus ojos y me doy la vuelta.

La dejaré en esa habitación hasta que me dé la gana, se que ellos no llamarán, ni vendrán por ella si ella no los llama primero.

Rompo su teléfono, no puede tirarse por la ventana porque eso sería un suicidio, así que dejó a Victoria presa en ese lugar.

Lo más fuerte de esas dos semanas que duro en italia es el insomnio que tengo a causa de no saber nada de mi adorado chico.

Mi niña ha dejado de llorar, casi es su cumpleaños así que la motivo a elegir todo para quien tenga una fiesta soñada.

Ha cambiado su humor, contraté una niñera para ella, así mi madre podría regresar nuevamente con su amiga y descansaría de lo traumático que ha sido todo.

También he inscrito a mi princesa en un colegio maternal, quiero que deje de pensar en lo acontecido Pero se que es complicado.

Sin embargo creo haber estado logrando buenos resultados cuando la veo sonreír mucho más. Y puedo estar en paz.

Victoria ha dejado de gritar, sabe que no voy a liberarla y me importa una mierda, ni siquiera quiere comer y me amenaza con matarme. Pero he buscado a un hombre que no se despega de esa puerta y que tiene prohibido dejarla salir.

Nadie dice nada, el personal obedece mis ordenes y nuevamente todo está en orden.

Así pasan finalmente dos semanas.

— Señor Jeon es una buena idea, me haré cargo de su pequeña en lo que usted vuelva.

He aumentado el sueldo de esa chica, ofreciéndole irse con Anna a una pequeña casa se campo para cuidarla, lejos de Victoria y de esta jodida mansión.

Debo volver a Corea.

— Por favor cuida a mi hija como si fuera la suya propia, mi madre se irá con ustedes y recuerda llevarla al colegio todos los días, le hará el hábito.- Mi niña en mis piernas se recuesta en mi abdomen y yo sonrió tocando su cabello dorado.

— Claro que si Señor, ¡Daré lo mejor de mi!

Miro a esa mujer, es una linda chica, carismática, una buena niñera, Pero no hay más que eso.

No me atrae.

Suspiro y beso la coronilla de mi niña apretándola a mi cuerpo.

— Te amo papá.

— Y yo a tí, Pero debo trabajar lo sabes ¿Verdad?- Ella asiente.- Tienes permiso de comer dulces en mi ausencia.

Ella levanta su pequeño rostro y abre enorme sus ojos.

— ¡Si!

Me hace reír su entusiasmo, mi niña es muy fuerte y valiente.

Ese día finalmente vuelvo a corea. La estadía se sigue alargando, pago nuevamente el hotel, no he dejado de pagarlo y la recepcionista se alegra de verme.

Voy a mí habitación y al llegar me tiró en la cama suspirando.

Jimin.

Mi Jimin.

Es de noche, casi madrugada y pienso en el una y otra vez. 

Busco en mi teléfono su red social, me impresiono al ver una historia en su Instagram cuando no es activo en sus redes sociales. No lo dudo y abro su historia.

¿Qué carajos?

Está con ese hijo de puta en una discoteca.

¡¿Qué mierda se cree ese imbécil para poner sus labios en la mejilla de mi chico?!

Envío la foto a Namjoon y le pido ayuda para encontrar el lugar. Me reprende por no haberlo puesto al margen de toda mi situación y finalmente una vez termina de insultarme me da la dirección.

Me volverá más loco, eso hará.

Conduzco al lugar, son casi la una de la mañana, ojalá ya se haya ido a dormir, Pero cuando logro entrar al puto lugar lleno de borrachos y personas fuera de si mismas, no logro encontrarlo.

Así que subo al espacio vip después de pagar una tarifa estúpida por ello.

Miro a todos lados, como un halcón y cuando creo haberlo visto me doy cuenta que... Está bailando con el.

Más que bailar está restregandose contra el y mi sangre hierve, estoy muy, demasiado celoso y quiero golpear a ese hijo de puta que lo toca sin una pizca de respeto.

Aprieto mis manos alrededor del barandal y nuestras miradas conectan. Mi estómago se contrae, revolotea y mis manos pican.

Sin embargo el se burla en mi cara y se voltea quedando frente al tipo.

Es todo, lo sacaré a rastras del lugar y se me hace casi imposible caminar entre tanta gente bailando y mujeres lanzándose sobre mi como si fuera un prostituto.

Y cuando llegó al lugar donde creo que está, su amigo baila en el medio pero el no está.

Tomó eso como una clara señal de que Jimin de verdad no quiere estar cerca de mi y quizás estoy actuando demasiado mal.

Debería darle su espacio en vez de estar pisando sus talones como un loco obsesivo.

Debo irme y descansar, lo intentaré luego.

Pero cuendo salgo escucho como alguien vomita fuertemente y por instinto miro hacia ahí.

Si. El destino es un hijo de puta.

Me aproximó hacia el y tocó su espalda sintiendo como se tensa, deja de vomitar y limpia su boca con su mano.

— Qué haces aquí?- Me mira, se recompone y cuando intento acercarme el da un paso hacia atrás.- No te acerques a mi, fui muy claro.

— Deja de decir tonterías, te llevaré al hotel, ven.

— ¡Que no iré contigo a ningún lugar rufián! Eres un hijo de puta italiano de mierda.

— ¡Chiudi la bocca, maleducato!

El abre su boca, se enfurece más pero yo aprovecho su desconcierto para cargarlo sobre mis hombros.

— Esto es un secuestro!

— Estoy salvandote de una posible desgracia, me lo agradeceras después.

Estoy bastante serio, Pero no quiero hacerle una escena de celos cuando está bastante borracho.

— ¿Agradecerte? No seas hijo de pu...

— ¡Deja de insultar a mi madre, no seas grosero Jimin! - Se calla.- Solo intenta descansar, voy a cuidar de tí por el resto de la noche.

Lo llevo a mi auto, deja de luchar contra mi y cuando llegamos al hotel es demasiado dormido para darse cuenta.

Es un niño malcriado. Es mi niño malcriado.

Me tomo el atrevimiento de quitar su ropa oliendo a alcohol y vómito, la lavare temprano por la mañana, le pongo una camisa mía después de limpiar su cuerpo y dejar solo su ropa interior.

Verlo dormir tan tranquilo es un placer, Pero más placer aún es saber que Jimin no ha dejado de sentir atracción por mi, porque yo estoy muy lejos de dejar de sentir todo está locura por el.

Lamento cualquier error

Fin de maratón 💖