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viñedos


Tenía que admitirlo, dormir en el campo era una sensación muy agradable, se respiraba otro ambiente, más fresco y acogedor, tan cálido qué....

¡Kikirikiiiiiiiii!🐓

Y de nuevo era arrancado de los brazos de Morfeo por ese ruido infernal.

¡Aghhhhh!

Molesto se sentó en la cama apretando con fuerza las sábanas, estrujando la tela mientras imaginaba que era el cuello de ese pobre gallo.

¡¿Porque diantres tenía que hacer tanto ruido?!

Acaso no se daba cuenta que aún no amanecía; giro a la ventana para confirmar, aún estaba obscuro.

¡Ahhh, que lata!

Volvió a acostarse intentando volver a dormir pero...

¡Kikirikiiiiiiiii!🐓

El jodido animal volvió a proferir el insoportable graznido ocacionando que sus tímpanos retumbaran. Una, dos, tres veces más hasta que el pobre borrego se paró de la cama.

El chico estaba furioso, tenía un oído muy sensible y....

¡Kikirikiiiiiiiii!!!!!!!🐓

Convencido de que ese animal no lo dejaría dormir se preparó para el día, y es que podía jurar que esa jodida ave lo hacía a propósito, ya que en cuanto se cambiaba dejaba de cantar.

Antes de bajar las escaleras procedió a revisar las demás habitación.

Defteros dormía plácidamente en el cuarto de invitados, Albafica en la habitación de Manigoldo, los niños en el cuarto de Rafael, él ocupaba la habitación de los padres de estos y a Manigoldo le tocó dormir en el sillón.

Ya no le sorprendía ver a los demás roncar, de verdad tenían el sueño pesado.

Con cara de zombie bajo las escaleras encontrando a Manigoldo en la cocina, preparando el desayuno para todos.

-buenos días.
-buenos días Shion ¿Dormiste bien?

Una sonrisa ligera fue la respuesta, aún no entendía como carajos Manigoldo se veía tan fresco como lechuga cuando siempre era el último en acostarse y el primero en pararse.

-si, gracias ¿Te ayudo?

Para pasar su mal humor decidió hacer el jugó, después de todo no quería ser una molestia para su anfitrión, que bastante hacía con recibirlos.

Diez minutos despues bajo Defteros, con una gran sonrisa y sus mejillas rosadas. Al Heleno le había caído de pipa el viaje al campo, libre de sus preocupaciones y problemas con su hermano y padre, la verdad es que se veía muy relajado y feliz ya que no dejaba de sonreír todo el tiempo.

-¡Buenos días!
-buenos días Defteros.
-buen día Def.

El chico empezó a poner la mesa mientras señalaba lo rico que olía el desayuno, cosa que Shion apoyaba.

Se sentaron a desayunar en la pequeña mesa del comedor, con espacio para cuatro.

Desde el primer día ellos eran los primeros en desayunar, ya que los pequeños y Albafica eran muy flojos y siempre se paraban después de las nueve...si bien les iba.

-estaba pensando ¿Les gustaría ir al viñedo? Ya llevan  días aquí y solo se la pasan en la casa, les haría bueno salir un poco, claro, si quieren.
-¡claro! me gustaría ver un viñedo
-suena genial, yo me apunto.
-perfecto, entonces voy a despertar a esos flojos y nos vamos.

Shion y Defteros le sonrieron y le desearon suerte, despertar a esos tres era una proesa, en especial a...

******

Albafica dormía plácidamente entre esas sábanas de franela con dibujos de flores, al principio le había dado un poco de risa ya que le parecía algo noño y raro, si tomamos en cuenta el carácter del cangrejo, pero no tardó mucho en darse cuenta que fue el gusto de su madre, ya que toda la casa tenía ese toque femenino y cálido que solo una mujer o un Omega pueden dar.

Mani sonrió al verlo tan tranquilo y tierno, no tenía ganas de despertarlo, pero ya era hora de desayunar y el no podía posponerlo, el médico les había dicho que tenía que ser firme en sus horarios.

Tomo un respiro y se preparó mental y físicamente para levantarlo...ya que...

(Un minuto después)

El gruñido de un Omega embarazado hizo temblar la casa, se escuchó toda una cátedra de groserías y un fuerte golpe.

Def y Shion tomaban tranquilamente un poco de café, mientras escuchaban el alboroto arriba, últimamente Albafica estaba muy sensible y se paraba de mal humor.

¡Ahhh, Buenos Días Mundo!😚

Tras unos minutos la bipolaridad del pescado había pasado, ahora estaba muy animado, saludando al sol desde la ventana y con una gran sonrisa.

