◦❣◦𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼↠|20
20 | El cachorro quiere irse
Su alma inquieta regresaba a su cuerpo después de haberse imaginado el peor de los escenarios posibles, perderle a ella sin duda alguna sería su calvario. Hye era su complemento, ese aire fresco que necesitaba para seguir existiendo, ella era su todo.
─ Cariño... ─ susurro Jungkook y cayó de rodillas al suelo mientras la observaba.
─ Él... solo quería ayudarme ─ Hye se encontraba conmocionada en el suelo con un Taehyung mal herido y desangrándose sobre sus piernas ─ Me protegió y fue capaz de anteponer su vida por la mía, ¡Y se está muriendo maldita sea!, todo esto es mi culpa...
Hye era muy impredecible y la mayoría de las veces las emociones la superaban, una persona tan sensible y apasionada como ella cuando experimentaba situaciones tan complejas se convertía en una catarsis sin fin.
Su bello y angelical rostro se encontraba bañado en lágrimas mientras sus ojos reflejan el temor, la culpa, la incertidumbre del qué pasará...
Por el contrario Jungkook se podía dar el lujo de poder volver a respirar con normalidad. Su pequeña estaba bien, aterrada, pero sin un solo rasguño o cabello fuera de lugar tal cual la vio por última vez, no bastarían las palabras de agradecimiento hacía su beta por proteger a su luna con garras y dientes. No se había equivocado en nombrarlo su beta, mano derecha y mejor amigo, uno de los pocos lobos dignos de su confianza por no decir que el único.
Estaría bien, no se iba a permitir dejarlo morir, esta sería otra herida de guerra que portaria con orgullo. Remangándose las manga de su suéter hasta la altura del codo, dejó al descubierto el área de sus muñecas, superficie que no dudo en morder a la hora en la que sus incisivos hicieron acto de presencia, era uno de los puntos en donde más venas y arterias se hallaban y desde luego donde más fácil sería extraer el preciado líquido vital, su sangre comenzó a fluir como río siguiendo su cauce. Acercando sus manos hasta sus labios incitó a Taehyung a beber de él.
─ Vamos hermano, toma todo lo que necesites - a Taehyung no le quedaban fuerzas siquiera para oponerse y solo se limitó a succionar débilmente de la herida. Su sabor no era el mejor del mundo, pero le sería más efectivo pasa su curación. ─ Estará bien preciosa, se repondrá.
Cuando creyó que ya había bebido lo suficiente como para que su habilidad de curación se reactivará por si sola pidió la ayuda de algunos guerreros para que trasladarán a Taehyung a la enfermería en donde recibiría atención médica para las heridas externas, por lo menos lo más importante ya había sido atendido que era controlar la fuerte hemorragia, lo demás serían cuidados paliativos.
─ Llévenlo a la enfermería y llamen a Namjoon.
Taehyung ya se encontraba mejor y la situación había sido controlada, su omega había salido ilesa del ataque, pero aún así algo seguía hostigando su mente, ¡Esos malditos chupa sangre habían tenido los cojones de entrar a su territorio como perros por su casa!
─ Jungkook...─ Él la toma en brazos para cargarla y Hye enrolla sus piernas en su cintura. Un eminente abrazo se forma entre ellos y solo eso es necesario para calmar a la fiera.
─ No sabes lo aliviado que estoy porque te encuentras bien, estaba desesperado creí que te perdería mi ángel ─ escondió su rostro en su cuello mientras respiraba su delicioso aroma.
─ Tenía miedo, ellos dijeron que tú y Félix estaban en problemas, y que...─ Jungkook repartía caricias en el área de su nuca con el fin de llevarla a un estado de relajación.
─ Shh, tranquila ─ ella lo abrazo con más intensidad que tan solo si contará con más fuerza le rompería unas cuantas costillas a cualquiera de esa manera.
─ Dijeron que Félix estaba muerto, pero yo lo sabría si fuera así... lo sentiría...
─ No preciosa, él esta bien, tranquila ─ haciendo uso de sus feromonas de alfa esparció un poco de ella por todo el lugar para tranquilizarla.
─ ¿Dónde se encuentra?, quiero verlo ─ lo miró.
─ Él est..
─ Justo entrando, querida madre ─ Entró a la habitación. Él estaba escuchándolos detrás de la puerta. Solo quería asegurarse de que ella estaba bien, pero tampoco quería estorbar su intimidad. ─ Estoy bien mamá. ─ la omega sentía esa felicidad en su interior por llamarla de esa manera.
Jungkook la bajó con cuidado y acaricio sus mejillas brindándole una sonrisa, ya que ella al ver a Félix sano y salvo se mostraba más tranquila. Posó una de sus mano en la cintura de Hye y la incitó suavemente para que avanzará a donde Félix, ella camino apresurada y se abrazaron con fuerza. Como si hace mucho tiempo no se vieran.
─ Si no los tengo a ustedes, moriría ─ murmuró entre gemidos reprimiendo el llanto.
─ Aquí nos tendrás preciosa. Siempre estaremos juntos cariño ─ pronunció Jungkook a sus espaldas. Los miraba a ambos y extrañamente no sentía la necesidad de quitar a Félix de su lado, él sería el único al que lo dejaría compartir el amor de Hye.
─ Antes de que Taehyung matará a el último vampiro que quería llevarme, dijo que acabaría con todos los de la manada ─ Hye mascullo entre dientes enojada ─ Que tenían alianzas con lobos, que yo sería su reina y que a ti te tenía una sorpresa, la cual todos disfrutarían en el clan. Me hizo entender que hay alguien importante en la manada que no está y esta siendo torturado. Dijo que se divertían con él y supongo es hombre. ─ él frunce el ceño ante sus palabras.
─ ¿No te dijo nada más? ─ ella asintió en afirmación.
─ Dijo que volverían y está vez sería diferente ─ dijo bajando su cabeza. Ella tenía miedo y Jungkook lo sintió.
Se acercó a ella y tomó su rostro para dejar un corto beso en sus labios.
─ No voy a permitir que te suceda nada preciosa, te amo ─ Félix carraspeo incómodo ante la dulce escena digna de una dosis de insulina.
─ Los dejaré solos ─ salió de la habitación.
Una vez solos Jungkook carga a Hye en sus brazos y la lleva al baño, la sienta en un pequeño sofá situado en ese gran cuarto de baño.
Se arrodilla ante ella y levanta su suéter llevando con este de paso también su blusa, hasta quitárselas, al final las arroja al cesto de ropa sucia. Acaricia su mejilla con delicadeza. Todo estaba en silencio, ninguno habló. Solo es escuchaban los pasos de Jungkook en ese cuarto y los movimientos que hacía buscando las cosas para limpiar la sangre que había en Hye.
Regresa con ella y ve un ligero rasguño en su mejilla que cubría una parte su cabello. Apretó su mandíbula con fuerza, sentía la ira recorrerlo completamente, habían tocado a su pequeña y se iban arrepentir.
─ Lo pagarán ─ susurró para si mismo pero Hye pudo escucharlo claramente.
─ ¿Taehyung estará bien? ─ preguntó aún preocupada por él, no estaba totalmente convencida de que lo estuviera.
─ Si princesa, estará bien ─ limpia con sus dedos el rastro de sangre que a Hye no le importaba y termina pasando su lengua por encima de este para hacer que cicatrice. ─ Creo que será mejor que te des un baño. Prepararé la tina.
Comenzó abrir la llave regulando la temperatura adecuada para el agua. Volvió con Hye y la desnudo por completo. La cargo y la dejó en la tina con delicadeza, comenzó con el jabón y pasó la esponja por todo su cuerpo, Jungkook ama la vista de su preciosa omega, era preciosa por fuera como por dentro. La admiraba mientras se permitía acariciarla cuando la bañaba.
Hye suspiró, se sentía tan bien, más relajada y tranquila. Jungkook se quito su ropa y se metió junto con ella en la bañera.
─ ¿Qué haces? ─ preguntó cuando sintió su cuerpo tras su espalda mientras la movía. Ella sonrió.
─ También quiero un baño, me siento sucio ─ decía con una sonrisa. Hye dejó recargar su espalda a su pecho. Y Jungkook la abrazo pegándola más a él.
Ya había pasado un mes desde lo ocurrido y Jungkook no encontraba la ubicación del clan de los vampiros, comenzó a beber mucho y hacer más frío como antes, volvía hacer ese Jungkook hermético. Todo se estaba descontrolado, su linda mate era lo más importante y maravilloso que tenía, y no estaba dispuesto a perderla.
Las amenazas eran constantes ahora no sólo él tenía a manadas en su contra si no que la manada de Yoongi también y la manda Luna dorada. Los había arrastrado a su abismo, sabía que si Hye se enteraba jamás lo perdonaría, ella era un ángel. Se preocupaba por los demás y si se llegase a enterar de que por su culpa miles de inocentes morirán, lo odiaría.
Bebió del vaso de whisky hasta terminarlo. Taehyung estaba ayudándolo, pero sentía que no era suficiente. La puerta fue tocada, sin embargo no respondió, quería estar solo.
Siguió revisando las cartas de amenaza de las mandas, pero una vez más volvieron a tocar, él iba a responder de forma grotesca y grosera como siempre, pero una voz que ama lo detuvo.
