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Capítulo V

Janick se aferró al brazo de Chase mientras saludaban a uno de los tantos invitados.

La última fiesta mensual de los reinos se celebraba justo antes de su prueba antes el consejo de ancianos, prueba que, si era superada, permitiría que estuvieran casándose al día siguiente.

El brazo que estaba afirmando se deslizó suavemente fuera de su agarre, dejándolo con los brazos vacíos.

"Bueno — Pensó con amargura —, casamiento que tendré si pasamos la prueba y si Chase deja de comportarse como si yo fuera una peste"

Janick dio una pequeña, falsa, sonrisa mientras se retiraba y caminó a la mesa de bocadillos, entreteniendo allí un rato.

No pudo evitar que sus pensamientos vagaran.

Él era quien debía estar enfadado por el beso, en cambio, era Chase él que se estaba distanciando, lo apartaba si intentaba abrazarlo y se alejaba cuando iba a darle un beso en la mejilla. Estaba intentando hacer su mejor esfuerzo para que nadie se diera cuenta de la distancia entre ellos, pero Chase seguía alejándose y haciendo el abismo más evidente.

Miró hacia donde estaba Chase y se sorprendió al notar que este también lo miraba, agitó su mano y sonrió, pero Chase giró su rostro ignorándolo. Janick dejó caer su mano y no pudo evitar morder su labio para no decirle unas cuantas verdades.

"Bien, sé que nunca había dado un beso, además fue él quien me beso, pero ¿Tiene que hacer tan evidente que le doy asco? ¡Cielos!"

Sus propios pensamientos le provocaron ganas de llorar, dejando el plato que había llenado de comida en la mesa y se apresuró fuera del salón antes de hacer un ridículo, otra vez.

No podía evitarlo. Las palabras de Kanye retumbaban en su mente, haciéndole pensar que seguramente este matrimonio era un sacrificio para Chase. Se había esforzado en ser amable, intentando ayudarlo solo por su amistad con Corey, pero había llegado a un límite y vuelto a demostrar ese odio que siempre estuvo allí entre ellos.

Agradecía que esta fiesta fuera en su palacio porque podía ir a su habitación sin problema, después de todo, desde hace meses que se encerraba en su cuarto en estas fiestas así que nadie cuestionaría su ausencia.

Loick no había aparecido, y eso, más que animarlo, le daba escalofríos. Se lo imaginaba detrás de un escritorio planeando algo, y estaba seguro que ese algo no era nada bueno.

Llegó a su cuarto y entró dejando junta la puerta, se tiró a la cama sin siquiera encender las luces.

Las lágrimas quemaban en sus ojos y no aguantando más, las dejo salir.

Esta era una de las razones porque las que odiaba a Chase, además de Kanye era la única personas que lo hacía sentir tan estúpido e indeseado.

Por un corto tiempo realmente creyó que Chase era diferente a como siempre lo había visto, pero después de esa ceremonia, después del maldito beso, Chase se había vuelto mil veces más odioso que de costumbre. Es más, Janick casi deseaba que regresa el Chase que se burlaba de él y se llevará a este que más que odiarlo parecía detestarlo y quererlo a mil kilómetros de distancia.

Unos toques en la puerta lo hicieron levantar su cabeza de la almohada. La voz de su madre se escuchó detrás de la gruesa madera:

—Janick, cariño ¿Estás bien?

Janick negó, pero se dio cuenta que no lo veían. Su familia podía tratarlo como un niño, pero cuando no era necesario no entraban a su habitación sin permiso. Respetaban su espacio, sobre todo con su trauma con las puertas cerradas. Él agradecía esa privacidad.

—No— Y la palabra salió tan rota que hasta él se dio cuenta que tendría un ataque de llanto.

La puerta se abrió rápidamente y Meg se asomó.

Tenía el cabello ondulado, y unos ojos celestes que Janick siempre alababa, pero ahora ni siquiera podía hablar por lo que no podía darle el elogio que merecía.

La luz se encendió cegándolo momentáneamente.

Su madre llegó a su cama y abrió sus brazos. Janick no dudó en refugiarse en ellos y largó a llorar.

—Vamos, cariño ¿Qué pasa? Habla con mamá.

— Chase me odia— Sollozó.

— Bueno, esa no es novedad, siempre están peleando— Su madre dio caricias calmantes en su espalda que lograron controlar su llanto un poco.

—No, mamá, no así, ahora es peor, ni siquiera me deja actuar para la boda, se aleja de mí como si me quisiera en cualquier parte menos cerca suyo.

Su madre suspiró.

—Si...lo he visto un poco raro, pero había cambiado contigo...creí que esto iba a salir bien.

—Yo también lo creí—Un sollozo escapó de sus labios y cerró los ojos intentando detener las lágrimas.

