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˖♡; Doce [Final]

Mew y Gulf pasaron toda la mañana abrazados y dándose besos. Sus corazones sonaban a un mismo compás. Sus lobos revoloteaban felices.

Pero después de unas horas ambos estómagos rugieron y tuvieron que bajar a la cocina. Mew calentó la comida que le había preparado a Gulf antes de irse y para él se preparó algo liviano.

Comieron en silencio y cuando terminaron de comer ambos se sentaron en el porche. Gulf recostó la cabeza en el hombro de Mew y este envolvió a Gulf en sus cálidos brazos rozando su mejilla de la cabeza pelicastaña y llenándose ambos del olor del otro.

—Pensé que nunca podrías ser mío, se veía imposible que me acepataras—soltó Gulf un poco melancólico.

Mew rió y siguió restregando su mejilla de los castaños mechones.

—Pero ahora lo soy y nunca te desharas de mí.

Gulf sonrió y se escondió en la curvatura del cuello de Mew.

—No quiero deshacerme de tí. Eres mío para siempre.

—Y tú también eres mío para siempre.

Ambos se mantuvieron en los brazos del otro llenándose de una inigualable paz que no sabían que necesitaban hasta ahora.

—Lamento no darme cuenta antes, quizás si las cosas hubieran sido diferentes hubiéramos estado juntos desde hace mucho tiempo.

Gulf se retiró de su escondite. Miró a Mew y acarició sus pálidas mejillas.

—No te culpes... El destino ocurre de maneras tan raras. Nuestro momento era este y ahora estamos juntos y eso es lo que importa—dijo con seguridad, pero después su mirada bajó viendo fijamente su regazo y sus ojos vislumbraban con tristeza—No me gustaría que dejaras tu grupo de guerra.

Mew negó y tomó las manos de Gulf besandolas con cariño.

—Quiero estar contigo hasta que envejecazmos. Dejar mi grupo de guerra no es tan doloroso como pensé que sería porque como ya dije tú eres lo más importante para mi, Gulf.

Gulf sonrió.

—Te adoro tanto.

—Yo también te adoro.

Juntaron sus frentes y cerraron sus ojos.

—¿Podrías acompañarme a la tumba de Amelia? Quiero decirle lo feliz que me siento ahora y agradecerle por su compañía y por amarme a pesar de todo.

Mew acarició sus cabellos.

—Claro, cariño. También me gustaría agradecerle por cuidar de ti—asintió con una suave sonrisa—Pero primero debo hacer una llamada y dar mi renuncia.

—Yo...

—Shhh, todo está bien. Es mi decisión. Quiero que formalicemos nuestra relación y formemos una familia a nuestro modo.

Gulf asintió sintiéndose más seguro y creyendo en las palabras de Mew. Cuando Mew se levantó y se dirigió hacia la casa para hacer la llamada, Gulf se quedó viendo el verde bosque con una pequeña sonrisa.

Aún para él era sorpresivo como las cosas podían cambiar de un momento a otro. De estar muriendo y al bordo del abismo ahora tenía una segunda oportunidad al lado de la persona que siempre amo.

Saber que Mew era suyo y que su lobo y él lo aceptaban tenían a su corazón alegre. Sentía que volvía a florecer como las flores de su inmenso jardín.

Miró hacia el cielo y sabía que Amelia estaba feliz por él. Por eso quería decirle y compartir su felicidad con ella.

Gulf espero a que su alfa guerrero  regresará para así juntos ir a la tumba de Amelia.

Cuando minutos más tarde Mew regreso, Gulf se levantó y entrelazó su mano con la de su alfa guerrero.

Gulf guío el camino con una suave sonrisa siendo correspondida por la sonrisa resplandeciente de Mew.

—¿Cómo lo tomó tu jefe?—preguntó Gulf.

Mew suspiró.

—Para él fue inesperado. Este siempre fue mi sueño y había logrado muchas cosas durante mis años sirviendo. Él no lo entendía, hasta que le expliqué el motivo. Le dije que quería tener una familia y que ya habia elegido a la persona con la cuál quería pasar el resto de mi vida. Y en ese momento él lo entendió, parecía muy nostálgico cuando se despidió de mí, pero sólo me pidió que regresara, recogiera mis pertenencias, firmará unos papeles y nos tomáramos un último trago—Mew rió lleno de humor—Ha sido el mejor jefe que pude tener. Mientras otros eran déspotas y se creían superiores por tener un rango alto. Él siempre tuvo los pies sobre la tierra.