-ah ¿Manigoldo qué hora es?

💀

-Mani, te estoy hablando...😑...¿Que haces tirado en el suelo?....¡Flojo, levántate ya, te estoy hablando!😠

Un patadon en las costillas y el golpeado cangrejo se paró, con un gran chichón en la cabeza.

-¡Maldita sea! Cada vez eres más agresivo.

-¡¿Qué?!😠

-...na...nada, nada...voy...voy a despertar a los niños.😰

Salió corriendo de ahí, tras ver la mirada molesta del pecesito...ese cambio hormonal cada vez era más aterrador.

Después de un rato...y una serie de antojos de parte de Albafica, los cuales fueron aprovechados por Shion y Def, todos salieron a conocer el viñedo.

Los citadinos iban muy emocionados mirando todo el lugar en la parte trasera del carro, salvó en los documentales, no habían visto más fauna y flora que la que los parques les permitía.

-bajen con cuidado...¡ven acá mi rosita!

Cómo todo un caballero, y porque si no Albafica lo golpeaba, Manigoldo les ayudo a bajar de la camioneta, Afrodita brinco emocionado a sus brazos, su hermano bajo de un brincó y le ordenó bajar a su puerco ( ese animal parecía un perro, siguiendo a todos lados a los mocosos), Shion y Def bajaron emocionados y corrieron a  la entrada del viñedo.

- que opinas ¿Te gusta?

Le tendió la mano al peliceleste, el cual se colgó de su cuello mirando embobado a su alrededor.

Los viñedos se encontraban alejados un par de kilómetros de la casa.

Una plantación de varias hectáreas, en la entrada había una especie de arco, cubierto por las enredaderas de la vid, a sus costados se encontraban una serie de corredores, todos ellos con pequeñas uvas que comenzaban a formarse.

-es...muy bonito.

El cielo azul, la tranquilidad del paisaje, el ligero canto de aves, el lugar parecía de ensueño. Albafica se separó un poco de Manigoldo, pero entrelazando sus manos, y camino hasta la entrada. El arco estaba cubierto de verde, con algunos tintes violáceos y negros.

Miró los enormes manojos de uvas, grandes gotas violeta entrelazadas entre si, formando un manojo perlado y brillante, no tardó en lamer sus labios, se habían convertido en su fruta preferida.

El cangrejo sonrió al ver como mojaba sus labios, cuál niño pequeño con antojo, busco una uva gorda y jugosa y la arrancó.

Las mejillas de Albafica se tiñeron de carmín, una ligera sonrisa se formo en sus labios, cerro los ojos mientras aceptaba la fruta. Manigoldo trago grueso ante la imagen, con un poco de nervio colocó la uva en sus labios y empujando con su dedo la deslizó dentro.

Era dulce, muy dulce y jugosa.

El pulso del alfa aumento al ver como su Omega degustaba la uva, sus ojos se clavaron en esos jugosos y rosados labios que se movían de una forma tan sensual y única. Albafica abrió ligeramente los ojos, mirando embelesado a su Alfa, sus turquesa se perdieron en ese azul tan profundo y enigmático, opuesto al suyo.

Con cuidado y sin retirar el pulgar, Manigoldo limpio una pequeña gota de néctar que había escurrido por los labios de su amado...mientras se acercaba poco a poco.

Albafica podía sentir la respiración del alfa golpeando su rostro...y eso le encantaba, apretó con fuerza la mano ajena, mientras cerraba los ojos de a poco, abriendo ligeramente los labios.

Estaban a un paso de besarse...solo unos milímetros...solo un poco más y...

¡Albafica! ¡Kuiii!🐷

Rafael llegó corriendo seguido de su mascota, el niño prácticamente empujó a su hermano separandolo de su Omega.

-¡Ven! Quiero que veas la Parra madre.

Tomo al mayor de la mano y lo arrastró al interior del viñedo...para frustración de su hermano.

Manigoldo bufo al verlo irse...¡Que mierda había sido eso!

Golpeó su cara unos segundos antes de seguirlos, por un momento, el aroma dulce que Albafica desprendía lo había hipnotizado, de tal manera que no veía nada más allá de él, como si el fuera lo único en el mundo.

-...ah...solo...solo fue un desliz...si...solo eso.

Giro la cabeza bruscamente y se apuro a alcanzarlos.

-corre Albafica, la Parra madre es hermosa, te va a encantar.

El pequeño hablaba muy animado, arrastrando al pez al interior del viñedo, el cual solo podía seguirlo.