—Cálmate, cariño, todo estará bien, nada de esto es culpa tuya ¿Has intentado preguntarle qué sucede?

— ¿En qué momento? Siempre que me acerco a él se va, no me deja ni hablarle.

—Quieres... ¿Quieres cancelar el compromiso?

—No, yo no quiero, esto me salva de Loick...pero Chase tal vez quiere cancelarlo... y entonces tendré que casarme con Loick....

— ¡¿Qué?!— La voz de Corey lo hizo dar un respingo. Miró sobre el hombro de Meg para divisar a un Corey que lucía sorprendido—. ¿Qué es eso de casarte con Loick, Janick? No me digas que ahora estás de acuerdo con ese bastardo.

—No, claro que no.

Corey lo vio fijamente identificando sus lágrimas.

— ¿Qué sucede?—Luego se acercó y se sentó junto a él, justo al lado de Meg, y Janick movió un brazo para sentir a su hermano cerca—. No, no lo digas, esto es cosa de Chase ¿Verdad?

Janick asintió.

—Pero no es su culpa.

—Claro que lo es ¿Qué dijo?

—Nada, ese es el problema.

Corey elevó una ceja, viéndose confundido, trasladó su mirada a su madre.

—Chase lo está evitando, lo hizo sentir mal ¿Qué es mal con tu amigo? Creí que habías dicho que podíamos confiar en él y ahora parece que quiere cancelar su compromiso con Janick.

—No quiere cancelarlo...a mí no me ha dicho nada— Janick sintió caricias en su cabello mientras su hermano hablaba—. Él va a ayudarnos con el problema de Loick, no es de los que abandonan a la mitad, confía en mí.

—Confió en ti— Janick tuvo que detenerse a sorber su nariz, agradeció a su madre cuando le pasó un pañuelo—, pero será difícil casarme con alguien que ni siquiera deja que tomé su brazo.

Corey bufó.

— ¿El no deja que...? Pero si él... ¡Dioses, ese imbécil!— Corey se levantó de un salto—. Esperen un momento, y Janick deja de llorar, tú no has hecho nada malo, voy a hablar con él y solucionar esto.

Janick vio a su hermano salir tan rápido que con suerte divisó su espalda antes de que desapareciera.

—¿Lo ves? si Corey dice que esto está bien es porque lo está.

—Uh-hu.

— ¿Ha mentido alguna vez?— Su madre insistió.

—Nunca.

—Entonces confía en él, y como él dijo deja de llorar, no conozco mucho a Chase, pocas veces hable con él cuando Corey lo traía a cenar, pero te aseguro que debe haber una buena razón, nadie es tan estúpido como para apartar a mi niño de su lado.

Janick quería decirle que esas personas si existían, en su pasado y ahora en el presente, pero prefirió callar y asintió, volviendo a refugiarse en sus brazos y cerrando los ojos antes de recibir más las caricias calmantes.

Sí es que la boda continuaba, como estaba planificado, no sabía que haría cuando no tuviera los brazos de su familia para esconderse de los problemas.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Chase continuó hablando con distintas personas sobre negocios y comercios, eran temas que distraían su mente, o mejor dicho ayudaba a que su mente se enfocará en algo más que cierta persona.

El Comerciante frente a él tenía buenas ideas y precios bajos, podría hacer un bien al reino, hizo una nota mental de hablarle de esto a su hermana.

—Por cierto— Dijo el hombre con una sonrisa alegre—. Felicidades por tu pronta boda.

Chase apretó los labios para no gruñirle al hombre.

¡Cielos! Había logrado tener su cabeza aparte de ese asunto por media hora y se lo recordaban.

Su mente volvió a llenarse de imágenes del mimoso, algunas inocentes, otras no tanto. Y entonces recordó el beso, la sensación de sus labios, el brillo en sus ojos, su sabor. Repentinamente su estómago hormigueo y sintió su pulso acelerarse.
Suspiro resignado, ya no sabía cuánto tiempo iba a seguir negando esto pero cada vez era más difícil. Ni hablar de los ojos llenos de tristeza del mimoso cuando lo alejaba por miedo a sus propias reacciones.

"Joder, alguien máteme pronto"

Era imposible negarlo, El ya no odiaba a Janick él lo deseab... No podía terminar esa frase, no aún, se contentaba con pensar que no lo odiaba, lo demás lo vería después, cuando no sintiera que ardía de pies a cabeza cuando su futuro esposo lo abrazaba.

Dándose cuenta que no sentía al mimoso cerca se giró a buscarlo, la mesa de bocadillos fue el primer lugar que miró, se había dado cuenta que Janick no estaba cómodo en multitudes y se entretenía comiendo. Pestañeó confundido cuando no lo vio, dio un giro rápido alrededor del salón pero no lo divisó en ningún lado. Una parte de él entró en pánico, Loick no había aparecido pero eso no significaba que no estuviera allí, era un bastardo escurridizo.

"Cielo, Cielos, Cielos—Su mente pensaba mientras su cuerpo se llenaba de miedo—. ¿Que sí se llevó a Janick a algún lado? Tal vez le hizo algo ya ¿Cómo lo perdí de vista? ¡Mierda!"

En medio de su pánico caminó al balcón recordando que Janick había dicho que era arrastrado allí, suspiro de alivio cuando no vio a nadie, pero la preocupación seguía en su pecho.

Se giró para volver al salón y buscarlo a otro lado, y sofocó un grito cuando vio a alguien en la entrada.

— ¡Jodido infierno! ¡Corey! Casi me matas de un infarto.

Corey hizo una mueca y gruñó.

—Lástima que no fue así.

Acostumbrado a la reciente hostilidad de su amigo pasó por alto esas palabras.

—Bien, dejando mi muerte de lado, uh...no quiero asustarte ni nada...pero ¿Has visto al mimoso? Lo perdí de vista un momento y no sé dónde está... ¿Loick no ha aparecido, cierto?

—No, no ha aparecido y Janick está en su habitación....

El alivio lo inundó, hasta que Corey siguió hablando:

—...Llorando.

— ¿Qué?—El momento de sorpresa fue seguido por la rabia—. ¿Qué pasó? ¿Alguien le hizo algo? ¿Fue Loick?

— Oh, claro que alguien le hizo algo ¡Tú!

Chase abrió la boca pero nada salió de ella, la cerró y volvió a abrirla pero el sonido seguía sin aparecer. Corey aprovechó de seguir hablando.

— Tú y tu maldita actitud, lo encontré llorando en su habitación con nuestra madre, todo porque tú lo tratas como si tuviera una enfermedad contagiosa y lo quisiera en otro reino.

— No...yo....

— ¿Yo? ¡Yo! No me vengas contigo ahora mismo, ves todo solo desde tu maldito y conveniente punto de vista, no piensas en nadie más y ahora tienes a mi hermano encerrado en su pieza pensando qué hará si cancelas el compromiso y tiene que casarse con Loick.

—Yo no voy a cancelar el compromiso y dejarlo en manos de Loick. No lo haría, lo sabes.

— ¡Lo sé! Pero él no lo sabe, creo que es comprensible, ya que has estado tratándolo como una escoria últimamente.

—No lo he tratado así.

— ¿No?—Corey enarcó una ceja—, y seguro que tampoco estas evitado que te toque ¿Verdad?

—Eso es...diferente....

— ¿Qué tiene de diferente?.

"Mucho, demasiado"

Estaba seguro que si Corey entraba a su cabeza y veía sus recientes pensamiento que tenía hacía el mimoso tendría un infarto, y eso si no lo mataba antes.

—No es como si fuera necesario que ande colgándose de mí todo el tiempo.

Apartó la mirada avergonzado de sus palabras, simplemente no tenía un argumento a su actitud, hasta él sabía lo tonto que estaba siendo, pero simplemente temía perder el control si Janick seguía muy cerca suyo.

— ¡Es Janick! Le gusta estar cerca de todo el mundo, sentirse protegido y tú serás su esposo y no dejas ni que te toque ¿Qué se supone que tiene que creer? ¿Qué será feliz y estará bien?

—Yo no planeaba hacerlo sentir mal.

—No, pero lo hiciste, al punto de hacerlo llorar, y no creo que hayas olvidado mis palabras ¿Verdad?

Chase negó, no las había olvidado.

« Hazlo llorar y yo mismo hago una guerra en tu contra» La voz de Corey había sido fría y segura cuando le dijo eso. Chase no dudaba de esas palabras, y sabía que nunca las olvidaría.

—No era mi intención hacerlo sentir mal— Dijo de nuevo sin saber qué más decir, él mismo estaba consternado por lo que había provocado.

Nunca había sido su objetivo hacer llorar al mimoso.

"Si, bueno—Interrumpió su mente—, tal vez si lo he pensado, pero no era un llanto de tristeza.... ¡¿Que jodidos estoy imaginando?! ¡Dioses!"

Intentó concentrarse en otra cosa, las líneas del suelo eran muy interesantes en este momento.

—No me importas tus intenciones, me importa mi hermano, y hasta que no me expliques que fue lo que provocó esto no te dejare en paz.

Chase lo miró a los ojos, sin saber que decir, y entonces lo vio, ese brillo de sabiduría en los ojos de Corey, el maldito lo sabía, y quería que él lo dijera.

—Tú ya lo sabes.

—No, no lo sé con seguridad— Esa curva de sus labios no hacía muy confiables sus palabras.

—Déjate de bromas.

—No bromeo, te dije que quería una respuesta antes del matrimonio, solo faltan dos días ¿Cuál es tu respuesta?

Chase gruñó.

— ¡Sabes cuál es! ¡No lo odio ¿bien?!—Pasó a su lado dispuesto a ir a ver a Janick, pero un brazo lo detuvo.

—Entonces deja de comportarte como si lo hicieras, dejaré pasar el llanto de Janick esta vez...pero no habrá segunda vez Chase —Unos fríos ojos grises lo miraron, inmovilizándolo—. Podremos no ser uno de los reinos más poderosos, pero ten por seguro que cuando se trata de mi familia, sobre todo de mi hermano menor, moveré cielo, mar y tierra para verlo sonreír, y si me debo mancharme de sangre para tenerlo a salvo, lo haré con gusto ¿Queda claro?

Chase asintió y vio el brazo bajar, aliviado comenzó a caminar en busca de su futuro esposo. Tenía cosas que arreglar.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Corey vio hacia atrás para ver a su amigo desaparecer entre la multitud, y dio una sonrisa mientras se apoyaba en la baranda.

Lo reconocía, al principio el plan parecía lógico, no le gustaba, pero era una buena forma de salvar a Janick. Aunque eso significará entregarlo a su mejor amigo, y eso estaba bien, porque había visto que Chase realmente no odiaba a su hermano, solo le era difícil aceptar la amistosa forma de ser de Janick.

Pero después de esa cena, después de ver esa mirada en la cara de Chase, no le había parecido tan bien. Siempre había pensado en Chase como otro, posible, hermano mayor para Janick, él había estado bien con eso, pero nunca había esperado a Chase interesándose en su hermano. No podía culparlo. Janick era especial, cualquier hombre que las suficientes neuronas sabría ver el gran regalo que era. Solo que era su amigo, su muy promiscuo amigo interesado en su inocente y dulce hermano menor. Eso había destrozado sus nervios.

Hasta que vio el beso en la ceremonia de compromiso. Chase era un promiscuo, o solía serlo, pero siempre había sido discreto, y nunca, en todos sus años de amistad, había visto los ojos de Chase brillar de ese modo luego de besar a alguien.

Su sonrisa se agrandó, aligerando un peso que siempre había estado allí. La meta que se había impuesto como hermano mayor era que su pequeño hermano encontrara a un buen hombre, para él que su mundo fuera Janick, que no pensara en nada más que en él y le dedicara su vida. Tenía que encontrarlo, o no podría dejarlo ir en paz.

Por casualidades del destino lo encontró, estaba seguro, él no fallaba en estas cosas, esa persona estaba tan cerca que no lo había visto. Chase era el indicado para Janick.

Sonrió, mirando el cielo, intentando centrarse en la felicidad. Ignorando el dolor en su pecho, ignorando el pensamiento detrás, él iba a estar feliz por su hermano, tenía que serlo.

"Mi hermano" se recalcó así mismo incómodo.

Poco tiempo después, vio a su madre volver al salón, se alejó de la baranda mientras comenzaba a caminar.

Una cosa era aceptar que había encontrado al hombre correcto para Janick. Y otra muy distinta era aceptar que se aprovecharan de Janick bajo el mismo techo. Quién sabe lo que Chase hará cuando esté a solas con Janick.

Sobre todo porque conocía a su amigo, se podía mover muy rápido si quería algo, no era la personificación del control y Janick era lo suficientemente inocente para dejarse llevar.

Justo cuando iba a llegar a la puerta, un grupo de comerciantes lo acorraló dándole ideas y pidiendo negociar.

Corey gruñó mentalmente. Esperaba no llegar tarde.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Janick sintió el colchón del lado derecho al hundirse. Su madre había salido cuando Chase había pedido hablar con él.

Ahora estaba acostado y tapado hasta sus hombros, se había acomodado para dormir después de calmarse, Chase había arruinado sus planes y esperaba que no fuera para humillarlo porque odiaría tener que dormirse llorando. Eso siempre hacía que sus ojos ardieran y su cabeza doliera por la mañana.

— Corey habló conmigo.

Janick asintió. Esa parte la sabía.

— No quería que te sintieras mal, yo solo....

— No tienes que obligarte, si quieres romper el compromiso, dímelo, puedo intentar llevarme bien con Loick— Dudaba que eso fuera posible, pero no quería que el mayor se sintiera obligado a casarse.

— ¡No! ¿Que?— El rostro de Chase se contrajo enfadado— ¿Has pensado en aceptar a Loick? No puedes hacerme esto, yo estoy revolviendo mi cabeza y tú...

—Tú me has evitado...digo, si me odias puedes decirlo, no es como si fuera novedad, pero prefiero que me odies a que me detestes.

