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Capitulo Cinco.

Mientras Encre estaba en el castillo de Fallacy como su sirviente los padres de él no tenían mucha suerte, ya que de camino al refugio habían muchos peligros siempre se encontraban con brujas desagradables, manadas de hombres lobos que eran agresivos con todos los que pasaban por sus dominios entre otras criaturas desagradables que a cada paso impedían que los pobres mortales llegaran a un destino seguro, pero aun así Eterna se las arreglaba para deshacerse de esas abominaciones, solo faltaban algunos senderos para poder llegar sus cuerpos estaban cansados ya que no habían dormido nada la noche anterior.

-Señor, señora Comyet ya casi llegamos al refugio, resistan pronto descasaran- necesitaba calmar el amiente ya que esas ultimas horas habían sido sumamente estresantes.

-Sí, estamos exhaustos...- el noble se encontraba detrás de la cazadora mientras caminaba tenia cargada a su esposa la mujer se encontraba dormida en la espalda de su marido.

-Encre, Encre, no te lo lleves....- hablaba entre sueños, leves lagrimas se asomaban por sus cuencas cerradas -Por favor no...-

El escuchaba hablar a su esposa entre sueños, se repetía una y otra vez mentalmente que su hijo estuviera bien, que fuera fuerte que pronto se volverían a encontrar, el noble juro clavarle una estaca en ese corazón negro que portaba Fallacy en el pecho, el señor Comyet ya no aguantaba más sentía que pronto se desmayaría si no descansaba sus piernas parecían que se quebrarían por lo cansado que estaba nunca en su visa pensó estar en esa situación, esa noche del secuestro fue horrible para los padres de Encre si tal vez se hubiesen quedado nada de eso habría pasado... hasta que de pronto la cazadora llamo su atención indicándole que ya habían llegado a su destino ya podrían descansar un poco.

-Noble ya llegamos- toco la puerta y dijo una contraseña con un poco de cautela.

-Eterna estas bien, no te hirieron daño, dios estaba muy preocupada- con cariño le dio un cálido abrazo.

-Estoy bien Lofy solo algo cansada- correspondió al abrazo sonrojada por la ternura que transmitía la pequeña enfermera -Mira Lofy te presento al Noble Comyet llévalo a su habitación y cura las heridas de su esposa, yo voy a buscar algo de comer-

-Está bien Eterna, mucho gusto señor Comyet- ofreció su mano como gesto de cortesía, la estrecho con el aristócrata -Venga por aquí-

-Si señorita, es muy amable- en su rostro se notaba el cansancio pero aun así le regalo una sonrisa débil a la enfermera -...- mientras caminaba junto a la enfermera pudo apreciar a varias familias incompletas eso le hizo recordar a su amado hijo –Encre...- dijo en un susurro casi inaudible mientras leves lagrimas se asomaban por sus cuencas.

-Aquí está su habitación, sé que no es mucho pero podrán descansar un poco- decía para así ayudar al noble, examino a la esposa de este y casi de inmediato curo sus heridas –Solo eran rasguños señor Comyet, sanara rápido-

-Gracias Lofy...-

El noble Comyet luego de ver que su esposa estaba bien comenzó a observar toda la habitación ahí pudo apreciar una ventana con deseos de saber que pasaba afuera se asomó con cautela en esta, todo era un desastre habían varios guardias muertos un montón de polvo era removido por el frio viento de la mañana... y pensar que pudieron acabar así, froto su rostro estaba demasiado cansado por unos minutos se sentó en una silla de madera comenzó a pensar sobre todo lo que estaba pasando.... si no hubiese hecho ese trato con Fallacy tal vez nada de eso habría pasado... tendría a su amado hijo consigo y se sintiera un poco mejor al respecto, sin más que hacer opto por acostarse junto a su amada esposa necesitaba descansar para reparar un poco su maltrecho cuerpo...

En el castillo del rey, Suave estaba sirviendo a sus señores primero le llevo el desayuno a Charlos pero se estaba tardando un poco ya que cierto vampiro pelirrojo no quería bajar de un candelabro por el evidente miedo que tenía y se preguntaran que hacia ese vampiro ahí, pue resulta que estaba espiando a una sirvienta si esa era Fibi quien en esos momentos estaba realizando la limpieza de los pasillos... pero en fin, el mayordomo estaba intentando bajarlo cosa que consiguió unos minutos después luego le dio el desayuno para al fin poder servir a su amado Jasper... llego a la habitación del menor con cortesía antes de entrar toco la puerta, espero unos segundo pero no obtuvo respuesta volvió a tocar pero igual no obtuvo respuesta se preocupó así que sin más abrió la puerta sin permiso.

-Jasper estas...- su cara se ruborizo por ver al menor con una pijama muy corta, estaba en una pose poco apropiada para un chico de su edad con vergüenza el mayordomo se disculpó –Lo siento señor no quise...-

-Oh que descortés eres Suave... por entrar de esa forma y verme así- con sutileza movía las caderas de forma sensual contoneándolas a ambos lados –Creo que debo castigarte por tu insolencia- decía con picardía junto con una sonrisa coqueta.

