Narra Rubius

Esa noche la pasamos todos en la celda, cada uno acurrucado con su pareja, aunque Mangel y Lolito mantenían a Alex entre ellos para darle calor. Yo tenía mi cabeza en el cuello de Vegetta, ese lugar me gustaba mucho y era muy calido, solté un suspiro sin darme cuenta de que eso provocaría que mi pelinegro se despertase.

-No hagas eso, me haces cosquillas- Una risilla y la voz ronca me asustaron -Perdón chiqui, te asuste... ¿Estás bien? ¿No puedes dormir?- Preguntó notablemente preocupado

-No... Estoy algo preocupado por lo que pasará después de esto- Dije y me separe un poco para poder mirarlo a esos hermosos ojos morados

-Ven aquí nene- Dijo abriendo sus piernas

De inmediato me senté entre ellas, pegando mi espalda a su pecho, metí nuevamente mi cabeza en su cuello y cerré mis ojos. Él comenzó a dar suaves caricias en mi cabello, lo que me relajó al instante.

-Intenta dormir chiqui, mañana será un día pesado- Sus caricias realmente me relajaban

No escuchaba más que su respiración tranquila y los latidos de su corazón, caí rendido en sus brazos.

[...]

-¡Despierten todos!- Ese molesto gritó hizo que me exaltara, abriendo mis ojos de golpe

Mire a mi alrededor, todos estaban aún sentados, el único loco de pie era Luzu, ni Auron estaba despierto. Todos comenzamos a quejarnos por no querer levantarnos.

-Por dios Luzu, calla tu boca o te la callo yo- Un molesto Auron miro de mala manera a su pareja

-¡Que podemos irnos a casa! Merlon dijo que buscará una solución para Rubius, podremos regresarlo a como era antes- Dijo el próximo alcalde muy feliz

Sentí una suave respiración en mi cabeza, así que me gire a ver y era Vegetta que seguía cómodamente dormido. Reí suavemente y levante mi cabeza para dejar un beso en su barbilla.

-Despierta moradito, podemos irnos ya- Dije con una leve sonrisa y volví a dejar otro beso

-Ustedes dos son realmente una ternura, deberían casarse ya y tener 2 hijos- Habló Fargan mirándonos sin su máscara

-Joder... ¿Qué hora es?- Habló el mayor detrás de mi

-No pasa del medio día- Habló Willy mirando a través de las rejas

-Podemos irnos a casa ya- Sentí como soltaba lentamente mi cintura

Me puse en pie y estire mis músculos, había tenido una buena noche a pesar de haber dormido en el suelo. Todos comenzamos a salir del edificio, mientras me dirigía hacia mi casa sentí una mano tomando mi muñeca, al instante me gire para mirar a quien me había frenado.

-Osito, me preguntaba si tú... Bueno, si... ¿Quisieras quedarte unos días en mi casa?- El peli-flama me miraba con ojos suplicantes

-Vegettita, me encantaría, pero no puedo dejar a los lobos y a Juan Carlos solos- Dije con una sonrisa que pedía perdón

-¡Llevemoslos con nosotros! No me molesta que vayan con nosotros, yo se que ellos son importantes para ti- Su sonrisa sincera me dio a conocer que estaba dispuesto a soportar a mis mascotas

-Esta bien, pero necesito que me ayudes a llevarlos- Abracé su cuello y deje un beso en su mejilla con total cariño

Él soltó una risita y volvió a besar mi mejilla, tomó mi mano y comenzamos a caminar hacia mi casa, charlabamos de cosas triviales. A los minutos ya estábamos en mi casa, tomé una mochila y metí bastante ropa, tome a Juan Carlos y le puse la correa con la que solía pasearlo.

-Oye, ¿Tetrapack también puede venir?- Dije mordiendo suavemente mi labio

-No se por que siempre les pones nombres raros a tus animales- Dio una leve carcajada -Claro que puede venir cariño, a Vicente le alegrara tener compañía- Dijo manteniendo su sonrisa

Termine de alistar mis cosas y con todas mis mascotas salimos de casa, subí la mochila en la silla de Tetrapack y comenzamos a caminar hacia casa de Vegetta.

[...]

Luego de un rato habíamos llegado a la enorme muralla protegida, subimos a Tetrapack con mucho cuidado y lo metimos al corral donde estaba Vicente, los 4 lobos se fueron a curiosear por el lugar y Vegetta me abrió la puerta de la mansión.

-Bienvenido a tu hogar temporal, sabes donde esta todo, así que puedes tomar lo que quieras cuando quieras- Tomó mi mochila y la llevó a su habitación