En realidad preferiría volver a ver a ese Chase amable, que era torpe a su alrededor, le había gustado ese Chase. Pero si ese Chase no estaba, podía soportar al odioso.

— No te detesto, y no te odio— Lo último fue un susurro, como si a Chase le costará decirlo en voz alta.

— ¿Entonces porque me tratas así? ¿Por qué me evitas?

— Es porque te...uh....comportas así, te pegas a mi todo el tiempo, eso es... extraño ¿Está bien?

Janick lo sabía, Chase desde su primer encuentro había dejado claro que odiaba su actitud.

—...Lo siento...yo...voy...evitar hacerlo si te molesta.

— ¡No!

Janick se sobresaltó por la vehemencia en la voz.

— Lo siento, digo, no tienes que cambiar, yo...—Chase suspiró—. Voy a acostumbrarme está bien, solo debo acostumbrarme — La boca de Chase quedó abierta como si fuera a decir algo más, pero luego la cerró, no habló hasta después de varios minutos—. ¿Sabes? Mi mamá murió cuando yo era pequeño...y mi papá se encargó del reino mientras mi hermana me cuidaba...mi familia no es... cariñosa, nos queremos, claro, pero no lo demostramos como ustedes — Chase rió—. Lo juro, más de la mitad del tiempo quiero matar a Ayleen, siempre se está burlando de mi....

Janick lo miró horrorizado:

— ¿Por qué quieres matarla si la quieres?

—Es una forma de decir, mimoso, como cuando quieres golpear a tus hermanos.

— ¡Yo nunca he querido golpear a mis hermanos!

Corey y Glenn se preocupaban tanto de él que debía ser un malagradecido si un día quería golpearlos.

— Mmm...Sí, debí imaginarlo, creo que tú nunca has pasado por eso, algunas veces los hermanos pueden ser molestos.

— ¿Crees que Corey y Glenn piensan que yo soy molesto?

Eso realmente le preocupaba, es decir, ¡Dioses! Los buscaba la mitad del tiempo para preguntarles cosa tontas y la otra mitad esperaba que ellos lo ayudaran, consolaran y defendieran.

No se dio cuenta que tenía el ceño fruncido hasta que sintió la mano de Chase acariciando su frente.

— Estoy seguro que tus hermanos no pensarían que eres molesto ni en un millón de años. Cielos, ellos darían su vida por ti, te adoran.

— ¿En serio lo crees?

—Estoy seguro— Entonces Chase detuvo su mano en su mejilla, y Janick pudo ver la culpa brillando en sus ojos-—. Estuviste llorando, lo siento.

Janick sacudió la cabeza.

— Yo debí haber intentado preguntarte las cosas antes de sentirme mal.

Y entonces Chase hizo algo repentino, se inclinó y besó primero uno de sus párpados y luego el otro.

Cuando terminó no se alejó, se quedó cerca, casi juntando sus frentes, parecía avergonzado, pero seguro.

— No, yo debí decirte algo, avisarte. Reaccione mal, lo siento, jamás pienses que te odio, mucho menos que te detesto.

— Pero tú me odias—Remarcó.

— Ya no— Chase suspiró y el cálido aliento rozó sus labios, estaban demasiada cerca—. Yo....

Janick giró su cabeza queriendo alejarse, podían volver a estar bien, pero ¿Quién sabe? Tal vez si se besaban de nuevo Chase volviera a evitarlo, era mejor alejarse, sobre todo por el extraño deseo que lo invadía, deseo de querer otro beso.

— ¿Qué pasa?— Chase movió su cabeza para que quedaran de frente de nuevo, Janick apretó los labios sin querer contestar y desvió la mirada—. Ahora, tú eres el que me evita, mimoso.

— No, no lo hago— Se sorprendió cuando al decir eso se había inclinado demasiado, quedando nuevamente demasiado juntos. Su cuerpo se estaba moviendo sin su consentimiento.

Vio los ojos de Chase bajar mirando sus labios e inclinarse hacia adelante, pero Janick fue más rápido y ayudándose de los hombros de Chase se movió hacia atrás, alejándose.

—...Mimoso... ¿Me odiaste cuando te bese?— Los ojos de Chase se quedaron mirándolo fijamente y Janick tragó.

Jamás había visto los ojos de Chase tan vulnerables, no era como si fuera muy evidente, Chase parecía querer ocultarlo, pero con su habilidad podía distinguir el miedo y la incertidumbre danzando detrás de esos ojos esmeraldas.

—No yo...

— ¿Tú, que?— Chase hablaba tan cerca, casi susurrando, y cada vez que abría sus labios el cálido aliento rozaba su rostro, tentándolo a inclinarse hacia adelante y recibir otro beso.

¿De qué servía negarlo? Se había sentido bien, demasiado bien. Y ahora no estaban frente a cientos de personas, no se sentiría humillado.

