Escuche la alarma retumbar en mi cerebro, que se sentía hueco al no pensar en nada y al estar completamente adormilado en la cama. Tenía tanta pereza encima que termine golpeándome los nudillos al intentar apagar el despertador, agradeciendo y maldiciendo a la vez porque pude salir del trance que me daba el cansancio.

Me levanté con la intención de estirarme  y como fue en la dirección en la que estaba la cama de mi papá me percaté de que se encontraba dormido en ella. Siendo sincero es raro ver a un vampiro dormir en algo que no sea un ataúd o de cabeza, pero en ese momento me dio igual, porque hubo un rato en el que me sentí seco y al quedarme mirándolo no dude en recordar como fue todo antes en Transilvanía.

La nostalgia me invadió un poco, porque aún recuerdo que me sentía bien emocionalmente y conmigo mismo cuando estaba con él. Él en un principio fue una de las razones por las que le temía a los traumas que tenía, y ahora más que nada, si me lo pongo a pensar bien, más que por el profesor que manejaba la materia de literatura, sentía odio hacia aquella clase porque... quizás me recordaba que solo por gustarme la Literatura terminé viviendo aquella experiencia con Bakura y aunque para un límite en el que crecí ya sabía que no todas las personas eran iguales, que quizás podían ser diferentes y que lo que me ocurrió fue algo desafortunado que a cualquiera le puede pasar, igual no lo pude olvidar, tanto que termine alejándome de mi interés de ser escritor y termine por hacer todas esas tonterías solo por diversión y porque de algún modo me hacía sentir más tranquilo. Con el tiempo mi gusto volvió gracias a mi padre, por un momento me negué, pero a pesar de ese remordimiento inicial que sentía, de repente me entró ese gusto por los buenos momentos que pasé antes de lo ocurrido, era lo que más me gustaba y gracias a él pude darme cuenta de que no podía odiar del todo a esa materia, razón por la que deje a mi padre ser mi maestro de literatura por un corto tiempo más, creía que podía confiar en las personas en ese entonces... y a pesar de sus insinuaciones sexuales, que eran pocas, ya no sentí aquel miedo porque me di cuenta de que solo eran palabras vacías.

Yo solo fui el recuerdo repentino de mi madre para él, sus intenciones sexuales en ningún momento fueron conmigo, pero al pasar el tiempo... me di cuenta de que me empezaba a gustar... me sentía mal por amar a un mayor de edad, ya que me hacía acordar al pasado, pero todo fue cambiando cuando conocí como era realmente.

Y aunque me negaba de aquellos sentimientos por miedo, aprendí a superarlos. Ahora el verdadero dolor que siento es saber que esos sentimientos son totalmente imposibles. Supuse varias veces que las cosas buenas que me pasaban no podía ser reales y tenía razón. 

Si pude ser fuerte una vez podre serlo de nuevo, seguir mis sueños y esperar encontrar ese sentimiento nuevamente en otra persona si se me da la oportunidad, pero si se trata de una futura relación de padre e hijo con la persona que amaba yo diría que eso seria algo utópico. Dicen que el primer amor jamás se olvida y ahora entiendo a que se refiere. Ahora yo seré la diferencia a eso.

Y por más que intente hacerme cambiar de opinión, no se la dejaré fácil.