Mi Ama
( Capítulo 1)
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Holis gente linda ❤️ cómo andan? Espero que súper 🤗
Bien, primero que nada a mis bellas lectoras quería desearle un bonito día de la mujer, se que fue ayer aunque hice un pequeño saludo en mis noticias, no he tenido tiempo de traer un nuevo capítulo de mis fics y como un mini regalito atrasado les traigo esto solo espero que lo disfruten le mando un fuerte abrazo a todas ❤️
Y mí dedicatoria especial va para una de las fickers sesshome que más admiro 🙌🤗 asíque Ombraos❤️ esto va para tí ❤️
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Kagome corría en la oscura noche del bosque .
Su pecho subía y bajaba rápidamente, el agotamiento y el dolor que sentían en cada parte del cuerpo, le era terrible.
-- No te detengas--
Iba tirando flechas hacía arriba para ver si alguien podría ayudarla en aquella solitaria noche.
Las ramas y hojas iban crujiendo por cada pisada que daba, temblando de miedo cubierta por aquel ahori rojo que podía llegar a protegerla hasta cierto punto la hacía pensar de manera positiva y su valor decía que no se daría por vencida tan fácilmente.
Tanto Inuyasha como Miroku habían abandonado ,juntos, la aldea tan solo un día atrás para así poder ir a realizar unos trabajos y exterminar de ese modo algunos monstruos que rondaban en una aldea muy lejana.
El vientre de Sango ya se econtraba abultado y a cargo de la azabache, no solo estaba su adorada amiga, sino los más pequeños también.
Habían atacado directamente su aldea y muy astutamente había refugiado a Sango, Shippo, Rin y a la abuela kaede dentro del pozo devora huesos, creando un campo en donde nadie podría encontrarlos pero necesitaba ayudar a las otra personas con urgencia y era muy consciente que ella sola, no lo lograría.
__ Hermosa mujer! __
Gritaba uno de los demonios que no se econtraban tan lejos de ella.
Este escupía fuego era una especie de dragón aunque la verdad, es que no lo sabría con exactitud se econtraba tan desesperada, con tanto pánico que no podía dejar de llorar, pidiendo a los kamis encontrar a Koga porque sabía se antemano que era imposible que Inu y Miroku regresarán hasta al menos en una semana.
Es por ello que el Hanyo en modo de protección cuando emprendía un largo viaje dejaba su capa de rata de fuego, pero ahora no era suficiente.
-- Sesshomaru --
Ni ella misma supo porque razón aquel temido demonio se le vino a la mente aunque quizás, solo quizás, si supiera que la vida de Rin peligraba podría ayudarla.
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No muy lejos de allí posado con sus ojos cerrados y su larga platinada melena que se mecia con la fresca brisa de la noche se econtraba en un árbol, disfrutando del silencio sepulcral de esta.
-- Por cuánto tiempo más, debería este Yako esperar?--
El demonio no pretendía escuchar a su bestia, solo disfrutar de su momento de soledad y tranquilidad pero a su agudo olfato llegó un aroma muy conocido para él, movió un tanto su nariz para cerciorar que no era producto de su imaginación aquella exótica fragancia a vainilla que tanto lo enloquecia, se hallaba mezclada con sangre.
__ Sesshomaru!!__
-- Salvala!--
El Platinado apareció en un abrir y cerrar de ojos en medio del frondoso bosque y allí la vio.
Arrodillada cubierta con la capa de su medio-hermano mientras disparaba flechas, mantenía.un campo de energia, el cual, tres demonios querían derribar.
Claramente podía oler la exitacion de aquellos seres, se le revolvía el estómago y lo enfurecía de solo pensar que querían tomarla, no había dudas de ello y eso bastó para que su bestia hiciera estragos en todo su ser, produciendo que su sangre entre en ebullición por sus venas haciendo rugir a su bestia.
( Es mía!)
Yako gruñó y Sesshomaru echó su cabeza hacia atrás, sus ojos se tornaron en un intenso rojo y su rostro se deformó.
Con su máxima velocidad quedando justo tras ellos que solo llegaron a girarse para ver como su vida se iba a manos del Señor del Oeste.
El platinado tomó por el cuello a uno de ellos y aquellos verdes de reptil brillaron contra los dorados con tintes rojos que lo observaban sin expresión alguna.
__ Cómo es que te atreves a mirar a tu Lord a los ojos?.__
Introdujo dos de sus dedos en uno de estos, tal y cual, lo había hecho alguna vez con Inuyasha pero aquí la intención era otra, asíque con sus garras atravesó hasta la parte trasera de su cabeza haciendo que no solo el demonio gritara de dolor sino que los otros dos queden tirados en el suelo mientras trataban de soltarse del fuerte agarre de su mokomoko.
Kagome del mismo modo temblaba dentro del campo sin saber porque había gritado su nombre, no había conocido un aura tan poderosa como la del hermano de Inuyasha.
Nunca había entendido a ese demonio pero de algo no tenía dudas y es que ningún poder se comparaba con el de él.
El platinado le sacó el ojo de su cuenca y lo comió delante de todos los demás, la sangre corría por su boca, bajando por su varonil barbilla mientras goteaba de esta.
La miró de soslayo por un momento, como aún yacía arrodillada en el suelo lo veía con temor y le sonrió de lado incluso con parte de su boca cubierta por sangre, a la joven Miko le pareció lo más atractivo que había visto en su vida y también lo más terrorífico a la vez.
Arrojó el cuerpo del demonio contra un tronco de un árbol mientras a los otros dos, los sostenía, envuelto en su pelaje elevandolos.
Yako le estaba dando un espectáculo a quien él, ya había tomado como su mujer, aunque su portador no lo aceptase, el quería demostrar a su hembra que no había peligro alguno para ella.
Soltó a unos de los demonios y como si de un animal se tratara mordió su cuello desmembrandolo, hasta desgarrarlo por completo arrancandole la cabeza del cuerpo, a esta la tomó por los cabellos y se la mostró al otro demonio que suplicaba por su vida.
Pero Sesshomaru con su látigo verde lo cortó en dos partes, dejando un escenario digno de una película de terror.
-- Oh por dios! El va a matarme...--
Caminó elegantemente hacia ella, que solo sostenía con fuerza sus flechas cerró los ojos cuando sintió una extraña humedad en su mejilla izquierda, todo su ser temblaba y de su campo ya no quedaba nada.
-- E.. él.. me está lamiendo?--
Yako la había envuelto en su Mokomoko protegiéndola y Sesshomaru sin poder salir de su interior debido al inmenso placer de la relajación, al sentirla como jamás lo había hecho antes, dejó que su bestia se cerciore que la humana realmente no se encontraba dañada.
Kagome sintió como algo suave parecía acariciar sus muslos parte de su cintura, y uno de sus brazos, decidida abrió sus párpados pero jamás pensó lo que vería a continuación.
Sesshomaru se encontraba arrodillado junto a ella con sus ojos ya de su color natural pero su rostro seguía levemente deformado, no llevaba consigo su Dou y si, justamente, estaba lamiendo su rostro como si de un cachorro se tratara.
-- Q.. qué le sucede?--
Se paralizó sin hacer ningún tipo de movimiento cuando sintió que con su respingada nariz iba olfateando hasta llegar a sus cuello y producir algunas cosquillas que hicieron que la joven inevitablemente emita una risita.
-- Ella se ecuentra bien , ya detente! No hay peligro alguno!--
Yako lo ignoró, como tantas veces, el mismo demonio lo había hecho con él y se deleitó escuchando la melodiosa voz de su humana, ladeo levemente su rostro, tal y cual, lo hace un perro con su amo y sonrió sensualmente.
Produciendo en la joven no solo un sonrojo inexplicable sino una rara sensación.
__ Me temes? __ , musitó.
Yako al oler el temor mezclado con su esencia, en respuesta a ello, la envolvió, aún más, elevandose hasta casi la cúpula de un árbol y sentarse en una amplia rama con ella en su regazo.
La Azabache estaba aturdida, confundida sin entender su extraño actuar pero de algo estaba segura y es que no existía escapatoria y luchar contra Sesshomaru era una batalla perdida antes de haberla comenzado, asíque no era una opción.
Aunque una parte de ella se econtraba totalmente desconcertada por ahora solo elegiría mantener la calma.
Tanto el platinado que no lo admitía en voz alta y se negaba rotundamente como su bestia, se econtraban ansioso esperando la respuesta de la joven.
Kagome solo estaba pérdida en sus dorados y en la posesiva manera en la que era sujetaba. Estaban tan pero tan cerca que podía sentir su fresco aliento golpear contra su rostro, el pecho de Sesshomaru subía y bajaba definitivamente parecía tan exaltado como ella.
Solo negó con su cabeza...
__ Nunca te he temido.__
Con sus finos dedos acarició su mejilla buscando aquella cortadura que se había hecho en la escapatoria contra los malvados demonios, pero ya no existía rastros de ella.
