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Capítulo XV

Chase fue el primero en despertar. Lo primero que vio, fue a Janick acurrucado a su lado. Estaba seguro de que tenía una sonrisa boba en su rostro. Hablar cuando había dudas y problemas parecía muy buena idea ahora, sobre todo si terminaba en tan buenos resultados. Su imaginación no hacía justicia a la realidad, Janick había sido adorable y lindo como siempre, pero también sensual y honesto, más de lo que Chase esperaba. Había sido perfecto. 

Solo recordar todo lo encendía. Esos inocentes ojos azules se habían nublado por el placer, deseando por él. La dulce voz que amaba se había quebrado mientras sus manos recorrían el cuerpo pálido del menor. Y palabras demasiado honestas habían escapado entre gemidos mientras se unían una y otra vez, porque parecía nunca ser suficiente. Janick había sido cada vez más honesto con lo que quería y sentía, y había sido fácil complacerlo. 

Chase estaba más seguro que nunca de que era una persona bendecida con buena fortuna. Janick confiaba en él y era su esposo. A veces aún había un peso incómodo en su pecho por el miedo de defraudar esa confianza. No quería sobrepasar el límite y no controlarse. Porque su esposo era inocente e inexperto. Había abierto la puerta del placer por primera vez y ahora quería recorrer cada rincón, dispuesto a aprender todo lo que Chase quisiera. Tan obediente, tan ansioso, Chase había tenido que hacer uso de todo su control para no sobrepasarse. 

Estar casado, unido a sólo una persona, no está nada mal” El Chase del pasado se hubiera reído de ese pensamiento. 

Su estómago rugió, Chase se tensó inconscientemente. Incluso si estaba bastante feliz con todo lo que había pasado en ese cuarto, Janick parecía un poco (demasiado) curioso por todo. Chase lo entendía, en parte, su mimoso acababa de abrir una puerta nueva y placentera que quería atravesar una y otra vez, estaba más que feliz por cumplir con toda las expectivas del menor, y eso los había llevado a dormir unas horas y repetirlo… Varias veces. Y si era sincero estaba lejos de quejarse, pero como el mayor y más experimentado no quería presionar demasiado el cuerpo de su esposo. 

Su estómago rugió de nuevo, infeliz de ser ignorado. Frotó su abdomen como intentando calmarlo. No recordaba la última vez que había sentido tanta hambre ¿Fue demasiada actividad?  

Miró la hora en el reloj colgando de la pared y olvidó completamente que no quería despertar a Janick porque se sentó de un salto. 

— ¡Dioses! Ya es de mañana. 

Janick se movió a su lado, y aunque una parte de su mente estaba apreciando la  belleza de la mañana después, otra parte más racional estaba enfatizando que habían estado casi un día completo encerrados en la habitación ¡Y estaba seguro que todos en el palacio sabían que habían estado haciendo! 

— ¿Chase? 

— Buenos días, mimoso— Aunque prácticamente solo habían pasado unas horas desde la última vez que se durmieron. 

— Buenos días, Chase— Le dio una sonrisa dulce. Chase casi olvida respirar, pero se controló rápidamente. Debía ser un buen esposo y preocuparse del cuerpo del menor, no seguir fantasiando, ya habría tiempo después. 

— Ten cuidado al moverte ¿Quieres agua?

— Estoy bien—  Sé sentó con cuidado, haciendo un pequeño gesto que no pasó de inadvertido por Chase. Pero no parecía ser insoportable—. No sé si he dormido demasiado o demasiado poco. 

— Posiblemente ambas— Apuntó el reloj—. Nos saltamos el almuerzo y la cena de ayer… Y estamos a punto de perder el desayuno. 

— Vaya… — Janick dudó un momento—. ¿Crees que alcanzamos a hacerlo de nuevo?— La voz salió inocente y Chase gruñó, porque su cuerpo parecía querer apoyar a Janick, complacerlo hasta volver a estar agotados y dormir un poco más. 

“¡Control! ¡Solo mantén el control! Ya hicimos suficiente anoche, no puedes presionar más, debes poner límites” Recordó el gesto de Janick al sentarse. 

— ¡No! No hay tiempo. Hay que bañarnos para poder bajar porque estoy seguro que van a reírse. 

— ¿Por qué se van a reir? No hicimos nada malo— Estaba confundido.

— No te preocupes de eso, el humor de mi hermana se basa en reírse de mi por cualquier cosa que encuentra— Aunque últimamente había mejorado, pero no iba a confiarse. 

Ayudó a Janick a levantarse para bañarse. Casi entra con él, pero dudó en último momento. 

— ¿Está bien si entro contigo? 

— Claro. Oh… ¿Quieres hacerlo en el baño?  

—¿Qué? No, no lo decía por eso— En su mente apareció la imagen de su adorable y sensual esposo inclinado en la pared del baño con tentadoras gotas de agua deslizándose por su cuerpo.

Janick pareció decepcionado de su respuesta. 

