|~°Mi Amado Vampiro°~|
Narra Vegetta
-Cuando desperté, estaba aquí en casa... No se como, no entiendo como llegué aquí, pero Ricardo estaba conmigo- Miró al cachorro que dormía plácidamente con los otros 3 lobos
-Chiqui... Entonces, ¿Eres un vampiro?- Me separe de él
Me miró, sus ojos desprendían miedo, abrazo sus rodillas y escondió su rostro. Su espalda comenzó a subir y bajar, estaba llorando.
-Soy un monstruo... Soy un jodido monstruo- Su voz salió completamente rota -Por favor... Vete, no quiero que me veas así- Se levanto rápidamente y corrió hacia su habitación
Me apresure a tomar su muñeca y jalarlo hacia mi, lo pegué a mi pecho y abrace su cintura.
-Te jure que no te iba a dejar- Susurre en su oido -No eres un monstruo, osito... Fue un accidente- Sentí sus lágrimas sobre mi pecho
-No puedo ir al banquete hoy, todos van a correr de mi- Dijo y se aferro a los bordes de mis pantalones
-Vamos nene, no te pongas así- Recosté mi barbilla en su cabeza -Hagamos esto, vayamos a disfrutar de la cena y te prometo que estaré a tu lado toda la noche- Deje besitos en su cabeza
-¿Estás seguro? No quiero arruinarte la noche- Se separó un poco de mi para mirarme
Solté suavemente su cintura y con mis pulgares limpie sus lágrimas, tomé sus mejillas y deje un beso en su frente. Él sonrió y se puso de puntas para alcanzar mis labios y dejar un beso en ellos, cerré mis ojos y le seguí el beso con lentitud, quería transmitirle mis sentimientos.
Al separarnos sonreí y deje un corto beso en sus labios otra vez.
-Ponte más lindo bebé, vendré por ti antes de que caiga el sol- Él asintió
Nos separamos ambos y camine a la puerta, Rubius venía detrás de mi, me abrió la puerta y salí, sentí su mano tomando mi guante.
-¿U~un último be~beso?- Su carita sonrojada me mataba de ternura
-Todos los que tu quieras, nene- Sonreí y me acerque para volver a besar sus labios
Abrazó mi cuello con delicadeza, este beso duró más que los anteriores. Cuando nos separamos, ambos sonreímos y esta vez si me aleje de su casa, tenía que correr a darme una ducha y arreglarme para el evento
[...]
Estaba en mi amada muralla, había tomado un baño, me había puesto un pantalón ajustado blanco, una camisa morada y un chaleco blanco, obviamente con mis botas. Arregle mi cabello y suspiré, debía irme ya o llegaría tarde con Rubius.
Cambie la silla de Vicente por una impecable y lo monte, de inmediato salimos de casa rumbo a la de Rubius, desde la muralla se veían las luces del pueblo y se escuchaba algo de música.
Llegue a la casa del osito en unos minutos y baje de mi caballo, camine hacia la puerta y toque suavemente.
-¡Ya voy!- Se escucho el gritillo del chico en la casa
-No tardes nene, nos esperan- Dije fuerte para que me escuchara
Los 4 cachorros corrieron a la puerta.
-Hola Ricardo, hola Ricardo Jr., hola J.J., y hola Coringa- Dije mirando a los 4 lobos
-¡Estoy listo! Vamonos- Salió de su casa. Dios de mi vida... Estaba hermoso
Un traje igual al mío, pero negro, con la camisa y corbata verdes. Su gorro no estaba, en lugar de ello tenía su cabello peinado.
-Woow... Te ves... Hermoso- Susurre y tomé sus manos
-Tu también te ves muy guapo- Dijo sonriendo y me besó
Cerré mis ojos y disfrute del beso al máximo.
-Vamonos ya, o se nos hará tarde- Dijo cuando nos separamos
Aún tomando sus manos lo jale conmigo hacia donde estaba Vicente, lo ayude a subir con cuidado y luego subí yo. Andamos hasta el pueblo y al llegar bajamos, él tomó mi brazo y yo sonreí, caminamos juntos hacia nuestros amigos.
-¡Han llegado! ¡Vegetta y Rubius llegaron!- Grito uno de los aldeanos y todos se giraron a vernos
-Buenas noches, ¿Que tal?- Salude yo con una enorme sonrisa
Rubius apreto suavemente mi brazo, a lo que le regale una sonrisa intentando relajarlo.
-¡Chicos! Pensamos que ya no vendrían- Dijo Alex con diversión
-Que mala gente- Dije yo y le di un golpe juguetón
-Rubiuh, que guapo que vienes hoy- Habló Mangel mirando a mi acompañante
-Te me calmas, mi niña, que prometiste estar a ladisimo mío- Habló Lolito
-Por dios, señor Vegetta, que Sexy está usted- Se me acercó Fargan jugando
-Pero mirate, pequeño búho, tú no vienes nada mal- Dije jugando
Era una especie de juego entre él y yo, así era desde que nos empezamos a llevar bien. Rubius sólo les sonrió a todos sin despegar sus labios y saludo con su mano.
-Pero madre mía, me voy de viaje y ustedes ya están juntos, me siento excluido- Habló Willy, mi mejor amigo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro