Despierto entre sus sábanas, después de la noche que pasamos me trajo a su hotel y me mimo hasta dejarme dormido.

Esta mañana despierto y lo que me espera es incierto, puedo esperar al tierno señor Jeon que me trata como un buen amigo y me mima como un dulce niño, o esa persona arrogante que era al principio y finalmente el dominante Jeon que me folla duro.

Me quedo mirando su mesa de noche, su teléfono no deja de vibrar y el nombre reflejado en la pantalla me hace fruncir el ceño.

Victoria.

Trato de levantarme, me inclinó y me doy cuenta que no es mi imaginación soñolienta, una mujer lo está llamando y tiene diez llamadas perdidas de la misma.

Mi corazón se agita, me hace sentir un poco mareado, pero no tengo tiempo de pensar cuando toma mi cintura y me clava en la cama.

Su aspecto al levantarse es lo más maravilloso del mundo y esta es la tercera vez que lo tengo, su cabello negro despeinado, sin camisa, sus músculos a mi vista y esos ojos adormilados me hacen sonreír de ternura.

Apoya sus manos a cada lado de mi cabeza, me mira con detenimiento y me da un corto beso de buenos días.

— ¿Quién es? - Me pregunta mientras baja su nariz a mi cuello besándome con morbosidad.

— Victoria, ¿Quién es?

Muerde mi piel, mis uñas van a su espalda y el sale de mi cuello mirándome con adoración.

— Nadie, ella no importa.

Y aunque quiera replicar y pedir más que eso, no estoy en lugar de hacerlo, no soy su novio nuestra compañía se habia basado en compartir, hablar de nuestros gustos y visitar lugares que ni el ni yo conocíamos.

Asiento y el se apoya en una sola mano mientras que la otra baja a mi pierna desnuda, la toma y la lleva a su cadera enrollandose con ella, su nariz nariz delinea mi mejilla y su lengua me lame desde la misma hasta el cuello.

Me aferró a su espalda, el me clava las uñas en mis muslos y soy consciente de lo excitado y duro que estoy, gruñe en mi cuello me chupa la piel mientras yo cierro los ojos y gimo enterrando las uñas en su espalda.

— He soñado contigo.- Murmura en mi cuello, yo abro los ojos y escucho lo que tenga que decir.- Me has puesto cachondo en mis sueños, despierto y veo tu culo en esas bragas, necesito... Te necesito.

¿El señor Jeon italiano no amante del sexo me necesita para follarme?

Pellizquenme.

— Entonces usame, lléname de tí.

Sale de mi cuello y me mira.

— Jimin quiero decirte algo.- Estoy atento a sus palabras, mientras el se apoya en sus rodillas, sus manos van a mis bragas y empieza a deslizarlas por mis piernas.- Quiero que entiendas mis razones ¿De acuerdo?

Asiento, completamente expuesto a el.

— Jamás he disfrutado el sexo, jamás he disfrutado un buen sexo con alguien, mi placer se limito a un polvo a cambio de otras cosas.

No lo entiendo en lo absoluto pero estoy mirándo como sus ojos se entornan a mi y me hace sentir cálido.

— No quiero que pienses que no te deseo, eres lo más sexy que he visto en mi puta vida.- Trago grueso y veo como baja su pantalón sacando su gruesa y dura polla.- Pero tú me la pones así y me ha costado contenerme un mes entero, después de cada cena venía aqui y me masturbaba gimiendo tu nombre, porque estoy loco por ti, por tu cuerpo, por tu lindo y gordo culo ¡Dios! No sabes lo mucho que sufro.

— ¿Por qué te has contenido? Sabías lo que quería.

Se inclina hacia mi deja su polla en mi entrada y apoya sus manos a cada lado de mi cabeza mirándome fijamente.

— Necesitaba saber si era diferente, necesitaba sentir que eras diferente, pero tú solo quieres placer ¿No es así? - Su rostro se acerca al mío y mi piel se eriza por su presencia.- No hay nada detrás de nuestro sexo, solo nosotros disfrutando del otro.

Está claro que quizás ha tenido malas experiencias sexuales, todo lo que ha dicho a confirmado mi teoría, Jeon tenía una especie de miedo y aunque quisiera seguir indagando lo que realmente me interesa es borrar todo lo que retenga a ese hombre maravilloso que sale cada vez que me folla.