— ¿No quieres hacerlo conmigo? 

— Sabes que no es eso— Chase miró la cara decepcionada de su esposo y sintió su control ceder, un poco. ¿Su deber como esposo no era también complacer a su pareja? El estaba muy bien con eso—. Bien. Ya has presionado suficiente tu cuerpo, pero podemos hacer otra cosa que se sentirá bien. Te enseñaré. 

Janick lo siguió obedientemente y Chase ahogó un gruñido. Por ahora se controlaría, era suficiente para él ver y escuchar al menor correrse. Tenía confianza en sus habilidades para complacer solo con sus manos y boca, estaba seguro que Janick disfrutaría de eso también. 

── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Habían llegado tarde al desayuno, pero Ayleen y Mathis seguían sentados y la comida aún estaba tibia, eso era suficiente para Chase. 

— Oh, buenos días— Ayleen no fue notoria, pero le dio a su hermano una mirada burlesca—. Casi creí que tampoco tendríamos su compañía para esta comida. 

— Si, si no supiéramos que estaban en su cuarto, habríamos estado preocupados—Mathis aportó innecesariamente, dando una sonrisa traviesa. Porque nada más verlos era obvio en que habían estado ocupados. Esa apariencia entre agotados y animados era inconfundible, Janick aún tenía un leve sonrojo en su rostro, lucía una sonrisa gigante y parecía caminar con cuidado. Chase aunque quería lucir enojado también tenía un brillo diferente y atento al menor. 

— Lo sentimos— Chase se disculpó por ambos—. Tenemos hambre ¿Podemos sentarnos aún? 

Chase sabía que era una falta de respeto llegar tarde a comer, sobre todo si los reyes estaban por levantarse de la mesa. Aún podían subir la comida a la habitación, pero prefería no estar en un lugar con una cama por ahora, al menos unas horas, su control se deslizaba demasiado fácil con un mimoso ansioso por probar cosas nuevas y había notado que el cuerpo del menor estaba un poco adolorido. 

— Claro que sí, adelante. 

— Gracias, muero de hambre— Janick se sirvió un plato rápidamente y comenzó a devorarlo. Chase siguió ese ejemplo, también moría de hambre. 

— Eso pasa por saltarse comidas— Ayleen regañó—. Entiendo que estén casados hace poco y quieran su tiempo, pero no descuiden su salud. 

— Está bien, no volverá a pasar— Chase murmuró un poco avergonzado. 

—Pero… — Janick lamió su labio, de forma inocente, pero Chase había seguido el movimiento y se distrajo de lo que su esposo estaba diciendo—. Podríamos pedir que dejaron la comida fuera de la habitación, no tendríamos que salir de la cama y podríamos seguir hacien-

Chase despertó a tiempo de su distracción y le tapó la boca. 

— No creo que debas hablar cosas así en la mesa. 

Ayleen y Mathis pestañeron un momento y luego rieron. Chase no pudo evitar sonrojarse. 

— Chase, no lo calles así, bruto— Ayleen regañó—. Y es una buena idea, Janick, solo tienes que avisar antes— Dijo aún riendo. 

Chase sacó la mano de la boca de su esposo. 

— No lo alientes, que no se acostumbre a hablar cosas así tan libremente. 

— ¿Por qué? Está bien ser honestos— Mathis seguía riendo. 

— ¿Lo ves? Mi familia siempre dice que sea honesto, la última vez que oculte algo terminé recibiendo una carta de compromiso de Loick, no voy a repetir eso. 

Chase se sintió mal. 

— Lo siento, no quería decir que no pudieras hablar de lo que quieras, solo que hay momento para hablarlos. Pero siempre que quieras decir algo estaré para escucharte. 

— Lo sé, gracias Chase. 

Janick sonrió dulcemente, Chase respondió la sonrisa. Era un momento tierno y amoroso, incluso los reyes no se movían para no interrumpir. 

Hasta que Janick dijo:

— ¿Ahora que ya comimos podemos volver a hacerlo? Se sintió bien cuando pusiste tu boca en mi-

Chase lo calló demasiado tarde. 

— Mimoso no. 

Ayleen carraspeó. 

— Eh, tal vez deba ir a firmar algunos papeles. 

— Te acompaño— Mathis se levantó y desaparecieron rápidamente intentando aparentar que no habían escuchado nada. 

— Oh dioses… — Chase sujeto su cabeza con los codos apoyados en la mesa.

— ¿Chase? 

— Mimoso, no preguntes ni digas cosas así con gente alrededor. Es incómodo para todos. Está bien disfrutar el sexo, pero no contárselo a todos. 

— Oh, lo siento. 

— Está bien, solo cuida decir cosas así, sobre todo si hay visitas que no sean nuestra familias… — Dudó, pensando en Corey—. En realidad incluso con la familia mejor no lo digas, si estamos solos no hay problema. 

Janick dijo que entendía, pero lo dijo mientras lo arrastraba de vuelta al cuarto en el que de nuevo no salieron por algunas horas. 

Chase no sabía si agradecer o no a su hermana cuando abrió la puerta y había una bandeja con sus almuerzos. 

Decidió agradecer, más tarde, claro. 

No iba a preocuparse, eran prácticamente recién casados, era normal y él era feliz de complacerá a su esposo, incluso si tenía demasiada estamina.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───


Chase estaba preocupado, más que preocupado. 

Ahora mismo estaba escondido en el salón de trabajo de Ayleen porque si no era por trabajo Janick lo seguiría y terminarían haciéndolo.

Era realmente malo en decir que no cuando veía al menor ansioso por hacerlo con él, sólo imaginar eso lo ponía duro ¿Era un adolescente de nuevo? 

— Esto se salió un poco de control… — Susurro asomándose disimuladamente por la ventana, Janick estaba muy atento a que seguía allí, como esperando el momento perfecto para cuando saliera y atraparlo ¿Era normal sentirse la presa? No estaba seguro de haber sentido eso alguna vez…  Y lo decepcionada su poco control. 

— ¿Un poco? — Ayleen lo miró acusadoramente—. Estoy muy feliz por ti y que tu vida matrimonial vaya bien, pero no quiero más avisos de que atraparon a mi hermano y su esposo teniendo sexo: En el establo, en un rincón del patio y por todos los cielos, Chase ¿¡La cocina!?

Chase se encogió de hombro. La mitad de él feliz de que sólo los hubieran atrapado esas veces y no en todos los otros lugares. La otra mitad de él encendiendose al recordar cómo conversaciones y acciones completamente normales habían terminado con ellos apretujados en alguna esquina y una pasión desenfrenada en la que no alcanzaban a llegar al dormitorio y que les hacía olvidar donde estaban. 

— No soy bueno diciendo no cuando dice que me quiere, mi mente se nubla, por eso lo estoy evitando.

— Me doy cuenta. 

— No quiero rechazarlo— Y en verdad no era como si pudiera hacerlo. Enloquecia al ver a su inocente esposo ansioso por él—. Y en verdad, soy demasiado débil ante él— Eso era vergonzoso, era el príncipe de Arysta, tenía un historial nada decente, había conquistado a más personas de las que quería siquiera contar, había rechazado a más personas de las que le importaba recordar… Y no podía decir que no a su adorable esposo. 

— Esto era divertido la primera semana. Ya no lo es.

— Creí que esto se calmaría cuando fuera el juicio de Loick— Pero para su suerte el consejo había alargado el juicio. Por alguna razón que aún sospechaba, el reino de Theo estaba ayudando a juntar evidencia contra Loick, y eran tantas que estaban teniendo problemas en revisarlas todas. Chase no sabia que tipo de estrategia era, nunca entendería ese reino.

— Lo bueno de eso es que es casi seguro que quedará encerrado, incluso pueden darle pena de muerte— Esos casos eran pocos, pero existían. 

— Sí, lo malo de eso es que en poco tiempo será el juicio real. 

— ¿Eso es malo? ¿No era lo que esperabas para que ustedes logren recuperar el control?

— Eso es bueno, lo malo es que vendrá Corey y Glenn ¡Si Janick sigue así para cuando lleguen van a matarme!

— Oh, en realidad eso es muy probable, has transformado a su adorable hermano, en un hermano que sigue siendo adorable pero prácticamente es un ninfomano. 

— Hey, no lo es. 

— Chase, creo que viene para acá y tiene cara de que quiere violarte…. ¿Por qué se ve adorable incluso con esa mirada? 

— Son misterios de su apariencia, de todas formas ¡Escóndeme! 

— Ya sabe que estás aquí ¿Cómo voy a esconderte? 

— Tienes razón, en realidad recordando algunas cosas ya estoy medio duro, ya descansé, podría sólo ir y… 

— ¡Demasiada información! ¡Controlarte! No tienes fuerza de voluntad y eso empeora todo. Eres el mayor y más experto, sé que lo cuidas, lo he notado, pero sigues cediendo cada vez que quiere… En serio no entiendo como no se cansan… oh, tengo una idea. 

Chase estaba distraído mirando la puerta, porque no había mentido, ya estaba duro, podían ir rápido al dormitorio, Janick quería, él quería ¿Quién se resistiría? Incluso aunque estaban algo desenfrenados se había controlado para no exigir nada vergonzoso, quería que si llegaban a eso fuera de a poco cuando Janick estuviera cómodo. 

— ¡Chase! — Ayleen golpeó su costado—. Estoy segura que sé lo que pensabas, controla tu mente, te digo que tengo una idea. 

— ¿Una idea? — Un Janick desnudo que dulcemente lo invitaba a la cama aún rondaba por su mente, sacudió la cabeza intentando concentrarse. 

— ¿No dijiste que tenía sentidos muy agudos y que valdría la pena que entrenará? Por estar con él has entrenado menos, podrían entrenar juntos y así de paso gastan algo de resistencia. 

