15 de agosto de 2019. Buenos Aires.

Dimitri sabía que la única persona que no dejaría en paz a Alexander era la Bruja Glinda. Se notaba a kilómetros que deseaba su muerte para vengarse de Chloe y que, además, lo deseaba.

Mientras en el Desierto del Sahara estaban atacando a Luzbel, Elenis hizo guardia en Buenos Aires para encontrar a Glinda. Estaba preparado, llevaba consigo una espada, una daga y una pistola. Quemó los pañuelos que la Bruja le había dado a Alexander. Pensó en diferentes estrategias, aunque, al final, acabó usando la más simple.

Esa noche, la vio queriendo entrar a la vivienda de Ámbar Boyer. Estaba utilizando un instrumento musical maligno, que destilaba humo negro.

—Basta. Fue suficiente.

Dimitri haría algo sucio. Algo que jamás había hecho en su vida: matar a alguien por la espalda.

Sacó el arma. Apuntó... y acertó el disparo en el medio del cráneo de Beatriz. Una vez que vio cómo la sangre empapaba la calzada, tomó el cuerpo y lo arrastró varias cuadras, para que Alexander y Ámbar no lo encontraran.

Miró el cuerpo de la Bruja, y no pudo evitar pensar que había muerto sin sufrir. Y estaba bien: sabía que jamás volvería a molestar a sus seres queridos.

Además ¿Para qué le permitiría vivir y la torturaría para preguntarle por el cuerpo de Mía o los secretos de Luzbel? Esto no era una película, sino la vida real. En la vida real, existen miles de misterios sin resolverse. En la vida real, no siempre se hacía justicia del modo correcto. En la vida real, a veces uno debía hacer lo que fuera necesario para proteger a sus amigos.

El cadáver de Beatriz se disolvería, y lo que haya tramado con Luzbel o hecho con los restos de Mía, ya no importaba: ahora Loncar había reencarnado en Ámbar Boyer, y era ella quien importaba. Su vida importaba, no su antigua muerte.

20 de enero de 2020. Buenos Aires.

Beatriz Glinda murió en manos de Dimitri Elenis. Su cuerpo se disolvió, y jamás se pudo saber qué hizo con el cuerpo de Mía Loncar. Tampoco se develaron los secretos relacionados con Luzbel.

Por otra parte, Noah Elenis se suicidó para no hablar con los Celestiales. Su cuerpo se disolvió. Ni los Celestiales ni los Demoníacos hicieron una ceremonia en su conmemoración.

El Cazador Juan Tadeo fue capturado en batalla y luego torturado por los ángeles blancos, quienes deseaban vengar a sus hermanos muertos, especialmente a Abathar. Acabaron cortándole la garganta.

Luzbel volvió a esconderse cuando los Celestiales destruyeron el artefacto incrementador de almas, mostrando su naturaleza cobarde.

Por lo tanto, habría paz por un tiempo tanto en la Tierra como en el Cielo: no reaparecerían marionetas, ni Cazadores ni Brujas. No masivamente. El mundo estaría habitado normalmente por Emisarios y fantasmas. El Demonio descansaría hasta idear un nuevo plan.

Mientras tanto, el Cielo estaba modificándose. Quizás, en un futuro, con los cambios Celestiales, Dios pueda renacer. Renacer en una niña de cabello crispado y tez chocolate.

—¿Ese es el final que le vas a dar a la historia? —preguntó Alexander, parado detrás de Ámbar—. Pensé que inventarías uno, o que agregarías: "El exinmortal y la humana vivieron felices por siempre".

—¿Para qué inventar uno si el final real es buenísimo? Es como si Dios no hubiera muerto y lo hubiera arreglado todo ¿No creés? En pocos meses, pudieron recuperar la paz.

Alexander hizo una mueca. Era una paz temporal, pero él no pensaba decirlo en voz alta. De todas maneras, no sería testigo de una nueva guerra Celestial.

—No estás convencido —Ámbar se cruzó de brazos—. Aparte del final feliz ¿Qué te hubiera gustado que escribiese? ¿Qué la protagonista utilizó sus habilidades para ver fantasmas para poner una "empresa del más allá" y así hacer mucho dinero?

Alexander rio. Sólo ella podía hacerlo reír luego de todos los duelos que había atravesado en la vida.

—Lo siento. No voy a cuestionarte. Aquí la autora publicada sos vos, no yo.

—La opinión de mis lectores es importante —lo rodeó del cuello con los brazos—. Editaré el último capítulo y le enviaré el manuscrito a la editorial. Luego ¿Nos tomamos unas vacaciones en Bariloche, y visitamos a tu hermana? Le podemos decir a Dimitri que vaya también, ahora que en el Cielo son amigos de los humanos.

Samaras asintió, sonriente.

Todavía no se acostumbraba a vivir feliz y tranquilo. Parecía un sueño irreal.

A pesar de la tormenta, siempre sale el sol.

A pesar de todo lo que había perdido, aún tenía la chance de disfrutar de la vida.

—Te amo para siempre, Ámbar —apretó sus labios contra los de Boyer.

Cada vez que se besaban, ella lo hacía sentir como si todavía fuera inmortal: lo envolvía en su aura poderosa, provocándole una sensación cálida y reconfortante en todo el cuerpo.

Boyer enredó su lengua con la de él, y deslizó su mano al interior de sus pantalones.

—Vamos a la pieza.

—Esperá —jadeó—. No me dijiste que...

Ella sonrió. Sabía lo que él quería.

—Siempre me pedís que te lo diga: te amo, hombre mío. Te amo, novio mío. Te amo, exinmortal mío. Te amo, amante de otra vida. Te amo, Alexander Samaras —ella empezó a besarle el cuello, provocándole una sensación de hormigueo en todo el cuerpo—. Te amo, y siempre voy a amarte.

Su corazón latió con fuerza. Apoyó la mano de Ámbar sobre su pecho y apretó sus labios contra los de ella.

La besó como si fuera la última vez...

La abrazó como si el mundo fuera a terminarse mañana...

Y la amaría. La amaría por el resto de su vida. Para siempre.

FIN.

Muchas gracias por haber llegado hasta acá, ¿este era el final que esperaban para: "Mi amante inmortal"? ¿Les gustó? ¿Les resultó fácil de leer? ¡Me interesan sus opiniones!

Ya que estoy, les recomiendo mis lecturas: 

-Si quieren leer ciencia ficción, misterio y romance +18, les recomiendo: "Sangre Letal".

-Si son fans de la fantasía y el romance LGBT, les recomiendo: "Medealis".

-Si les encanta la ciencia ficción y las aventuras, les recomiendo: "El juego mortal".

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¡Muchas gracias por haber llegado hasta acá! ¡Nos vemos pronto!

Sofi :)