El corazón de Albafica latía muy rápido y el color en sus mejillas aún no lo abandonaba ¿Que demonios había pasado allá atrás?

De improviso el chico parecía haber entrado en un sueño, no sabía cómo pero, el aroma que desprendía Manigoldo pareció embrujarle, logró sentir como su pulso se aceleró y su sangre parecía hervir, un deseo incontrolable de abrazarlo, de besarlo, se apoderó de él...¿Porque?

Su.... supongo que...es por el embarazo....no...

Las dudas surcaban su cabeza.

¡¿Que fue eso?!

******

Un cuento...un lugar de fábula, es lo único en lo que los omegas pensaban al estar ahí.

El centro del viñedo, donde se encontraba la Parra madre, era un lugar de ensueño.

Las vid de ese lugar eran diez veces más gruesas que las demás, sus uvas eran mucho más grandes, jugosas y dulces que cualquier uva que hallan probado en su vida, pero lo más bello era una pequeña plaza en el lugar.

Había una pequeña terraza ahí, formando un semicírculo hecho con piedra caliza blanca, cortada y pulida perfectamente, rodeada por unas columnas blancas las cuales tenían una enredaderas de la que brotaban unas pequeñas flores naranja muy brillosas, había unos muebles de jardín, hechos con madera, en el centro se encontraba la parra madre. Una vid veinte veces más gruesa, la cual se elevaba unos diez metros y se extiende dando vida a todo el viñedo, tan brillante que sus hojas parecen haber sido pulidas, sus frutos eran los mas grandes y desprendían un aroma dulce.

Albafica no tardó en correr y devorar una de esas frutas, si la anterior era dulce, está era ambrosía ¡Demonios! podía justa que el mismo Dionisio desearía poseer estos frutos para su vino.

-¿Te gusta?

-Manigoldo  ¡Es hermoso!

Los omegas recorrían la pequeña plaza, había algunas flores en macetas que adornaban el rededor.

- ma-maripo-sas

Afrodita corría emocionado viendo los insectos de colores, los cuales esparcirán el polen sobrante en sus patitas, dando la ilusión de polvo de hadas a la imaginación del pequeño.

El pecesito se sentó en una mecedora, respirando el aroma de las uvas, se envolvió en una pequeña sábana que estaba ahí, mientras sentía la ligera brisa que se colaba por los túneles.

Rafael se acercó despacio, tímidamente.

-es la mecedora de mamá... papá la hizo para ella.

Susurro el pequeño mientras se colocaba a su lado.

-¿Eh?...lo...lo siento yo.

-no, está bien... Manigoldo dice que a mamá le gustaba mucho estar aquí...se tapaba con la mantita y se mecía...cuando yo aún no nacía.

La ligera mueca de dolor le provocó un pinchazo en su corazón, no podía ni imaginar lo doloroso que sería para un pequeño no tener a su madre.

-¡Hay, cariño!

Albafica no tardó en acunarlo en sus brazos y sentarlo en sus piernas, arropandolo con la cobijita.

Ese estampado infantil, era claro que su mamá lo esperaba con muchos deseos.

Abrazo con fuerza a Rafael, que inconsciente se pego más a su pecho, cerrando los ojos y disfrutando las caricias que su cabello recibía, el pequeño siempre había deseado estar así con su madre, en esa mecedora contemplando el paisaje, había visto algunas fotos de su hermano y su  madre en aquel lugar, balanceándose en la silla mientras sonreían, cosa que lo ponía triste y le daba envidia, el abría querido estar así con su mamá.

Manigoldo les veia de reojo, le dió un poco de tristeza el ver a su hermano así, cada vez que el niño lo acompañaba al viñedo siempre corría a la mecedora y se envolvía en la manta que su madre había bordado para él. Sonrió al ver como Albafica lo cobijaba mientras llenaba su cara de besos, parece que eso le gustaba.

-Mani-go-goldo...pu-puedo co-co-r-tar uvas.

El pequeño Afrodita se acercó hasta el, sujetando con timidez su playera.

-claro que si mi rosita, ven.

Cargo al niño y se dirigió a un costado de la plaza, de una caja saco unas canastas de mimbre, las que su hermano usaba cuando le ayudaba, le dió una al niño y el agarro una caja más grande, con un gesto les hizo una seña a Shion y Defteros para que lo siguieran, estos se giraron a ver a Albafica, sonriendo enternecidos, sin hacer ruido se marcharon con Manigoldo, dejando a tras a su compañero que se mecía tranquilo con el pequeño en sus brazos.

