Capítulo XVII
No habían pasado ni 5 minutos desde que Janick y Kanye se encerraron a hablar a solas, y Chase ya estaba que trepaba las paredes.
Por una parte no lograba aceptar que lo que sentía eran celos, porque era imposible que fuera eso ¿Verdad?, es decir, él es Chase, el príncipe de Arysta, él “gran y único” príncipe de Arysta, había conquistado a más chicos de los que recordaba y muchos quisieran haber estado en el lugar de Janick… Era un apuesto y codiciado príncipe, y según lo que los rumores decían, rompía corazones, a veces, sin ni siquiera darse cuenta ¿Entonces… por qué estaba como un idiota, inquieto e inseguro de lo que su esposo fuera a hacer con ese chiquillo de apariencia arrogante, como si de la nada fueran a revivir sentimientos pasados?
Otra parte de sí quería estar allí con los brazos abiertos, listo para consolar a su esposo, y de paso patear a Kanye, si lo lastimaba de nuevo.
“Cielos, odio esto…”
— Chase, mantén la compostura— Susurró su hermana mientras Mathis distraía a Gael y Aurélien con una anécdota divertida.
— Lo estoy intentando.
— Bueno, lamento informarte que no lo estás logrando, estoy que te amarro a la silla porque temo que salgas corriendo a interrumpir a Janick y Kanye.
— Yo no haría eso— Si, bueno, tenía que reconocer que interrumpir era una maravillosa idea ¿Por qué no pensó en eso antes? una parte de su mente estaría encantado de hacerlo ahora ¿Cuánto había pasado? Miró el reloj de pared para comprobar ¿8 minutos? ¡Perfecto! Podría interrumpir disimuladamente sin levantar sospechas, ya se inventaría algo en el camino.
Comenzó a levantarse, pero su hermana pellizcó su mano haciendo que soltara un quejido y escondiera su mano mientras volvía a su lugar.
“Tan violenta”
— ¿Qué sucede?— Gael preguntó. Aurélien miró a ambos con una expresión curiosa.
— Nada, mi hermano y yo tenemos una pequeña discusión, no hay nada de qué preocuparse— La sonrisa inocente de Ayleen era impresionante.
Mathis se apresuró a distraer de nuevo al príncipe.
— ¿Qué te pasa?— Preguntó Chase alejándose un poco de su hermana, no era que le tuviera miedo, pero esos pellizcos dolían.
— Cálmate y siéntate ¿Está bien?
— Estoy sentado.
— Si no te hubiera detenido no lo estarías.
— ¿No podías solo decir “detente” o “siéntate” o algo así?
— Chase, Janick necesita que lo apoyes en esto, desconfiar de él no es lo que necesita ahora ¿Entiendes?
— Dioses, lo sé ¿Y quién dice que estoy desconfiando de él?— Miró el reloj ¿10 minutos? ¿Habían pasado 10 minutos? ¿Qué rayos estaban hablando tan calmadamente esos dos por diez malditos minutos?
— Chase.
Su pantorrilla fue pateada y Chase ahogó un grito.
— ¡Ay, oye! ¿No puedes solo hablar? No necesitas ser violenta.
— Deja de desconfiar, nadie te está engañando, confía un poco en tu esposo ¿Quieres?
— Confió en él…en él que no confió es en el mocoso ese, no sabemos qué puede decir o hacer.
La conversación de Gael y Mathis, Aurélien no participaba, se detuvo en el momento menos adecuado. Chase realmente quería golpear su cabeza con algo, por suerte su hermana pensó rápido.
— ¡Oh, cielo! Parece que caerá una tormenta.
Todos miraron el ventanal donde se divisaban las grandes nubes grises en el cielo, pequeñas gotas de agua estaban comenzado a caer, y parecían prometer una gran tormenta.
— ¡Chase, ve a avisarle al cochero del reino de Gusten que puede entrar, y pon a los caballos en la caballeriza!
— ¿Qué? Pero herma…
— ¡A.H.O.R.A!
— Si, señora.
Chase salió a regañadientes y estaba seguro que vio la sonrisa divertida de Gael y Aurélien, algo le decía que no era por la historia de Mathis.
Por última vez vio el reloj y reprimió un suspiro.
14 jodidos minutos.
Apenas salió abrazó su cuerpo y soltó una maldición.
Hacía un maldito frío que heló su cuerpo rápidamente, corrió donde el cochero a decirle que podía entrar y calentarse. El pobre hombre estaba tan agradecido que Chase se sintió mal por no recordarlo antes.
Suspiró mientras veía los dos grandes caballos negros, no sé veían exactamente dóciles, pero los logró guiar sin problema a un lado del palacio donde la lluvia no caía directamente, contento con que el carruaje quedaría protegido, comenzó a sacar los agarres y cintas que mantenían sujetó el carruaje a los grandes animales.
Se concentró en eso intentando no pensar en su esposo y otro hombre en la misma habitación, la idea de Janick llorando por culpa de ese tipo lo enloquecía.
Jamás había experimentado celos o algo similar, y había creído odiar a Janick en algún momento de su vida, pero esta rabia que sentía hacía Kanye era algo diferente, muy diferente, era amargo y violento, estaba seguro que no era sano. No había creído ser alguien tan resentido. Desear dañar a alguien por algo de hace años no le había pasado nunca. Lo asustaba.
