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El beso de noche vieja (parte II)




El paso del tiempo, la medición de los hechos, es algo que fascina a la humanidad desde civilizaciones antiguas, esto da estabilidad, y una noción sobre el control que se ejerce sobre el ambiente, la sociedad, y nosotros mismos, el paso de un año nuevo, como acto simbólico, también sirve para una renovación, para comenzar nuevamente, tratando de mejorar todos los aspectos de nuestra vida, se trata de un nuevo renacer, de crecimiento, y sobre todo de cambio.

Esa noche, en la capital de Grecia, los invitados a la fiesta del edificio Star Hill, esperaban una velada que les estimulara las energías, celebrando lo bueno que les pasó, corrigiendo sus tropiezos, y planeando sus victorias futuras, muchos de ellos, tenían en mente lo que querían conservar y lo que deseaban crear.

Iniciando por los mayores, Dohko y Shion, querían mantener su amor secreto y su misión de velar por sus pupilos, por lo que esta vez, rechazaron ir a la fiesta, para poder estar juntos y vivir plenamente su compañía en una playa del mediterráneo; Kardia y Dégel, sin saber que se pensaban mutuamente, deseaban rendirse ante el ser que les despertaba su lado romántico, Shura y Aioros por su parte, estaban tan bien en su relación, que su propósito era continuar juntos, sin pensar en un mañana, era como si se lo debieran, por algún hecho funesto que tal vez nubló su luz en una vida pasada.

Después estaban los chicos que rondaban los 24 a 27 años, Afrodita y Ángelo desearon mantener su vínculo especial, que ya tenía muchísimos meses recorridos, bajo su contrastante forma de ser, que se complementaba y enriquecía, Aioria y Marín, agradecieron infinitamente tener la fortuna de encontrarse, y tener una química tan intensa desde que se vieron por primera vez, apostaron por continuar con su noviazgo lleno de ternura, protección, apoyo, así el vuelo del águila vigilaría desde las alturas el reinado del león; Shaka y Mu, aunque aun era un caso complicado, poseían una imagen muy clara de lo que requerían para ser felices, cada uno esperaba a un ser igual de reflexivo, espiritual, sereno, lleno de sabiduría y con el mismo respeto por el mundo y todos los seres vivientes, además de observarse y darse cuenta de que el otro cumplía con todas sus exigencias respecto al aspecto físico, belleza delicada, masculinidad hermosa, estética y suave.

Milo y Camus, por su parte, tuvieron el inicio más accidentado, y llevado por la mano del destino que cualquiera, antes de conocerse, estuvieron en una dimensión llena de tinieblas, que les nublaba la fortaleza de su corazón, el encontrarse significó para ambos una revelación, y el más puro de los sentimientos los golpeó , los rebasó y los cubrió para darles fuerza, esperanza, en sus cuerpos brillaba el ardiente cosmos del amor, para Milo esa fue su revancha a la existencia, el frío de Camus le dio calma a su ardiente y sofocante dolor, para el francés el estar con su peliazul significó que está bien salirse de su zona de confort, porque descubrió a un hombre maravilloso, que lo enamoró hasta la última fibra su apasionada alma que se encontraba dormida, juntos formaron una dupla irrompible, que se mezclaba en una radiante estructura de cariño.

Con la mentalidad de no separarse, y de disfrutar cada segundo juntos, subieron en el ascensor de cristal hasta la azotea del imponente recinto, la panorámica de Atenas se veía de ensueño, y el calor que emana su compañero, era sentido profundamente a través de la piel de sus manos, que estaban entrelazadas, se acariciaban de manera tenue con sus dedos, se sonreían tímidamente, porque sabían que sería la primera vez que se presentarían como una pareja oficial, el médico moría por presumirle a todos a su bello profesor, no podía creer la suerte que estaba de su lado al ser correspondido, Camus era tan perfecto.

El joven de L'eau estaba en perfecta sincronización con lindo Doctor, el mirarlo junto a él, le hacía intensamente feliz, no había nadie que le gustara más que Milo, lo ponía nervioso, con su poderosa sensualidad, su figura impecable, y sus protectores brazos cuando lo abrazaba por la cintura, su cabeza le daba vueltas cuando lo besaba, y por ese motivo, no tenía ninguna intención de dejarlo ir, le adormecía, lo estremecía.