-- Humana insolente --
( Ama )
__ Justo aquí llevarás mí marca.__
__ Se.. Sesshomaru __ ,Susurró.
Sintiendo nuevamente su nariz en su cuello pero está vez el demonio reposó su rostro en su cuello y allí se quedó un rato embriagando todos sus sentidos con su delicado aroma aquel mismo, que hacía danzar a su bestia y en él, aunque lo negase un millón de veces, lo hacía enloquecer como un cachorro alborotado.
Sintió su cuerpo temblar y esta vez, no solo fue su mokomoko el que la sujetó sino también sus fornidos brazos, atrayendola más hacía a él, como si eso fuese posible.
__ Dijiste no temer. __
Aquello pareció un gruñido, Yako se sentía enfurecido con el solo hecho de pensar que su hembra temiese de él y aborrecía a su demonio cada vez que en su ser se proyectaban las imágenes de aquella lejana vez que casi la mató, en la tumba de su padre.
__Q.. qué es eso de la marca?. __
La joven agachó su rostro avergonzada.
__ Quieres ver?__
-- No te atrevas! --
Sus azules brillaron y su curiosidad ganó asintiendo.
( Me he cansado de esperar )
-- Detente malditas sea, Bestia !--
Yako hizo brillar su luna menguante y de allí una tenue luz púrpura salió haciendo que el cuerpo de la joven se paralice sin poder realizar ningún tipo de movimiento.
__ S.. Sessh.. __
-- Yako!--
__ Shss.. Tranquila, Mí humana. __
Acarició con su garra el cuello y con un ágil movimiento envolvió su sedoso cabello entre su mano inclinado levemente su cabeza hacia un lado dejando su piel expuesta totalmente para su deleite.
Olfateó por última vez y lamió con desesperación.
Kagome respiraba agitada no sabía que estaba haciendo, no lograba entender nada solo que no podía moverse, mientras tanto, un demonio rugía en su interior queriendo tomar dominio de su propio cuerpo nuevamente pero no lo lograba, sabía que Yako aprovecharía la oportunidad.
-- Es del Hanyo!--
( Ella es mía!)
__ No me mates, Sesshomaru!__
Yako mordió su cuello penetrando así, sus filosos, colmillos desgarrando levemente su piel para introducir el veneno.
Kagome luego de aquel grito de dolor, se desvaneció en sus brazos cerrando aquellos azules , mientras tanto el mokokomo se mecia como si se tratase de una especie de cola de aquí para allá. Con cuidado alejó su boca de la nivea piel y lamió curando lo que el había causado.
La bestia estaba tranquila cuidando a su hembra que dormía entre sus brazos mientras una leve luz rosa cubría todo su pequeño cuerpo haciendo saber que su Reiki luchaba contra el Yuki del demonio.
-- No volverás nunca A ver la luz del día!--
Sesshomaru amenazó y luchó con todas su fuerzas, al notar a su bestia tan relajada tomó nuevamente control de su cuerpo.
Observó la pequeña figura femenina brillar entre sus brazos y como se había comenzado a formar una pequeña luna en su cuello.
-- Maldición! No, no, esto no me está sucediendo a mi!...--
Notó a la altura en la que se encontraban.
La volvió a mirar solo por un segundo sin querer detallar mucho, porque claramente ocultaba más de lo que no quería demostrar.
Volvió a cerrar sus párpados y
sin pensarlo la soltó desde la cima del árbol donde se econtraban.
La joven iba cayendo en caída libre, lentamente, el era muy consciente de que no resistiría un golpe de semejante altura, mucho menos si golpeaba su cabeza, después de todo era una simple humana.
Yako estaba en silencio atento a lo que hacía su amo.
Sesshomaru ya tenía el asunto resuelto o al menos eso pensaba.
La torpe Miko se había caído de una gran altura y de ese modo terminó con su insignificante vida parecía el plan perfecto hasta que algo lo inquietó y recordó aquella ternura de sus ojos azules observandolo en más de una ocasión con curiosidad y en un abrir y cerrar de ojos se encontró en el suelo de pie con ella en brazos, aún dormida.
Su bestia en su interior, sonrió...
El platinado la recostó en el suelo y la cubrió con la roja capa.
-- Hmph, indigna --
Se puso en pie y acomodó su cabello tras su oreja y con sus aires de grandeza digno de un Lord, susurró a la nada.
__ Insignificante, Humana, te aborrezco. __
( Nuestra Ama..)
Le dió su espalda y con su elegante caminar se alejó no sin antes recoger los inertes cuerpos de los demonios que yacían en el suelo y de ese modo se fue perdiendo en la inmensidad de la noche, olvidando lo que había hecho su bestia...
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