Gulf siguió escuchando a Mew. Y aunque había un tono de nostalgia en cada palabra que soltaba, también había una diferencia en sus luminosos y brillantes ojos y el cómo sus callosos dedos afianzaban su mano con seguridad y por eso Gulf sabía que Mew no tenía dudas sobre su decisión. Mew lo habia elegido y no estaba arrepentido de hacerlo. Su sonrisa era genuina y sus ojos; aquellos ojos negros como la noche lo miraban con adoración.

Cuando llegaron a la tumba de Amelia, la lápida tenía flores marchitas a su alrededor. Estás eran de la última vez que Gulf había venido, y eso fue antes de caer en cama por su lazo roto. Gulf se arrodilló y con la mirada le pidió silenciosamente a Mew que lo acompañará.

Mew se arrodilló al lado de Gulf y envolvió un brazo por sus hombros y beso su cabeza.

Gulf miró con cariño la tumba improvisada que había hecho. Sus ojos se aguaron.

—Mi querida Amelia...—susurró con lágrimas en los ojos y después tuvo que tragar saliva para continuar y esta vez alzó un poco la voz—No sé como empezar... Estoy llorando y no quería que me vieras así, pero es inevitable... Fuiste una gran compañera. Tu amor, tú calidez, tú dulzura, me ayudaron a seguir. Y aunque no te amé y se que lo sabías muy en el fondo de tu corazon, sí te adore y te quise mucho. Significaste tanto para mí.... Gracias, en serio muchas gracias por amarme, por cuidar de mí y levantarme cuando sentía que mi mundo se caía a pedazos y que nunca sería feliz. Fueron unos hermosos años a tu lado y siempre te llevaré en mi corazón—se limpió las lágrimas y apretó la mano de Mew que tenía en su hombro—Fue difícil tu partida y en un punto me resigné a morir porque nada tenía sentido para mí. Te había perdido y la única persona que siempre amé nunca volvería a mí... Pero ahora puedo decirte que no debes preocuparte amada mía... Soy feliz. Mew está a mi lado y cuidara de mí—las lágrimas siguieron corriendo y su voz se escuchó ahogada—Hoy se me olvidó traerte flores, pero volveré y llenaré tu tumba de muchas flores, lo prometo.

Mew beso la mejilla de Gulf y sus manos eliminaron las lágrimas en el rostro de su pareja. Lo abrazo con fuerza mientras esté lloraba y se desahacia.

Los ojos de Mew se aguaron y miró la lápida mientras refugiaba a Gulf en sus brazos y acariciaba su espalda para reconfortarlo.

—Querida Amelia... Gracias por amar a Gulf y cuidar de él, te lo agradezco. Pero ahora no debes preocuparte más porque yo cuidare de él hasta mi último aliento, es una promesa.

Gulf siguió llorando y Mew lo siguió arrullando en sus brazos.

Cuando Gulf dejo de llorar, Mew beso sus labios húmedos de lágrimas y después beso sus mejillas y su frente.

—Te tengo, cariño.

—Nunca me sueltes—imploró Gulf con su voz agrietada y rota.

Mew sonrió y sus ojos se humedecieron.

—Desde ahora nunca lo haré. Aquí estoy contigo y será para siempre.

Juntaron sus frentes y se volvieron a refugiar en los brazos del otro. Ambos sentían que los brazos del otro tenían la medicina que sus almas necesitaban.

"Y aunque el futuro era un misterio y podrían venir problemas a futuro, ellos lucharían por su final feliz. No sería fácil, lo sabían, pero se tenían el uno al otro y las ganas de luchar por su relación eran feroces y por eso estaban seguros de que lograrían su para siempre; porque lo que importaba era lo que sentían y sus sentimientos eran inigualables, inrompibles y muy fuertes. Tan poderosos como el sol, tan intensos como la luna y tan intocables como las estrellas."

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