-Cammie, antes de llegar con los demás, quiero pedirte que estés muy atento a las 12:00 am, no sólo por el año nuevo si, agudiza tu oído a esa hora, ¿lo harás?

-¿Qué planes tienes Milo?

-Tú sólo confía en mi, no te haría nada malo, será hermoso te lo prometo.

-De ti yo sólo espero cosas hermosas...

-Es porque tú lo eres, y no puedo ser diferente contigo, me vuelves loco sabes.

-Es mutuo, disculpa si a veces no soy tan abierto como tú, pasé toda mi vida sin necesidad de ser cariñoso con alguien, pero tú... me rebasas Milo, te adoro, espero que te alcance.

-¿Que si me alcanza?, ¡por Atena!, me desmayo de amor, no es justo, eres demasiado bello, te quiero, te quiero.

El mayor se abalanzó sobre el delgado pero bien formado pecho de Camus, para cubrirlo de besos por toda la cara, el otro no pudo hacer más que dejarse querer y cubrir por el masculino cuerpo de su Milo, aunque se incomodó un poco cuando la puerta del elevador se abrió de par en par, dando un espectáculo para los invitados que ya se encontraban ahí, las mujeres presentes, hasta las casadas y con novios, se sonrojaron y se rieron discretamente ante la belleza de la escena, la verdad es que les daba algo de envidia, todas desearían tener un hombre tan atractivo así, derritiéndose de cariño por ellas, los hombres por otro lado lanzaron gritos que resultaron ser más que vergonzosos, en especial los realizados por los amigos del Doctor Antares.

-¡Lo vas a matar alacrán!

-El cangrejo tiene razón Milo, más despacio escorpión.

Aioria y Ángelo fueron los primeros en verlos, el aquamarina ya sentía un vapor que le salía de las orejas, definitivamente no estaba acostumbrado a las muestras públicas de afecto, pensaba que iba a desmayarse de la pena, y le dio un codazo a su griego para que parara, aunque al otro no le dolió nada, y se rascó con torpeza la cabeza, mirando embelesado a su lindo paciente, calmado le dio un tierno beso en su mejilla, y le dijo en voz baja:

-Debes acostumbrarte a que te adore las 24 horas del día.

-Lo haré, sin embargo debes conocer lo que se llama prudencia.

-Contigo jamás Cammie, y no me importa que mis IDIOTAS amigos nos vean, pero ya entendí que tu eres más reservado, perdóname amor, ¿por qué no vas con tus compañeros?, ya vi que ahí está Marín con tu amigo el español.

-Shura, debes recordarlo.

-Tu deslumbras a cualquiera, te veo en un momento, te tengo una sorpresa, la primera de esta noche, te quiero.

-Yo también te quiero.

Milo avanzó entre las mesas cubiertas por manteles tan blancos que reflejaban a la luz de la luna llena de firmamento, por todo el lugar había velas blancas y negras, dando un toque mágico a la decoración, Afrodita se había lucido además con arreglos de mesa llenos de enormes y perfumadas rosas blancas, rojas y negras, ¿de dónde había sacado flores de tan elegante y extravagante color?, todos esos detalles dieron un aspecto sumamente romántico, la pista de baile se distinguía al centro, lista para esperar a los que desearan subir la temperatura con movimientos llenos de ritmo, y en la parte superior del espacio, estaba el pequeño escenario, con los instrumentos que tocaría la banda, ellos abrirían el momento musical de la fiesta, el menor de los Antares se encontró con sus amigos, pero le faltaba uno, para poder ir tras bambalinas, el chico de largos cabellos rubios y ojos azules no estaba por ningún lado, lo buscó insistentemente inspeccionando cada centímetro del lugar.

-¿Dónde está Shaka?

-A la barbie se le hizo un poco tarde, pero ya viene.

-No le gusta que le digan barbie Ángelo, me sorprende que quiera seguir siendo nuestro amigo, ya me avisó que viene en camino Milo, no debe tardar.

-Muy bien Aioria, quiero que todo salga bien, lo esperaremos, mientras, vamos a ponernos los antifaces.

Los jóvenes estaban por resucitar su más grande pasatiempo adolescente, planeaban salir a escena cubiertos de la cara con antifaces plateados y plumas doradas, que contrastaban exquisitamente con el tono oscuro de sus vestimentas, planeaban sorprender a todos los asistentes, los únicos que sabían de eso además de ellos, eran Dita y Aioros, que tenían el secreto celosamente guardado, en especial el enfermero peliceleste, esa era una de sus armas secretas para que su fiesta fuera la más comentada por las noticias sociales de la capital.

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Mientras tanto, Shaka estaba atorado en el tráfico, bajó torpemente del taxi que lo transportaba, y le pagó como pudo con una de sus manos libres al chofer, aún le quedaban tres cuadras para llegar al recinto, y dadas las enormes filas de coches, decidió caminar, se encontraba de muy mal humor, porque ya iba con un retraso considerable, y eso jamás le ocurría, se regañó inconscientemente, no debió prepararse una cena tan elaborada, es que en serio no podía comer el banquete gourmet, sus principios budistas y su cultura proveniente del exótico país de la India, le dictaban respetar a todo ser viviente, incluidos los animales, por lo que su dieta era exclusivamente vegana, y era obvio que en la magnífica velada de Afrodita, ese tipo de alimentos no iban a ser nada populares, igual ya estaba acostumbrado a cargar su propia comida, sin embargo, eso no quitaba, que esta vez si se le escapó de control su horario de actividades.

Y para agregar otro detalle a tan desastroso cuadro, su falta de experiencia para conducir un automóvil le significó mucha angustia esta vez, era cierto que él solía transportarse en bicicleta, porque tampoco estaba de acuerdo con lo que las compañías de combustibles le hacían al aire de este bello planeta, para él, lo menos que pudiera depender de los medios de producción capitalistas era mejor, pero ¡con uno y mil demonios!, su inseparable amiga de dos ruedas no le servía ahora que estaba tan elegantemente vestido con su smoking de color negro, y sólo podía pensar en que le estorbaba mucho su miserable lonchera y la bolsa donde cargaba su antifaz y las cuerdas que le faltaba cambiar a su bajo, ¡odiaba no ser puntual!

Por suerte ya se había contactado con Aioria, para que lo esperaran para poder tocar su canción, así que nada más tenía que llegar, las luces de los carros iban y venían, algunas lo cegaban por la claridad de sus iris azules, eso también le molestaba, hubo unos faros en especial, que lo estaban incomodando más que los demás, la razón es que estaban detrás de él, como si el movimiento del automotor se alentara para ir a su paso, eso lo puso en un estado de alerta, últimamente las calles ya no eran tan seguras como antes, sintió que lo miraban insistentemente, cuando tanto el carro como él, esperaban que el semáforo les permitiera pasar, se sintió acosado... observado, y lo peor es que no podía ver al conductor detrás de esos cristales polarizados, estaba a punto de tirar sus cosas y enfrentarse, o bien de llamar a la policía, cuando el vidrio del lado del copiloto se bajó lentamente, revelando a quien estaba manejando, era un joven de cabello lila, mirada amable, y una sonrisa que inspiraba pureza y confianza, que le habló en un tono de voz todavía más dulce que el verde de sus ojos.

-Pareces apurado, ¿te gustaría que te llevara?, ¿o te ayudara con tus cosas?, ¿vas a la fiesta de año nuevo de Afrodita Rose no?

-Disculpa, ¿nos conocemos?

Claro que lo conocía, lo ubicaba perfectamente, era el amigo de Marín, lo vio muchísimas veces en el hospital visitando al interés romántico de Milo, desde entonces le llamó la atención su apariencia tan frágil y delicada para ser un hombre, además esos comentarios hechos por la novia de Aioria, de que ese chico también compartía muchas de sus creencias calaron en su mente, él era justo su tipo de persona, con la cual le gustaría relacionarse, sólo que no se atrevía, la verdad es que era muy cerrado en cuanto a hacer nuevas amistades, le costaba mucho trabajo dejar de lado su seria forma de ser, pareciera que tantos años compartiendo con sus colegas no le habían enseñado nada, y por eso su comentario tan estúpidamente absurdo, en un momento tan poco adecuado.

