El elegido rápidamente la tomó de la cintura sentandola sobre el escritorio, abrió sus piernas metiéndose en medio de ellas. Sin pedir permiso la besó, primero fue suave, repartió besos calientes hasta su cuello, que mordisqueo y lamió con devoción.

Iba dejando besos húmedos hasta el inicio de sus senos, desabrochó la blusa , botón por botón con sus dedos nerviosos, más con su boca besaba cada parte expuesta de su piel de porcelana.

La morena emitía suaves gemidos, que ya lo tenían loco por la expectacion. Se dejó hacer, la forma de amar de su novio la emocionaba. El era cariñoso.

Sacó su blusa, luego su brassier, al ver sus pechos, sus pezones erectos por la excitación comenzó a besar primero uno, luego el otro, chupando y lamiendo, el bulto de su pantalón crecía , necesitaba liberarlo.

Pero Pansy ya le había abierto la camisa, e iba por su pantalón, dejándolo desnudo frente a ella, Harry se dejó hacer, sus manos expertas tomaron su miembro para acariciarlo de la punta hasta la empuñadura.

Harry quería todo, su novia se bajó del escritorio para desnudarse. Con un hechizo verbal transfiguró el escritorio en una cama. Allí ambos cuerpos se encontraron, se acariciaron completos, los besos no faltaron.

El moreno se arrodilló frente a ella se colocó sus piernas sobre los hombros, e introdujo a su miembro en la entrada cálida y lista para él. Está vez no fue delicado, más el ímpetu y la desesperación por poseerla fue bien recibida por su novia.

Harry tenía todo lo que ella soño algún día, su aparente inexperiencia en las artes amatorias la enamoraron más, la combinación de comportamientos previos al acto le gustaron mucho. Dejo de rememorar el momento para disfrutar del coito.

Las penetraciones iban subiendo de intensidad, estás le enviaban descargas placenteras, Pero ella quería más, lo empujó despacio mostrándole el espaldar para que él se sentará, era su turno.

Lo besó desde la boca, el cuello, su pecho firme por el quidditch, bajo a su vientre y le besó la punta de su miembro, lo introdujo hasta el fondo en su entrada, sus movimientos candenciosos hacían gemir al elegido.

Primero fue suave, fuerte, más fuerte hasta que el orgasmo los golpeó, la morena cayó rendida sobre su pecho, no sin antes hacer el hechizo anticoncepción. Allí se quedaron el resto de la tarde.

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Antes de Ginny, Blaise había sido más mujeriego que Draco, Pero al reconocer que le gustaba la menor de los Weasley dejo esa vida atrás.

Tanto que ya le había dicho a su madre...

Lorraine le presentaba cuánta chica francesa le caía bien para que escogiera, y hacer un contrato matrimonial.

Él obedecía y en las vacaciones brincaba de cita en cita, Pero les faltaba algo.

Gracias a la amistad con Hermione conoció los placeres de la vida... Comer las mejores viandas de las manos de Molly.

E incluso en la navidad pasada recibió su más preciado tesoro, su jersey verde, con la B, bordada en plata.