—Yo...no se dé esto....y tú te pusiste raro después del beso.

Los labios de Chase se curvaron en una sonrisa atractiva.

— ¿No sabes nada de besos?

Janick no se atrevía a moverse ¿Era idea suya o Chase estaba cada vez más cerca?

— No te burles....

— No lo hago... —Por la sonrisa feliz en su rostro, sin duda se estaba alegrando de tener nueva información para molestarlo— ¿Y? ¿En serio? ¿No sabes nada de besos?

Esa sonrisa era molesta y Janick frunció un poco las cejas, molesto.

—No, no de ese tipo de beso. Solo los de mi familia ¿Feliz?

—Oh....entonces hay que practicar.

Janick lo miró, confundido.

—Ya sabes...si vamos a casarnos...tendrás que acostumbrarte a mis besos... como yo me acostumbrare a tus abrazos.

Eso parecía una estupidez, pero tenía cierto sentido.

Janick iba a decir algo, como que tal vez, solo tal vez, era una mala idea, pero sus labios se vieron sellados por Chase y sus ojos se cerraron casi automáticamente.

Era solo una pequeña presión, y tal como la primera vez los labios de Chase eran un poco ásperos y calientes. Despertaban algo dentro de él, un deseo de querer lamer y saborear que nunca lograba saciar.

Le gustaba degustar cosas nuevas, por eso la mesa de bocadillos era su parte favorita en las fiestas, pero siempre en una parte de su mente estaba ese extraño deseo de lamer cosas, como con Kanye, y el deseo de esa época de lamer su piel. Ahora su lengua quería salir y saborear los labios de Chase, pero no se atrevía a moverse y terminar el contacto.

Chase podría volver a su modo odioso en cualquier momento, era mejor aprovechar al máximo.

"Solo es una práctica" Pensaba su mente, pero comparado con los sentimientos que despertaba el beso no quería hacerle caso.

Estaba esforzándose en controlar su deseo de lamerlo cuando algo caliente y húmedo rozó sus labios, instintivamente abrió su boca, y la lengua entró. Pudo distinguir el sabor de Chase, lo recordaba de la ceremonia, había quedado grabado en su mente, un rico sabor a menta que lo hacía temblar.

Su cuerpo ardía y se estremecía disfrutando el beso. No sabía que un contacto que parecía tan simple pudiera hacer vibrar su cuerpo de esa forma.

Un sonido se escuchó, uno que él nunca había oído. Era un sonido tan bajo y ronco que le tomó un momento darse cuenta que había sido Chase. Parecía un gruñido, y no se escuchaba como un gruñido molesto, al contrario, algo en ese sonido lo instó a dejar pasar por su garganta un sonido propio, no le salió un sexy gruñido como a Chase, salió un sonido extraño que jamás creería que era suyo, como palabras amortiguadas.

La lengua de Chase rozó la suya, y esta vez no se alejó, incluso movió su propia lengua queriendo saborear también, era su oportunidad, impulsó su lengua un poco hacia afuera, hacia el rico sabor de Chase.

Unos sonidos de succión y humedad parecían hacer eco en sus oídos, y calentaban más su cuerpo. Su cara ardía y sentía su miembro punzar, una sensación que pocas veces experimentaba y que siempre lo avergonzaba.

Se había tocado a sí mismo sólo cuando era necesario, y podía contar esas veces con ayuda de sus dos manos.

La falta de aire lo hizo alejarse un poco, impulsando a Chase hacia atrás, mientras jadeaba un poco y abría los ojos. Su garganta volvió a hacer ese ruido amortiguado mientras veía los ojos de Chase de un verde profundo como nunca había visto.

Jamás alguien lo había mirándolo de esa forma. Loick solía tener un leve brillo así, pero siempre estaba teñido con maldad y crueldad, en Chase solo había deseo, nada más que deseo por él.

Sabía lo que era ser amado, su familia lo amaba. Pero nunca había sido el objetivo del deseo de alguien.

— Chase....

Pero nada más salió de sus labios porque Chase volvió a atacar su boca, Janick movió sus manos como para empujarlo, pero por alguna razón, en vez de ir a los hombros, sus brazos envolvieron la espalda, acercándolos más.

Dioses ¿Un beso tenía que sentirse tan bien? ¿Todos los besos eran así o solo Chase lograba estas sensaciones?

Chase volvió a hacer ese sonido primitivo y Janick fue cayendo hacia atrás en sus almohadas, con Chase sobre él, como si no pudiera soportar separarse ni un centímetro.

La sensación de una mordida en su labio inferior lo sorprendió un poco, y ahora sí lo empujó. Abrió los ojos viendo a Chase a poca distancia suya.

—Me mordiste— Susurró, asombrado y confundido.

—Lo siento—  voz de Chase sonaba baja y ronca, como si estuviera intentando retener algo—. ¿Te hice daño?