Para Mu en cambio, era increíble ver a ese misterioso médico en un atuendo tan... sexy, era aun más guapo de lo que su pobre corazón podía soportar, se lo había cruzado tantas veces en el supermercado, y sin embargo nunca se fijó en él, siempre iba con la cabeza fija, ni un paso atrás o adelante, por eso lo dejó pasar, y nunca intentó acercarse, pero esta vez era diferente, lo vio en problemas, Shura ya le estaba marcando, seguramente porque la fiesta estaba a punto de empezar, por lo que dedujo que el rubio iba tarde, pero esa respuesta, lo desanimó, parece que no se acordaba de él ni un poco, tal vez no debía insistir, alguien como Shaka, porque ya sabía su atrayente nombre, no era para él.

-Creo que no, no nos conocemos, disculpa mi atrevimiento.

-¡No!, ¡espera!, si voy para allá, se me hizo tarde, y me apena admitir que no tengo otra forma de llegar que caminando, me harías un enorme favor si me llevas, disculpa.

Shaka se arrepintió de su tonto primer comentario cuando Mu estaba a punto de arrancar su auto, el otro atinó a regalarle una sonrisa como señal de que había aceptado su disculpa, y abrió los seguros de las puertas, para que el médico pudiera subir, cuando estuvo dentro, el aire automáticamente se hizo más difícil de respirar, ambos estaban seguros que el pulso que bombeaba sangre a sus venas y arterias, se escuchaba igual que un tambor rítmico, para el de cabellos dorados, era una coincidencia tan grata, el comprobar que Mu era todavía más bello de cerca, en ese reducido espacio, sentía su aroma fresco como el rocío de la mañana sobre plantas silvestres, por el otro lado, el nerviosismo del pelilila, se notó cuando el sudor de sus palmas empezó a mojar el volante, estar cerca de él era mejor que sus más locos sueños, su perfil era sencillamente perfecto, y ya no podía negar que lo tenía como el más inalcanzable de sus amores platónicos.

-¿Sabes?, me atreví a llevarte, porque ya te he visto en más de una ocasión, Marín es una gran amiga mía, y sé que eres muy cercano a su novio.

-Lo soy, y yo también te he notado con anterioridad, gracias por salvarme en este momento, la verdad es que si voy muy tarde, y es algo que me molesta.

-No te preocupes, yo también soy muy puntual, pero hoy, como a ti, se me a presentado un contratiempo.

-Ni que lo digas.

-¿Qué cargas ahí...?

-Shaka, me llamo Shaka Khan.

-Mucho gusto Shaka, soy Mu Aries.

-Igualmente, y lo que cargo aquí... me avergüenza un poco decirlo... es mi cena.

-No lo puedo creer..., yo también traje mi propia cena, está en una lonchera en el asiento trasero, ¿raro no?, como si fuera un colegial, pero es que, no puedo comer lo que todos ingieren típicamente, llevo un régimen de alimentación libre de crueldad animal, practico el budismo, y es algo que me hace feliz, me siento en paz, mi alma está tranquila, por eso se me hizo tarde, por estar cocinando.

-¿En serio?, ¿de verdad nos pasó lo mismo?, yo también soy vegano... y budista.

La expresión de Shaka denotaba mucha sorpresa, creía que si eran más parecidos, tal y como se lo habían insinuado, y el comprobar que eso era muy posible, lo puso contento, y debía admitir que se sentía atraído, estaba muy interesado, anticipaba sin miedo a equivocarse, que podría llevarse bastante bien con Mu, el docente que impartía las clases de Química en el "Saint", estaba experimentando en carne propia sus propias reacciones entre elementos, recordó que le comentó a su compañera pelirroja, que para que él se sintiera atraído, debía sentir compatibilidad con la manera de pensar del otro, y Shaka lo tenía todo, le gustaba físicamente hasta niveles insospechados, y compartían un ideal importante, los dos pensaron que fue una fortuna que se les hiciera tarde.

