Capítulo 18
Tres días pasan, el aire coreano es bastante fresco, he dormido más que en toda mi vida, la comida me sabe deliciosa y pensar en mi chico me hace querer mejorar mi aspecto.
No barba, ni ropas que me hagan ver fuera de lugar, el merece la mejor versión de mí.
Las cosas en Italia se mantienen en calma para mí sorpresa, mi niña está feliz por su próximo cumpleaños, Victoria no ha tenido ningún cambio y mi madre está tranquila, todo parece tener un buen curso pero soy consciente de que no puedo fiarme de ello.
Nam me ha traído mi nueva adquisición y aunque es demasiado llamativo, al verlo no puedo evitar sentir que me lo merezco, claro que sí.
Hoy finalmente fui citado por mi chico, me hablara del proyecto y estoy emocionado por ello pero más aún por verlo. Parezco un adolescente que empieza a vivir esa etapa de enamoramientos y comportamientos hormonales, pero la verdad es que estoy empezando a vivir mi vida no hay nada de malo con mis emociones.
Llego en mi auto a su empresa, no me importan las miradas indiscretas porque no tengo las intenciones que ellas/ellos creen, no me interesa nadie más.
Su asistente me recibe, una linda y tierna chica, me invita a esperarlo en su oficina mientras me ofrece un café, lo acepto y espero pacientemente. El lugar es neutro no hay un toque familiar ni especial en el, quizás la personalidad de mi chico es todo un desafío pero que no lleve nada especial en su lugar de trabajo me hace pensar que Jimin es tan difícil de ablandar como me lo imaginé.
Eso me hace reír y pienso en el, a cada instante pienso en el, estoy loco por el, estoy comiendo de su mano, me tiene a sus pies y no le importa.
¿Dignidad? ¿Cordura? No tengo nada de eso cuando se trata de mi lindo chico coreano.
Y cuando siento su olor rodearme, salgo de mis pensamientos y lo miro frente a mi. Jimin no es disimulado y tiende a verme mucho, cada detalle de mi es observado por el y me hace sentir bien, porque se que ante sus ojos soy atractivo.
— Buenos días señor Jeon.- Su voz es perfecta, su vestimenta, su cabello, su olor, el completo.
Le doy los buenos días en mi idioma y veo como se estremece, porque mi parte italiana le excita y lo puedo notar, mi chico no es bueno ocultando sus anhelos.
Extiende el plano que lleva en sus manos en su escritorio y lo oigo decir:
— Bien al punto, me ha pedido un hotel bastante grande con un aproximado de doscientas cincuenta a trescientas habitaciones.- Asiento cruzando mis manos y fijando mi atención solo en el.- Me temo que solo podremos trabajar con doscientas habitaciónes.
No voy a interrumpir, es un profesional, sabe lo que hace.
— Lobby, contará con un espacio de espera al entrar, un ascensor en el centro y una escalera de emergencias en el lado izquierdo un poco oculta, cada piso contará con cuarenta habitaciones entre ellas suites, cada habitación de concepto sencillo con un cuarto de baño y un pequeño balcón a unos metros del dormitorio, las suites contarán con espacios adicionales, como salas de descanso, baños más amplios y balcones más grandes. A excepción de la suite presidencial en el quinto piso que será más grande que las demás contando con un espacio de concepto abierto donde puede poner un jacuzzi.
Impresionante.
Estoy extasiado con su seguridad, es inteligente, es impresionante.
Y no pierdo la oportunidad de decirle lo impresionante que me parece, el plano está tan bien dibujado que no puedo evitar sentir que he dejado esto en manos de la persona correcta, gracias Nam.
Sin embargo al ver su cara puedo ver que más allá de sus satisfacción por mi reacción hay agotamiento y no por sus facciones, son sus ojos los que expresan demasiado y me encantan.
— Parece estresado, ¿Le estresa un poco mi proyecto arquitecto?
El abre sus labios, respira y finalmente asiente.
— Te he dado el plano, dame mi placer ahora.
Mi niño se lo merece.
Me levanto y rodeo el escritorio, el se mantiene muy quieto mirando al frente y yo me regodeo del olor en su cuello.
Huele tan divinamente que no puedo evitar besarlo, beso su cuello mientras su cuerpo se afloja entregándose a mi.
— Sono impressionato, non ho mai visto qualcuno con così tanta bellezza naturale.- Y es la verdad, jamás habia visto a un hombre tan bello como el.
— Hablame en coreano, no puedo entenderte.
— Que te voy a comer el culo en tu escritorio.
El jadea y su pequeño gemido activa todo mi ser, me excita su reacción. Tomó sus muñecas sintiendo como flaquea, empujo su pecho contra el escritorio, se deja guiar por mi, su cuerpo se estremece ante mi toque y cuando tengo el permiso que necesito bajo su pantalón con su ropa interior.
Mierda.
Es exhuberante, impresionante, ni en mi imaginación mi chico se veía así, ahora que lo tengo frente a mi me doy cuenta de que no podré escapar.
Mi Jimin es tan precioso y no lo puedo disimular.
Estoy impresionado mirando su voluminoso culo, el se burla de mi debilidad por su atributo y lo mueve en mi cara invitandome a hundirme en el.
Lo nalgueo, el gime y no puedo controlar la saliva que se acumula en mi boca, me arrodilló ante el y abro sus nalgas lamiendo desde sus bolas hasta su entrada rosada, escucho sus gemidos y me apasiono chupando su entrada, me encanta su sabor, me encanta como gime y me encanta hacerlo temblar de la manera que lo hago cada que lamo su culo.
Mis dedos se unen a la fiesta entre sus nalgas, los dejo ir dentro de el, la calidez de sus paredes me invaden y se aferran a mis dígitos, muevo mi lengua alrededor de su anillo mientras lo penetro con mis dedos. Mi chico gime y se agarra del escritorio intentando contener su placer, odio que se contenga y le meto un dedo más, lo nalgueo y chupo su piel haciéndolo jadear con fuerza.
Vamos mi niño no te contengas.
Entonces escupo su entrada para lamerlo y el tapa su boca.
Oh no mi niño, eso no. Me levanto y pego mi pecho de su espalda.
— ¿Cuál es el problema que te oigan gemir? geme forte.- Le muerdo la nuca y el grita.
- ¡Ayyy!
Sonrio, lo suelto y le meto otro dedo, son cuatro dedos en su interior y el gime tan alto que cierro los ojos disfrutando su voz, sonriendo como maniático.
- ¿Arquitecto?- La voz de su secretaria se escucha detrás de la puerta y yo le susurro en su oído.
- Dile que te estoy follando tu rico culito.
Le penetro duro con mis dedos, el entre nervios le dice que está bien y yo sonrió cuando me aprieta y se tensa por completo.
Ha llegado a su orgasmo y yo tengo una enorme razón para pajearme.
Lo dejo recomponerse y aprovecho su estado para...
— Permíteme agradecerte llevandote a cenar.
El respira fuerte y hace su esfuerzo de acomodar su ropa.
- Eso es mucho semen.- El mira el charco de sus fluidos y se aproxima a limpiar.- ¿A las ocho?
- Sisi.
Es todo, no hay noche de baile hoy, punto para mí.
Porque nadie va a ver mi nuevo tesoro, es mío.
Lamento cualquier error.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro