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|~° Mi Amado Vampiro °~|

Narra Rubius

A la mañana siguiente desperté en una cama sin Vegetta a mi lado, mire a mi alrededor para ver si estaba por aquí pero no logré verlo, así que me levante con cuidado y salí de la habitación, escuché algunas risas y voces en la cocina/comedor, así que me dirigí hacia allá.

-Hombre, la bella durmiente ha despertado- Dijo Willy al tenerme en su campo de visión

-Buenas noches Rubius, ¿Qué quieres cenar?- La estrepitosa risa de Fargan se escuchó

-Dejadle en paz- Se quejó Vegetta y se acercó a mi con una taza de café en sus manos, la cual me dio

Agradecí la taza con una sonrisa y sople un poco para luego beber, sabía delicioso, así que seguí bebiendo con tranquilidad.

-Bueno, ya acabé, tengo que salir a buscar lo necesario para la pócima- Hablo el albino y se levantó de su lugar

-Alto, Willy... Antes de que te vayas necesito hacer una pregunta- El chico que conocí como "Thomas" detuvo a Willy -Rubius... ¿Fuiste mordido o esto es hereditario?- Me miró y sentí las miradas de todos sobre mi

Comencé a toser, casi me ahogaba con el café en mi boca y sobre todo al notar que Vegetta me observaba preocupado. Estire un poco mi cuello hacia atrás para dejar a la vista mi cuello con dos marcas rosadas ahí, escuché el suspiró aliviado del ojimorado.

-Fui mordido de camino a mi casa, a través del bosque... Mi madre no es vampiro y que yo sepa mi padre tampoco lo era- Explique mirando a los 4 chicos

-Bueno, si es así, te ayudaré- Dijo Thomas con una sonrisa y salió del lugar con Willy y Fargan

Mire a Vegetta que permanecía quieto en su lugar, me acerque a él y me senté a su lado. Puse mi mano en su mejilla y acaricie suavemente.

-Note tu preocupación, ¿Por qué? Tu ya sabias que había sido mordido- Dije tranquilo, no quería hacerlo sentir regañado

-Es que... Thomas me dijo eso ayer y sentí temor de sus palabras, olvide lo que me dijiste y me enfoque en eso, no recordaba que habías sido mordido... Lo lamento- Puso su taza en la mesa y su mano se posó sobre la mía en su mejilla

-No te disculpes, no hiciste nada malo- Sonreí y dejo un beso en mi mano

Luego de esa pequeña charla seguimos bebiendo café, nos dimos una ducha y salimos a pasear por el pueblo. Mucha gente se acercaba feliz a nosotros para saludar a Vegetta, comentando hace cuantos años no lo veían y cosas así, casi nadie me había notado, y sinceramente lo prefería así, al menos hasta que una chica se acercó a nosotros.

-Michelle... Sigues hermosa- Vegetta miraba a esa chica con una cara de tonto enorme

-Vegetta, tu tampoco has cambiado, sigues igual de guapo- Note el sonrojo en las mejillas del mayor

Mordí mi labio con celos y vi como ambos se acercaban para unirse en un abrazo. Me sentí incomodó al notar el sentimiento con el que se abrazaban, así que lentamente me fui alejando de ellos. Llegué hasta la puerta de la muralla y me abrieron, así que salí de ahí, solamente daría un paseo.

Mientras caminaba por el bosque vi algunos animales salvajes y muchas flores, algún que otro zombie que logré eliminar sin dificultades, hasta que encontré un hermoso y tranquilo lago en medio de todo, tenía una pequeña cascada.

-Es hermoso...- Hable solo para mi y sonreí

Me despoje de mi ropa y metí al agua, estaba fría, pero era soportable. Estuve ahí unas horas, hasta que note que comenzaba a anochecer.

Salí del lago e intenté secarme, me puse mi ropa y mire a los alrededores, no recordaba por donde había llegado. Camine recto de donde estaba parado, tal vez si no encontraba el pueblo podría subir a un árbol alto y buscar la muralla desde arriba.

-Mierda... No debí alejarme tanto- Me regañe mientras caminaba

La noche había caído y yo no podía ver bien entre las ramas del espeso bosque, suspiré y las palabras de Vegetta golpearon mi cabeza.

-Es muy peligroso estar aquí de noche... Será mejor que encuentre el pueblo ya antes de que me meta en problemas- Comencé a correr más rápido, mis manos sudaban por los nervios

Mientras corría caí por un barranco, no era tan alto para matarme, pero si para joderme un pie.

-Joder, tanta mala suerte que tengo, solo falta una hor...- Me quedé callado al escuchar los gruñidos de muchos zombies acercarse

Rápidamente me levanté y camine cojeando, mi pie dolía. Rezaba todo lo que sabía por llegar a salvo al pueblo.

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