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El lugar estaba cada vez más concurrido, las melodías de Chopin en piano eran las melodías instrumentales que hacían ameno el momento, fungiendo como un preludio hasta que la comida estuviera lista para ser degustada, los meseros con diferentes tipos de tragos en sus bandejas, se paseaban de lado a lado, ofreciendo las copas de cristal para quien quisiera comenzar a embriagar un poco su paladar, Camus tomó una de esas copas llena del más delicioso vino rosado, de una gama afrutada y dulce de uvas jóvenes, el sabor le quemó un poco en la garganta, tal y como su adorado escorpión lo hacía al darle ardientes besos por la piel de su cuello, se sonrojó al compararlo con el efecto que el alcohol le producía, pero era cierto, Milo era como el más rico de los vinos, y él lo adoraba.

Estaba muy cómodo en una mesa, charlando con Marín y Shura sobre asuntos del trabajo, y de todas las tardes de juegos de mesa que se perdió con ellos por estar hospitalizado, la chica también le dijo que lo había extrañado mucho en sus ejercicios matutinos por el parque cerca de la escuela, y es que el aquamarina era el único docente que a veces la acompañaba a ejercitarse.

-Lamento no acompañarte a correr en el último mes Marín, pero creo que ya no me necesitas, tienes al Doctor Leo para hacerlo.

-No Cam, no es lo mismo, son mis compañeros y amigos, tampoco quiero dejar de convivir con ustedes, y es igual, ahora que estás con Milo, no te olvides de nosotros, así como Shura que nos abandonó en más de una ocasión, por irse con su novio.

-No me culpen, Aioros es... ¿lo puedo describir siquiera?, lo amo, Mu debe estar harto de escuchar nuestras cursilerías, es el único soltero, y pensar que antes lo éramos todos.

-No estés tan seguro...

La última afirmación de Marín se quedó flotando en el espacio, pues miraba muy sorprendida a la puerta que servía como entrada a la azotea, los hombres que se encontraban con ella, voltearon hacia donde la mujer enfocaba la vista, y ahí observaron a Mu, que tenía la mano apoyada en el brazo de Shaka, hablaban tranquilamente, pero ese brillo especial en sus ojos los delataba, la profesora de deportes no podía cerrar la boca, después de todo Aioria y ella no tuvieron que llevar a cabo su maquiavélico plan de celestinas, las circunstancias se dieron de manera natural, y sus suposiciones de que sus amigos podrían llevarse bien, nunca estuvieron erradas, ya quería ver a su novio para contarle lo que pasó.

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En una mesa hasta el otro extremo estaba Dégel con Asmita y Albafica, hablaban de todas las cosas que tuvo que hacer el último para satisfacer los caprichos de su hermano menor para ese evento, el mayor de los Rose, era igual de amante de la estética que Afrodita, pero no era tan autoritario, lo cual hacía reír a sus acompañantes.

El peliverde era feliz en esa mesa, después de semanas llenas de angustia por Camus, días de descontrol hormonal por Kardia, por fin tenía un momento de paz, con lo que no contaba, es que no le duraría mucho tiempo, parecía que lo había invocado, porque llegó con ellos y se sentó a su lado, con su coqueta sonrisa y su mirada que parecía devorarlo, alterando totalmente su maltrecho estado de calma, con su arrebatadora presencia, se escondió de él lo más que pudo, le rechazó la solicitud de amistad en Facebook, Instagram, Messenger, ya solo faltaba bloquearlo de cara, lo cual era imposible, y aunque pudiera, nunca lo olvidaría, estaba muy adentro de sus deseos más pasionales.

El peliazul, lo miró con lujuria, Dégel nunca decepcionaría al más exigente de los jurados de etiqueta, y ¡por todos los Dioses del olimpo!, esos malditos guantes que usaba, lo invitaban más que nunca a arrancárselos para pasarle los labios por cada uno de sus finos dedos, le parecía una visión sumamente erótica, se acercó lo suficiente para que solamente él lo escuchara susurrarle unas palabras en el oído.

-Dégel de L'eau, qué visión más dulce el verte así, ¿ya me aceptarás una salida?

-Ni aunque me amenazaran con llevarme ante los tres jueces del infierno.