“¿Qué mierda eran esos pensamientos? ¿Es normal? ¿Soy algún tipo de psicópata? ¡Yo no soy como el loco de Loick! mierda”
Alguien tocó su hombro, Chase respingó y se giró rápidamente.
Aurélien estaba allí, en vez de un saludo le regaló una sonrisa amigable. Chase movió su cabeza en respuesta intentando disimular que había sido asustado.
Aurélien se apuntó a él, los caballos y al establo. Chase supo que quería ayudar, con la lluvia que comenzaba a mojar sus ropas más de lo que tenía planeado, ni siquiera dudó, entre más ayuda más rápido podría volver y ver a su esposo.
— Gracias, hombre, me has salvado.
Aurélien dio una brillante sonrisa y Chase sonrió de vuelta.
El tipo ni siquiera hablaba, pero su presencia era más aceptable que los demás. Además que no podía quitar su curiosidad por cómo sería su voz.
Cada uno guió a un caballo a un espacio vacío de la caballeriza. Cerraron la puerta y Chase comprobó que contaban con agua fresca y heno. El caballo que había guiado le dio un pequeño empujón con su cabeza y Chase sonrió divertido mientras acariciaba al animal, se dio cuenta que el color negro y su tamaño lo hacían ver intimidante, pero era bastante dócil.
— Gracias, Aurélien, me has ayudado mucho— Se giró hacía el joven con una sonrisa en su rostro, pero se congeló cuando se dio cuenta estaba demasiado cerca de él— ¿Uh? ¿Aurélien?
Aurélien le dio una sonrisa que sabía reconocer muy bien. Era una sonrisa coqueta. Su espacio personal se vio invadido por Aurélien acorralandolo sutilmente contra la caballeriza que acababa de cerrar, la pared impedía su escape por el otro lado.
— Amigo… sé que no hablas pero creo que no eres sordo ¿Verdad? Volvamos adentro y haré como si nada hubiera pasado— Frunció el ceño un poco confundido por cómo se habían tornado las cosas. No creía haber hecho nada para confundir al otro joven. Aurélien dio una sonrisa y apuntó al palacio y ventanas, desde este lugar no lograba verse la habitación donde Janick y Kanye estaban, pero debía estar cerca.
— ¿Estás intentando decir algo sobre Janick y tu amigo? Solo están hablando.
La sonrisa de Aurélien se transformó en una mueca burlona.
— ¡Hey! ¿Qué quiere decir esa cara?
Chase gruñó molesto, no quería ser grosero, pero si seguía burlándose de él, iba a empujar y a golpearlo por muy indefenso que se viera. Solo esperaba no traer problemas al negocio de su hermana.
— Aurélien, lo pido por última vez, hazte a un lado y déjame pasar y haré como si nada hubiera ocurrido.
Aurélien llevó un dedo a sus labios aun sonriendo.
Y entonces habló.
— Podemos divertirnos— Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al escuchar la voz de Aurélien, no sabía porque, no era que fuera particularmente hermosa, ni siquiera era dulce como la de Janick, pero tenía un tono que dejaba su mente extraña, como si se hubiera mareado repentinamente. Era desagradable.
— ¿Q-que demonios? — Frotó su sien, confundido.
— No le diré a nadie, será un secreto, lo prometo— Aurélien se acercó a él como si quisiera abrazarlo, y aunque estaba confundido Chase lo apartó rápidamente, aunque acorralado eso no era mucho.
— ¡Hey! Aléjate ¿Qué crees que estás haciendo?
— Ayudandote a tener una pequeña aventura, con ese niño como esposo no debe ser fácil para ti.
Chase gruñó.
— No, gracias, imbécil ¡Y Janick no es ningún niño!
— Esto es extraño— Aurélien parecía genuinamente confundido—. Los rumores decían que eras fácil de seducir.
Eso dolió, un poquito.
— Puede que haya sido cierto, pero fue antes de casarme, no soy un infiel. Jamás traicionaré a Janick.
Aurélien rodó los ojos con una mueca de desagrado.
— Ugh, asqueroso— Chase quería dar una respuesta listilla a eso, pero Aurélien prosiguió:—. Suficiente. Silencio.
Y fue como si un nudo se hubiera formado en su garganta, sus cuerdas vocales se congelaron, impidiendo que más palabras saliera. Comenzó a asustarse. Empujó fuerte a Aurélien para alejarse de allí, pero sólo alcanzó a dar unos pasos antes que Aurélien recobrará el equilibrio.
— ¡Quieto!
Su cuerpo dejó de responder, como si cada parte de su cuerpo hubiera sido sujetado por hilos delgados, pero firmes. La mente de Chase entró en pánico, sabía muchos trucos para salir victorioso de peleas que parecían pérdidas, ya sea cuerpo a cuerpo o con una gran variedad de armas ¿Pero esto? ni siquiera lograba entender qué pasaba y su mente aún mareada no sabía como escapar de algo intangible, la voz de Aurélien era extraña y peligrosa.
— No esperaba tener que obligarte, no tengo ese tipo de pasatiempos, pero bueno… — Aurélien comenzó a desabrochar su camisa—. Estoy seguro que al final cooperaras, nadie se ha quejado.
—… En… Tus… Sueños— La voz salió de forma entrecortada, jamás le había costado tanto hablar, cada palabra hacía que su garganta doliera como si estuviera expulsando algo espinoso y amargo. El ardor en su garganta valió la pena ante la expresión sorprendida de Aurélien.