— ¡Buena idea! ¿Por qué olvidé eso? 

— Estoy segura que es porque todas tus neuronas han pensando en solo sexo. 

Chase no pudo replicar porque tocaron la puerta. 

Ayleen enderezó su espalda y fue abrir con una sonrisa amable. 

— Hola, Janick ¿Buscas a Chase? 

— Hola, si, creí que ya estaban por terminar, se han tardado hoy. 

— Claro, pasa, hablen un momento— Mientras Janick le daba la espalda, Ayleen apuntó a Chase, su cuarto y luego su cuello. Chase lo entendió “Si hacían algo en ese cuarto iban a matarlo” 

— Hey, mimoso. 

Janick se acercó a él y se paró de puntilla para besarlo. Era adorable, Chase no dudó en alargar el beso y abrazarlo, sus manos en las caderas del menor, controlandose de no bajarlas.  

— ¿Me extrañabas? 

— Dijiste que sólo tardarías unas horas. 

— Lo siento, la reunión se alargó. 

— ¿Sabes? Siento que me estás evitando. 

Chase se tensó.

— N-no, claro que no. 

Janick lo miró a los ojos, si algo había aprendido era como Janick podía saber si mentía o no por sus ojos. 

— No es eso, solo que he descuidado mi entrenamiento desde que nos casamos. 

— Oh… Lo siento. 

— No es que me arrepienta de algo, pero estaba hablando con mi hermana ¿No habías dicho que querías entrenar? 

Janick dio una mirada aburrida. Eso lo confundió. 

— ¿Meditación? Ya estoy aburrido de eso, pero si crees que es necesario lo haré. 

— No, hablaba más de entrenar a pelear y manejar armas… ¿Meditación? ¿Eso es entrenamiento? 

— ¡¿De verdad?! ¿Puedo entrenar, realmente entrenar? 

— Eso estoy diciendo, si quieres, he disminuido mis entrenamientos y necesito ponerme al día, podríamos hacerlo juntos. 

— ¿No estás bromeando conmigo, verdad? Siempre he querido entrenar, pero nunca me dejan usar armas. 

— Eso he escuchado, puedo enseñarte lo básico, no sé bien porque tu familia no te dejaba, pero puedes aprender aquí. 

— Oh, cielos. Es como un sueño, he leído libros, sé cosas teóricas, pero no he podido practicar peleas o tomar un arma real para practicar. 

— Iremos lento, primero usaremos espadas de madera y avanzaremos de allí, tiene sentidos agudos, y aún si Loick está encerrado me sentiría mejor si sabes algo en caso que necesites defenderte solo. 

— ¡Entiendo, entiendo! ¿Cuando comenzamos? 

— Podemos intentar ahora— Janick parecía dudar—. ¿No quieres? 

— Creí que podríamos tener un tiempo a solas— Chase le había enseñado eso para no ser tan directos, aunque la mirada del menor dejaba claro que quería. 

— Claro, pero después de entrenar ¿Bien? 

—  ¿Lo prometes? 

— Lo prometo, vamos al campo de entrenamiento. Aunque primero un cambio de ropa. 

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

El entrenamiento fue realmente bien. Lo único malo había sido Chase distrayéndose con las grandes y aún inexpertas habilitados de Janick. 

Quería ir a Krusma y exigir saber porque no habían entrenado a Janick antes. El mimoso era un diamante en bruto. Aún no lograba un buen manejo de la espada, porque las veces que había logrado tener una en sus manos eran escasas, pero podía escuchar hasta el más leve movimiento y saber exactamente por dónde llegaría el ataque. Elegía movimientos correctos, sobre todo porque se ahorraba energía al no presumir movimientos elegantes que sólo desperdician tiempo con tal de verse bien, Chase a veces lo hacía, sabía que no había nada mejor que unos atractivos movimientos con la espada para conquistar a alguien. Por supuesto, ahora eso quedó en el pasado, dudaba que Janick se impresionara por eso y era al único que quería impresionar ahora. Janick se movía con una fluidez que no se esperaba de alguien que entrenaba por primera vez. Si fuera cualquier otra persona, Chase estaría celoso. Él había trabajado arduamente durante años y desde muy joven para llegar a un buen nivel, ahora era capaz de defenderse con facilidad de la mayoría de los enemigos, había encontrado pocos contrincantes que lo podían acorralar. Pero llegar allí le había llevado años de entrenamiento, sesiones extenuantes y constantes, había pasado los primeros años con llagas en sus manos y moretones en sus extremidades al repelir ataques. Habían contratado a los mejores maestros para guiarlo, algunos bastantes toscos y exigentes, varias cicatrices eran prueba de ello, si no fuera por su orgullo habría abandonado, pero ya que su hermana y su padre se esforzaban por el reino su pensamiento solía ser poder ser lo bastante fuerte para defender a su familia y a su reino, jamás lo diría, obviamente, solía decir que sólo amaba ser un buen luchador y presumir de eso, eso iba más con su forma de ser. Y sabía que no podía descuidarse, siempre habría posibles enemigos poderosos y debía estar preparado para eso. 