-¡Qué tajante eres!, me da igual que te sea indiferente, ya caerás en mis brazos.

-¿De dónde sacas esos comentarios?

-Es una canción de una banda de rock en español, se llama Babasónicos.

-Jamás la he escuchado.

-Yo te puedo enseñar, eso y muchas otras cosas...

Dégel se sonrojó hasta llegar al color de las rosas rojas de esos arreglos florales, parece que no se podría escapar de Kardia, y se confesó a sí mismo que no quería hacerlo, tal vez sólo por esa noche dejaría que las cosas fluyeran, el efecto del veneno Antares ya estaba en su sangre.

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El frío del invierno no era nada para Atenas, y menos para todos los que se encontraban reunidos en el edificio Star Hill, la noche estaba su punto máximo de esplendor, candor, calidez y elegancia, el vino hacía el efecto deseado en los comensales que ya sentían un relajante mareo, que desinhibía sus actos, mostrándolos tal cuales eran, Dita estaba muy satisfecho, pero todavía faltaba lo mejor, su carta secreta, con su pasos envueltos en una gracia de su natal Suecia, subió los escalones de madera del templete que funcionaba como escenario, tomó el micrófono y pidió atención.

-Hola, bienvenidos a nuestra fiesta anual de noche vieja, sé que todos lo están pasando excelente, pero aún falta algo increíble, a continuación, la velada se verá enriquecida con este interludio musical, a cargo de nuestra banda de rock secreta, exclusiva para este evento, recibamos con un fuerte aplauso a "Soul of Gold".

La voz de Afrodita anunciándolos, puso alerta a los cuatro integrantes, para salir, sus antifaces los hacían ver más misteriosos e intrigantes que nunca, los reflectores enfocaron sus masculinas figuras ataviadas con esas ropas elegantes, que hacían suspirar a todo el público femenino, y también a uno que otro hombre, entre ellos a Camus, que sospechó fuertemente, que su amado Doctor, se encontraba ahí, siendo perfecto, y lleno de detalles hermosos.

la sensual voz de Milo, agradeciendo el recibimiento, confirmó sus sospechas, jamás la confundiría, creía que hasta estando en coma la reconocería, sus ojos delataban el amor que había en su alma, el peliazul, a través de su antifaz, observó a Camus fijamente, y en la distancia, le sonrió a él y sólo a él.

-Esta canción es para todo aquel que se a sentido enamorado, deseamos que ese puro sentimiento llegue a sus espíritus, y los haga brillar con destellos dorados.

Las notas musicales, perfectamente afinadas en el teclado, la batería, el bajo y la guitarra se propagaron, acompañando a Milo mientras cantaba, la letra de Led Zeppelin del año 1979, que invitaba a todos a caer en el amor, los gritos, ovaciones, aplausos, y comentarios indecorosos fluían como el agua en una cascada, y duraron todos los minutos que se extendió la canción, hasta que los integrantes de la banda finalizaron el momento con la frase: "All of my love, all of my love, All of my love to you", al mismo tiempo que se quitaron sus antifaces y los lanzaron a los espectadores, mientras miraban fíjamente y sin planearlo a sus intereses románticos, Ángelo a Dita, Aioria a Marín, Shaka a su recién descubierto Mu, y Milo a Camus.

El francés suspiró y sonrió con una ilusión propia de un niño, su peliazul cada vez lo sorprendía más, no se imaginaba que tocara tan bien la guitarra, o que cantara de una manera tan emotiva, en cuanto los cuatro bajaron del escenario, se dirigieron con aquellos con los que más deseaban estar, el encuentro entre Milo y Camus no pudo ser más tierno, el primero lo tomó de la cintura, le depositó un casto beso en la comisura de su fina boca, y pegó sus frentes en un tibio contacto.

-Cammie, lo que canté era verdad, todo mi amor es para ti.

-Mon amour...

-¿Quieres ser mi novio?

-Si mi amado Doctor...

La media noche estaba próxima, Afrodita y Albafica tenían los fuegos artificiales listos para cuando el reloj marcara las 12:00 am en punto, y el enfermero subió nuevamente al escenario, después de darle un lindo abrazo a Ángelo, para dar un nuevo aviso.