Janick negó, le sorprendió que la mordida ardiera pero no había dolor, su labio solo se sentía sensible en ese lado.

—Que bueno— Chase volvió a besarlo, moviendo su lengua tan adentro como podía, y entonces sintió una mano bajando por su abdomen y luego rozar su miembro, una sacudida involuntaria estremeció su cuerpo.

La sábana que lo cubría había desaparecido en el calor del momento ¿En qué momento había perdido su manta?

—Relájate, mimoso, no te haré daño— Chase depósito besos en sus mejillas y mentón, y comenzó a bajar por su cuello, dejando suaves y breves besos mientras la intrusa mano se deslizaba dentro de sus pantalones, acariciando sobre la ropa interior.

— ¡Oh, Dioses! Chase, espera ¿Qué estás haciendo?

— Mimoso, solo siente y acepta mis disculpas.

Janick mordió sus labios intentando acallar los sonidos que se deslizaban por su garganta. Era solo una caricia sobre la ropa, una firme, pero suave caricia que hacía que su cuerpo se estremeciera violentamente.

Unos besos en sus labios cerrados lo obligaban a relajarse, pero no abrió su boca esta vez. Temía de que los extraños nudos que sentía en su garganta salieran como sonidos que lo avergonzaría.

— No te contengas, mimoso.

Janick dejó escapar los sonidos de su garganta, extraños y suaves sonidos que no tenían verdadero sentido, pero que al parecer hacían a Chase feliz. No entendía que en esos extraños ruidos podía alegrar a Chase, pero al menos no se estaba burlando de él, así que no profundizó en ese pensamiento.

La sensación de ardor se concentró en su columna lumbar y bajó hasta su ingle, cada vez más intensa, al punto de ser insoportable.

— ¡Ah! Chase... de-detente, tienes que parar, mi cuerpo...— Su voz perdió coherencia y comenzó a mover su cabeza de un lado a otro, desesperado de las sensaciones que invadían su cuerpo, de las pocas veces que se había tocado, nunca fue así de intenso. Lo asustaba.

—Eso es mimoso, déjalo salir — Chase introdujo unos dedos bajo su ropa interior y se deslizó para tocar su miembro directamente. La sensación de una mano ajena tocándolo sin ropa de por medio lo hizo mover sus caderas. Un firme agarre y unas cuantas caricias más y antes de darse cuenta estaba gritando y viendo estrellas. Unos segundos después juró que volvía a escuchar un sexy gruñido.

Se quedó tumbado mirando el techo, intentando enfocar la vista mientras jadeaba.

Su cuerpo se sentía como gelatina y no tenía fuerza para otro movimiento que no fuera respirar, pero escuchó algo muy parecido a un lametazo, y se obligó a mirar hacia Chase.

— Sabe dulce, mimoso, como tú.

La cara de Janick ardió cuenta se dio cuenta de las manchas en la mano de Chase, y del como él lamía su mano sin perturbarse.

Janick se sentó rápidamente, olvidando colocarse bien la ropa en el proceso, su cuerpo poco a poco había vuelto al control.

— ¡No puedes estar lamiendo eso!

— ¿Por qué no?

Janick apretó los labios.

— Sabes porque....

— No, no lo sé— Chase estaba sonriendo, burlándose de él.

Janick suspiró resignado, prefería a este Chase que al de los últimos días.

Su mente aún se sentía confundida, Era primera vez que se venía por la mano de alguien, y era un asombroso descubrimiento.

— Joder, esto se siente un poco pegajoso.

— No debiste lamerlo— Murmuró sabiendo que su rostro quemaba.

—No mi mano, mimoso— Chase tomó su mano con su mano limpia y la llevó a su propia entrepierna, Janick abrió los ojos e intentó zafarse, pero solo logró forcejear. Estaba bien que Chase quisiera tocarlo, pero él no se sentía con ganas de tocar de vuelta. Pero cuando su mano se apoyó en la entrepierna del mayor, sintió la humedad en su palma.

En algún momento de todo, Chase también se había corrido.

—Tú... ¿cuándo...?

— Cuando te vi correrte— Chase se inclinó y depositó un suave beso en sus labios—. Debo decirlo, te ves muy lindo cuando llegas al clímax, muy lindo.

Janick se sonrojo e iba a responder algo cuando la puerta de su habitación se abrió tan fuerte que rebotó en la pared.

—¡Joder! ¡Corey!— Chase se quejó enfrentando a Corey, mientras que con una mano lo tapaba con la sábana. En ningún momento se alejó de él—. Creo recordar que hay que tocar la puerta antes de entrar al cuarto de alguien.

Janick ahora si que estaba avergonzado, porque recordaba que la puerta siempre estuvo entreabierta. ¿Y si hubiera entrado alguien más hace solo unos segundos?

