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29

-Vinimos tan rápido como pudimos -espetó Mayu, ni bien le abrí la puerta. A su lado, Joey jadeaba-. Tristán no va a poder venir hasta más tarde, está en el trabajo. Estaba preocupado, pero él ha estado teniendo algunos problemas con su jefe, así que no puede hacerlo enojar.

-Lo entiendo, no pasa nada -dije.

-¿Estás bien, Yugi? -preguntó Joey, preocupado-. ¿No estás herido?

Ya lo había escuchado sorprendido cuando les comenté lo que ocurrió en Inglaterra, pero verlo así de preocupado me dejó sin palabras. Solo pude sonreír.

-Tranquilo, estoy bien. No me pasó nada -dije para tratar de tranquilizarlo.

-¿Seguro? -insistió Mayu.

-Sí, no se preocupen. Pasen.

Al hacerlos entrar, mi madre los recibió y nos dejó hablar solos mientras él atendía unos asuntos del trabajo en la casa, ya que era importante; Heba tuvo que regresar a trabajar, pues no había ninguna otra forma en la que pudiera quedarse por el proyecto que tiene a cargo con su equipo en su nuevo trabajo.

-¿Y el profesor Sennen dónde está? -preguntó Joey.

-No lo sé, no ha respondido las llamadas o mensajes que le hicimos.

-¿Pero...?

 -Lo sé, se supone que debería estar aquí, apoyándome, pero... -interrumpí-. No es algo que planee que sucediera.

-¿Qué estará haciendo? -se preguntó Joey.

-No estoy seguro, solo me dijo que se iría a hacer algo importante.

-¿Se puede saber qué es exactamente? -preguntó Mayu.

-Pues... no creo que en este momento sea lo más prudente.

Los dos se quedaron en silencio, pero al ver como escrutaban mi rostro cansado y preocupado, creo que pudieron entender mi situación.

-Bueno, todo tiene un clímax al final. Esperaré a que ocurra para que nos lo cuentes, ¿Te parece? -preguntó Mayu.

-Yo también creo que eso sería lo correcto -dijo Joey.

Yo solo pude sonreír, agradecido de tener unos amigos como ellos desde hace mucho.

- Gracias, chicos.

Luego de un rato, Tristán llegó a verme, y se mostró igual de preocupado que los demás. Sin embargo, no pudo estar por mucho tiempo y terminó yéndose a casa con los demás. Solo deseé que no les pasará nada mientras regresan a sus casas. Heba llegó al cabo de un rato después y cuando cenamos no pude comer mucho. Me sentía totalmente inquieto y algo paranoico todavía. Es una sensación horrible, no puedo dejar de sentir que alguien me está viendo, pero sé que solo está a percepción mía.

Y a la hora de dormir, tampoco pude pegar un ojo. Me sentía tan nervioso, tanto que incluso cerré la ventana y las cortinas de mi habitación. Intentaba dormir, pero no podía. Me quedé tanto tiempo pensando que, sin darme cuenta, había perdido la atención del pequeño espacio cerrado de mi cuarto. Este sentimiento es horrible y fatigante, es como si me asfixiarán, y, de pronto, en mi mente, me surcó una imagen como producto de mi imaginación. 

La bala salía ferozmente de un lugar en plena oscuridad y, en lugar de fallar, me obstruyó la respiración impactando contra mi manzana de Adán. Me estremecí con solo pensar en eso.

Necesitaba dormir, pero tenía miedo. Me sentía tan desprotegido. Y justo cuando creí que me iba a morir, una pequeña brisa me refrescó el rostro, lo que hizo que me extrañará; la ventana estaba cerrada. Abrí mis ojos y solo pude ver una sombra encimándose sobre mí delicadamente. Cuando me sorprendí, no pude reaccionar, solo pude centrarme en sentir una tierna caricia sobre mis labios. 

Estaba pasmado, pero al cruzar mi mirada con la sombra sobre mí, mi corazón dejó de latir tan desenfrenadamente por el terror. Solo esa mirada escarlata lograba calmarme, y su presencia me reconfortaba como ninguna otra.

-Hola, Yugi -dijo dulcemente.

Él separó nuestros rostros y se apoyó sobre sus codos mientras encerraba mi cabeza entre sus manos. La gran marea de emociones pudo más que yo y, sin poder evitarlo, comencé a llorar inconscientemente.

-Maldición... -musité-. ¿Dónde demonios habías estado, Yami? 

Sin pensarlo dos veces, lo abracé y no me solté de él. Si lo hacía, quién sabía si volvía a irse.

-Lo siento. Leí tus mensajes a último momento, estaba en un lugar donde no me llegaba mucha señal. Pero ya estoy aquí.


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