Janick estaba muy emocionado aprendiendo, y Chase era feliz de ser el que lograba esa sonrisa en su cara. 

Aún había cosas que podían mejorar, cosas que sólo la experiencia y la práctica lograrían pulir, pero Janick podía alcanzar un buen nivel en poco tiempo si sabía guiarlo bien. Chase nunca había considerado enseñarle a otra persona, era más de lucirse y no creía tener la paciencia ni el conocimiento necesario, sus maestros parecían demasiado amargados y sabios para compararse con ellos, pero ahora, mientras le enseñaba a su esposo, se daba cuenta que se sentía bastante bien enseñar a otra persona, incluso si era algo básico. 

Ahora mismo estaban teniendo una batalla de práctica, con espadas de madera e intentando solo hacer movimientos básicos para acostumbrarse a ellos. Chase estaba asombrado de cuán alerta debía estar para practicar con el menor. Sus pasos eran tan ligeros que costaba seguirlo con el oído, así que su vista estaba tanto en el arma como en el movimiento del menor. Si no fuera porque su fuerza seguía siendo mayor, podría haber hecho el ridículo. 

Detuvo el entrenamiento un rato después. 

— ¿Cómo lo hice? ¿Estuve muy mal? 

Chase acarició la cabeza del menor mientras reía. 

— No seas pesimista, pregunta que tan bien lo hiciste, porque lo has hecho bastante bien, vas a mejorar mucho si seguimos entrenando. 

— ¡No puedes arrepentirte! Mis hermanos jamás hubieran dejado que tomará un arma, incluso si es de práctica. 

— Pudiste usarla en Loick el día de la boda. 

— Fue una excepción porque perdíamos en número y solo debía ir por detrás ¿Pero practicar así? Movimientos de ataque y defensa ¡Es genial! 

— Te sobreprotegen demasiado. 

— Lo sé, y sé que es por mi bien, pero ya soy un adulto, ni siquiera dejan que vea sus prácticas. 

— ¿Qué? ¿Tus hermanos o tus padres? 

— Ambos, mamá discutía a veces, pero al final todos llegaban a la conclusión que era lo mejor para mí. 

Chase estaba preocupado de eso. Krusma parecía especialmente preocupada de mantener a Janick fuera de peligro, o que viera algo similar. Hizo una nota mental de preguntar cuando pudiera, era el mimoso, tal vez había tenido algún accidente con ver sangre o filos, no le extrañaría, pero no había visto nada raro en la práctica así que debería estar bien ahora. 

— Está bien, cuando mejores, podemos visitarlos o decirles que vengan y puedes hacer alguna demostración, que vean que ahora eres un adulto y puedes defenderte. 

— Oh, dioses, eso sería genial. Van a quedar asombrados. 

— Haremos eso ¿Quieres seguir entrenando un poco más? 

— ¡Bien!

 ─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Estuvieron practicando por horas, hasta que un sirviente les aviso que la cena pronto estaría servida. 

Se apresuraron a darse un baño rápido, o esa era la idea. Chase lo supo apenas vio los ojos oscurecidos de su esposo. 

— Lo prometiste. 

— Mimoso ¿No deberías estar cansado? 

— Lo estoy, pero eso no quita que también estoy excitado— Janick no estaba avergonzado de decirlo, porque era Chase y estaba bien ser honesto con él. Y sobretodo porque no veía malo estar excitado por su esposo, era un adulto ahora, y ya habían consumado su matrimonio ¡Y era Chase! Tenía una capa de sudor en su bien formado cuerpo, su cabello también lucía húmedo, parecía ligeramente agitado,su corazón saltaba al ver a su esposo así de atractivo. Janick estaba bastante contento con su suerte en la vida, tenía un esposo que muchos, y muchas, solo soñarían. 

— Lo entiendo, también lo estoy, pero no hay tiempo. 

— Pero Chase…

—  Lo haremos, pero después, mientras soporta unas horas con esto— Y Chase se arrodilló para tomar el miembro de su esposo en su boca. Janick no pudo seguir quejándose porque solo pudo gemir, no sabía si había algo que él mayor no hiciera bien, porque cada cosa que le hacía lo hacía ver estrellas. Era afortunado de tener un esposo experimentado. Incluso si sentía un poco amargo saber eso, ahora podía disfrutar de esos conocimientos. 

La idea del entrenamiento no había resultado del todo, pero era primer día, y Chase mejor que nadie sabía que los músculos reclamaban tarde. Poco a poco iban a ir frenandose, y la curiosidad de Janick disminuiría. Sabía que una parte de él iba a extrañar estos momentos, era como días de luna de miel que posiblemente no regresarían. 

Llegaron a tiempo al almuerzo. Aún que eso no quitaba que habían tardado mucho más de lo que se deberían en un baño rápido. 

— Casi creí que no vendrían— Ayleen alzó una ceja preocupada. Parecía darse cuenta que su idea no había dado frutos como esperaba. 

— Pero llegamos y es lo que importa— No quería más discusiones con su hermana sobre su control. Hoy había ido fácil, y el dolor muscular no aparecía hasta mañana, así que sabía que las cosas se irían calmando poco a poco. 

— Bien, si tu lo dices. 

Comieron en silencio los primeros minutos, Chase recordaba que antes podían estar toda la comida así, sin mucha conversación, pero no ahora. No desde que Janick estaba allí. 

— ¿Como fue el entrenamiento? 

— ¡Fue genial! Aún no puedo usar una espada real, pero Chase me está enseñando movimientos básicos para atacar y defenderme, y ejercicios para mejorar mi agarre con la espada. 

— Sé que debías entrenar, pero ¿Partieron por lo básico? 

— Nunca he entrenado con armas, solo he visto un poco en libros. 

— ¿Nunca? — Ayleen miró a Mathis— ¿Por qué? Eres un príncipe, incluso si eres el menor es normal que entrenen en dominar algún arma. 

— Tal vez él no quería aprender— Mathis murmuró. 

— Vamos ¿Viste su cara de emoción? Le gustan las armas. 

— Hermana, cálmate. 

— Ayleen tiene razón— Mathis miraba confundido a Janick— ¿Por qué tu familia no te dejaría aprender algo que quieres? 

— No es culpa de mi familia. Soy un poco torpe, mis hermanos creyeron que era muy peligro, y mis padres también, no soy de pelear ni nada de eso, así que nunca fue necesario, aprendí a hacer otras cosas. 

— Lo siento, no quise insinuar que era culpa de tu familia— Ayleen sonrió al menor—. Olvidó que su familia es tan especial, te aman. 

— Lo sé, son los mejores— Janick respondió con orgullo. 

— ¿Si no entrenaba con armas que aprendiste? — Mathis lucía curioso. 

— Meditación, idiomas, escritura, curaciones, me dejaban leer un montón de libros, ah, y cocinar, claro— Un fuerte golpe hizo saltar a todos.

Ayleen había bajado el vaso con tanta fuerza que el líquido había salpicado la mesa, una sirvienta se apresuró a limpiar. 

— ¿Sabes cocinar?  

 Janick asintió. 

 — Uh…no cosas muy difíciles, jamás he intentado algo muy difícil, pero me gusta cocinar postres, y puedo cocinar cosas sencillas…  

— ¿Por que aprendiste a cocinar?— Mathis lo miró interesado. 

 Janick se encogió de hombres. 

— Fue por Glenn, quería cocinar Manjar blanco. Había obtenido la receta de una de sus citas y quería intentarlo. Yo quería ayudarle, pero no me dejo— Janick sonrió como recordando algo divertido— Me dijo que podía quemar su obra de arte, así que preparará a parte mi postre, al final, él mismo quemó su obra de arte y la mía salió bien, luego todos insistieron en que cocinara más, sobre todo Corey, estaba muy feliz de que aprendiera algo que me mantuviera dentro de casa. De alguna forma le tomé el gusto a cocinar postres, hacía feliz a todos y se me daba bien

—¡Ahora que lo recuerdo! Prometiste dejarme probar algo de tu comida alguna vez— Janick le dio una sonrisa recordando lo mismo—. Siempre y cuando quieras y puedes, claro— Añadió para que el menor no se sintiera obligado—. Estoy seguro que todos seremos felices de comer algo preparado por ti.

Miró hacia Mathis y Ayleen y se sobresaltó ante la mirada de su hermana

— ¿Qué sucede?— La reina lucía entre sorprendida y molesta. 

 Mathis soltó una risa que se apresuró a callar ante la mirada de su esposa. 

 — Vamos, no es nada tan grave ¿Verdad, Chase? 

 Chase tardó unos minutos en entender. 

 — ¿Estás enfadada por eso? ¿En serio?  Ayleen hizo un mohín. 

 Janick miró a todos confundido y Chase se apresuró a explicarle. 

 —Mimoso, la dama aquí presente está enfadada porque ella es un peligro viviente en la cocina— Mathis volvió a soltar una sonrisa y a callarse ante la mirada de su esposa— Una vez intentó prepararme una cena para mi cumpleaños y nos quedamos sin cocina por un mes. 

 Chase aún recordaba ese momento. Al menos fue un gran cumpleaños, pocas veces se reía hasta que su estómago doliera.  

— ¿Es como Glenn? — Janick miró a la reina con inocencia. 

— Tal vez— Chase se alegró que Janick no se burlara de la situación. 

— No soy tan mala— Ayleen contesto sin mucho ánimo pinchando con el tenedor un trozo de carne— Nadie ha tenido la suficiente paciencia para enseñarme, se lo básico, mi problema está cuando mi plato se junta con el horno. 

— O la caldera— Aportó Chase.  