─ Papá soy yo ─ Félix habló tras la puerta.
─ Puedes pasar ─ se suavizó, solo con él y Hye podía ser distinto. Félix entró y cerró la puerta, caminó hacia él y se sentó frente suyo. ─ ¿Qué es lo que necesitas? Te he dicho que puedes comprar todo con las monedas de oro que te di, si necesitas más no pienso darte nada. Aprende administrarlo.
Jungkook era muy inexperto en esto de ser padre, pensaba que costeando lo que le hiciera falta a su hijo lo complaceria, en vez de enfocarse en los aspectos importantes, como la familia, solo estaba inmerso en su venganza y en las constantes amenazas
─ No se trata de eso, y no ocupo usar un dinero que no es mío ─ su tono de voz denotaba la madurez que lo caracterizaba y reafirmaba la seriedad del asunto ─ He decidido marcharme de aquí, siento que este no es mi lugar ─ Jungkook enmudeció por un momento al escucharlo y dejo de mirar los papeles que estaba revisando.
Sorprendido era poco para describirlo y después de eso en cuestiones de segundos transcurrió por varias fases de sorprendido a enojado y de enojado a escéptico.
─ ¡¿Qué?! ─ la situación no era la mejor para que su cría decidiera abandonar la manada agregándole el hecho de que Hye enloqueceria con la noticia. ─ ¿Irte, así sin más? ¿A dónde diablos pensarías ir tan siquiera?.
─ No me malentiendas ni te enojes a primeras, no los abandonaré. Sólo necesito ir a la manada de mi tío, quiero conocerlo. ─ se encoje de hombros ─ Quiero irme papá, me siento limitado en esta manada, quiero salir y ver que me depara el mundo, quiero encontrar a mi mate... ─ Jungkook un poco más relajado se hecha a reír.
─ Si tu madre te oyera ─ decía calmando su risa ─ Me siento orgulloso de que mi hijo tenga la necesidad de encontrar a su mate, eso demuestra que tienes unos valores muy bien definidos y no te andas por la vida esperando que todo te caiga del cielo mágicamente.
─ No es solo eso padre, quiero salir, conocer a las demás manadas. Bueno con las que tenemos alianzas. ─ se recarga en el respaldo del sofá.
Félix y Jungkook ya podían sentir ese fuerte lazo que los unía, los entrenamientos sirvieron para acercase más, ambos confiaban uno a otro. Félix sabía todo lo que sucedía, Jungkook confiaba en él y platicaban de todo después de que entrenaban.
─ Si esta es tu decisión, y tus motivos yo no me opondré ─ Si Félix se iba tendría un problema menos, su manada era la que más atacaban y si él salía de allí estaría seguro, solo tendría que estar cerca de Hye para protegerla. ─ ¿Cuándo piensas irte?.
─ Mañana. Quise venir a hablar contigo primero, aún no le he dicho a mamá ─ Jungkook negó ante lo dicho.
─ ¿Sabes cómo se pondrá...?
─ ¡¿Por qué quieres irte?! ¿Acaso hice algo mal? ¡Sé que no soy la madre que se espera de mí, pero hago mi mejor esfuerzo! ─ ella lo miró lastimada, Hye tenía miedo de que Félix ya no la quisiera y por eso decidiera irse.
─ Te lo dije ─ dijo Jungkook a Félix recargado en la pared de brazos cruzados mientras los observaba.
─ ¡¿Qué le hiciste a mi hijo Jeon Jungkook?!, ¿Por qué quiere irse de la manada? ─ sus ojos comenzaron a cristalizarse a la par que se llevaban de furia.
Jungkook camino con rapidez y tomó sus manos. No le gustaba verla llorar, beso su cabeza y su frente. Félix suspiró, otra escena extremadamente melosa y perturvadora de sus padres que en cualquier momento les entrarían las ganas de coger.
─ Solo quiero ver al tío Yoongi madre, vendré, lo prometo solo serán unas vacaciones ─ Jungkook se apartó para que ellos se abrazaran.
─ Está bien, creí que no querías estar con nosotros ─ Él negó.
─ Son lo mejor que pudo pasarme. Estoy feliz con ustedes ─ se separaron ─ Volveré.
Ella asintió y lo abrazó de nuevo, pero más fuerte.
─ Llama cuando llegues, no hables con extraños y no te metas en problemas. ─ decía por enterarse lo de hace un mes con lo de aquel vampiro. Se separaron. ─ No caigas en las redes de toda mujer que se cruce en tu camino. ─ Jungkook rió ante esto.
─ Madre celosa ─ decía el alfa mirándola sonriente y ella lo miró con mala cara.
─ Sí, mamá. Haré lo que me dices ─ beso su mejilla como forma de una dulce despedida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro