2. El inicio de la catástrofe.
Era temprano por la mañana, pero no había rayos de sol atravesando las cortinas de Phineas y Ferb. De hecho, estaba nublado y comenzaba a llover.
Se supone que el verano era fecha de mucho calor, no así de lluvia y frío. Por supuesto, eso no era algo del todo natural.
El reloj de muñeca de Perry sonaba, avisando que el Mayor Monograma solicitaba su presencia.
Él, pese a sus años, se levantó y atendió el llamado. Aún no era tan viejo, pero la edad comenzaba a hacerle algo más perezoso.
— Agente P, siento molestarte tan temprano, pero hay una situación de suma importancia que tenemos que tratar.
Pese a que sus ojos demostraban inconformidad, él asintió y bajó a su oficina.
— Tenemos un grave problema — informó el mayor con inquietud, apenas vio al agente acomodarse en su silla — Verás, agente P... hace años, antes de que ingresaras a la OSWA, hubo un villano de gran relevancia. Rock, era su alias. Si bien, Doff y sus compañeros en MERMELADA no son exactamente poca cosa, él era el amo de los malos, ¿comprendes? La gran cosa haciendo el mal. Él era un pesimista, odiaba a todo ser humano. Decía que nosotros somos la causa de que el mundo esté mal y se propuso eliminar a todos.
Perry le observó con interés. ¿A dónde quería llegar su jefe con eso?
─ Él creía que si lograba hacer que el tiempo regresara lo suficiente como para llegar hasta los primeros pobladores del mundo y los aniquilaba, fácilmente podría evitar que el mundo fuese lo que es ahora, incluso si eso involucra su propia desaparición ─ Perry estaba sorprendido.
Ya llevaba varios años combatiendo en mal, pero durante todo ese tiempo, jamás había oído un plan tan extraño, y al mismo tiempo, que tuviese lógica (él apreciaba al doctor Doff, pero tenía que admitir que sus planes eran muy locos y sin sentido).
─ Desapareció por varios años, creímos que toda esa locura de regresar en el tiempo se le había olvidado, pero nunca debes subestimar a un villano. Él apareció en una cabaña, a las afueras de Danville, e ingresó a una plataforma de compra y venta de piezas para maquinaria ilícita. Necesitamos que vayas a investigar, y en caso de que esté pasando algo extraño, nos lo indiques.
El becario sin sueldo apareció en la pantalla, indicándole las coordenadas a las que debía dirigirse, y el ornitorrinco se montó en su auto cohete para salir de su oficina subterránea rumbo al lugar indicado.
─ No lo sé, mi amor. Yo creo que sería lindo mudarnos a un departamento con balcón, ¿no sería genial? ─ inquirió un emocionado Phineas, dando saltitos, tomado de la mano de un sonriente peliverde.
─ Tal vez... podemos revisar precios en internet ─ y el pelinaranja asintió, acariciando la mano de su novio con el pulgar.
Días antes, habían ayudado a Isabella con un proyecto ambiental, pero ese día habían decidido hacer algo típico de parejas e ir al cine, en una cita doble con Buford y Baljeet, quienes les esperaban en el centro comercial.
Su relación iba de maravilla, pese a los muchos obstáculos que enfrentaron y los que se vendrían. Cuando regresaron a la escuela, muchos de sus compañeros dejaron de hablarles, no entendiendo ese amor al que llamaban "bizarro" por creerlos hermanos de sangre; pero todo aquello se aclaró, y aunque aún hay quienes los critican, ellos están completamente seguros de que juntos lo pueden todo.
Dado que viven en la misma casa y están pegados todo el tiempo, no suelen salir mucho, preferían ver películas, leer algún libro, inventar algo nuevo, hacer prototipos a escala de futuros proyectos, mimar a su mascota o simplemente tener sexo. Así que esa era una de las pocas veces que se dignaban a salir para convivir con alguien más, y de las contadas ocasiones en las que iban a algún lado en una cita.
─ ¡Oh, finalmente están aquí! ─ Rodó los ojos Baljeet, habían estado esperando por media hora en la zona de juegos, y eso no le habría molestado tanto, si la chica que estaba dando las fichas no hubiese intentado coquetear con Buford, SU Buford.
El pelinegro a su lado, le miró con un gesto de súplica, pues su novio se había molestado con él sin razón y no le dirigía la palabra.
─ Lo siento, chicos. Teníamos algunos pendientes que hacer ─ se excusó Ferb, ganándose una mirada pícara por parte de Van Stomm.
─ Pendientes, claro ─ murmuró el mencionado, dando una fugaz mirada a un ruborizado Phineas.
Baljeet reprendió a su pareja dándole un pisotón antes de musitar un "no hay problema" hacia sus amigos y sugerir que debían ir por las entradas. El de piel pálida gimió adolorido por el ataque de su chico. Phineas y Ferb pasaron por su lado, dando palmadas de apoyo en su espalda, aunque en realidad la situación les divertía.
Ah, el amor, el amor no deja de ser.
─ Wolfblood064
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