— Oh, así que te resistes— Una sonrisa traviesa se formó en sus labios—. Interesante, pero veamos si puedes resistirte a esto: Bésame.
Su cuerpo se movió por sí solo, Aurélien ya estaba lo suficientemente cerca así que solo debía acortar la distancia un poco. Aurélien esperaba con una sonrisa en los labios, pero la mueca de dolor se formó en su rostro cuando un puño impactó en su estómago.
— ¡Tu…!
El cuerpo de Chase dolía como si filosas y largas agujas estuvieran incrustándose profundamente en su interior. Su brazo era el peor, del dolor pasó a un entumecimiento y parecía no responder ahora. Pero había valido totalmente la pena.
— Pudrete— Su garganta aún ardía, pero la orden parecía haberse debilitado un poco luego de dar ese golpe.
Aurélien se había inclinado para sujetar su estómago, y cuando volvió a levantarse Chase supo que no había sido un movimiento muy inteligente, la mirada de odio del menor era aterradora, sobre todo cuando su cuerpo y voz nuevamente habían sido controlados, si antes sentía hilos apresar su cuerpo ahora eran pesadas y fuertes cadenas.
Y seguía doliendo.
— Bien, bien, esto definitivamente es nuevo, me agradas. Será genial lograr controlarte, quiero ver tu cara al final ¿Crees poder resistirte a mí? Ya quiero ver la cara de tu estúpido esposo cuando se entere lo que hicimos.
Aurélien se había acercado nuevamente, Chase intentaba moverse con todas sus fuerzas, pero no lograba más que milímetros. Aún con el ardor insoportable de su garganta no podía mantener su boca cerrada, incluso si la desgarrada se negaba a dejarse controlar así.
— ¿Hacer… qué?... Nunca podría… Tener una erección por ti…
Eso era algo de lo que estaba seguro, podía inmovilizarlo, callarlo, controlarlo, pero estaba seguro que su cuerpo no reaccionaría a ese tipo.
Aurélien lo miró con despreció unos segundos, pero luego sonrió.
— Hay que intentarlo. Siéntate, tu espalda contra la pared.
Su cuerpo obedeció, se resistió así que fue lento, pero al final no pudo luchar mucho más contra el dolor y terminó sentado allí con su espalda contra la pared.
Aurélien sonrió.
— Bien, buen chico— Se deslizó suavemente sobre sus piernas, Chase intentaba moverse y no lo conseguía, incluso si dolía no podía dejar de intentarlo, ser violado no era una fantasía suya, y el solo imaginar el rostro de Janick si se enteraba lo hacía luchar más. pero su cuerpo simplemente no cooperaba. Odiaba su debilidad—. Supongo que tendré que tomar la iniciativa.
Aurélien lo besó.
Los labios contra los suyos se sentía incorrecto, un escalofrío desagradable recorrió su cuerpo. Nunca se había sentido tan asqueado de un beso, incluso si solo duró unos segundos. Mantuvo sus labios cerrados, aunque pensó fugazmente que tal vez abrir la boca y vomitar el rostro de Aurélien era una muy buena idea.
Y repentinamente el control de su cuerpo se debilitó, podia sentir el dolor disminuir.
Aún imaginaba/sentía las cadenas alrededor de su cuerpo, pero su metal parecía hacerse moldeables lentamente.
Chase no entendía porque, pero ni siquiera dudó en moverse y romper el contacto con Aurélien.
Empujó y se abalanzó rápidamente contra Aurélien, sujetandolo contra el piso. El joven parecía sorprendido. Antes de que hablara Chase había tapado su boca con su mano, cargando su peso para no darle ninguna oportunidad de escapar y mucho menos hablar para ser controlado de nuevo.
— ¡No sé qué truco estás usando, pero vas a cerrar tu boca! Si vuelves a intentar controlarme con tu voz voy a noquearte.
Aurélien con la boca tapada y su extraño poder bloqueado parecía asustado.
Chase levantó la vista dispuesto a pedir ayuda, necesitaba contar esto a alguien, reportarlo, y luego entender qué demonios había pasado.
Su mirada se encontró con la que menos esperaba y quería en este momento.
Su esposo estaba empapado en medio de la lluvia y miraba todo desde unos pocos metros.
Nunca en su vida habría querido ser el causante de esa mirada de dolor y tristeza.
El agarre que tenía contra Aurélien cedió un poco por la distracción y él aprovechó de morder su mano. Inconscientemente el brazo de Chase se deslizó liberando los labios de Aurélien.
— ¡Quieto!
La voz resonó tan fuerte que su cuerpo se congeló desde la primera sílaba. Miró hacia Janick, queriendo saber si él también se había congelado, pero parecía estar bien, porque había inclinado la cabeza luciendo confundido. Tal vez estaba a una distancia segura del rango del extraño poder de Aurélien, Intentó transmitir con sus ojos lo que pasaba, sabía que su esposo podría leer sus ojos, tal vez alcanzará a huir y así buscará ayuda. Janick pasó su vista de él a Aurélien, pareciendo entender algo.
O eso creía Chase, quería verlo correr y alejarse, verlo seguro. Aurélien no lo había visto aún porque estaba intentando levantarse.
Janick comenzó a acercarse. Chase lo veía, pero no lo escuchó.