Corey ignoró el comentario de Chase. Estaba jadeaba, como si hubiera corrido hasta la habitación.

—Espero que no hayas hecho nada... —Murmuró después de un momento y luego frunció la nariz y olfateó un poco. Janick también lo hizo, el olor a semen llenó su nariz justo antes de que la cara de Corey se desencajara entre sorprendido y confundido, para luego transformarse en un estupendo y maduro tomate—...No...no lo hiciste ¿Verdad?— Tartamudeó otras frases sin sentido antes de reaccionar y enfrentarse a Chase—. ¡Dime qué jodidamente no lo hiciste, Chase!

Chase parecía un poco cohibido y Janick olvidó su propia vergüenza, ahora temía que el Chase que lo evitaba volviera, pero entonces Chase se volvió a verlo y sonrió.

—Si, lo hice, aunque solo lo acaricie un poco, tú eras el que quería que me arreglara con el mimoso, así que me disculpe con él— Chase encogió de hombros—. A mi manera.

— ¡No te dije que hicieras...!— Corey se bloqueó, como no pudiera ni decir la palabra que estaba en su mente—.... que te aprovecharas de él.

—Yo no lo forcé a nada ¿O lo hice mimoso?— Chase tenía un leve tono de duda y en sus ojos brilló la inseguridad.

Janick negó rápidamente, estuvo confundido, y se asustó de las intensas sensaciones, pero nunca fue forzado. Había disfrutado cada segundo de ello. Demasiado.

Corey gruño a Chase.

— Sabes a qué me refiero.

— ¿Qué? Me hiciste darme cuenta que era estúpido evitar su toque...así que me resigne y ahora lo toque yo ¿Qué tiene de malo? Digo, Dioses, Corey, me voy a casar con él en menos de 48 horas, debemos acostumbrarnos a ser más íntimos.

— ¡Tú, maldito!— Corey tomó a Chase por el cuello y comenzó a arrastrarlo a la puerta, en último momento Corey se giró a él y Janick sintió su rostro arder, avergonzado de que su hermano supiera lo que pasó, pero se alegró de no ver disgusto o rabia en el rostro de Corey—. Janick, date un baño antes de dormir ¿Entendido?

Janick asintió rápidamente y no pudo evitar suspirar aliviado cuando Corey dejó su puerta junta. Por unos segundo creyó que en su descontrol, Corey podría cerrar la puerta.

— ¡Nos vemos mañana a las nueve!— Se escuchó el grito de Chase y luego algo parecido a un golpe, seguido por un ruido adolorido de Chase.

Aún estaba consternado y confundido de lo que había pasado en los últimos minutos. ¿Cómo rayos había llegado Chase de odiarlo a hacer que se corriera?

Chase habló de una disculpa, y la repentina y malvada idea de enojarse a propósito pasó por su mente, él no se quejaría si Chase quería disculpar de nuevo. Su rostro ardió con lo que acababa de pensar, pero no se sentía mal, de sus pensamiento un poco, pero definitivamente no del toque, no era como cuando Loick intentaba tocarlo, con Chase se sentía un poco avergonzado, incluso cohibido, pero no mal, no abusado o humillado, es más, estaba relajado.

Se sentía bien. Muy bien.

Mordisqueó su labio y se levantó hacia el baño, intentando pensar en otra cosa que no fuera los repentinos cambios de actitud de Chase y el cómo el toque de su mano lo hacía ver estrellas. Estrellas muy brillantes.

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Chase restregó su cara mientras sentía el carruaje comenzar a moverse.

De nuevo lo había hecho, primero un beso y ahora caricias íntimas, no era como si lo lamentara, cielos, su pene se llenaba de solo recordar las reacciones y sonidos que hacia el mimoso, pero odiaba perder su autocontrol cuando estaba muy cerca de él.

Tiró la cabeza atrás y cerró los ojos.

Se sentía pegajoso y el semen comenzaba a picarle, pero eso no importaba, lo importante aquí era cómo reaccionar después, poner distancia no era una opción, haría sentir mal a Janick y se auto prometió evitar eso, pero tampoco era como si pudiera ir donde Janick arrodillarse y decirle que lo qu... ¡Oh, cielo! Ni siquiera podía terminar la frase en su cabeza.

Masajeó el golpe en su nuca, siseó cuando tocar cierta zona dolió. Corey necesitaba hacer algo con su ira, en serio, él no era un saco de boxeo.

Dejó salir el aire lentamente y luego volvió a mirar el paisaje.

Mañana era la prueba del consejo de ancianos, y tal vez esa prueba lo ayudará a aceptar más sus sentimientos y entender que debía hacer después.

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Capítulo levemente editado. Gracias a las personas que han llegado hasta este capítulo.

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