— El fuego en general— Está vez fue Mathis. 

— Eso no es tan malo— Janick no entró a las bromas y miró a la reina con suavidad—. Glenn se equivocaba en lo básico y con el fuego… podemos cocinar algo juntos alguna vez— Propuso sonriendo. 

Ayleen se animó. 

— ¿De verdad no te molestaría?—  Janick movió su cabeza. 

— Claro que no, será divertido.  

— Y peligroso— Mathis hablo queriendo ser serio pero la esquina de sus labios lo traicionaran—. No quiero perder otra cocina. 

 Ayleen mantuvo su mirada, entonces sonrió y se encogió de hombros. 

 — Yo pagaré está. 

 Chase sonrió, intentando recordar en qué momento la cena se convirtió en esto, pero le gustaba este ambiente hogareño. 

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Ayleen lo llamó más tarde a su estudio. 

— Mira…si es por lo que eres mala cocinera me disculpo desde ya. 

— ¡No soy mala cocinera! El fuego me odia que es distinto. 

Chase prefirió callarse antes de meter más la pata. 

— Y no es por eso, estuve pensando en contratar un maestro de la espada para Janick, le vendría bien aprender a manos de un buen instructor. 

— No. Yo le enseñaré. 

— ¿Tu?— Ayleen elevó una ceja—. No me fio de tu paciencia con Janick. 

— Yo y mi paciencia no tenemos problema siempre y cuando sea el mimoso, no sirvo para enseñar, pero la espada es diferente, amo entrenar y lo sabes, puedo enseñarle bien. 

 Ayleen lo miró unos minutos y suspiro. 

— ¿Por qué? 

— ¿Por qué amo la espada? 

— No, tonto ¿Por qué no quieres un maestro para Janick? 

Chase suspiro, debió suponer que no podía esconder algo de su hermana. 

— Janick es bueno en eso  

— Por eso te digo que…  

— Quiero ocultar su habilidad. 

— ¿Qué? ¿Ocultar que es bueno en la espada?— Ayleen lo miró como si le hubiera salido un tercer ojo. 

— No quiero ser negativo… pero si algo pasa alguna vez, quiero que estas habilidades sean sorpresa para el enemigo, Janick es bueno, no solo en la espada, sus reflejos, sus sentidos, tiene algo innato, nació con talento, pero su familia no lo saco a flote, quiero trabajar eso, darle confianza y darle el cómo defenderse. 

Ayleen le sonrió. 

— Comprendo, pero no podrás enseñarle todo Chase—  Chase iba a discutir pero su hermana elevó una mano deteniendo sus palabras. 

— Dejaré la espada a ti, pero quiero ayudar, él dijo que meditaba, y tu mencionaste sus buenos sentidos, buscaremos a alguien que enseñe…eso ¿De todas formas quien enseña meditación?—  Chase se encogió de hombros, él tampoco sabía. 

— Puedo preguntarle.  

— Hazlo, y buscaré más, cualquier habilidad que veas que podamos trabajar me la dices— Chase bufó. 

— Solo lo haces porque te enseñara a no quemar la cocina. 

— Si, puede ser, y porque es la persona más tierna que he conocido, tienes que admitirlo, hoy en día no hay muchos como él, estoy muy contenta de que se haya unido a nuestra familia. 

— Si, lo sé, pero no cambies el tema, lo estás mimado. 

— Tengo que admitirlo, entiendo su apodo, dan ganas de mimarlo. 

—Y él ama eso, lo vas a malcriar.  

— Tu lo corregirás— Ayleen lo miró sonriendo, no con burla o con diversión, sonriéndole con cariño— Es tu esposo, y es un buen hombre, se convertirá en uno cada vez mejor—  Chase enderezo un poco más su columna, orgulloso de cómo hablaban de su esposo. 

— Bueno, era por eso que te llamaba, puedes retirarte— Chase se despidió y se giró para salir pero la voz de Ayleen lo detuvo. 

— ¡Lo olvidaba! Mañana a la tarde tendremos invitados. 

Chase se giró, no era común tener invitados, a más que fuera gente importante  

—¿Quién viene?

— El segundo príncipe de Gusten y un par de sus amigos— Chase se quedó en su lugar esperando que Ayleen continuara, había algo más, lo sentía. 

— ¿Y qué pasa con ellos? ¿Problemas?

— No, tienen un buen negocio en mente y quiere que seamos socios, muy buen negocio, en serio

— ¿Y cuál es el problema?

— ¿Cuándo dije que había problema?  

— Hermana…— Murmuró Chase exasperado. 

— No estoy del todo segura, pero algo en ellos no me agrada, son muy… Estrictos en todo lo que es muestras de afecto públicas, incluso entre familias, y su reino… Hace muy poco aceptó la homosexualidad. 

— ¿Qué? ¿En estos tiempos? 

— Hay sitios peores, al menos ya lo permiten, pero el reino era la gran causa de que no hayan aprobado antes, de todas formas saben que deben comportarse, pero si notas alguna falta de respeto me avisas, estaré atenta. 