Tal vez era la lluvia, pero sabía que había algo especial en los movimientos del mimoso, sus botas deberían hacer algún sonido en el húmedo suelo, o sobre las ramas de heno dispersas a entradas del establo, pero no, Janick seguía moviéndose sin hacer ningún sonido, como si su peso no provocará ni un mínimo cambio en el suelo que pisaba.
Casi comienza a pensar que Janick no era más que una ilusión, era la única explicación para verlo, pero no escucharlo.
Y lo que más temía pasó, Aurélien había terminado de levantarse y se dio cuenta de su mirada y se giró para ver a Janick acercándose.
— ¡Quietos los dos!— Su voz fue potente, pero por alguna razón las “cadenas” que deberían sujetar su cuerpo no se sentían firmes ni pesadas como antes.
Janick ni siquiera se detuvo un segundo, aunque ahora estaba lo suficientemente cerca para escuchar bien a Aurélien, este último parecía sorprendido.
— ¡Dije quietos!— Ahora era un grito bastante fuerte. Chase esperaba que alguien escuchara, pero era una vaga esperanza.
Janick siguió caminando, ni un sonido era provocado por sus pasos.
Aurélien maldijo y de la nada había una pequeña navaja en el cuello de Chase.
— ¡Quieto!— Chase no movió su cabeza, pero escuchó la respiración agitada y supo que el joven estaba asustado— ¿Por qué no funciona? ¡Quieto! ¡Quieto! ¡Quieto! Ni un paso más.
Janick dudó un segundo mirando el cuello de Chase, pero luego habló él y su voz fue sorprendente.
— Baja el arma.
Chase había escuchado su voz cientos de veces. Lo había escuchado enojado, feliz e incluso gemir, pero había algo especial en ese tono, en esa frase que había provocado escalofríos en él, y no desagradables como la voz de Aurélien. Los vellos de su cuerpo se erizaron, y si era un poco sincero, tal vez hasta se excito un poco.
Aurélien bajó el arma inmediatamente. El control sobre Chase terminó de romperse y no dudó en alejarse, incluso si no entendía qué rayos pasaba allí, sabía que debían alejarse de Aurélien rápidamente.
Corrió donde Janick y tomó su brazo.
— Volvamos dentro, hay que avisar a mi hermana de esto.
Janick alejó su brazo con un firme movimiento y le dio una mirada completamente enojada que dejó a Chase más inmóvil que cualquier extraña voz.
Tal vez eran sus instintos de supervivencia, pero hasta supo que era mejor no abrir la boca. Cuando Janick alejó su mirada de él, suspiró bajito de alivio, para no llamar otra vez su atención.
Una pequeña parte que seguía siendo racional en su cerebro anotó que era mejor no enojar a Janick, nunca. No quería ser el centro de atención de esa mirada otra vez en su vida. Y no estaba seguro de que le agradara ver esos dulces ojos así de enojados.
Otra pequeña parte de su mente se preguntó si había sido ilusión suya o algún reflejo de la lluvia que los ojos de su esposo brillaban levemente
Janick se acercó a Aurélien hasta estar cara a cara con él. El joven parecía asustado, incluso temblaba un poco.
— ¿Tú…?
No alcanzó a hablar más, porque la voz de Janick volvió a surgir erizado a Chase.
— Guarda silencio. De rodillas.
Aurélien cayó al suelo como si algo hubiera tirado de él. Parecía tensó, seguramente luchando contra esto, pero no se movió.
— Puedo imaginar el plan, estoy seguro de quién fue la idea, Aurélien— La voz ya no era la de antes, ahora era superficial, incluso desdeñosa. Chase jamás creyó escuchar ese tono en la voz del mimoso. Aurélien bien podía ser una piedra, una piedra muy sucia por barro que quería patear fuera de su camino, pero que no quería tocar para no ensuciarse. El rostro del joven palidecía cada vez más, seguía sin poder moverse ni hablar—. Habla ¿Quieres explicar esto?
Chase escuchó una fuerte inhalación. Como si Aurélien no hubiera ni siquiera respirado en esos segundos.
— No...sé… de qué… plan hablas— Su voz parecía agitada al inicio, pero se fue regulando lentamente—. Era consensuado. Solo un poco de diversión que un niño como tu no entendería.
Janick dio una sonrisa irónica. Esa sonrisa era complemente nueva en su rostro, dejó a Chase aún más sorprendido.
La mirada del menor se centró en la navaja en la mano de Aurélien.
— Creo que tenemos conceptos un poco diferentes de consensuado— Se inclinó con un movimiento fluido y quitó la navaja de la mano de Aurélien, la examinó unos segundos, tomándose su tiempo antes de seguir hablando:—. Bueno, no me sorprende de alguien que cae tan bajo como para intentar seducir al esposo de alguien más.
— ...Si no hubieras interrumpido no sería sólo un intentar.
— No mientas. Sé que esto es por Kanye, conversé con él, si quiere seguir guardando odio por mí, que lo haga, pero dile que si tiene tiempo de crear estos ridículos planes que mejor ocupe ese tiempo para ayudar a su familia. No puedo creer que el príncipe de Gusten y tú se presten para esto.
— Gael no tiene nada que ver— Aurélien parecía alterado, pero mantuvo su mirada firme en Janick. Tal vez asustado de meter en problemas a la familia real.
— Eso dices, pero algo debe saber. Está bastante tranquilo intentando ver qué pasa aquí desde la ventana, junto a Kanye.