-...- entendió la indirecta a la perfecciona sí que con cautela para poder acercase al menor –Te ves muy bien...-

-Ven aquí...- se acostó boca arriba necesitaba llamar más la atención del contrario –Te are sentir bien-

-Eres mío...- se colocó encima de Jasper y empezó a lamer su cuello al mismo tiempo que acariciaba la delicada pelvis del menor.

-Ahhh...- eso se sentía muy bien amaba poder saber que su mayordomo le hacia ese tipo de cosas tan intimas, amaba sentir la lengua de Suave explorando su cuello –Hazme tuyo...- su voz era lasciva quería avanzar de base.

-Como ordene mi lindo señor...-

El mayordomo no paraba de darle cariños especiales al lindo vampirito que se encontraba debajo de él, Jasper estaba deseoso de poder unirse con el ser que capturo su corazón, si, amaba demasiado a Suave por eso esos últimos días se estaba comportando de esa forma tan pervertida quería al mayor en cuerpo y alma, no era el único ya que Suave también lo deseaba quería corromper a su precioso señor de todas las formas posibles amarlo con locura toda la noche sabía que estaba mal pero aun así el deseo de tenerse mutuamente era mayor, ambos se besaron lujuriosamente el joven portaba un bello rubor rosa en sus delicados pómulos abrazaba al esqueleto albino desde el cuello este no se quedaba atrás con picardía frotaba su pelvis contra la del azabache, se besaban acariciaban sin pudor... pero por desgracia alguien toco la puerta se trataba de una sirvienta.

-Señor Jasper, Charlos solicita su presencia en el jardín necesitan entrenar- decía la pequeña sirvienta desconociendo por completo las acciones de los pecadores.

-Demonios, creo que deberíamos parar señor tiene que comer y vestirse- se levantó algo frustrado por no terminar esos juegos divertidos.

-No es gusto yo quiero estar contigo- se cruzó de brazos por no conseguir lo que quería.

-Je... ya tendremos nuestro momento señor...- con ternura beso la frente del vampiro.

Vistió al contrario con las ropas habituales que siempre portaba luego le entrego su comida que aún estaba caliente, el vampiro como siempre comía en una mesa que se encontraba ubicada a la par de una ventana mientras se deleitaba con el desayudo podría ver el exterior afuera de la ventana había un paisaje hermoso sin dudas tenía una vista sin igual... luego de comer abrazo a Suave desde el brazo para así salir de ese lugar e ir hasta su destino, Encre ya había terminado de lavar la ropa de Fallacy al regresar a la habitación del vampiro se aseguró que no hubiese nadie soltó un suspiro de alivio por suerte el azabache no se encontraba con algo de prisa ordeno las ropas de su señor de forma pulcra no quería que se enojara... luego salió soltando un suspiro y en ese momento se encontró con Fibi Encre con amabilidad le agradeció por ayudarlo, tenía otras cosas que hacer así que se fue caminando por la otra dirección en el camino se encontró con Suave y Jasper.

-Hola...- vio que Encre tenía puesto un vestido –Porque tienes un vestido puesto...-

-Es una larga historia...- dijo con un suspiro pesado.

-Ok... mira te presento al hijo de Fallacy se llama Jasper-

-Un gusto joven- dijo con amabilidad para hacer una reverencia.

-Encre el señor Fallacy me dijo que te preparara una habitación para que estés más cómodo, por cierto te está esperando en su oficina-

El joven pintor dio las gracias luego salió a prisa por saber que el mayor lo estaba esperando llego exhausto por correr antes de tocar tomo aire pero antes de entrar escucho como su señor dijo un pase, cuando el entro de esa manera tan nerviosa e indefensa no pudo evitar preguntarse por qué era tan hermoso, Fallacy se empezó a acercar peligrosamente quería probar su sangre lo agarro de la cintura con fuerza, cargándolo para colocarlo en su escritorio, empiezo a lamer su cuello, el vampiro con cada roce se excitaba esos pequeños gemidos que el joven le regalaba le hacían sentir adrenalina, deseaba arrancarle la ropa y hacerlo suyo ahí mismo, después de lamer el cuello delicado de su lindo chico lo mordió... probo esa sangre tan exquisita y dulce muy embriagante le fascino por completo.

-...- luego de beber ese néctar tan delicioso se separó con lentitud del cuello del menor –Eres delicioso, me gustas-

-Ahhh... no digas eso...- su cara estaba totalmente sonrojada.

-Eres lindo...- susurraba cerca del cráneo del menor –Voy a hacerte mio...-

-...- abrió sus cuencas totalmente nunca pensó hacer eso y ahora estaba atrapado entre la espada y la pared –Ahhh Fallacy...- gemía por sentir las caricias del contrario.

El rey debía admitir que Encre era muy lindo esos huesos albinos tan finos y delicados llamaban su atención no era cualquier mortal, ese joven lo hacía sentir muy bien la atracción sin dudas se notaba el menor no podía evitarlo amaba apreciar las manos de Fallacy recorrer su cuerpo que a poco subía de temperatura... amos comenzaban a desearse intensamente... pero parece que a la gente del castillo le gusta interrumpir las pasiones de los demás porque a los minutos tocaron la puerta de la oficina el vampiro se detuvo por unos momentos pero no le importó decidió continuar con las carisias que le brindaba a su lindo sirviente, lamentablemente el golpeteo de la puerta aumento fastidiando al rey odiaba cuando lo interrumpían.

-Maldición quien es ahora...-


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