Chase asintió, sintiendo un poco de lastima por ese pueblo, esperaba que el rey y el primer príncipe no fueran así de cerrados de mente. 

— Bien, eso es todo, ve a diviertete—Ayleen le guiñó un ojo—. No te duermas tan tarde. 

—No lo haré— Probablemente si lo haría. 

— Si, como no. 

— Me retiro— Y huyó. 

 ─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

A la hora de la cena Chase obligó a su esposo a usar un traje, realmente obligó porque Janick odiaba los trajes y eso no había cambiado. 

 Chase anotó en su cabeza comprar telas extranjeras para fabricar los trajes del menor, había oído de telas incluso mejores que la seda, iba a traerlas para Janick, y así ahorrarse hora y media de molestias. 

 — ¡Los invitados deben estar por llegar!— Avisó apresurado—. Termina de abotonarte la chaqueta, voy a bajar primero—  Janick asintió aún amurrado—. No será tan malo—  Janick volvió asentir, como si usar un traje ya fuera la cosa más horrible de la cena—. Te lo compensaré, lo prometo—  Ahora, estaba seguro que vio una sonrisa allí, eso era buena señal para esta noche.

Chase bajó a tiempo para ver a sus tres invitados saludando a los reyes. 

 — Chase, justo a tiempo ¿Dónde está tu esposo?— Ayleen pregunto. 

 — Arriba, ya viene.

— Bueno, al parecer ellos llegaran tarde— Chase se dio cuenta que Mathis tampoco estaba—. Bien, te presento a nuestros invitados en esta cena— Apuntó al joven de piel bronceada y ojos grises, su cabello castaño muy corto con el traje que obviamente lo diferenciaba de sus invitados—. El segundo príncipe de Gusten, Gael— El joven tendió su mano y Chase la recibió

— Chase, príncipe de Arysta, mucho gusto.  

— Igualmente— Su voz era firme y su mirada segura, pero había algo en el joven que no le gustaba del todo, la esquina de sus ojos parecían estrecharse dando un toque ligeramente brusco y cruel. 

Ayleen prosiguió, esta vez apuntando al joven de piel pálida, con el rostro salpicado en pecas y ojos claros, no habría nada especial en él si no fuera por su cabello rubio oscuro. 

 Ayleen se quedó en blanco y miró a Gael. 

 — Llegaste justo cuando iba a presentarse…— Le dijo a Chase, y miró al joven que movió su cabeza pero no pronunció palabra, Ayleen se giró a Gael para la presentación. 

 — Lo siento, mi amigo aquí no habla— 

— Oh, lo lamento— Ayleen dijo rápidamente. 

 — No, no, no es que sea mudo, el canta, canta muy hermoso, y para cuidar su voz no habla, es difícil mantener una voz como la suya.  

— Oh, comprendo, eso es fantástico, queda poca gente con buena voz hoy en día. 

—Exacto—Gael apuntó a su amigo

—Él es Aurélien, fue mi compañero de juegos en mi infancia y hoy es mi mejor amigo— Ayleen y Chase se presentaron, y Aurélien dio una leve sonrisa, no parecía muy sociable, pero al menos era cortés. 

 — Y aquí, mi otro amigo— Gael se giró hacia el invitado que faltaba, tenía la piel incluso más bronceada que el príncipe, ojos oscuros y cabello muy negro, ningún rasgo destacaba por sí solo, pero todos juntos daban un toque especial, Chase lo encontró extrañamente familiar.

El príncipe continuó su presentación: — Se unió a mi reino luego de un problema en su reino de origen, hemos estado juntos desde entonces…  

El ruido detrás de ellos hizo girar a todos. 

Cuando se giró, miró de abajo hacia arriba: Lo primero que vio fue el libro en el suelo, de seguro Janick lo había traído por si se aburría, lo segundo fue como el cuerpo del menor estaba paralizado, y lo tercero, la mirada asustada en el rostro de su esposo.  

— ¿Mimoso?—  Se preocupó cuando el menor ni siquiera reaccionó a su voz, él miraba directamente detrás de él, al último invitado.  

— K-Kanye— La voz sonó tan obstruida que casi no entendió el nombre. 

Y cuando lo entendió lo inundó la rabia, girándose a la persona que lastimo tanto a su esposo en el pasado. 

El rostro del mencionado estaba desencajado en una fea mueca que dejaba muy claro su enfado. 

 — Niñita— La voz no tenía ni una pizca de otra emoción que no fuera rabia y asco. Y la mirada de Janick le avisó que estaba a punto de ver a su esposo llorar.

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Hola de nuevo. 

Hay doble capítulo así que no me entretendré aquí para poder ir a subir el otro. 

Gracias por leer, sé que son poquitos los que siguen esta historia, pero lo agradezco mucho y les aseguro que sin importar cuantos queden esta historia la seguiré, lento, pero seguiré hasra su final. 

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