Chase frunció las cejas. Desde aquí se podía ver con suerte las ventanas, era imposible ver si había alguien mirando, sobre todo porque Janick no había dado ni una mirada en esa dirección.
— ¡Es un malentendido!
— No me mientas— Janick arrojó la navaja lejos, como aburrido de ella—. No a mi, puedo saber todo con solo mirarte, puedo saber que están murmurando Kanye y el príncipe, están preocupados por ti, que buenos amigos, armando este estupido plan juntos. No puedes escapar de mis sentidos.
Aurélien lo veía impactado y pareció querer decir algo, pero el mimoso de adelanto.
— No más planes estúpidos ¿Ocupas tu voz para algo así? ¿Controlar a un hombre casado para que duerma contigo? Apréciate un poco, no actúes como una puta cualquiera.
Chase jadeó, no pudo evitarlo, pero era el mimoso quien decía eso ¡Su mimoso! Corey seguramente se desmayaría.
Janick se giró al escuchar su jadeó, sus ojos seguían siendo fríos y Chase movió sus manos queriendo salir de la atención de su esposo. Janick volvió su atención a Aurélien. Chase se tragó el suspiro de alivio.
— Puedes quedarte esta noche, hay una fuerte tormenta, pero esto no se olvidará. No intentes nada de nuevo, te lo advierto.
Janick se giró, tomó el brazo de Chase y lo tironeó de vuelta al palacio. Chase cómo un hombre inteligente lo siguió sin decir nada.
Estaban casi en la entrada cuando Janick se detuvo.
— ¿No pasó nada antes de ese beso? — La voz seguía fría, pero tenía un toque inseguro.
— No ¡Nada! Mimoso, yo-
— No ahora, por favor, necesito… Necesito aclarar mi mente— La voz volvía a ser normal, aunque confundida y vulnerable.
— Mimoso, lo siento, no sé qué pasó, baje la guardia… Su voz fue… Y tu voz ¿Qué fue eso?
Janick lo miró y parecía herido, confundido y algo asustado.
— No lo sé… Subiré al cuarto, quiero estar solo.
Entró antes de que Chase pudiera decir cualquier cosa.
Chase entró después de él y sólo alcanzó a verlo desaparecer por las escaleras.
Su hermana estaba a su lado en unos segundos
— ¿Chase? ¿Qué pasó?
— Bueno, no sé como explicarlo…
Aurélien interrumpió entrando, temblaba y a Chase no podía importarle menos.
— Lo siento— Susurró mirando el suelo. Los reyes parecían sorprendidos de escucharlo hablar, pero la voz ahora no parecía tener poder como antes, seguia siendo extraña y su mente levemente mareada, pero no había control—. No pasará de nuevo, lo prometo ¿Dónde están los demás?
— En la oficina, segunda puerta por ese pasillo— Mathis indicó, aún parecía confundido, y Aurélien corrió en esa dirección.
— ¿Qué pasó? — Ayleen lo miró exigiendo una respuesta luego de ver a Aurélien correr.
— ¿La verdad? ¡No lo sé! Aurélien estaba ayudándome con los caballos y de un momento a otro intento coquetear conmigo, me negué, obviamente, pero entonces solo… habló...y su voz fue… Controladora y de alguna forma consiguió besarme y Janick nos vio.
— ¿¡Que!? ¡Chase! ¿Cómo pudiste?
— ¡No es culpa mía! Te estoy diciendo, fue su voz, o algo, no lo sé, solo no podía resistirme, lo intenté, te lo juro.
Chase intentó lo mejor posible explicar todo, omitió un poco lo que sintió con la voz de Janick, aunque aún estaba confundido y no terminaba de entender que había pasado.
— ¿Su voz?— Ayleen estaba enojada, pero también preocupada—. Extraño….
Todos miraron el pasillo, nadie aparecía aún.
— Una voz que logra controlar a la gente… — Mathis reflexiono unos momentos—. Que conveniente… he oído rumores de poderes y cosas así, pero creí que eran sólo leyendas.
— Conveniente o no, usaron ese extraño poder contra Chase, contra el príncipe de Arysta, podemos incluso acusarlos de ataque y llevar esto al consejo— Ayleen era seria, Chase sabía que esto podía desencadenar una guerra si se maneja mal.
— No creo que haya necesidad de eso, Janick incluso le dijo que podía quedarse por la tormenta. Habla tú con ellos, que no pase de nuevo, pero que no sea malo para el reino, necesito hablar con Janick.
— Claro que necesitas hablar con él ¡Te vio besando a otro!
— No fue culpa mía.
— ¿Crees que eso importa? ¿Cómo te sentirías si lo vieras besando a Kanye?
La sangre de Chase hirvió.
— Mierda...bien, hablaré con él…
— Suerte ¿Y Chase?
— ¿Si?
— Janick también uso una voz ¿No? Dime si averiguas algo.
Chase asintió mientras subía la escalera.
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Janick entró a la habitación y estaba orgulloso de su control por no dar un portazo. Jamás en su vida había dado uno, principalmente por su trauma, pero también porque él difícilmente se enojaba hasta este punto.
Pero ahora, ahora su mente no dejaba de recrear una y otra vez el recuerdo de Chase con Aurélien encima, besándose.
La voz de Kanye se mezclaba con sus recuerdos. Jamás había querido tanto golpear a alguien, tal vez no era tan tarde para hacerlo. Negó con la cabeza. Intentando calmarse. Su respiración estaba agitada, su mente era un caos, y si era sincero no terminaba de entender que había pasado.
La voz de Aurélien había tenido un tono extraño, su oído podía percibirlo, una frecuencia especial, una intensidad en un punto correcto, era como si lograra una resonancia perfecta que estimulaba algo en su cerebro que lo forzaba a obedecer. Pero lo que más lo había confundido era cómo algo en su interior se había retorcido con desagrado al escucharlo. Un calor había quemado en su interior, y podía entender ese calor mezquino, como palabras precisas que podía escuchar en alguna parte de su cuerpo “¿Crees poder controlarme? ¿A mí? ¡Ja! Soy poderoso, no eres más que un insecto intentando derribar al demonio”
Su mente se había teñido con una neblina, escuchando a alguien, a él, hablando sin su permiso. La rabia en su interior intensa y venenosa recorriendo su cuerpo. Quería destrozar a Aurélien, había tocado lo que era suyo. Quería regañar a su esposo por permitir eso. Y una parte retorcida en su mente quería lanzarlo al suelo y simplemente subirse sobre él, besarlo, excitarlo, tener sexo allí mismo, frente a Aurélien y frente a cualquiera, que nadie dudará que era suyo.
De nuevo había un calor allí, y no le gustaba. Quemaba y nublaba su mente, sus células bullían sin orden, su cabeza palpitaba. Podía visualizarse frente a una llama, un calor desagradable venía de ella, quería tocarla, quería alejarla, sabía que podía hacer tanto si la tocaba, podía hacer todo, podía destruir todo.
Por alguna razón escuchó la voz de Corey en un rincón de su mente, no lograba entender qué decía, pero sabía que gritaba, lloraba, había desesperación y miedo en su llanto, sabía que debía detenerse, no quería escuchar a su hermano llorar. Hasta ese momento había estado seguro de que nunca lo había escuchado llorar, ahora ya no estaba seguro de nada.
Su cabeza dolía.
Janick se agachó allí en el suelo y respiró varias veces, intentando calmarse, el calor poco a poco apagandose, la llama se alejaba de él, zigzagueante burlándose de él. Escuchó, sintió, un: "Cobarde" Janick no se enojo, por alguna razón sabía que era lo mejor, aliviado y con más control sobre su cuerpo, se puso en posición de loto, recordando cada lección de meditación que había tenido, e intentó despejar su mente. Intentó dejar de repetir la imagen del establo.
Cuando la rabia había pasado, quedó el dolor.
Sabía que no era culpa del Chase, no sabía porque él no podía ser manipulado, no quería pensar eso, pero sabía que Chase no había podido resistirse, lo había visto luchar, resistirse tanto como su cuerpo lo permitía. Pero no lo había logrado, y eso dolía.
Su esposo había besado a otro. Sus labios ahora tenían la calidez y sabor de alguien más. Y eso le daba ganas de llorar. Chase lo amaba, lo sabía, y Janick estaba seguro que lo amaba también. Nunca se había sentido tan feliz y seguro al lado de alguien aparte de su familia, aunque otras veces era molesto, Chase lograba agitarlo de formas que nunca había pensando.
Quería llorar, golpear algo y gritar. Su mente era una mezcla de pensamientos.
“Se besaron, lo besó, lo obligaron, es mi esposo, mío, sus labios sólo deben tocar los míos, maldito Kanye, estúpido Aurélien, debería haberlo dejado afuera en la lluvia, Chase es un idiota, idiota, odio esto, lo amo”
Era increíble como Chase podía iluminar su vida y sumergirla en la oscuridad.
Quería a su familia con él, quería sus abrazos y consuelo, pero no estaban cerca y eso también lo angustiaba.
Controló su respiración, intentando mantener su mente en blanco, lo que menos quería era causar problemas a este reino ¿Qué sí Chase se enfadada con él por ser un dramático, que si comenzaba a verlo diferente por ser infantil? Temía que las palabras que decía Kanye se cumplieran.
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Chase se detuvo en la puerta de la habitación, estaba junta, no sabía que tan malo era eso.
Podía entrar sin problema, pero también significaba que Janick estaba sintiéndose inseguro, las puertas cerradas habían dejado de ser un problema desde hace unas semanas.
No estaba seguro de qué decir, o de qué hacer. Ni siquiera terminaba de entender qué era lo que había pasado. Pero sabía que no podía dejar a su esposo solo. Porque era su mimoso, y solo podía imaginar cuán confundido y dolido estaba. Solo recordar su mirada cuando estaba allí bajo la lluvia lo mortificaba. No había querido ser causante de esa mirada nunca, esperaba no verla de nuevo.
Tomó aire profundo y entró.
Se sorprendió al ver a Janick con los ojos cerrados en el suelo a mitad de la habitación, tenía las piernas cruzadas y brazos relajados, le tomó unos segundos entender que estaba meditando.
Dudó si interrumpir o no, pero antes de hablar Janick le ganó:
— ¿Quieres hablar?— Janick lo estaba mirando, aunque su mirada fría ya no estaba sus ojos no tenían el brillo de siempre y eso le dolía.
—Si, aunque ni siquiera sé como empezar, pero creo que es necesario—Chase lo vio levantarse mientras él hablaba. El menor se acercó a la cama y se sentó cerca de la orilla. Chase dudó unos segundos, pero cerró la puerta y se movió hacia él y se agachó en el suelo, para poder ver el rostro de su esposo—. Lamento lo que pasó, aunque ni siquiera entiendo qué fue lo que pasó… Pero sé lo que viste y sé que dolió verlo. No quiero que pienses que le correspondí en algún momento… Te juro que luché como pude… Siento que no haya sido suficiente.
— ¡Está bien!— Janick sacudió su cabeza—. Yo tampoco lo entiendo del todo, pero sé que lo que vi fue por el extraño poder de Aurélien, se que no querías hacerlo… Besarlo, lo entiendo…
— Mimoso… está bien si estás enojado conmigo.
— Está bien, estamos bien, no es tu culpa, no estoy enojado contigo, de verdad— Y sonrió. El corazón de Chase se apretó dolorosamente, porque jamás había visto a Janick fingir una sonrisa, era doloroso verlo, no quería verlo forzarse, no quería verlo fingir.
— ¡No!— Apoyándose en sus rodillas se levantó un poco y apretó las mejillas de su esposo—. No te fuerces a sonreír. Está bien si estás enojado, está bien si estás triste. De sólo imaginar verte besando a otro puedo imaginar lo que sientes ahora. Dejalo salir. Aceptaré todo.
Los labios del menor temblaron y como si hubiera esperado que terminara de hablar, comenzó a llorar.
— Lo siento, lo siento— Su voz temblaba y Chase se levantó para sentarse a su lado, abrazándolo como podía mientras dejaba que el menor ocultara su rostro en su pecho—. ¡Pero estoy tan enojado! Y a la vez tan triste. No dejo de verte besando a Aurélien cuando cierro los ojos, me duele, Chase. Siento que es estúpido, pero no puedo evitar sentirme así—Chase dio palmaditas tranquilizantes en su espalda, y escucho atentamente, aceptando el enojo y la tristeza del menor— ¡¿Por que tenias que bajar la guardia?! ¡Eres un estupido! ¿Es porque te sentiste atraído por él?
Chase levantó el rostro de Janick.
— Jamás Mimoso. Tenía curiosidad por su voz, pero eso era todo. Y, bueno…
— ¿¡Y que!?
— Estaba...Estaba un poco preocupado por ti hablando a solas con ese mocoso.
— ¿Qué?
— ¡Si, soy un estupido ¿Vale?! Estaba paranoico así que mi hermana me pidió salir a ver el carruaje...
— ¿Por qué estabas paranoico? ¿Creías que te engañaría o algo así?
— ¡No! Solo… — Chase bajó su mirada sintiéndose vulnerable, pero si no hablaba ahora sentía que todo empeoraría—. Me intento decir que soy un buen partido, pero...yo sé que sólo superficialmente lo soy, lo intento Janick, de verdad intento ser un hombre digno de ti, pero no creo poder serlo nunca, y aunque no conozco al mocoso ese, y aunque sé que estás dolido por él...tal vez puede ser mejor que yo, y si tus sentimientos por él volvían, no tendría como mantenerte conmigo…
La cachetada que siguió en su mejilla dolió y resonó fuerte en el cuarto, aunque la sorpresa fue mayor que el dolor. No había pensando en ser golpeado por Janick así.
— ¡¡Idiota!!
Chase aún estaba confundido tocando su mejilla.
— Me golpeaste...— Dijo no muy inteligentemente.
— ¡Si! ¡Y lo volveré a hacer si sigues diciendo cosas tontas! ¡Tu…! — Janick soltó un gran suspiro—. Sé tu reputación, sé lo molesto que puedes ser, pero...también sé cuánto me amas, y cuánto me cuidas. El que estés pensando así de ti mismo es estúpido y realmente lo odio...pero también sé que es por que me aprecias mucho. Sé que puedo ser totalmente mimado y honesto contigo, aunque a veces me cuesta serlo, me animas, no importa lo que diga o haga lo aceptas, igual que ahora...yo...
La mente de Janick se dio cuenta de una gran debilidad que su relación tenía, del porque habían logrado golpearlos así un plan tan estúpido.
Sabían que se amaban, pero aún no había una confianza mutua, no era miedo a ser traicionados, dudaban en ser completamente honestos por el otro porque temían llegar a ser odiados, y eso los volvía más inseguros. Tal vez era un tipo normal de inseguridad, el querer ocultar una parte que no aceptas de ti, porque sientes que sí ni tú lo aceptas él otro tampoco lo hará. Pero aunque fuera normal en cierto grado, Janick no quería ese tipo de miedo en su relación, no quería que algo así pasara de nuevo, no quería sentirse inseguro, no quería dudar ni fingir, y mucho menor quería que Chase sintiera que no era suficiente.
— Yo... Quiero que puedas ser completamente honesto conmigo.
— Claro que lo soy.
— ¡No me mientas! Chase...sé...sé que te contienes cuando lo hacemos, siempre me cuidas y priorizas lo que yo quiero— Janick movió sus manos para tomar el rostro del mayor, su mejilla aún ardía levemente, pero se sentía cálida bajo las manos de Janick—. No eres totalmente honesto conmigo, y crees que es por mi bien, pero por eso mismo estamos teniendo estas inseguridades, confía en mí Chase.
— Lo hago, te confiaría mi vida.
— Entonces deja de pensar que soy débil, o que me asustare o me enojaré si eres rudo y te dejas llevar...quiero, necesito sentir que podemos ser totalmente honestos con el otro. Así cosas así no volverán a hacernos sentir así.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué te preocupa eso ahora?
— Me preocupa desde siempre, pero ahora más que nunca. Es por culpa de esas cosas que ahora estamos así, que ellos pudieron hacernos dudar del otro. No quiero que lo logren, Chase… Quiero ser capaz de decir y actuar como yo mismo contigo, sin guardarme nada, quiero lo mismo para ti.
— Mimoso… Lo entiendo, lo que quieres decir, pero no es fácil...
— ¿Sabes? Kanye dijo que no podía satisfacerte, que no era más que un niño para ti, y luego te vi besando a Aurelien…. — Janick lo miró y sus ojos eran tan honesto que casi entendió como con los ojos podía ver tanto—. Quiero que me desees sin contenerte, sentir que solo me necesitas a mi. Por favor.
— ¡Ese maldito! No puedes creer lo que él dijo, mimoso— Chase se acercó a besarlo suavemente y sonrió—. Nadie nunca me excitaría como tú. Tienes razón, tal vez me he estado conteniendo, pero no me siento insatisfecho en absoluto, me gusta como son las cosas ahora, poder guiarte y hacerte sentir bien.
— Pero yo también quiero hacerte sentir bien, Chase. Quiero sentir todo lo que puedes darme— No sabía cuando lo había aprendido, pero sabía que dejar salir un tono un poco lastimoso era el empujón que Chase necesitaba, no era que estuviera fingiendo, realmente estaba rogando por él y si era honesto con eso era recompensado.
— Cielos, tú...— Chase lo besó de nuevo, mucho más profundo esta vez—. Solo prometeme que me dirás si es demasiado.
— ¡Chase! — Pero Chase solo lo miró, esperando su respuesta— ¡Lo sé, lo sé! Serías capaz de detenerte en cualquier situación si es por mi bien, lo sé muy bien.
— Estoy muy orgulloso de eso, no lo digas como cualquier cosa.
— No lo digo como cualquier cosa— Janick rozó la mejilla de Chase—. Sé que debería ser algo normal, pero siento que no todos allá afuera son como tú, agradezco estar casado contigo.
— Es lo mínimo que alguien debería hacer por respeto a la otra persona— Chase lo fue empujando hacia atrás con cuidado, hasta quedar recostado encima de él en la cama.
— Lo entiendo, lo entiendo, por favor— Janick se alegraba de verdad que Chase había sido excelentemente educado en ese sentido. Estaba seguro que era obra de Ayleen.
Se levantó un poco para besarlo, pudo sentir la sonrisa de Chase. Cuando le devolvió el beso, Janick sabía que la conversación ya había quedado atrás.
Chase comenzó suave como siempre, preparándolo y haciendo que su mente quedará en blanco; solo cuando su cuerpo estuviera relajado luego de un orgasmo Chase comenzaría a entrar, lento y constante, centimetro a centimetro; se detendría al menor signo de dolor en su rostro, pero nunca había mucho problema gracias al tiempo previo que se tomaba en relajarlo. Siempre avisaba antes de moverse, pidiendo permiso, dando una oportunidad por si ya no quería, incluso si ambos estaban duros y excitados, Chase decía que eso no significaba que quisieran penetración. Janick sonreía, lo besaba, o solo movía sus caderas, estaba vez suplicó, diciendo. si, y por favor, y solo muévete. Chase se movió constante y lento, incluso cuando se sintió bien, incluso si ambos eyacularón, Janick estaba algo decepcionado, Chase se había contenido de nuevo, no quería la misma sensación de ser el único que termina viendo estrellas. Pero entonces Chase lo volteó y lo posicionó en cuatro.
— ¿Puedo?
Janick estaba cansado, pero su cuerpo se estremeció con el susurro excitado de Chase.
— No necesitas preguntas.
— Creo que nunca se deberían no preguntar, pero tomaré eso como un sí.
Un beso en su cuello, una succión en su hombro, y Janick estaba gimiendo desde antes de ser penetrado.
— Si es demasiado...solo debes decirme— Gruñó Chase. Esta vez la velocidad subió, y los empujes eran cada vez más profundos y duros.
Janick abrió su boca sin poder contener los gritos, sus manos apretaban las sabanas.
— ¿Estás bien?— Las manos de Chase acariciaban su espalda, pero sus embistes seguían igual de veloces y profundos. Janick sabía que una palabra suya podía pararlo en un segundo, solo saber eso le daba la confianza suficiente para solo disfrutar.
— Si, cielos, si, por favor, no te detengas.
— Si no lo pides ni loco me detendré— Chase intercala embistes cortos y veloces, con unos más lentos y profundos.
Janick gritó y rogó por más. Había disfrutado cada vez que hacían el amor, nunca quedaba insatisfecho, pero hasta esta vez no creía poder estar más satisfecho, no sabía que había un placer aún mayor en solo aceptar todo lo que la persona que amaba le daba.
Cuando la tercera ronda llegó, Janick aceptó todo felizmente, incluso si se desmayó al final.
Y si eso despertó aún más la bestia lujuriosa y curiosa que Janick tenía dentro, el único culpable y el que debía hacerse responsable de eso era Chase.
***
Estoy un poco emocionada hoy, hubo unos días en que realmente pensé cerrar mi cuenta y abandonar las historias, pero acá vamos a intentarlo de nuevo.
Nada malo con mis historias, solo problemas en mi familia.
Siento si el capítulo tiene algún error, no duden en avisarme, espero ponerme al día pronto.
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