La mente del alfa era un mar de sueños y todos al lado de Mew. Tantos escenarios preciosos que quiere explorar con su único amor. Gulf no quiere despertar, se aferra a cada sueño y aunque sabe que no son reales, al menos en sus sueños Mew lo acepta y lo ama.

Aprieta los ojos pero es una misión imposible, el sueño se ha ido lejos. Abre los ojos poco a poco y se va acostumbrando a la claridad. La cortina esta un poco corrida y puede ver como el sol ilumina la habitación.

Al sus ojos acostumbrarse a la luz lo primero que busca es a Mew, pero este no está, en cambio War le sonríe amistosamente.

La decepción inunda a Gulf. Quizás a la final Mew si había huido de él. La punzante sensación hace que sienta un gran malestar en su pecho pero no se lo agarra para no llamar la atención de War.

Se siente cada vez más vacío y aún más débil. Siente que poco a poco no queda nada de él. Y saber que Mew se había ido le causaba mucho dolor. Su lobo estaba lloriqueando desconsolado.

Gulf llegó a pensar ilusamente que Mew lo había aceptado porque anoche durmió junto a él y Mew le permitió abrazarlo. Por un momento pensó que todo estaba bien, que todo iba a funcionar, pero no era así y la realidad se estampaba en su cara; tan dolorosa y incierta.

Se apretó el pecho para tratar de calmar las punzadas. El dolor aniquilandolo. Quería toser, quería vomitar. Sentía como su poca vida se escurría por sus dedos.

War lo miró preocupado y se acercó rápidamente a él.

—Gulf, ¿qué es lo que sientes?—War lo ayudo a sentarse y Gulf tembló como una hoja de papel—¿Qué te duele?... Me estas preocupando.

Gulf comenzó a llorar.

—Me duele el corazón. Me siento tan débil. Creo que no tengo suficiente energía para luchar.

War lo atrajo hacia su pecho y Gulf lloró desmedidamente apretando la camisa del doctor y soltó una leve tos.

—Sigue luchando, por favor. Mew estará aquí pronto.

Gulf se quedó congelado.

—¿Él vendrá? ¿No sé a ido? ¿No me a dejado? ¡Por favor, no me mientas!

War lo apretó en un cálido abrazo tratando de calmar a un desesperado y triste alfa.

—Mew no sé a ido Gulf. Él no te a dejado y no piensa hacerlo.

Gulf volvió a llorar y sus hipidos se escuchaban en la habitación.

—Yo... Pensé que me había dejado.

War le acarició el cabello con ternura y tranquilidad.

—Gulf... Mew no piensa dejarte. Esta mañana lo vi muy animado y dispuesto a todo para lograr que vivas.

Gulf no pareció muy convencido pero no trato de refutar y decidió mantenerse en silencio.

War se separó un momento de Gulf para buscar en su maleta un calmante y bajó rápidamente a buscar el agua. Cuando llegó Gulf estaba en posición fetal y se retorcía agarrándose el pecho y quejándose.

—Me duele mucho.

El pánico inundó al doctor pero trato de actuar calmado y le hizo tomar la pastilla.

—Lo sé, es muy doloroso. Ya tú lazo marchitó está acabando contigo. Sólo tienes el día de hoy, no creo que puedas soportar más, pero por favor Gulf debes luchar, lucha por Mew, el te quiere.

Gulf mostró una sonrisa rota. Ya no creía que fuera cierto.

La pastilla no tardo mucho en hacer efecto y Gulf se recostó en la cama sintiéndose menos adolorido.

—¿Entonces... Hoy es mi último día?

War lo observó con una mirada triste.

—Sí, por el color de tu piel y por tus síntomas estás muy cerca de morir.

—Me gustaría despedirme de Mew antes de morir.

—¡¿Qué?! ¡¿No romperas el lazo?!

Gulf miró hacia la ventana con abatimiento y resignación.

—No tengo motivos para vivir.

—¿Y Mew no es un buen motivo para vivir?

Gulf cerró los ojos.

—Él no me quiere. El seguro me odia en estos momentos. A pesar de que ayer se portó tan dulce conmigo se que era porque sentía compasión por mi estado de salud.

War iba a hablar pero fue interrumpido por Mew.

—Te equivocas, yo te quiero y nunca te odiaria. Y anoche cuando me quedé contigo no fue por compasión.

Gulf abrió los ojos y miró a su adorado Mew. Sus pálidos labios temblaron.

—¿A pesar de todo me quieres?

—Te quiero, Gulf. No me iré a ningún lado y haré que esto entre nosotros funcione.

El doctor carraspeó y salió para darles privacidad.

Gulf no podía creer lo que decía Mew. ¿En qué sentido Mew esperaba que funcionara? No quería ilusionarse y lastimar aún más a su corazón, así que hizo la temida pregunta.

—¿Quieres qué funcione? ¿Qué exactamente?

—Quiero que tengamos una relación. Siento algo muy fuerte por tí y aunque aún no sé cómo definir mis sentimientos, se que estar contigo es la decisión correcta.

Gulf comenzó a llorar. Sus ojos estaban muy hinchados y rojos. Sus manos temblaban.

—No me mientas, haces esto para engañarme y para que deshaga el lazo.

Mew se acercó a la cama y se arrodillo.

—No estoy tratando de engañarte. Quiero hacer que funcione. Así que no seas tan terco, cariño y corta el lazo. Te esta matando y me esta matando a mí al verte tan demacrado.

Gulf siguió llorando. Sus dedos trataban de detener las lágrimas pero estas seguían cayendo.

—¿No me estás engañando, Mewie? Por favor no lo hagas, no me ilusiones, no lo soportaría—rogó—¿En serio te quedaras conmigo y intentarás que lo nuestro funcione?

Mew sonrió y le acarició una mejilla con suavidad.

—Me quedaré contigo y haré que nuestra relación funcione—prometió besando su frente y después se acercó a los morados y pálidos labios del enfermo alfa y colocó un delicado beso, un breve roce—Eres lo más importante para mí.

Gulf sintió una calidez llenarlo y su corazón danzo junto a su lobo. Recibir un toque de los labios de Mew en los suyos lo hizo el alfa más feliz de esta tierra. Porque ese simple gesto le confirmaba que Mew no lo estaba engañando y que si quería intentarlo.

—Tú también eres lo más importante para mí—sonrió y Mew lo abrazo con suavidad.

—¿Romperas el lazo?—preguntó lleno de preocupación y por un breve momento Mew tembló pensando que Gulf a pesar de todo diría que no—Me aterra que digas que no.

—No debes temer, lo haré, romperé el lazo.

Ambos se separaron, Mew sonriendo con ternura y cariño, y Gulf a pesar de tener los ojos húmedos su cara estaba adornada con una suave sonrisa.

—Pero debe ser rápido. El doctor War me dijo que sólo me queda el día de hoy.

—Entonces hay que hacerlo, no perdamos más tiempo. Voy a estar aquí agarrando fuertemente tu mano, lo haremos juntos—Mew tomó la mano de Gulf y la besó.

Gulf sonrió. Ser mimado y llenado de afecto por Mew era como estar en el paraíso.

—Siempre juntos.

Mew sonrió con mucha dulzura.

—Siempre juntos, cariño.