Manigoldo les llevo a una parte del viñedo, donde las uvas ya estaban en su punto, les mostró como cortarlas sin dañar la planta, cual pequeños los dos omegas cortaban alegremente las uvas...comiendo muchas de ellas, hasta que Manigoldo les regaño, tantas uvas les harían daño.

Pasaron un día agradable, recogieron una buena parte de uvas y algunas fresas, en unos pequeños cultivos frutales que el cangrejo tenía, deseosos por la mermelada que el mayor hacía.

Albafica y Rafa se les unieron un rato después, el nene se veía extremadamente felíz y no soltaba la mano de Albafica para nada.

Se quedaron ahí, comiendo la merienda que habían llevado mientras disfrutaban del lugar, mientras Manigoldo cargaba algunas cajas en la camioneta.

-...¡Ah! Cuánta paz.

Def se había alejado un poquito para ver el paisaje, a lo lejos se podían ver otros cultivos, no sabía si también eran de uva u otra cosa.

El chico se recargo en la cerca mirando al horizonte, este lugar era muy tranquilo, le permitía relajarse y olvidar los problemas que había en casa...

-¡Ah!...Aspros...

No pudo evitar recordar a su gemelo...…¿Cómo estará? ¿Pensará en él?

Se sintió mal al recordar la pelea que habían tenido, el motivo por el que se fué. Una lágrima bajo por su mejilla... no quería llorar, molesto desvió la mirada y limpio su rostro.

Cuando abrió los ojos se encontró con una escena muy rara.

Había un niño pequeño que intentaba subir la cerca, no era muy alta, un metro cuando mucho, pero el pequeño media la mitad de eso o menos, era un bebé, no más de cuatro o cinco años pensó el Heleno.

El chiquillo hacía un esfuerzo inumano por estirarse y tomar un manojo de uvas.

Esto provocó la risa del mayor, el cual se acercó despacio.

-¿Quieres uvas?

-...¡Ah!

El chiquito se asustó al oírlo, temiendo que fuera su malhumorado vecino que siempre lo reprendia por intentar robar sus uvas.

Cayó en su trasero por el susto, cosa que preocupo a Def. El gemelo brinco la cerca y lo ayudo a pararse.

-¿estas bien pequeño?

El niño se levantó de un brinco y lo miro asustado, mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas.

-no, está bien...no llores, quieres uvas ¿Verdad?

Rápidamente volvió a cruzar, tomo uno de los manojos de uvas que había cortado y se lo ofreció al pequeño.

El chiquito de ojos rojos y cabello castaño lo miró desconfiando, sin decir una palabra le arrebato el racimo y se alejó corriendo, adentrándose en ese campo verde.

Defteros no supo que hacer, estaría bien que se fuera solo, era muy pequeño y algo podría pasarle.

Estaba por brincar y seguirlo cuando un hombre apareció tras una pequeña colina, no logró verlo bien, pero llegó dónde el niño y le abrazó, observo como el pequeño se giraba a señalarlo, cosa que lo puso nervioso.

¡Defteros, ya nos vamos!

El grito de Shion lo asustó, salió corriendo de ahí antes de que ese sujeto se acercará, con un poco de miedo de lo que el pequeño pudo decir.

Mientras se alejaba logró ver de reojo como ese sujeto cargaba al niño y se retiraba...¡Uf, menos mal! No quería meter en problemas a Manigoldo con sus vecinos.

Regresaron a casa más tranquilos, la salida les saco un poco de estrés, la tarde se la pasaron jugando con los niños, charlando y viendo una película, los cangrejos tenían una gran cantidad de películas de los 80 así como una videocasetera, los mayores estaban divertidos viendo clásicos, películas que ni siquiera sabía existían.

En la noche Manigoldo regreso acompañado de Dokho, el cual se había invitado para la cena, el chino les contaba anécdotas muy divertidas y cosas de la comunidad,  llenando de curiosidad y deseos de salir en los omegas, por lo que Dokho se ofreció para ser su guía mientras estuvieran ahí, esto le pareció extraño a Manigoldo, últimamente su amigo le preguntaba mucho por sus invitados.

Después de que Dokho se retirara se fueron a dormir, mañana sería otro día y los chicos deseaban conocer más de esa región.

***////****
Y finalmente actualizó.

Lamento mucho la demora, pero de repente la inspiración se va de parranda y cuando regresa está más ebria que nada, por lo que no entiendo lo que dice y no puedo escribir.

Pero le voy a poner un buen candado para que ya no se marche y me ayude, ya sea en esta u otra historia.

Por cierto
¿Que creen que les pase a Mani y Alba?

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