-Eso fue muy bello, ¿no lo creen?, pero esto todavía no termina, recuerden que es una tradición iniciar el año nuevo besando a alguien que los atraiga mucho, es un augurio de buena suerte, y de aquí nadie se escapa, busquen rápidamente a su pareja para que la besen al terminar el conteo que despedirá al 2019.

Después de un coqueto guiño, que combinó perfectamente con su lunar en el rostro, Dita bajó corriendo a los brazos de su italiano favorito, Aioros le dio la mano a Shura, diciéndole sin palabras que era él con quien quería estar, Aioria tomó a Marín de su esbelta cintura, acariciando su espalda que quedaba al descubierto con ese escote trasero profundo en su vestido, que resaltaba todavía más la curva de su cadera, y acentuaba sus femeninos senos, y Kardia aprisionó a Dégel sin su permiso en su pecho, acompañado de un reclamo por el peliverde, que murió en sus labios cuando el griego le robó un beso cuando la cuenta regresiva iba apenas en el número 10.

Shaka miró confundido a Mu, esperando que éste se negara a un contacto tan íntimo cuando apenas se acababan de conocer, lo que no se esperó, es que el pelilila, colocara sus sus manos en sus mejillas, y fuera él el que obsequiara un  lindo roce de labios, paciente y cálido, que correspondió cerrando los ojos con lentitud, cuando pudo reaccionar.

Por último, Milo y Camus, acercaron sus rostros con anhelo, toda su vida estuvieron esperando el uno por el otro, sus corazones latían al unísono, y ese beso fue más especial que todos los demás, comparable al primero que se dieron bajo el múerdago en el Hospital, o a a aquel que inició su primera vez, juntos piel a piel, en el calor de una cama, esta vez, fue una promesa, de combatir lo que el futuro les deparaba, no se separaron ni un instante, hasta que el griego le rozó coquetamente el labio inferior al galo con su húmeda lengua, y lo abrazó con fuerza, en ese instante el cielo se iluminó de rojo, verde, morado, plateado, y dorado, producto de la pirotecnia.

-Esa no era mi única sorpresa Cammie.

-¿Ah no?, ¿me quieres decir que tu pasado como estrella de rock no es suficiente?

-No, ya sé que te hice suspirar hasta que te temblaron las rodillas, pero no, no es lo único, yo sabía que ibas a desear tanto como yo el volver a entregarte a mi, así que preparé un lugar lindo, para poder estar juntos.

-¿Lo dices en serio?

-Más en serio que nunca, ¿nos vamos?

-Por supuesto.

Camus se despidió solamente de Dégel, y Milo de Aioria y Kardia, porque ya no tenían la paciencia de seguir esperando, emocionados, con la pasión fluyendo por cada una de sus fibras, corrieron al asensor, deseando que bajara a toda prisa hasta el lobby, donde el valet parking ya los estaba esperando con el Audi del médico, subieron con la velocidad de la luz, y cuanto antes, ya se iban en carretera a una linda cabaña con toques modernos, propiedad de los señores Antares, donde azul con aquamarina, fundirían sus cuerpos en el más atrayente de los placeres.








Continuará...

Comentarios: ¡Hola!, ¿qué dijeron?, ¿ya viene el segundo lemon?, ¡NO!, jejejeje ese lindísimo momento vendrá en el capítulo que viene, quiero redactarlo bien, y con mucho cariño para ustedes, espero poder escribirlo en este fin de semana, y a aquellas lindas personitas que comentan (gracias en serio gracias), quisiera hacerles una pregunta, si en este fic, hiciera otro lemon, dedicado a una pareja que no sea MiloXCamus, ¿quién les gustaría que fuera?, Marín y Aioria, Shaka y Mu, Shion y Dohko, Kardia y Dégel, Dita y Ángelo, o Aioros y Shura. Yo creo que hay algunas que tienen mucho más fundamento en la historia, y que se me haría más fácil hacer, pero igual los leo, cuando sea el momento, me decidiré a hacerlo.

Voten sin miedo :D es completamente gratis, con confianza, me harían feliz.

Nos leemos pronto, Yare.

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