Quiero al Jeon tierno, inteligente, divertido pero también al erótico, rudo y dominante incluso al arrogante, en mi vida y si tengo que sacarlo a sentones, entonces lo hare tener el mejor sexo de su vida.

Nuestro sexo.

Lo tomó por los hombros y lo separo de mi, el frunce el ceño y se deja guiar por mi, lo acuesto y muerdo mis labios cuando su cuerpo grande y desnudo queda tendido en la cama, su belleza es innegable y me hace sentir aún más excitado.

Me subo a sus caderas, paso las manos por sus músculos y el se tensa, sonrio al ver como abre sus labios y guío mis labios a la curva de cuello, empiezo a besar su piel lamiendo porciones, sus manos van a mis nalgas y me las aprieta mientras gruñe conforme beso y lamo su cuello, muevo mi culo sobre su polla y el arquea su espalda.

Lo voy a enloquecer.

Bajo mis labios a sus pectorales, sus dedos se deslizan por mi espalda mientras yo muerdo sus duros musculos escuchando los gruñidos de su garganta.

Su respiración es fuerte y su mano termina en mi cabello conforme sigo bajando por todo su abdomen marcado, empiezo a sentir demasiada atracción carnal por su cuerpo fuerte y delicioso.

Mis labios terminan dónde finalmente quería llegar, se gruesa polla húmeda y palpitante.

Levanto la mirada y conecto con la suya, lame sus labios y derrocha ese deseo de querer ser consumido. Me meto su polla a mi boca, el gime y aprieta mis hebras entre sus dedos.

Me encargo de lamer su extensión y lo engulló hasta donde puedo, me ayudo con mis manos a chupar mientras masturbo lo que mi boca no puede tragar, el gime y me aprieta contra su polla.

Muevo mi cabeza de arriba a abajo, mamando y haciéndolo sisear alto mientras se aferra a mi cabello.

Jamás lo habia visto tan excitado y me prende mostrarle el placer de un buen sexo.

Dejo de chupar cuando lo he estimulado demasiado, el se desespera y yo sonrió limpiando mis labios con mi lengua. El sigue en mis ojos y yo me subo encima de el, mis manos van a sus pectorales, me muevo encima de su polla llena de mi saliva, resbalandome encima de el.

— Mi stai facendo impazzire, amore.

No soy estúpido, entiendo la última palabra y me prende de una manera impresionante.

Llevo una de mis manos a su polla y la guío a mi entrada, me dejó caer metiéndola hasta el fondo, aprieto mis piernas cuando lo siento y el gruñe llevando sus grandes manos a mis nalgas.

Estoy jadeando, intentando regular mi respiración y cuando entorno mis ojos solo puedo verlo a el , a el desbordando placer y lujuria, excitado, estimulado y deseado por mi.

Me inclino hacia el y tomó sus labios, el toma mi cintura y corresponde a mi beso apasionado mientras nuevo mis caderas de atrás hacia adelante, tomó sus mejillas, exploro su boca y juego con su lengua, el gime en la mía y muerde mi labio haciendome sonreír.

Me separo, me apoyo en su pecho y empiezo a saltar con rapidez sintiendo como mi interior húmedo se contrae alrededor de su polla, es glorioso escuchar el choque morboso de nuestras pieles y sus gemidos bajos mientras me aprieta la cintura con fuerza.

— Dámelo todo, lléname de tí.- El arquea su espalda, palpita dentro de mi, toma mis nalgas y empieza a frotarme rápido encima de el, me sostengo con fuerza mientras dejo que me use para su placer, levanto mi cabeza y gimo fuerte cuando el golpeteo de mi polla con su vientre me hace explotar y el gime ronco apretandome contra su polla.- ¡Ay si Amore mio!

Es todo lo que necesita para vaciarse dentro de mi, haciendo convulsionar su polla dentro de mi. Jodidamente delicioso.

Cuando bajo mi vista solo encuentro una sonrisa y un sonrojo que me acelera, se sienta conmigo aún encima de el y me abraza dejando un beso en mi pecho.

— ¿Nuestro sexo, Amore mio?

— Nuestro sexo señor arrogante.

Sigo cayendo profundo en el pozo de su encanto.

Lamento cualquier error.