Terminamos de cenar y nos dirigimos a nuestro cuarto de hotel, estaba cansado.

- ¿Y qué planeas hacer? -° Escuché que preguntó mientras caminábamos. °-

- ¿A qué se refiere? -° Pregunté curioso mientras subíamos por las escaleras. °-

- ¿Planeas quedarte en un dormitorio de hotel siempre?

- No. Planeó buscar un apartamento. Los dormitorios de Oxford no están mal, pero aún así me gustaría tener un poco más de espacio personal.

- ¿Por qué razón?, sería tu oportunidad para hacer amigos.

- La verdad es que sí. -° Acepté que tenía razón. °- Pero, estuve pensando escribir la siguiente parte de mi primer libro y necesitaré paz y tranquilidad.

- Entiendo, si quieres te ayudó.

- No hace falta, de verdad. -° Dije algo inquieto. °-

- Yo creo que sí, porque ya te dije que voy a estar vigilándote. 

- Sí, pero vigilar no es sinónimo de seguidor. -° Dije frunciendo ligeramente el ceño. °- Ya le dije que no soy un niño.

- Yugi ya hablamos de esto, deja de ser testarudo.

- ¿Qué me está queriendo decir?, ¿Qué va a vivir conmigo? -° De tan solo pensar en ese hecho me puse pálido. °-

- Si es necesario, sí. -° Informó al mismo tiempo que abría la puerta de la habitación para dejarme entrar. °-

- Lo que me faltaba. Usted es el clásico caso de "padre sobre protector". -° Dije entrando con algo de disgusto. °-

- No creo eso sea algo malo. -° Anunció siguiéndome el pasó y cerrar la puerta de la habitación. °-

- Nadie dijo que lo fuera, pero al llegar aquí ya tenía planes predispuestos, y usted no estaba en ellos. 

- Nada sale como uno quiere. -° Se excusó. °-

- Como sea. -° Dije ya rendido, no importa lo que diga, no va a cambiar nada. °- Me voy a lavar y me iré a dormir. -° Me siento algo exhausto, no pensé que pasar tiempo en "Familia sería tan agotador", más el tema de los vampiros todo se me hizo más confuso. °-

Lo único bueno de su llegada conmigo es que puedo hacerle unas preguntas de las cuales tengo duda y que desde un principio quería olvidarlo, pero debo usar su presencia como algún beneficio propio.

Hay cosas que no me cuadran del todo, pero planeaba preguntárselo en otro momento, ya era de noche y quería dormir.

Finalmente el ansiado día llegó, mi primer día en la universidad.

Ya estaba todo organizado y solo me quedaba irme.

- Te veo ilusionado. -° Mencionó con una sonrisa. °-

- No me diga. -° Respondí agraciado sin usar sarcasmo mientras me ponía un abrigo color negro °- Creo que es obvio. Es cómo un sueño hecho realidad. 

- No es de menos, entrar a una universidad así es un logró grande.

- Lo sé. -° Dije tomando mi mochila. °- Bueno, comeré algo en el camino.

- Yo esperaré aquí. 

- ¿Qué? -° Volteé y lo vi estando confuso. °- Pensé que vendría conmigo. 

- ¿Es tu primer día, no?

- Sí.

- Siéntete como un adulto aunque sea por un rato. -° Explicó y eso me levantó un poco el animó, creo que le sonreí ligeramente de forma inconsciente. °-

- Buena suerte. -° Dijo mientras tomaba un libro de la cómoda que separaba nuestras camas para ponerse a leer acostado en la misma. °-

- Gracias. -° Agradecí y me dirigí rápido a la puerta. °- Adiós. -° Me despedí y me fui. °-

Fui al café al que fui con Yami para comprar un café y unas galletas para comer en el camino para ir rápidamente a la universidad en bus.

No tardé mucho en llegar a la calle High Street y quedé maravillado con el lugar. Habían muchas personas entrando. Admito que me sentí ligeramente intimidado por el lugar por más que ya lo había visto. Solo que aquí todo es diferente a Transilvania, no se me hará difícil entenderlos, si se inglés aparte del Húngaro y el rumano, pero debo admitir que me pone algo nervioso.

Solté un suspiró y camine con naturalidad, o lo más que pude, por la primera vez que vine a inscribirme me puedo orientar un poco. Solo esperó no perderme, porque hace tiempo había visto como es el mapa de la universidad y es casi como un laberinto, un bello laberinto.

Pero no me queda de otra, el inicio no es fácil.

Decidí ver un poco mejor el lugar, o ese era el plan hasta que vi como todos se dirigían al auditorio cuando anunciaron que nos reuniéramos ahí.

Me senté casi en medio de todos los asientos que habían a mi alrededor, al parecer iban a hacer como una especie de bienvenida.

Podía ver como todos entraban y me llamó la atención ver a una mujer en específico. Ella tenía el cabello corto color púrpura rojizo oscuro con burdeos que le llegaba hasta la altura de la barbilla con dos flequillos a los lados de su cara que llegaban a la altura del codo con una parte del flequillo de forma frontal con una horquilla en la parte superior de su cabeza, la tez blanca y ojos marrones, que usaba un abrigo color café que llegaba hasta la mitad de sus muslos con capucha felposa, unas botas con tacón bajo color negro, una falda negra que le llegaba hasta mas abajo de la rodilla y unas panties negras.

Era linda. Ella volteó a verme y me puse incómodo cuando me miró con una sonrisa seca y una mirada vacía, fue inquietante y aparte la mirada, que mujer más rara.

- Disculpa chico. -° Escuché que me llamaban  y giré mi cabeza al lado derecho viendo de quién se trataba. °- ¿Está ocupado? 

- Oh no, siéntate. -° Respondí. °-

Él se sentó a mi lado dejando su mochila sobre sus piernas.

Ese chico se veía alegre y entusiasta, tenía el cabello castaño, el mismo color que sus ojos y la tez blanca. Traía un abrigo rojo parecido al mío, unos jeans azules y unas zapatillas del mismo color que su abrigo, estábamos vestidos casi de la misma forma, exceptuando que mis zapatillas eran blancas.

- Soy Jaden, mucho gusto. -° Dijo al terminar de acomodarse en el asiento extendiéndome su mano. °-

- Un placer, soy Yugi Muto. -° Saludé regresándole el saludo aceptando su mano. °-

La charla no fue muy larga, solo nos dieron una bienvenida, pero no le presté tanta atención a los profesores que daban la bienvenida, porque no podía dejar de sentirme incómodo.

La mujer de hace un rato no dejaba de mirarme, al principio hacía como que no me daba cuenta, pero cuando volteaba a verla ella apartaba la mirada y hacia como si no sucediera nada.

En toda esa charla solo deseaba en lo más profundo de mí ser que acabará esa reunión y que no me toque como profesora.